Atención Por Favor.

Ante todo nos dirigimos y agradecemos a todos por la ayuda que nos dan con este blog ya sean seguidores, oyentes del programa de radio y por sobre todo a todos aquellos propietarios de webs, blogs, libros y todos los lugares donde han obtenidos la información y nos han acercado a nuestro mail para que podamos publicarlas en este humilde blog, para que todas las semanas desde hace ya 7 años podamos compartir en dos emisiones las tantas historias, enigmas y misterios del universo que se van pasando de generación en generación y así reflejar esas viejas leyendas, historias, enigmas y misterios que de niños oímos mas de una vez y que nos asustaban en algunos casos como también en otras nos enseñaban a valorar y respetar esas narraciones.

Desde ya les agradezco a todos y pido disculpas si no se agrega la fuente por que muchos correos no la poseen y para no cometer errores no se agrega pero en este pequeño equipo estamos muy agradecidos para con todos. Muchísimas Gracias a todos en general por su valiosa información y por su cordial atención.

Equipo Infinito.



domingo, 11 de agosto de 2019

El Fantasma de Andresito


Son muchos los testimonios de sucesos extraños en la delegación de hacienda de Vitoria, España, e incluso en los edificios que la rodean. Psicofonías grabadas en la segunda planta del edificio, de madrugada, donde claramente se escuchan los sonidos típicos de la algarabía de un recreo de un colegio.

Niños jugando y cantando canciones.

Supuestas grabaciones de vídeo donde se ve la figura de un niño ataviada con una especia de túnica. Vecinos que afirman escuchar risas de niños en la oscuridad la noche. Cosas que cambian de lugar, muebles que se mueven y que se encuentran tumbados sin que nadie haya accedido a esas salas. Manchas y figuras extrañas que aparecen en lámparas y en distintos lugares.

Un edificio conflictivo en sí mismo. Incluso por problemas con los guardias de seguridad, que no querían hacerse cargo de este lugar, se optó por eliminar la vigilancia humana y dar paso a la tecnología. Un caso todavía sin resolver que probablemente, todavía dé muchísimo que hablar.

Las apariciones del fantasma de “Andresito” nos lleva al corazón de Gasteiz, a la delegación estatal de Hacienda situada en la calle Olaguíbel. Según numerosos testigos, en este edificio mora el espíritu de un niño conocido como Andresito. En 1991, un periódico local dio cuenta de las primeras “apariciones en Hacienda”, hecho que, tal y como recuerda Enrique, fue motivo de bromas entre los vecinos de la capital alavesa.

“En aquella época había un grupo de vigilantes jurados que inspeccionaba el edificio por las noches y sus rondas dieron lugar a muchos testimonios”, asegura. Los hubo sencillos, en los que una puerta supuestamente cerrada aparecía abierta o una lámpara en teoría apagada quedaba finalmente encendida. Aquello se achacó a despistes y a la impresión que los techos altos, las amplias estancias en penumbra y el ambiente un tanto tétrico del lugar producen de noche, pero los sucesos continuaron.

Una noche de 1994, uno de los vigilantes que se encontraba en el puesto de control vio pasar a dos figuras bajando por las escaleras. Un hombre de edad avanzada y un niño, ambos cogidos de la mano. Después de darles el alto y explicarles que no podían permanecer en el edificio de madrugada, el vigilante optó por dirigirse a la vecina comisaría en busca de ayuda, ya que los intrusos no le respondían ni prestaban la menor atención. De vuelta, agentes y vigilante registraron el recinto sin encontrar rastro alguno del abuelo o del nieto.

Según el testimonio del guarda, era materialmente imposible que hubiesen abandonado el lugar, cerrado a cal y canto, sin que nadie se hubiera dado cuenta. La leyenda urbana concluye asegurando que los responsables de la Hacienda estatal decidieron instalar videovigilancia para eludir este tipo de incidentes.

La imagen del niño volvió a materializarse en numerosas ocasiones tanto en corredores como en habitaciones o despachos. Lo extraño es que muchos funcionarios aseguraban haberlo visto pero nadie era capaz de aportar datos sobre sus rasgos físicos o indumentaria. Nada que permitiera identificarlo o ubicarlo en una época concreta. Para no alarmar a quienes se acercaban al edificio, los trabajadores renunciaron a hablar de “el fantasma” y bautizaron al supuesto espectro con el nombre de Andresito. Tal fue el éxito del apelativo que el inmueble pasó a denominarse, en la jerga del funcionariado, como “el edificio de Andresito”.

La historia olvidada de este edificio explica que sus cimientos se alzan sobre el antiguo convento de San Francisco, fundado en 1200. Por una serie de circunstancias de orden urbanístico que nadie acierta a explicar, fue demolido en los años 30. Tras 20 años de abandono, el solar fue finalmente aprovechado en los 60 para edificar la actual delegación estatal de Hacienda y su construcción dio origen a esta serie de fenómenos extraños.

El único resto del antiguo convento es un arco de piedra que aún se conserva dentro del patio de manzana que da a la parte trasera de la delegación. Varios vecinos de esta manzana aseguran haber oído por las ventanas que dan a este patio común a un niño reír y correr de madrugada. En los terrenos del antiguo convento reposaban los restos de ilustres gasteiztarras como Olaguíbel o Landazuri y, en la Edad Media, un cardenal que se encontraba de visita por Álava fue nombrado Papa la noche que pernoctó en este lugar.

La Niña de las Iglesias


Era una noche como todas, pero en especial, ésta era una noche un poco más fría, más oscura, cerca de las 2 de la madrugada, un taxista llamado Ramon regresaba a su casa después de todo un día de duro trabajo, en la calle ya no había ni un alma , pero al pasar frente al cementerio general de la ciudad se percató que una chica le hacía la parada, éste se siguió pensando que ya estabá muy cansado y que era muy tarde para hacer otra dejada. Sin embargo reflexionó y pensando el peligro que podia correr alli sola penso que no podia ser tan miserable de no llevarla.

Retrocedió su taxi y llegó hasta ella, tenía aproximadamente entre 18 - 19 años. Al contemplar su rostro, el taxista sintió un frío intenso y cierto sobresalto, al que no le dió importancia, pues la niña era dueña de un rostro angelical, inspiraba pureza, de piel blanca, muy blanca, cabello sumamente largo, era delgada, facciones finas, con unos ojos grandes, azules, pero infinitamente tristes, tenía un vestido blanco, de encaje, y en su cuello colgaba un relicario bellísimo de oro, que se veía de época.

El taxista acongojado le preguntó a dónde la dejaba, y le dijo que quería que la llevara a visitar 7 iglesias de la ciudad, las que él quisiera, su voz era suave, muy triste, pero dejaba notar un timbre muy extraño, que le dejó una sensación de miedo y misterio.
Para no hacerla larga, el taxista la llevó a cada una de las siete iglesias sin replicar, en cada una pasaba cerca de 3 minutos y salía con una expresión de serenidad, de tranquilidad, pero sin abandonar de sus ojos esa mirada de infinita tristeza.

Al final del paseo, ella le pidió un favor. "Discúlpeme si he abusado mucho de su bondad, mi nombre es Alicia, no tengo dinero para pagarle ahora, sin embargo le dejaré este relicario, y ¿podría hacerme un último favor? Vaya a la colonia Jazmines # 245, ahí vive mi padre, entréguele mi relicario y pídale que le pague su servicio, ah, y dígale que lo quiero y que no se olvide de mí. Déjeme donde me recogió por favor.

El taxista se sintió como en un trance, en donde actuaba automáticamente a la petición de la chica, y la dejó ahí, frente al cementerio. El hombre se fué a su casa, se sentía mareado, le dolía intensamente la cabeza, y su cuerpo le ardía por la fiebre que empezaba a tener, su esposa lo atendió de ese repentino mal, duró así casi 3 días.

Cuando al fín pudo reacciónar y se sintió mejor, recordó su última noche en el taxi, recordó a la niña angelical de las iglesias, y recordó su última petición, que le hizo sentir un escalofrío intenso que hizo que se simbrara de pies a cabeza, aunque él no comprendía nada, pensó "qué raro fue todo, seguro se fue de su casa, o tiene problemas, pero, ¿por qué en el cementerio? ¿quien era?, ¡¡ El relicario!! ", sí ahí estaba, sobre su mesita de cama, el relicario de Alicia, que ahora tenía restos de tierra. 

Se paró como un resorte, tomó su taxi y fue a la dirección que le diera la chica, pero no con la intención de cobrar, sino de descubrír, conocer, aclarar la verdad detrás de ese misterio que le inquietaba, que le estremecía, que no quería ni pensar. Tocó, era una casa grande, estilo colonial, vieja, entonces abrió un hombre, de edad avanzada, alto, de aspecto extranjero, con unos ojos... sí los ojos de Alicia, así de tristes. El taxista le dijo "Disculpe señor, vengo de parte!de su hija Alicia, ella solicitó mis servicios, me pidió que la llevara a visitar siete iglesias, así lo hice y me dejó su relicario como prenda para que usted me pagara".

El hombre al ver la joya rompió en llanto incontrolable, hizo pasar al taxista y le mostró un retrato, el de Alicia, idéntica a la de hace 3 noches. ¿Es ella mi Alicia?, le dijo el hombre, "Sí, ella, con ese mismo vestido"."No puede ser, hace tres noches cumplió 7 años de muerta, murió en un accidente automovilístico, y este relicario que le dió fue enterrado con ella, y ese mismo vestido, su favorito... hija, perdón, debí hacerte una misa, debí haberme acordado de tí", debí..."

El hombre lloró como un niño, lloró y lloró, el taxista estaba pálido, pasmado de la impresión, "había convivido con una muerta" eso lo explicaba todo. Volviendo de su estupor, le dijo al padre de Alicia, "señor, yo la ví, yo hablé y conviví con ella, me dijo que lo amaba, que lo amaba mcho, y que no se volviera a olvidar de ella, creo que eso le dolió mucho".

Se dice que el padre de Alicia recompensó al taxista, le regaló toda una flotilla de taxis para que iniciara un negocio, todo en agradecimiento por haber ayudado a su niña adorada a visitar las iglesias en su aniversario fúnebre.

Edward Mordrake, el Hombre con Dos Rostros


Edward Mordrake padeció una rara enfermedad que lo hizo nacer con un rostro extra en la parte de atrás de su cabeza, según cuenta su historia ese rostro de mujer no hablaba, comía ni bebía pero aún así podía reír y llorar. Edward mismo llamaba a ese rostro 'gemelo demoniaco' pues le susurraba cosas horribles por las noches; incluso llegó a pedir a médicos que hicieran lo posible por extraerlo, hasta que se suicidó a la edad de 23 años.

“Una de las historias más raras así como de las más melancólicas de la deformidad humana es la de Edward Mordake, quien iba a ser el heredero de una de las familias más nobles de Inglaterra. Sin embargo nunca reclamó el título y se suicidó a los veintitrés años. Vivía en un retiro absoluto, evitando las visitas incluso de los miembros de su familia.

Era un joven de grandes conocimientos, un buen estudiante y un músico de rara habilidad. Su figura era remarcable por su gracia natural, y su rostro –su rostro natural- era como el de Antinoo. Pero en la parte de atrás de su cabeza había otra cara, la de una chica muy guapa, “adorable como un sueño, atroz como un demonio”.

El rostro femenino era una mera máscara, “ocupando sólo una pequeña zona de la parte posterior del cráneo, aunque mostrando signos de inteligencia de aire maligno”. Se la había visto sonriendo y burlándose mientras Mordake lloraba. Sus ojos seguían los movimientos del espectador, y sus labios se movían sin cesar.

La voz era inaudible pero Mordake aseguraba que durante la noche no podía conciliar el sueño debido a los odiosos susurros de su “gemela diabólica” como él la llamaba, “que nunca duerme, pero que me habla de tales cosas de las que sólo se oyen en el infierno. La imaginación no puede concebir las tentaciones espantosas en las que me envuelve. Por alguna imperdonable maldad de mis antepasados estoy cosido a este demonio – porque estoy seguro que es un demonio. Yo ruego y suplico para que lo eliminéis del mundo, aunque yo muera”.

Estas eran las palabras del desventurado Mordake a Manvers y Treadwell, sus médicos. Aunque lo vigilaban constantemente consiguió procurarse veneno, debido a lo cual murió, dejando una carta en la que pedía que la “cara demoníaca” fuera destruida antes de su funeral, “para que no continuase con sus espantosos susurros en la tumba”. Por petición propia fue enterrado en tierra baldía, sin ninguna lápida o marca que dejara constancia de su tumba”.

viernes, 9 de agosto de 2019

El Niño de Tordesillas


Octubre de 1977, Tordesillas, Valladolid(España). Martín Rodríguez regresa del colegio con una única idea rondándole la cabeza: salir a jugar con sus amigos. Tan pronto como llega a su humilde casa, en la calle de Valencia, deja la cartera, recoge una rebanada de pan con crema de cacao y sale corriendo. Una vez más, la tarde es suya. Los niños se entretienen jugando al bote de la malla, una clase de escondite muy practicado en la España rural. Sin problemas, sin compromisos y sin más preocupaciones que buscar un buen escondrijo, los chavales pasan las horas muertas entre carcajadas, carreras y sudores. Nada altera la feliz existencia de los chiquillos.

Martín y su amigo Fernando corren como posesos en busca de un lugar donde no les puedan encontrar. Poco a poco se van alejando de la barriada de San Vicente, y van a parar a un vetusto corral abandonado situado en la cuneta de la nacional 122. Los niños indecisos dan vueltas al viejo edificio buscando el lugar más adecuado para esconderse. Entre juegos y zarandajas comienzan a lanzar piedras sobre el derruido tejado del pajar. Una de ellas cae por uno de los agujeros y produce un sonido nunca antes escuchado por ellos. Un estruendo metálico rompe el silencio del lugar. Los pequeños se miran. No pueden resistir la curiosidad.

Los niños comienzan a ver una misteriosa luz que irradia esa parte del corral. Alzan la cabeza y presencian lo más increíble que sus pequeños e inocentes ojos jamás vieron. Una enorme lágrima lumínica de aspecto metalizado apoyada en tres anchas patas, similares a vigas, se posaba a tan sólo unos metros de ellos. Aquella especie de nave desprende luces de diversos colores que, en medio de aquel solitario corralillo, proporciona una escena poco menos que increíble. Fernando se asusta. Martín en cambio se queda fascinado.

Aquello, fuera lo que fuese, debía tener cerca de tres metros de altura por dos de ancho. Emitía un sonido similar al de un avión cuando está en tierra presto para despegar. El extraño objeto con forma de pera les recordaba a los capirotes que llevan los fieles en las procesiones de Semana Santa.

En esos instantes de asombro, algo ocurre. El sonido que emite la nave se intensifica como si estuviera cogiendo potencia. De repente, de las entrañas del artilugio mana un potente haz de luz que impacta de lleno en el abdomen de Martín. Martín se retuerce, le quema, le abrasa. Comienza a sudar, su tez se torna amarillenta, se debilita tanto que apenas oye los gritos de Fernando, su amigo del alma, que presencia la brutal agresión inmovilizado por el horror. El rayo se sigue cebando con el pequeño, al punto que parece cuestión de minutos que acabe con su vida. Con las pupilas dilatadas y un aspecto cetrino, el niño se desploma. La irradiación se corta y el extraño objeto termina de elevarse hasta perderse en el negro firmamento. Atrás ha dejado una escena dantesca: Martín, inconsciente en el suelo, y Fernando, muerto de miedo.

El Fantasma de Verdi


A 75 kilómetros de Milán, en las afueras de Busetto, está Villa Sant’ Agata, una imponente mansión en donde el gran compositor Guiseppe Verdi pasó sus últimos años de vida.

Por encargo del redactor de una prestigiosa revista, José Manuel Alonso Ibarrola , la fotógrafa Blanca Berlín se trasladó a Villa Sant'Agata para hacer fotos del rincón de la casa donde se encontraba el piano del compositor, para un reportaje con motivo del centenario de su muerte.

Ya en España, mientras Blanca se dedicaba a seleccionar la diapositiva más lograda de entre las 6 que había hecho en la estancia del piano de Verdi, observó que en la tercera se podía distinguir una mano sobre el teclado, pero el la cuarta aparecía el dueño de esa mano.

Un equipo de especialistas analizó la foto. Su criterio fue que acudiesen al laboratorio fotográfico que reveló la foto y pidiesen una investigación exhaustiva para poder descartar un posible accidente de revelado o de sobreimpresión.

En los laboratorios , la diapositiva fue sometida durante horas al examen de un scanner de altísima resolución. En la imagen aumentada, se pueden observar las arrugas del pantalón del espectro, se descarta que la figura tenga gafas y da la impresión de que viste una capa. La mano no puede apreciarse al completo porque parece cubrirla una especie de mitón. Sus dedos proyectan una sombra sobre el teclado, la misma que proyectan el resto de los objetos de la habitación.

El laboratorio determino que no había habido sobreimpresión. Se descarto que se pudiera tratar de una impresión previa o un accidente en el revelado por contacto con otro rollo. Se buscaron rastros de velo o de sobreexposición u otras imágenes en los contornos de la figura aparecida, que tendrían que haberse producido en caso de haber ocurrido una sobreimpresión, muy improbable al tratarse de un final de carrete en el que el resto de los fotogramas no tienen interferencias.

Tampoco es posible que se cruzase alguien en la trayectoria de la cámara en el momento del disparo, realizado con trípode a una velocidad no inferior a 1/8 de segundo, pues se constató en la imagen del scanner, que la figura no presenta el más mínimo rastro de movimiento. Si la figura hubiese estado inmóvil, se habría impresionado con la misma nitidez que el propio piano. Y ni la fotógrafa ni las otras tres personas presentes durante la sesión vieron a nadie y, además, la casa estaba cerrada al público.

Ibarrola y Blanca Berlín pidieron ayuda a la vidente Paloma Navarrete, creyendo que podria ser mismo Verdi el que salía en la fotografía, pero lo que ella les dijo fue que no se trataba del famoso Verdi, sino que era un personaje que vivía cerca de Sant'Agata y que a menudo visitaba al compositor por las tardes.

Era un hombre muy ilustrado que residía en la zona. Este personaje y Verdi tenían numerosas y animadas discusiones. Un día, tuvieron una airada discusión y este personaje ya no volvió a la casa.

A Paloma le pareció que no se trataba de un alma en pena sino de la impregnación energética de este personaje

Hasta el momento la familia de Verdi se ha negado a continuar con las investigaciones dentro de la casa.

La Carretera de La Muerte


Entre Bremen y Bremerhaven, Alemania, se creó en 1929 una carretera que si bien, era muy moderna para la época, comenzó a manifestar extraños sucesos mágicos en medio de su travesía. Accidentes sin explicación alguna se fueron sumando en corto tiempo, lo más extraño es que todos ocurrían en el kilómetro 239.

Este hecho se transformó en el comidillo del país, es más, apareció en varias publicaciones de la época, y generó una investigación científica de lo que allí podría estar ocurriendo, para lo que varios de los sobrevivientes de estos accidentes fueron contactados.

Según sus testimonios, en el sector donde se localizaba el kilómetro 239, se generaba una extraña fuerza que según ellos, tomaba el control del vehículo y por lo tanto todos se descontrolaban, sacando al vehículo de la carretera, poniendo en peligro y terminando con la vida de varios. Dicen los relatos de la época que habían días en que los accidentes eran superiores a los 10 por día.

Nunca se pudo encontrar una explicación coherente a lo que ahí ocurría, por lo que determinaron llevar a un experto paranormal para que analizara los sucesos. Fue Carl Whers el escogido, un adivino, que en una sesión en el lugar de los accidentes determinó que efectivamente existía una fuerza inexplicable en dicho lugar ya que justo debajo de la carretera había un río subterráneo que generaba una corriente magnética capaz de provocar volcamientos.

El gran misterio es que este adivino enterró en dicho lugar una caja que supuestamente equilibraba la fuerza magnética y aunque fue desenterrada y vuelta a enterrar, se dice que mientras ha estado ahí no se han vuelto a generar accidentes. Sin embargo algunas personas afirmaron que podría ser una fuerza maligna que predomina en el lugar y que esa misteriosa caja contiene un conjuro y secretos para detenerla.

miércoles, 7 de agosto de 2019

La Terrorífica Historia de la Tamalera de la Portales


María Trinidad Ramírez Poblano, mejor conocida como “la Tamalera”, era originaria de Tequixquiac, en el Estado de México. Vivía en la calle Pirineos 15 Bis., en la Colonia Portales, junto al peluquero Pablo Díaz Ramírez, padrastro de sus tres hijos.

Sus anhelos de tener una vida feliz y llena de amor desaparecieron pronto, pues eran muchos los abusos cometidos por su pareja. La lúgubre noche del sábado 17 de julio de 1971, harta y decidida a hacer justicia por su propia mano, se armó de valor para asesinar a su esposo. María Trinidad sostuvo una pistola y sin fallar acabó con la vida de Pablo como venganza por todo el mal que le ocasionó a ella y a sus hijos.

Pasados los días las autoridades localizaron en un lote baldío una bolsa con dos piernas y dos brazos, los peritos identificaron el cuerpo por medio de sus huellas dactilares, pues Díaz tenía antecedentes penales.

Sin duda alguna las pistas apuntaban a su esposa, así que apresurados se dirigieron a la casa de Pirineos 15. La policía encontró un hacha, una segueta y una sierra, todas ensangrentadas, sobre una silla, pero la sorpresa mayor fue al descubrir la cabeza del esposo dentro de un bote con agua fría. No había duda sobre la identidad de la homicida.

Tras un interrogatorio María confesó lo que había sucedido con el resto del cuerpo del difunto. Al no saber cómo deshacerse del cadáver, lo más rápido y obvio era ocupar lo que mejor sabía hacer para esconder toda evidencia, entonces ¡lo preparó en los tamales que vendió durante toda la semana!

Al siguiente día se declaró culpable, dejando en claro que no recibió ayuda por parte de nadie, y el 29 de julio de 1971 María Trinidad fue sentenciada a 40 años de prisión por homicidio y violación a la ley general sobre inhumaciones y profanación de cadáveres. Primero fue recluida en el Centro de Reclusión Femenil de Tepexpan, Xochimilco, para después llegar al penal de Santa Martha Acatitla. Sólo cumplió la mitad de su sentencia, pues, se dice, tenía muy buen comportamiento y era sumamente devota, situación que favoreció su liberación anticipada.

Lo poco que se sabe sobre sus últimos años es que, tras regresar a la libertad, fue directamente a su natal Tequixquiac donde recibió todo el apoyo de su familia y pasó el resto de sus días.

La Dama de los Espejos


Cuenta la leyenda, que una hermosa dama se encontraba en su lecho de muerte por una enfermedad terminal y antes de morir le pidió a su esposo que su tumba fuera forrada con espejos lo cual cumplió, ya que en su juventud aquella mujer era de una belleza envidiable.

Antes de morir, su esposo relata que se sentaba frente a su espejo a cepillarse su largo cabello y admirar su divinidad, tiempo después, murió.

Sin embargo, previo al Día de Muertos, se dice que la “Dama de los Espejos” sale del panteón y toma un taxi en donde se encuentre y pide que la lleven al domicilio donde vivía o al mismo panteón.

Cuando se baja del vehículo, le pide al taxista que lo espere unos minutos o que pase al otro día para que le pague.

Pero el taxista se lleva una sorpresa cuando nadie sale del domicilio a liquidarle el pasaje o se da cuenta que la mujer que entra en panteón desaparece de repente sin dejar rastro alguno.

Cuentan que algunas veces, salió el mismo esposo del domicilio quien le dice a los choferes que la mujer que entró a la casa tiene mucho tiempo de fallecida lo que hace que al taxista se le enfríe la sangre.

Hoy en día, la tumba de la denominada “Dama de los Espejos” se encuentra un poco deteriorada y olvidada, dado que junto a ella descansan los restos de familiares cercanos quienes en vida se hacían cargo de los gastos del mantenimiento.

En la tumba se pueden observar esculturas de ángeles, distintas imágenes religiosas, que acompañan los restos de la Dama de los Espejos en su partida hacia el inframundo.

La Historia de Las Siete Cruces


Esta historia verídica, paso en una estancia de un pueblo de Santa Fe República Argentina, el 6 de abril de 1886 Aparece una familia degollada padre madre tres hijos de las cuales la mas pequeña tenía 6 días y 2 empleados.

Sus cuerpos masacrados fueron encontrados por unos peones emigrantes que pasaban buscando trabajo ,uno de los cuales le saca el valioso anillo que tenía la mujer fallecida en su mano, y siguen su camino, luego se hace presente en el lugar el hermano del difunto y hace la denuncia y fueron encarcelados los peones emigrantes, el hermano del difunto hace 7 cruces de hierro y una capilla que aún está en la estancia conocida como la 7 cruces.

El hermano siempre iba en un ferrocarril, el único transporte de la época y rezaba frente la capilla donde dicen que ahí puso las armas con las cuales fueron asesinada su familia, y un vecino siempre le gritaba que haces rezando si vos los asesinaste, ,pasan los años y Félix, que asi se llamaba el hermano del asesinado, se enferma gravemente y en su lecho de muerte pide hablar con un sacerdote, el cual concurre con un policía vestido de sacerdote y ahí el confiesa que el fue el autor de la muerte de su hermano y su familia y los criados y que lo hizo por codicia para heredar todos los bienes de su hermano cómo único heredero.

Luego murió, cuándo fueron a liberar a quienes estaban pagando por un crimen que no cometieron, ellos ya no quisieron salir de la prisión porque ya habían perdido su vida , cuándo uno pasa por el camino donde está la capilla de las 7 cruces se siente una energía muy extraña.

lunes, 5 de agosto de 2019

El Extraordinario Caso del Niño que Muere y Vuelve a la Vida.


En Honduras, en el barrio Salitre municipio El Negrito Yoro, se dió a conocer el caso de un menor de 19 meses que se ha declarado que falleció por lo menos cuatro veces. Según los familiares, el menor al principio comenzó con un cuadro de fiebre alta y diarrea por lo cual fue atendido en el centro de salud de la localidad, sin embargo falleció cinco días después.

Durante el camino al entierro, una de sus tías escuchó ruidos provenientes del pequeño ataúd, para asombro de todos el menor presentaba signos vitales. A consecuencia de este suceso, acudieron a diferentes hospitales donde terminaban declarándolo muerto y posteriormente presentaba signos vitales.

El párroco local sugirió a la familia que el afectado podría sufrir de catalepsia, que es un trastorno nervioso repentino que se caracteriza por la inmovilidad y rigidez del cuerpo y la pérdida de la sensibilidad y de la capacidad de contraer los músculos voluntariamente, lo cual aparenta que ha fallecido la persona que lo padece.

Los padres del menor, estaban muy angustiados por lo que en vez de tenerlo en un ataúd, lo mantenían en cama, "por si revivía". Esto se debe a que cada que el menor fallecía, no presentaba signos de descomposición y temían que pudieran enterrarlo vivo.

El menor presentaba marcas en su cuerpo, por lo que algunas personas comentaban que eran marcas divinas y otras personas decían que eran marcas de descomposición. Aún así fue llamado como el niño milagro.

Esta historia sucedió en 5 días.Se asegura que fueron en cuatro ocasiones en las que el menor falleció y revivió, incluso se habla de una quinta ocasión, sin embargo esta última no puede asegurarse. Lamentablemente para la familia la última vez que sucedió esto, el menor comenzó a presentar signos de descomposición. El mal olor fue lo que los convenció que la ultima vez no reviviría. por lo que decidieron darle sepultura.

Las Brujas de Tlaxcala


Hace algunos años en el estado de Tlaxcala muchos niños recién nacidos murieron en sus cunas, y generalmente eran pequeños que no habían sido bautizados, por lo cual entre los habitantes las sospechas de la existencia de brujas tomaba fuerza, pues esta leyenda inició en le época prehispánica cuando se hablaba acerca de diversas mujeres que se convertían en animales para entrar a las casas y chupar la sangre de los bebés; a estas brujas también se les denominaba nahuales.

Para ser más exactos, a principios de los años 90´s una epidemia invadió el Estado del cual hablamos, pues muchos bebés durante la madrugada morían en sus cunas y en todos los casos coincidía la aparición de moretones en el pecho y en la espalda de los pequeños. Estas marcas según comentan los pobladores, se debían a las brujas, que por la noche viajaban conviertiéndose en bolas de fuego que se podían ver en el cielo y que hacían que las personas adultas se sintieran somnolientas, oportunidad que ellas aprovechaban para succionar sangre a los bebés hasta matarlos.

Para detener estos sucesos, los pobladores decidieron utilizar algunos métodos que hace mucho tiempo se utilizaban pata ahuyentarlas como poner espejos en las paredes, colocar tijeras abiertas debajo de las almohadas de los bebés, vasos con agua debajo de las cunas o amarrando listones en las manitas de los pequeños.

Fue así como poco a poco estos acontecimientos fueron dejando de ocurrir, sin embargo a la fecha aún podemos escuchar este tipo de relatos en donde grandes bolas de fuego recorren el cielo en busca de pequeñas criaturas para alimentarse.

La Niña con Cabeza de Muñeca


Hace muchos años en Aguascalientes nació una terrible historia cuando una niña acompañó a su padre a trabajar en el aeropuerto donde arreglaba aviones. El padre dejó a la niña en un lugar seguro mientras él iba a reparar una turbina, lamentablemente la niña por curiosidad fue a jugar junto con su muñeca muy cerca del avión, que en cuanto funcionó, la turbina extirpó la cabeza de la niña y el cuerpo de su muñeca.

Los trabajadores solo escucharon un desgarrador grito de la niña, cuando fueron a buscarla, encontraron el cuerpo de la pequeña y la cabeza de su muñeca, pero sus otras extremidades nunca fueron encontradas. Pasó el tiempo y ese aeropuerto se convirtió en el Parque Héroes Mexicanos, en cuanto comenzó a funcionar, fenómenos paranormales comenzaron a ocurrir a los visitantes del parque durante las noches.


Hay testigos que dicen que cuando está más desolado el parque, es cuando el espíritu de la niña se manifiesta, siempre empieza con un susurro en el cual la niña pregunta ¿Quieres jugar conmigo?, muchos salen corriendo sin ver hacia atrás, pero los que se atreven a voltear aseguran ver una niña ensangrentada cuya ropa esta desgarrada y su cabeza es el de una tétrica muñeca.

Incluso muchos padres de familia han visto que sus hijos juegan con alguien que no pueden ver, sin embargo los niños se refieren al ser invisible como a una niña. Los rumores dicen que la niña aún no puede irse a descansar ya que su cabeza y parte de su muñeca aún siguen en el parque.

sábado, 3 de agosto de 2019

Mokele-Mbembé


Los relatos y la tradición oral de varias tribus africanas lo describen como un animal de color gris parduzco y de tamaño superior al de un elefante, de unos 4 a 6 metros de alto y 5 a 10 metros de largo.

Tiene el cuello largo y flexible y un solodiente , aunque muy grande; otros relatosaseguran que se trata de un cuerno . Unos pocos hablan de una cola musculosa como la de un caimán . Vive en los ríos y trepa a las orillas en pleno día para buscar alimento. Sus huellas se parecen a las del hipopótamo, aunque son mayores y palmeadas; según algunos exploradores,son circulares, del tamaño de una sartén, con tres dedos. Su dieta estaría compuestamayormente por vegetales, aunque hay reportes de que cazarían humanos ehipopótamos. Es interesante notar que hay una pequeña población de estos últimos en los pantanos del río Likouala.

Elementos míticos


Las historias sobre el Mokèlé-mbèmbé son aparentemente un antiguo componente de la tradición oral de varias tribus africanas, entre ellas la de los pigmeos . Los pescadores nativos muestran una especial aversión a ciertas zonas pantanosas en donde se cree que habita la criatura, en vista de su presunta habilidad para cazar humanos .

Relatos

Recientemente se dio a conocer un relatoque describe una supuesta matanza en1960 de un ejemplar de mokèlé-mbèmbé en las cercanías del Lago Télé.

Según esta historia, un grupo de pigmeos de la zona pantanosa del Likouala construyó una pared para mantener a estas criaturas araya. Una de ellas pudo atravesar la barrera, lo que originó la feroz respuesta de los nativos. William Gibbons señala: (El) Pastor Thomas [quien conocía a los nativos] también mencionó que dos pigmeos imitaron los gritos del animal mientras era atacado y lanceado... más tarde se celebró un festín por la victoria, durante el cual partes del animal fueron cocinadas y consumidas.

Sin embargo, aquéllos que participaron de la fiesta eventualmente murieron ya fuera por envenenamiento alimenticio o por causas naturales. En todo caso, debe subrayarse que los pigmeos rara vez viven más de 35 años, y que las mujeres de la etnia dan a luz desde los doce años. Algunas personas también cree que la mitificación (poderes mágicos, etc.) relacionados con Mokele-mbembes (sic) empezó con este incidente."

La Novia Cadáver del Dr. Carl Von Cosel


Carl von Cosel dejó su ciudad natal de Dresde (Alemania) en 1927 rumbo a Key West, Florida, en busca de una nueva vida. El médico tenía entonces 50 años de edad. Una vez ahí, Cosel comenzó a trabajar en el Hospital de la Marina de los Estados Unidos como radiólogo y patólogo. Dotado de gran inteligencia, tenía un taller en su casa, donde construyó numerosos inventos, como un avión hecho de chatarra y equipo militar sobrante al que cariñosamente llamaba “Condesa Elaine“. Y así, el médico experimentado llevaba su vida, hasta que en abril de 1930 una paciente cambiaría totalmente su historia.

Maria Elena Milagro de Hoyos, una bella joven cubana de 21 años de edad que había sido diagnosticada con tuberculosis y recibía la atención del Dr. Cosel, que en la primera quedó totalmente enamorado de la chica. Obsesionado por esta pasión, Carl intentó recurrir desesperadamente a todo tipo de tratamiento para salvar a la pobre Elena, desde invenciones de pociones hasta descargas eléctricas en la paciente, pero todas sin éxito. Elena murió poco después, a los 22 años en su casa, y Cosel se mantuvo a su lado hasta el último aliento. Devastado por la muerte de su amada, el médico se ofreció a pagar el funeral y construyó un mausoleo diseñado por él mismo, con un ataúd lleno de sustancias metálicas tales como formaldehído para preservar el buen estado del cadáver, todo para darle un descanso a su digna musa. Hasta ahora, una historia de amor triste ¿no? Pero ahí es donde comienza la rareza …

Cada noche Carl visitaba el sarcófago de Elena y pasaba horas conversando con lo que él imaginaba era la joven, hasta que un día, de acuerdo con el médico, ella le pidió ser retirada de la prisión en que estaba, para que pudieran ser felices juntos. El doctor no lo pensó dos veces y saco el cadáver de su lugar de descanso, llevándolo a la Condesa Elaine (el avión).


A partir de ahí la obsesión de resucitar a Elena hizo a Cosel capaz de las mayores locuras. El médico fijó los huesos del cuerpo con ganchos de alambre y cuerdas de de piano, llenó de trapos mojados con sustancias los órganos ya deshidratadas de su ex paciente, reparó su piel con cera, seda y yeso, sustituyendo sus ojos podridos con ojos de vidrio para así recrear una cara muy espantosa de la joven, que una vez había sido tan hermosa. Días después Cosel la vestía con vestido de novia, tiara, velo y perfumada sobre su cama celebró una ceremonia de casamiento. Y sí, el matrimonio se consumó con el cadáver de la pobre Elena. Carl pasó nada menos que siete años viviendo con la difunta.

La “alegría” del médico sólo terminó en 1940, cuando sospecharon de los rumores sobre lo que podría estar ocurriendo, Florinda – una hermana Elena – descubrió la relación macabra de su “cuñado” con el cadáver. La historia generó conmoción general y durante tres días el cuerpo momificado de Elena fue expuesto en la funeraria. Hay informes de algunas personas mayores, niños en el momento, de que pasaron muchas noches sin dormir después de ver a la espantosa muñeca cadáver. Poco después fue enterrada sin identificación en el cementerio de la ciudad para que finalmente descansara tranquilamente, sin correr el riesgo de ser robada de nuevo.

En cuanto al doctor Carl von Cosel, lo que siguió fue un poco curioso. Mientras el médico despertó el odio de la familia de su ex paciente y “esposa”, al mismo tiempo se había ganado muchos fans debido a su “historia de amor”. Dos de ellos consiguieron la libertad bajo fianza y el enamorado pudo vivir en libertad en espera de juicio. Además, Carl “ganó” el derecho a “disfrutar” de los servicios de un grupo de prostitutas cubanas “de forma gratuita”. Como el delito prescribió, el médico ganó la libertad y, sorprendentemente, fue declarado mentalmente sano, sin ningún tipo de enfermedad.

La historia acaba de terminar el 3 de julio de 1952, cuando Carl fue encontrado muerto abrazado a una imagen de cera de su amada Elena.

La Leyenda de la Planchada


De esta leyenda hay muchas versiones, pero la más sonada ocurrió en el Hospital Juárez, fundado en 1857, y ubicado desde entonces en el cruce de las calles José María y Fray Servando, colonia Centro. Se dice que en ese lugar trabajó una atractiva mujer llamada Eulalia, cabello rubio y ojos claros, pero lo más característico de ella era su uniforme bien planchado y limpio.

Cuentan que además de ser muy bella, también estaba muy comprometida, en todo momento mostraba amabilidad, tanto con el personal como con los pacientes, y así siguió, hasta que una mañana llegó al hospital un joven médico de nombre Joaquín, que, según se dice, era un hombre guapo, alto e inteligente.

Pero en aquella ocasión Eulalia no tuvo el gusto de hablar con él, ya que se encontraba atendiendo a uno de sus pacientes, tiempo después supo por voz de otros que el nuevo doctor era arrogante y grosero, por lo que no le interesó tener trato con él.


Un día le pidieron que ayudara al doctor Joaquín a extraer una bala de un paciente, en ese momento surgió el flechazo, varias veces le advirtieron a Eulalia que ese hombre no era buena persona y que además tenía amoríos con otras enfermeras, pero ella no hizo caso y en pocos días se hicieron novios.

Al paso de un año, él le propuso matrimonio, situación que llenó de alegría a la enamorada enfermera, sin embargo tenían que esperar un poco para la boda, ya que el doctor Joaquín tenía que viajar durante 15 días a un seminario. Antes del viaje, él le pidió que le planchara un traje y que en la tarde pasaría por él, cuando el médico pasó a recoger el tacuche, se despidió, no sin antes prometer amor eterno.

Así pasaron varios días, ella atendiendo a los enfermos con la devoción que la caracterizaba. En una ocasión se encontraba en uno de los pasillos del hospital cuando una mano en la espalda la sorprendió, era un joven enfermero que se acercó a ella, para invitarla a una fiesta y de paso le confesó su amor, ofendida respondió que no, y le recordó que ella sostenía una relación con el doctor Joaquín.

Pero en aquella ocasión Eulalia no tuvo el gusto de hablar con él, ya que se encontraba atendiendo a uno de sus pacientes, tiempo después supo por voz de otros que el nuevo doctor era arrogante y grosero, por lo que no le interesó tener trato con él.
A partir de ese momento la vida de Eulalia cambiaría, ya que se enteró por boca de ese joven que su enamorado se encontraba de luna de miel y que además había renunciado al hospital. Con la esperanza de que aquello fuera mentira, corrió al registro para averiguar si la noticia era cierta, y efectivamente, él había renunciado.
A raíz de ello, la enfermera impecable y amable se fue, se volvió una mujer amargada y que además dejó de realizar su trabajo con el mismo entusiasmo. Dejó de preocuparse por su aseo personal, además de que también descuidó a sus pacientes, maltratándolos y causando la muerte de muchos al no medicarlos correctamente.

Corrieron los años y ella cayó enferma, formando parte de los pacientes del Hospital Juárez. Se cuenta que ella se arrepintió de causar tanto sufrimiento a los internos y hasta antes de morir lo hizo saber. Desde el día de su muerte se dice que ronda el alma en pena de la enfermera por el hospital para pagar su culpa y hay quienes aseguran haberla visto con su uniforme bien planchado y limpio.

jueves, 1 de agosto de 2019

La Historia de Santa Inocencia


La Historia de Santa Inocencia, sus reliquias, que consisten en el resto de una mano y un recipiente con su posible sangre, prosigue en 1860 cuando el Convento de las Agustinas es clausurado, pero las reliquias se conservaron en ese lugar por más de 40 años, hasta que en 1915 son llevadas al Templo de San Sebastián, y en 1925, fueron trasladadas a la Catedral de Guadalajara, que es una basílica consagrada a la Asunción de la Virgen desde 1516.


Cuenta la conseja popular que hace muchos años una niña llamada Inocencia, escuchaba atenta a sus compañeritas de la escuela platicar sobre su primera comunión; para ella esto era un sueño pues quería recibir el cuerpo de cristo. Un día llegó muy alegre a casa y le dijo a su padre que quería hacer su primera comunión; éste comenzó a golpearla de una manera inhumana prohibiéndole que se acercara a las personas que la querían convencer de 'tal tontería'.

Un día la monja que impartía el catecismo le extrañó escuchar rezos y cánticos fuera del lugar. Grande fue su sorpresa al encontrar a la niña hincada sobre el musgo haciendo oración. Conmovida, la invitó a que tomara las clases dentro de la casa. 'Es mejor tener al bien aliado, que al mal', le dijo la monja.

Llegado el gran día, varios niños vestidos de blanco y con vela en mano esperaban en la entrada de Catedral, entre ellos Inocencia luciendo un vestido de encajes que la monja le había conseguido. Por fin, Inocencia experimentó esa sensación de recibir el cuerpo de Cristo.

Llena de alegría se dirigió a su casa para darle la noticia a su padre; al no encontrarlo en la sala, se encamino a la cocina y lo vio preparándose algo. Inocencia le dio la buena nueva y él, agachando la cabeza, se volteó velozmente y le clavo en el pecho un cuchillo. El señor huyó sin saberse su paradero, mientras los vecinos alertados por el grito que escucharon se arremolinaron alrededor del cuerpo de Inocencia. Por semejante suceso la trasladaron a la Catedral donde hasta hoy su cuerpo descansa en paz, siendo testigo mudo del amor profundo de una niña por la eucaristía.

El Encierro, el Sádico y Macabro Caso de Sylvia Likens


El 26 de octubre de 1965, fue encontrado sin vida el cuerpo desnutrido, torturado y violado de Sylvia Likens. Una joven de 16 años, la tercera hija de Lester y Bertha “Betty” Likens, unos padres disfuncionales y con problemas económicos que, en junio de 1965, decidieron dejarla junto con su hermana pequeña Jennifer, al cuidado de una ama de casa llamada Gertrude Baniszewski, quien criaba a sus 7 hijos (de distintos y fracasados, matrimonios) y a quien habían conocido pocos días antes en la Iglesia.

Sylvia era una muchacha callada y agradable a la que todos querían, que además ayudaba fregando los platos y planchando. Su hermana Jennifer también era muy callada, y había nacido con una pierna encogida, que había ido avanzando hasta llegar a poliomielitis. A pesar de su discapacidad, se las arreglaba para bailar y montar en patineta, y llevar la vida normal de una niña de su edad. Sus padres pagaron a Baniszewski unos muy necesitados 20 dólares a la semana por cuidar de las niñas, y quedaron convencidos de que Gertrude cuidaría de Sylvia y Jenny como dos más de sus hijos.


Gertrude Baniszewski pasó una vida de carencias materiales y emocionales. Su padre murió cuando ella tenía once años, dejando a su madre con seis niños para criar. Cinco años más tarde, a los dieciséis, Gertrude dejó el colegio y se casó con John Baniszewski, de dieciocho años. Tuvo cuatro hijos. Ella y John se divorciaron luego de diez años de relación.

Ella se casó de nuevo, esta vez con Ed Gutherie, pero esta unión sólo duró tres meses. Gertrude se dio cuenta de que había cometido un error. Luego cometió uno más grande: se volvió a casar nuevamente con su primer marido, John, y tuvo dos hijos más antes de divorciarse de él por segunda vez en 1963.

Nunca acostumbrada a estar sola, Gertrude se mudó con Dennis Lee Wright y, prontamente, dio a luz al niño número siete antes de que Dennis se fuera. Durante esta serie de embarazos, Gertrude también tuvo seis abortos.

Para 1965, Gertrude tenía treinta y siete años y se veía como una persona de sesenta. Fumaba sin parar, bebía constantemente, sufría de asma y tenía una serie de achaques. Su única entrada económica consistía en lo que podía extraer de los padres de sus hijos. Para completar sus gastos, planchaba ropa a encargo.

Un día, dos desconocidos llamados Betty y Lester Likens le pidieron a Gertrude que cuidara de sus dos hijas mientras ellos trabajan para un circo en Florida. Las dos niñas ya conocían a los hijos de Gertrude: los habían visto a la salida de la iglesia. Los padres le ofrecieron veinte dólares a la semana y Gertrude aceptó.

En el verano de 1965, Sylvia de dieciséis años, y Jenny de quince, se mudaron con Gertrude y sus hijos al 3850 de East New York St., en la pacífica ciudad de Indianápolis, Indiana.

La primera semana en la casa de Gertrude no ocurrió nada fuera de lo normal. Las dos chicas Likens parecían llevarse bien con los chicos Baniszewski.

Siete días después de que las niñas llegaran a la casa de Gertrude, el cheque prometido por los padres se retrasó. Gertrude sin mediar palabras, les dijo: “Bien, perras, he cuidado de ustedes durante una semana por nada”; acto seguido, las llevó al sótano y las azotó con un cinturón. Jenny no aguantó el castigo y Sylvia se ofreció para que a ella le tocara también el castigo de su hermana; Gertrude accedió. Al día siguiente, llegó un sobre con los veinte dólares por correo; se había retrasado por una confusión del cartero.

Dos días más tarde, los Likens se tomaron un tiempo libre del empleo en el circo para pasar por la residencia de los Baniszewski para ver cómo estaban sus hijas. Por temor, las jóvenes no se quejaron ni contaron lo sucedido. Todo parecía estar bien, así que los Likens se regresaron tranquilos y convencidos de que todo estaba bien.

Poco a poco fueron pasando los días en aparente calma, hasta que por alguna razón Gertrude se convenció de que Sylvia estaba pasando demasiado tiempo en la tienda de alimentos. Sylvia trató de explicarle que había encontrado unas botellas de refresco vacías y estaba devolviéndolas para ganar un poco de dinero extra. Gertrude no quería oírla. Decidió castigar a Sylvia pegándole con una paleta. La paleta tenía un espesor de casi un centímetro.

Luego de esa primera vez, Sylvia siempre era culpada por romper las reglas de la casa. Cuando Gertrude se cansaba de sufrir de asma, ponía a su hija mayor, Paula como encargada de la paleta. Paula, una obesa chica de ochenta kilos, amaba su nuevo poder. Ella le aplicaba la paleta a Sylvia una buena cantidad de veces.

A medida que avanzaba el verano, parecía que para Gertrude todas las desgracias del mundo eran culpa de Sylvia. A la hora de la cena, en la mesa, Sylvia generalmente no recibía comida. Se le obligaba a observar cómo comían los otros. A veces, su hermana Jenny robaba un poco de pan para ella, pero era tanto el temor que sentía hacia Gertrude que nunca se atrevió a desafiarla.

Los castigos empezaron a aumentar en intensidad y frecuencia. En una ocasión, Paula acusó a Sylvia de que hablaba mal de ella. Gertrude tomó a la niña, la puso en la sala, delante de todos, y comenzó a quemarle los brazos con un cigarrillo encendido. Todo se convirtió en un juego perverso, orquestado por una mujer diabólica que estaba descargando las desgracias de su vida en una niña indefensa. El abuso continuó, interrumpido solamente cuando los de afuera entraban en la casa.

Un día, el reverendo Roy Julian pasó a saludar. Se fue bastante preocupado por Gertrude, pues en su condición de enferma era difícil soportar tal contingente de niños. La señora Saunder, enfermera de salud pública, hizo una llamada. Gertrude explicó que una de las niñas a su cuidado, Sylvia Likens, era una prostituta y estaba corrompiendo a sus hijos. La señora Saunders se compadeció, pero nunca regresó. Gertrude decidió que Sylvia no estaba a la altura para dormir arriba con el resto de la familia.
La niña fue arrojada escaleras abajo con un empujón, al sótano que se parecía a un calabozo privado. Desde ese momento, sólo la alimentaron con galletas saladas y agua. Se desnutrió y deshidrató.

Cada cierto tiempo, los chicos la sumergían en baños hirvientes. Cuando era sacada, su cuerpo estaba rojo por el calor. Una vez se desmayó y fue arrastrada fuera del agua por el cabello. Sylvia, ahora cubierta por quemaduras de cigarrillos y otras heridas causadas luego de ser lanzada por el aire y arrastrada por el piso de cemento, recibió el tratamiento de Paula: le pasó sal por las heridas.

En varias ocasiones, ataban a Sylvia Likens a una viga de madera que había en el sótano, después de una gran cantidad de golpes que le propinaban ambos. En una ocasión, Richard Hobbs acogotó a Sylvia durante tanto tiempo que todo el mundo pensó que se había muerto.

Durante ese largo período, la señora Baniszewski contó por todo el vecindario que Sylvia era una prostituta, lo que causó que los vecinos no la miraran con buenos ojos. Luego obligó a la niña a escribir varias cartas donde detallaba escabrosos asuntos sexuales y confesaba que era una prostituta. Gertrude dijo además que Sylvia no había hecho más que causar problemas desde que llegó a su casa y que era una muchacha inmanejable, y que justamente por eso la había enviado al Reformatorio de Indiana.
Los vecinos y vecinas que vivían a lado de la casa de la señora Baniszewski oían gritos, lamentos, gemidos y golpes, pero no hicieron nada al respecto porque pensaron que era mejor no meterse en problemas.

El espíritu de Sylvia terminó por romperse y dejó de pelear por su vida. Fue el día en que Gertrude le ordenó a Jenny que cacheteara continuamente la cara de su hermana hasta que se pusiera totalmente roja. Luego del incidente, Sylvia ya no se resistió al abuso. Gertrude le arrancó la blusa y los pantalones cortos para dejarla totalmente desnuda; así permaneció de allí en adelante.

Atada en el sótano, tiritaba de frío y sufría hambre y sed, además del abuso de todos los que deseaban solazarse en su dolor. Muchos niños y adolescentes convirtieron en rutina su viaje vespertino al sótano para golpearla, quemarla, tirarla al piso y patearla entre varios, morderla, besarla y abusarla sexualmente. Otros iban a presenciar las vejaciones y a burlarse. Llevaban a sus novias e invitaban a otros amigos. Frecuentemente, estos otros invitados también decidían participar en los tormentos a la niña.

Gertrude llegó en una ocasión a obligar a Sylvia a que se introdujera por la vagina una botella de cristal de Coca Cola, ante la mirada lasciva y divertida de sus hijos y sus amigos. La botella se rompió estando dentro de la niña y le desgarró las paredes vaginales. Todos celebraron el hecho con risas y aplausos mientras Gertrude fumaba un cigarrillo tras otro.

Gertrude se cansó de la tarea, pero Hobbs se hizo cargo del trabajo y lo completó. Esa tarde, Coy Hubbard pasó por la casa. Golpeó a Sylvia en la cabeza con un palo de escoba, dejándola inconsciente.

A la mañana siguiente, Sylvia estaba incoherente y hablaba sobre irse con sus padres y alcanzarlos en la feria donde se encontraban. Tenía moretones por todo el cuerpo, hedía a causa de la falta de aseo y sus cicatrices de quemaduras resaltaban por todas partes de su piel. Gertrude decidió que debía mojarla con la manguera. Una manguera de jardín fue llevada hasta el sótano. Todo el mundo se rió mientras el agua salpicaba sobre el demacrado cuerpo de Sylvia. En un momento, ella ya no se movió. Sylvia Linkens estaba muerta.

Richard Hobbs llamó a la policía con la vaga noción de que ellos le aplicarían respiración boca a boca para resucitarla y todo estaría bien. Al ver el cuerpo, los oficiales y médicos declararon que el de Sylvia Likens era el peor caso de abuso físico que habían investigado en la historia del estado de Indiana.

Sylvia Likens murió por hemorragia cerebral, shock y desnutrición.

Los juicios fueron una sucesión de testimonios autoinculpatorios. Todos los adolescentes y niños aceptaron su culpabilidad y detallaron ante el horrorizado jurado los castigos a que habían sometido a la pequeña. Solamente Gertrude intentó zafarse de todo y lanzar la culpa sobre sus hijos y sobre los demás chicos. Declaró que ella no había sabido nada de lo que ocurría en su sótano, pero todos los demás dieron la misma versión: ella alentaba la tortura y participaba en ella. Jenny, la hermana de Sylvia, declaró lo mismo.

La mayoría de las personas que fueron invitadas a ver como torturaban a Sylvia, terminaban maltratandola también, la humillaron y violaron, y ellos parecían deleitarse con todos esos gritos de dolor y querían también maltratarla, en el momento del juicio, el fiscal les pregunto el porqué de su actitud, por qué maltrataban también a Likens, por qué no hicieron nada para ayudarla, todos contestaron que no sabían, ninguno de ellos supo justificar su actitud.

Gertrude Baniszewski fue hallada culpable de asesinato en primer grado y sentenciada a cadena perpetua. Se le recluyó en la Prisión de Mujeres de Indiana. Obtuvo su libertad condicional el 4 de diciembre de 1985, luego de estar veinte años en prisión. Poco antes de morir en 1990, Gertrude Baniszewski aceptó finalmente su culpabilidad, responsabilizando a sus problemas personales y a una serie de medicamentos que ingería.

Paula Baniszewski fue hallada culpable de asesinato en segundo grado y sentenciada a cadena perpetua. Obtuvo su libertad condicional el 23 de febrero de 1973, luego de servir siete años en prisión. Tuvo una hija en ese mismo año y la llamó Gertrude.

Coy Hubbard fue hallado culpable por homicidio impremeditado y sentenciado a 21 años de prisión. Se convirtió en un delincuente y volvió a la cárcel con frecuencia.

Richard Hobbs fue hallado culpable por homicidio involuntario y sentenciado a 21 años de prisión. Murió a los 20 años de cáncer de pulmón.

John Baniszewski Jr., pese a tener trece años de edad, fue sentenciado a cumplir 21 años de cárcel; fue el preso más joven del reformatorio de la historia de ese estado. Tras cumplir su condena, se convirtió en pastor laico, para contar su historia.

Stephanie Baniszewski fue hallada culpable por cómplice y fue sentenciada a cumplir 12 meses en prisión. Ella junto con Coy Hubbard arrojaron a Sylvia por las escaleras del sótano, lo que le produjo una hemorragia cerebral.