En un pasado no existía nada hasta que Dios creó todo el
Universo y lo que en él habita. Así es la historia de nuestra creación según el
cristianismo y es la forma como siempre nos la han contado. Sin embargo, es
posible que esta historia sea algo diferente…
Son muchas las leyendas que dan diferentes perspectivas
sobre la creación de nuestro Universo, pero existe una que menciona a un Dios bastante
similar al que el cristianismo nos ha mostrado, no obstante, muestra eventos
únicos. Esta leyenda ha sido poco difundida y, de hecho, ha intentado
suprimirse en numerosas ocasiones, sin embargo, ha conseguido sobrevivir hasta
esta época, donde se ha dado a conocer con más regularidad gracias a la
tecnología…
El universo antiguo
Hace cientos de miles de años, Universo tal cual lo
conocemos no existía. En su lugar, había una especie de «pecera» colosal de
forma rectangular que alberga una estructura física y energética que funcionaba
perfectamente.
El núcleo de este Universo era un colosal planeta el cual
tenía siete estrellas que orbitaban a su alrededor. Este «sistema», a su vez,
orbitaba alrededor de una estrella millones de veces más grande y poderosa.
Dentro del planeta habitaban millones de energías diminutas
que eran regidas por las siete estrellas, también conocidas como las «Energías
Superiores», y a su vez, todas estas dependían de la Energía Superior emanada
por la Estrella Madre.
Esta estrella es la que nosotros conocemos en la actualidad como
«Dios».
La vida en el universo
La vida dentro de este Universo era eterna. El desgaste
energético no existía, puesto que era absorbido por cualquiera de las Siete
Estrellas, las cuales representaban una cualidad única:
La Primera Estrella era la de la Fuerza.
La Segunda Estrella era la de la Sabiduría.
La Tercera Estrella era la de la Información.
La Cuarta Estrella era la de la Coordinación.
La Quinta Estrella era la del Poder.
La Sexta Estrella era la de la Materia: esta era la
responsable de la creación de los medios para que el planeta junto a las
energías que lo habitaban y las siete Estrellas se mantuvieran en armonía con
la Energía Superior por siempre.
La Séptima Estrella era una Estrella pasiva que cumplía la
misión de informante de la Energía Superior; aquella que comunicaba sobre
cualquier eventualidad anormal que supondría un peligro para la armonía del
universo.
La leyenda relata lo maravillosa que era la vida en aquel
Universo; no existían las formas físicas con necesidades terrenales, físicas o
biológicas y aun así sabían lo que era el amor, el honor y la amistad. Todos
eran iguales, por lo que no existía el egoísmo, las desigualdades o las
divisiones. Y aun así eran diferentes al ser libres de dejar que su
improvisación y su creatividad creara lo que desearan.
Tales energías sentían un amor y lealtad incondicional a la
Energía Superior, y ellos sabían que esos sentimientos que eran recíprocos al
ser solo con Ella.
Todo era de todos y a la vez nada de era de nadie. Podían
tener todos los conocimientos del universo sin importar que la Estrella
Superior la haya creado hace días, o hace millones de años.
La corrupción de la Séptima Estrella
Todas las energías vivían en una perfecta armonía, sin
embargo, existía una que comenzó a aburrirse; esa era La Séptima Estrella. En
nuestra creencia, esta vendría a ser como el «Ángel del Abismo», quien guiada
por su aburrimiento comenzó a maquinar una forma de llamar la atención de la
Energía Superior para que esta le encomendara una nueva tarea que le evitara
esa tediosa eternidad.
Pensamientos egoístas rondaban su mente todos los días y
estos involucraban a las otras estrellas y energías pequeñas.
Gracias a su capacidad de comunicación, consiguió convencer
a la Primera, Quinta y Sexta Estrella. Al darse cuenta de esto, la Segunda, la
Tercera Estrella y la Cuarta informaron a la Energía Superior y se pusieron a
su disposición.
La Estrella Madre sintió el peligro que amenazaba el
Universo y construyó una especie de Reino Alterno, conocido actualmente como la
«Gloria», a donde llevó a las tres Estrellas Fieles y las pequeñas energías del
planeta.
Curiosas por esta acción, las otras cuatro Estrellas
imitaron a la Energía Superior, ocasionando choques de energía en el Universo.
Estos choques fueron tan potentes que provocaron una
explosión equivalente al de una supernova, provocando que el planeta se
fragmentara en tantos pedazos que formaron el Universo como lo percibimos en la
actualidad.
La creación de los seres vivos y el Universo actual
La Energía Superior, decidida a no permitir que las energías
que sus tres Estrellas no pudieran rescatar quedasen confinadas a los abismos
del Universo, decidió junto a ellas y el resto de sus energías leales, darle el
libre albedrío a las energías pequeñas.
De esta forma estas serían capaces, si lo desearan, de
eliminar toda influencia negativa que hayan podido absorber en su estancia en
los Abismos del Universo.
Así introdujo a los que lo quisieran, en minúsculos
fragmentos de materia en el Universo actual, creando lo que conocemos como los
seres vivos.
Además estableció periodos de tiempo máximos de 700 años
físico-energéticos de permanencia y que solo Ella, junto a sus tres Estrellas,
controlarían estos ciclos.
La Cruz de Akhineht
Después de la destrucción del Universo y la creación del
Reino Alterno, la Energía Superior decidió dejar a diferentes guardianes y
energías en los Abismos del Universo. Guardianes que conocemos en la actualidad
como «Ángeles».
Su misión era ayudar a las pequeñas energías que quedaron
esparcidas por el Universo y para diferenciarlos de las energías o guardianes
del abismo, les entregó un objeto con forma de triángulo que serviría como un
nexo entre Ella y los Ángeles.
Con la muerte de la Tercera Estrella, La Energía Superior
decidió agregar una Cruz al triángulo en su honor.
Esta Estrella recibía el nombre de Akhineht, una de las
Estrellas originales por las cuales La Energía Superior sentía gran simpatía al
punto de ser Ella misma quien le ofreció la posibilidad de ayudar a los seres
reencarnados en momentos de apremio.
A pesar de todo esto, Akhineht sentía un extraño deseo de
sentirse humano y comprenderlo en su totalidad, lo que fue un error incorregible
para la Energía Superior.
Akhineht, el humano
Akhineht consiguió convertirse en humano, pero su
experiencia fue tan ínfima y corta ,que, cuando falleció, su energía y poderío
cósmico se dividió al punto que cada ser del universo actual obtuvo un
fragmento.
Durante su lecho de muerte pidió perdón a la Energía
Superior, provocando su ira. Fue después que Ella misma comprendió el amor que
Akhineht sentía por los humanos que decidió ir recuperando gradualmente su
energía y los espíritus de los que cuidó alguna vez.
En pocas palabras, la cruz de Akhineht no es más que un
símbolo representando que cada ser humano volverá a ser uno con el Universo.
Como podemos apreciar, esta historia nos muestra una perspectiva que, aunque parecida, se diferencia en conceptos básicos sobre nuestro origen y el origen el Universo en sí. Unos orígenes mucho más espirituales que se asemejan más a las leyendas de otras culturas que poblaron la Tierra en el pasado.
Fuente: Leyendas, Mitos, Misterios y Enigmas del Mundo