martes, 11 de agosto de 2015
El Horóscopo De Cristo, En Una Pintura Medieval.
En 1563, un pintor español –el
manierista Luis de Morales, el Divino– llevó acabo un encargo de
una pintura que, a simple vista, parece una representación
convencional de una Sagrada Familia. Sin embargo el lienzo, hoy en
los fondos de la Hispanic Society de Nueva York, esconde un singular
y cautivador detalle.
En primer término aparece representada
la Virgen María con el niño Jesús dormido entre sus brazos. A su
izquierda (desde el punto de vista del espectador) se encuentra san
José y, a la derecha, una muchacha que sostiene una cesta con varios
huevos. En el fondo, Morales pintó un paisaje con colinas, donde se
aprecia una torre con la inscripción latina Turris Ader (Torre de
Ader), iluminada por una potente luz celestial. Hay, además, un
rebaño de ganado. La escena completa parece estar recordando, por
tanto, el nacimiento de Jesús. Sin embargo, un último elemento, en
la esquina superior derecha, sobresale por sus extrañas
características: se trata de una figura cuadrangular repleta de
símbolos y líneas aparentemente incomprensibles, acompañadas por
una larga frase en latín. Esta curiosa figura pasa desapercibida
para la mayor parte de los espectadores, pero se trata, ni más ni
menos, que de una carta astrológica. La pregunta es, ¿qué hace
representada en una pintura de temática religiosa?
Aunque la presencia del insólito
horóscopo ha llamado la atención de no pocos estudiosos, ha sido el
historiador del arte español Juan Francisco Esteban Lorente quien
más a fondo ha analizado el origen y significado del mismo. En el
año 1554, apenas nueve años antes de la fecha de creación que se
adjudica a la pintura, el científico y matemático italiano Gerolamo
Cardano había publicado un libro comentando el Quadripartitus de
Ptolomeo, y en él aparece, precisamente, un horóscopo idéntico al
representado en la pintura de Luis de Morales. Dicho horóscopo, tal
y como explica Esteban Lorente es, por extraño que parezca, la carta
astral del nacimiento de Cristo.
En su libro, Cardano había tomado como
referencia la fecha tradicional del nacimiento de Cristo (las 0 horas
del 25 de diciembre del año 0), y con ella creó el horóscopo
correspondiente. La identificación del cuadro astrológico
representando en la pintura con el trazado por el matemático
italiano queda fuera de toda duda por otro elemento, la inscripción
latina que aparece en el cuadro, y que resulta sospechosamente
similar a la recogida en la obra de Cardano: “Ésta es la situación
de los cielos bajo la que Cristo Jesús apareció en el mundo hecho
hombre, en el día seis y doce horas antes del principio del año
astrológico, que es el inicio astral del año eclesiástico. En la
latitud de 32 grados norte”.
Curiosamente, todo parece indicar
–aunque no hay pruebas definitivas– que la pintura realizada por
Morales había sido un encargo de Juan de Ribera, obispo de Badajoz y
más tarde arzobispo de Valencia, cuya afición por las cuestiones
astrológicas era más que notable, a juzgar por la nutrida colección
de títulos sobre la cuestión que formaban su biblioteca. El encargo
del obispo Ribera habría tenido lugar en torno a 1562, cuando la
Iglesia de Roma todavía no había dictado prohibiciones específicas
sobre ciertas prácticas astrológicas –y en especial sobre
horóscopos relacionados con Cristo–, y por lo tanto la
representación astrológica de la naturaleza humana de Jesús aún
no se veía como sospechosa de herejía. De haberse producido tan
sólo unos años más tarde, es posible que la pintura nunca se
hubiese realizado.
Quién sí sufrió la condena
eclesiástica fue Cardano pues, aunque había tenido la precaución
de incluir un significativo texto en su análisis del horóscopo de
Cristo (“Y no pienses que yo quiero decir que la divinidad de
Cristo, o sus milagros, su santidad de vida o la promulgación de la
ley dependen de los astros…”) fue detenido por la Inquisición en
1570, y el fragmento de su obra relativo a esta cuestión fue
suprimido por orden del papa Sixto V en 1586.
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