lunes, 11 de agosto de 2014
Dos Amigos: Indios y Lobos
Desde
luego los lobos no eran los únicos animales a los que los indios
respetaban, en todas las tribus que existieron, tenían las mismas
normas respecto a los demás animales, se cazaba lo necesario para
alimentarse, y siempre se pedía antes permiso a la madre naturaleza.
Al
matar el animal se le honraba con una petición: que el espíritu del
animal penetrara en el cazador, tomando así las grandes virtudes del
animal.
El
lobo era uno de los animales al que más respetaban y el espíritu
del lobo representaba la fuerza, la inteligencia y la nobleza.
Mitos De La Creación
Eran
numerosas las tribus de América, pero todas quedaron plasmadas
finalmente en diversas clasificaciones. Una de ellas es la que
propone a los algonquinos e iroqueses del este, los pescadores del
noroeste, los esquimales del norte, los cazadores de búfalos o
indios de las praderas occidentales, y los del lejano oeste en la
zona del desierto y California.
Todos
estos grupos, a pesar de las grandes distancias que los separaban
(tanto espaciales como lingüísticas), tenían unos mitos y unas
leyendas comunes sobre su propia creación que les vinculaba
directamente con la naturaleza.
En
la primera parte del mito se cuenta cómo los dioses o pueblos
primitivos habitaban un mundo de paz y armonía. Poco a poco, esa
unidad fue rota por los intereses personales y las acciones que,
conscientes o no, hacían daño a los demás. Los dioses se
metamorfosearon gracias a sus poderes, convirtiéndose en todo lo que
hoy conocemos: árboles, flores, el Sol, las estrellas, pájaros,
peces... Sólo un reducido número se abstuvo del caos y la discordia
y continuó viviendo tan armoniosamente como lo hiciera hasta
entonces.
La
segunda parte del mito narra cómo ese pequeño grupo de dioses pasó
a crear el mundo que conocemos actualmente. Aquí las diferentes
tribus difieren en sus versiones. Algunas, como la de los sioux,
tienen la creencia de que su raza sobrevivió en un pueblo
subterráneo cerca de un inmenso lago. Varios hombres subieron cierto
día por las raíces de unos viñedos que despuntaban en la tierra y
quedaron maravillados al ver la gran cantidad de alimentos vegetales
y la abundancia de animales de la superficie en comparación con lo
pobre de su subsuelo. Bajaron de nuevo a contarlo y el pueblo entero
abandonó sus hogares y les siguió; pero no todos lograron subir, ya
que el peso de una mujer corpulenta hizo que la planta se rompiera.
Esta
leyenda, además, es la base de las creencias siouanas de la
reencarnación, puesto que tras la muerte piensan que su alma
regresará a aquel lugar subterráneo, unos bajando a través de las
raíces, mientras que otros no podrán realizar el pasaje debido al
peso de sus pecados y permanecerán en la superficie.
Tribus
distintas sitúan su origen en la creación de los hombres por parte
de su máxima deidad o Gran Espíritu (el Gran Manitú entre los
algonquinos e iroqueses, y Wakan-Tanka en el lenguaje de los indios
de las praderas) a partir del barro modelado, previamente extraído
de las profundidades del mar, que después era colocado sobre la
tierra para que desarrollara su vida.
Otros
pueblos, no obstante, tienen el mito común de que el Gran Espíritu,
desde el cielo, o el mismo Sol, al mirar a la Madre Tierra la
fecunda, y de ella nacen los primeros hombres que conforman las
actuales tribus amerindias.
El Indio Tal Y Como Lo Hizo El Gran Espíritu
¿Has
comido bien, hermano? ¿Tienes hambre? Éste es el saludo del piel
roja. Los blancos se preguntan por la salud, el indio piensa que el
que tiene el estómago lleno olvida sus desgracias.
Para
el piel roja el tiempo no significa nada. El curso del Sol le informa
sobre ciertos momentos del día. De un día a otro pasará un sueño.
El piel roja habla también de lunas, porque ha advertido el fenómeno
del ciclo de nuestro satélite.
Las
estaciones son los momentos en que podrá recoger frutos o en que los
bisontes regresarán a la llanura, o cuando el suelo está helado.
Para hablar de un año dirá de una nieve a otra; la nieve es lo que
cuenta, porque significa frío y sufrimiento. Lo que el indio no
pueda hacer en una nieve lo hará en otra.
El
paso del tiempo no representa gran cosa para unos hombres que rara
vez mueren de vejez en su camastro, sino más bien de frío, hambre o
por la bala del fusil de un blanco. Cuando vea al hombre blanco
apresurarse para terminar las cosas cuanto antes, el piel roja dirá
con una sonrisa compasiva: El rostro pálido se vuelve loco de tanto
precipitarse.
El
indio concede mucha importancia a su muerte, y a la vista de una
bella mañana soleada dirá: Es un buen día para morir. Gracias a su
muerte se seguirá hablando de él cuando haya entregado su alma al
Gran Espíritu.
El
piel roja es temperamental, puede sentirse muy orgulloso de sí y
proclamarlo a voz en cuello o bien, avergonzado, ocultarse de todos.
Se muestra tan puntilloso por el bien parecer que le desagrada
importunar a los otros con preguntas.
El
indio no blasfema, su vocabulario carece de insultos, y la peor de
las ofensas es llamarle vieja o vieja cepa podrida. El bravo ofendido
se retira mohíno a un rincón hasta que el ofensor acude a
presentarle sus excusas, que serán tanto más rápidamente aceptadas
cuanto más costosos sean los regalos que las acompañen.
La
pregunta directa es la peor de las descortesías, y precisamente por
eso un piel roja jamás dirá a uno de sus hermanos de raza: ¿ De
dónde vienes? ¿Qué has hecho?. Tan curioso como una vieja lechuza,
dará un largo rodeo hasta conseguir la respuesta sin haber formulado
la pregunta. Los hombres blancos, que no conocían esta
particularidad, se quejaban siempre de que los pieles rojas nunca
respondían a sus preguntas y de que llegaban incluso a adoptar un
semblante triste cuando se las formulaban. Sí, el indio se sentía
triste al ver hasta qué punto podían ser descorteses aquellos
hombres que se decían civilizados.
Si,
por azar, un indio mataba a un blanco, los soldados de chaquetas
azules acudían a la tribu para apoderarse del culpable. Con objeto
de hacerse perdonar, éste les ofrecía tres o cuatro caballos como
indemnización, pero los rostros pálidos nunca los aceptaban y se lo
llevaban para ahorcarlo. Los pieles rojas han considerado siempre que
un hombre que se balancea al extremo de una cuerda es una visión
mucho más horrible que la falta que haya podido cometer. Si
acontecía que un indio mataba a otro, la familia del muerto exigía
una reparación, el culpable ofrecía unos regalos y el incidente
quedaba zanjado. Si no podía realizar éstos se exiliaba,
avergonzado, o era perseguido por los suyos por no haber respetado
las costumbres. Los indios no reconocían el derecho de castigar con
la muerte a uno de los suyos. Unos sioux, tras haber visto cómo unos
blancos ahorcaban a otros blancos, juraron no tener jamás contacto
alguno con tales salvajes.
Esta
manera de ver las cosas abría un foso entre blancos y pieles rojas.
Las palabras valentía y cobardía tampoco tenía para los indios el
sentido que les dan los hombres blancos.
Totalmente
carentes de prejuicios ante los cambios de opinión, los pieles rojas
podían entablar un combate y detenerlo pocos minutos después por
una razón práctica; esta conducta no podía ser entendida por los
blancos.
Si
el piel roja gusta de las bellas leyendas y de las verdes praderas,
su sentido artístico no empaña en nada su sentido práctico. La
verde pradera es verde a sus ojos porque engorda los bisontes de los
que el piel roja se alimenta. Un bello bosque podrá ser una arboleda
de troncos medio calcinados por el incendio entre los cuales pasar
fácilmente el cazador y a los que abatirá con pocos esfuerzos para
calentarse. Una ristra de perniles de alce será una decoración
inigualable a la entrada de su tipi. Los barriles de madera que
utilizaba el hombre blanco pueden convertirse en el más maravilloso
de los objetos porque con el metal de sus aros el indio tallará las
puntas de sus flechas y de sus lanzas, que tan útiles le resultan
para la caza. El indio es positivo y considera que más vale pájaro
en mano que ciento volando. Pero esto no impide que sepa sonreír
cuando pierde.
La
filosofía del indio se halla sobre todo determinada por los sueños.
Toma esta filosofía del más allá, en la interpretación de los
ensueños o de las humaredas y en el vuelo de las aves, pero lo más
importante son los sueños. El indio, como cualquiera, sueña
mientras duerme, pero este sueño no es tan fuerte, tan profético
como el que puede obtener en la tienda ritual. En esta tienda,
construida de diferentes maneras según las tribus, recibe un baño
de vapor, sudando copiosamente. Entre los indios de las praderas se
trata de un tipi de pequeñas dimensiones y especialmente dispuesto.
Entre los indios de los bosques es un wigwam, cabaña reservada a
este efecto. En ambos casos dispone de un agujero excavado en el
centro del baño de vapor, donde se coloca el fuego. Encima de éste
se sitúa una especie de rejilla sobre cuatro patas. Las mujeres se
encargan de encender el fuego que luego cubren con piedras. Cuando ya
están muy calientes, el indio se coloca en la rejilla y las mujeres
arrojan agua sobre las piedras, con lo que se desprende un abundante
vapor. A veces permanece durante varios días en esta tienda,
mientras las mujeres mantienen el fuego y no dejan de arrojar agua
sobre las piedras. Allí, en un ayuno ritual, el indio transpira
abundantemente y llega a sufrir varios síncopes y alucinaciones que
interpretar al recobrar la conciencia. Al salir de la tienda ritual
su conducta se guiará por la interpretación de los sueños. Si el
nuevo inspirado declara haber recibido un mensaje y éste es
aceptado, puede cambiar el curso de la vida de toda la tribu. Estos
sueños son la base de las expediciones bélicas y de las grandes
partidas de caza. Pueden también obligar a la tribu entera a cambiar
de campamento y a instalar la aldea a quinientos kilómetros del
lugar donde se hallaba.Cada clan tiene sus brujos; entre los sioux es
el chamán. Éste dispone de toda una gama de accesorios para
predecir el porvenir. Conserva el secreto de sus recetas, que
constituyen la fuerza de su medicina. Enciende fuegos y durante horas
examina escrupulosamente las volutas de humo; arroja al suelo un
puñado de ramitas e interpreta las formas geométricas que componen.
Hace otro tanto con guijarros, leyendo con idéntica facilidad en la
arena, en las nubes o en las entrañas de una rana: sus deducciones
pueden aportar la prosperidad... o conducir al peor de los
cataclismos.
Los
indios llevan consigo constantemente un saco que los primeros
norteamericanos llamaron medicina, pensando que contenía hierbas
para cuidar las heridas y las enfermedades pero no se trataba de nada
de eso. Confeccionado generalmente con la piel de un animal, el
saco-medicina se halla siempre adornado, puede ser grande o pequeño,
de piel de armiño, de lobo, de rana, de lince o de ave; la medicina
comienza ya con la piel elegida. En ciertas tribus, el indio tiene
dos sacos- medicina: uno, secreto y precintado, que no se abre nunca
y va cosido a la ropa o atado al cuerpo; el otro le sirve de morral
donde coloca su pipa, el tabaco, las pinturas para su cuerpo y sus
talismanes. Estos últimos pueden ser una garra de oso, una piedra,
una pluma, una pata de liebre, la oreja de un enemigo o cualquier
otra cosa. Los dos sacos tienen el mismo carácter sagrado, porque
los dos guardan objetos sagrados. El saco-medicina es la propia vida
del piel roja y su protección. Todo depende de él, y para agradar a
su medicina, el indio acaricia el saco, ofrece banquetes en su honor
o se inflige duras penitencias si cree haber provocado su cólera. En
este saco se hallan reunidos lo bueno y lo malo. Al llegar la
pubertad, el joven indio se aleja de la tribu y ayuna aislado.
Durante largos días llama al Gran Espíritu y elige al primer animal
entrevisto en los sueños de su delirio. El joven ya no tiene más
que regresar a la aldea, recobrar sus fuerzas y lanzarse armado a la
búsqueda del animal designado por el Ser Eterno; este animal se
convierte en su protector para toda la vida y con su piel el indio
confecciona su saco. Nunca más podrá volver a matar un animal de
esta especie sin destruirse a sí mismo. La medicina es un don del
Gran Espíritu, del que el indio no puede disponer; vender su saco,
darlo, perderlo, dejárselo quitar, convierte a este desgraciado en
un-hombre-sin-medicina, que pierde en el acto el respeto de los
suyos. Al indio así desposeído y afligido sólo le queda un
recurso: arrancar el saco- medicina a un enemigo y regresar a su
campamento para recuperar sus antiguos privilegios.
sábado, 9 de agosto de 2014
Perlas De La Sabiduria
En
las largas noches de invierno los cazadores indios se reunían
alrededor del fuego para escuchar las tradiciones históricas, las
leyendas... y cuentos de hadas que les habían contado sus padres y
los padres de sus padres...
Cuando
se encuentran dos seres son como dos pájaros delante de una llama.
Esta llama tiene dos lados, uno que calienta y otro que quema. El
lado que te calienta es el lado que te gusta de la otra persona. El
lado que te quema es el lado que no te gusta de ella. Si tienes la
paciencia de sentarte al fuego y de aguantar la quemadura hasta que
poco a poco se va apagando la llama que quema, hallarás la llama que
calienta y estarás bien. Si no tienes esa paciencia tendrás que
dejar el fuego, o quemarte más allá de lo que quieres. Tendrás que
dejar muchos fuegos, quemarte muchas veces y quizá un día te
quemarás en tu propio fuego.
Leyenda
Amaisi-Yaqui, La voz del viento
Lo
que les sucede a los animales, también les sucede a los hombres. Eso
lo sabemos muy bien. Todo está unido entre sí, como la sangre que
une a una misma familia. Todo está unido. Lo que acaece a la Tierra,
les acaece, también, a los hijos de la Tierra.
Gran
Jefe Seattle
Permanecía
yo entonces allí, de pie, sobre la más alta de las montañas y
abajo, a mi alrededor, estaba el círculo del mundo. Y mientras allí
estuve contemplé más de lo que pude describir y comprendí mucho
más que lo hasta entonces visto; porque veía de un modo sagrado la
forma de todas las cosas en el Espíritu y la forma de todas las
formas, como si todo viviera unido cual si fuera un único ser. Y
contemplé como el círculo sagrado de mi pueblo formaba parte de los
muchos círculos que componen el Gran Círculo, amplio como la luz
del día y como la luz de las estrellas en la noche, y en su centro
crecía un árbol poderoso y florecido, para cobijar a todos los
hijos de una misma madre y de un mismo padre. Y vi que esto era
sagrado.
Alce
Negro
Desde
su juventud, Caballo Loco (Tashunka Witko) había sabido que el mundo
en que vivían los hombres era sólo una sombra del mundo real. Para
entrar al mundo real él tenía que soñar, y cuando estaba en el
mundo real todo parecía flotar o bailar. En este mundo real su
caballo bailaba como si fuera salvaje o estuviera loco, y por esta
razón se llamaba a sí mismo Caballo Loco. Había aprendido que si
entraba soñando en el mundo real antes de una pelea, podría
resistir cualquier cosa.
Dee
Brown, Bury my Heart at Wounded Knee
Todo
lo que hace el Poder del Universo lo hace en forma de círculo. El
cielo es circular, y he oído decir que la tierra es redonda, y las
estrellas son redondas. El viento, en su fuerza máxima, se
arremolina. Los pájaros hacen sus nidos en forma de círculos, pues
tienen la misma religión que nosotros. El sol sale y se pone en
círculo, como la luna. Incluso las estaciones forman un círculo
enorme, y vuelven siempre a donde estuvieron. La vida del hombre es
un círculo de infancia a infancia. Nuestros tipis eran redondos como
los nidos de los pájaros, y siempre se disponían en círculo, el
aro de la nación, nido de múltiples nidos, en el que el Gran
Espíritu deseaba que nosotros empollásemos a nuestros hijos.
Nos
hicieron muchas promesas, más de las que puedo recordar.
Pero
de todas sólo cumplieron una.
Prometieron
despojarnos de nuestra tierra... y así fue.
Que
nuestra Madre Tierra se envuelva
en
una cuádruple túnica de harina blanca.
Que
sea cubierta de flores de escarcha.
Que
allá, en todas las montañas cubiertas de musgo
los
bosques se aprieten unos contra otros, de frío.
Que
sus brazos sean quebrados por la nieve
para
que la tierra permanezca así.
He
esculpido mi báculo de oración
en
forma de seres vivos.
Ofrenda
Zuñi
En
la gran noche mi corazón saldrá.
A
mi encuentro viene la oscuridad zumbadora.
En
la gran noche mi corazón saldrá.
Canto
Papago
Apresuraos,
¡Oh
hijos de los jefes de las tribus!,
en
convertiros en mi esposo
porque
yo haré de él
un
gran jefe gracias a mi padre.
Estoy
sentada sobre tesoros de cobre
y
mi padre dará privilegios a mi pretendiente.
Porque
mi ceñidor lo ha tejido mi madre
y
me lo pongo cuando velo las jarras
que
mi padre dará el día de mi boda
a
quien se case conmigo.
Canto
de una adolescentes Kwakiutl
El Nahual: El Hombre-Lobo Prehispánico
Teorías
ocultistas sobre el origen de la raza humana sugieren que el hombre
debe haber evolucionado pasando por diferentes formas minerales,
vegetales y animales antes de alcanzar su estado actual. Esta es una
forma primitiva para explicar el origen de las criaturas mitad
hombre, mitad animal.
México
es conocido, entre otras cosas, por sus shamanes, hechiceros y
curanderos (médicos de la tribu), a veces llamados Nahuales o
Naguales. Todos los pueblos y ciudades en México tienen al menos un
Nahual.
La
palabra azteca para Nahual es Nahualli, que significa lo que es mi
vestidura o piel, y se refiere a la habilidad del Nahual de
transformarse en una criatura mitad hombre, mitad animal (lobo,
jaguar, lince, toro, águila, coyote...). Ese vocablo también se
refiere a la nigromancia, ocultismo y malicia.
Antes
del apogeo de las grandes civilizaciones prehispánicas como la
Azteca o la Maya, los indígenas Yakis, Tarahumaras y Seris que
vivían al norte de México y el sur de los Estados Unidos (cerca del
900 d.C.) tenían nahuales. Estas civilizaciones se hallaban
asentadas en parte de lo que hoy son los estados americanos de
California, Nuevo México y Texas, y los estados mexicanos de
Chihuahua, Baja California, Sonora y Sinaloa. Ellos creían que si un
hombre puede llegar a conocer su espíritu primitivo o nahual,
entonces lo podía usar para curar a la gente y practicar la magia.
Muchos dibujos primitivos en viejas cuevas muestran a personas como
hombres-lobo.
En
el Imperio Azteca los nahuales eran protegidos por Tezcatlipoca, el
dios azteca de la guerra y el sacrificio. La leyenda contaba que un
nahual podía desprenderse de su piel y transformarse en una de estas
criaturas. Muchos cazadores aztecas y colonizadores decían que
durante la noche habían matado a un animal y al amanecer el cadáver
se había transformado en el de un hombre.
EL
Nahual sólo puede transformarse durante la noche y ataca a nuestros
hijos con hechizos infernales, dicen las personas desde la época de
la Colonia (1500-1800 d.C.) hasta el día de hoy. La Santa
Inquisición (el tribunal católico castigaba judíos, brujas, y
quien no fuera católico) persiguió a los nahuales durante mucho
tiempo. Pero la gente creía en su poder y a veces los protegían,
especialmente en las comunidades indígenas.
En
nuestros días, Carlos Castañeda, un antropólogo sudamericano que
estudia a los nahuales, ha publicado muchos libros acerca del tema
desde 1960: Las Enseñanzas de Don Juan, Una Realidad Aparent, y
Viaje a Ixtlán. Pero como nadie se ha tomado la molestia de
verificar su investigación, muchos dicen que es sólo un fraude.
Tan
sólo muestra una parte de los rituales secretos y hierbas utilizadas
para transformarse en una de estas criaturas, y la manera de
contactar nuestro nahual interno. Los libros son muy confusos y
tienen menos información que la que es conocida públicamente. Un
nahual puede tener varios espíritus que lo protejan, a la manera de
los indios norteamericanos. Básicamente todos los ritos de las
civilizaciones americanas se parecen.
El
día de hoy mucha gente, especialmente en las comunidades rurales de
México, cree en los Nahuales. El tema ha cobrado interés a partir
de 1982, porque el genetista Frank Greenberg de la Universidad Baylor
de Medicina descubrió a una familia mexicana con una afección que
los hace verse como hombres-lobo: sus cuerpos estaban cubiertos de
pelo de un modo muy parecido al hombre-lobo de la clásica película
de Hollywood The Wolfman (1945).
Esa
familia fue segregada de la sociedad, forzada a esconderse en su
hogar en el pueblo de Loreto, pudiendo hallar empleo sólo en un
circo.
La
leyenda de los Nahuales tiene partes obscuras, perdidas en el pasado,
en la mágica cosmología mexicana. Tal vez sus verdades sean
halladas, pero, hasta ese momento, todo puede ser posible.
Conjuro Sioux
Cuenta
una vieja leyenda de los indios Sioux, que una vez llegaron hasta la
tienda del viejo brujo de la tribu, tomados de las mano, Toro Bravo,
el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros y Nube Azul,
la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu.
-
Nos amamos..., empezó el joven.
- Y
nos vamos a casar..., dijo ella.
- Y
nos queremos tanto que tenemos miedo... queremos un hechizo, un
conjuro, o un talismán..., algo que nos garantice que podremos estar
siempre juntos..., que nos asegure que estaremos uno al lado del otro
hasta encontrar la muerte.
-
Por favor, repitieron. ¿Hay algo que podamos hacer?.
El
viejo los miró y se emocionó al verlos tan jóvenes, tan enamorados
y tan anhelantes esperando su palabra.
-
Hay algo, dijo el viejo pero no sé... es una tarea muy difícil y
sacrificada.
-
Nube Azul ¿ves el monte al norte de nuestra aldea?. Deberás
escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos, deberás
cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte, si lo atrapas
deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de luna llena
¿Comprendiste?.
- Y
tú, Toro Bravo, deberás escañar la montaña del trueno, cuando
llegues a la cima encontrarás la más brava de todas las águilas, y
solamente con tus manos y una red deberás atraparla sin heridas y
traerlo ante mí, viva, el mismo día en que vendrá Nube Azul.
¡Salgan ahora!.
Los
jóvenes se abrazaron con ternura y luego partieron a cumplir la
misión encomendada; ella, hacia el norte y él, hacia el sur.
El
día establecido frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes
esperaban con las bolsas que contenían las aves solicitadas.
El
viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas,
eran verdaderamente hermosos ejemplares.
-
¿Y ahora que haremos? ¿los mataremos y beberemos el honor de su
sangre?.
-
No, dijo el brujo.
-
Los cocinaremos y comeremos el valor de su carne, propuso la joven.
-
No. Harán lo que les digo: tomen las aves y átenlas entre sí por
las patas con estas tiras de cuero cuando las hayan anudado,
suéltenlas y que vuelen libres.
El
joven guerrero y la joven hicieron lo que les pedía y soltaron los
pájaros. El águila y el halcón intentaron levantar el vuelo pero
sólo consiguieron revolcarse por el suelo. Unos minutos después,
irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre
sí hasta lastimarse.
Este
es el conjuro. Jamás olviden lo que han visto... son ustedes como un
águila y un halcón, si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por
amor, no sólo vivirán arrastrándose, sino que además, tarde o
temprano empezarán a lastimarse el uno al otro...
Si
quieren que el amor entre ustedes perdure...
Vuelen
juntos pero jamás atados.
jueves, 7 de agosto de 2014
Fantasmas
Las
leyendas sobre fantasmas son tan antiguas como la historia, no existe
rincón en el mundo en el que no se hayan narrado cuentos y
apariciones de fantasmas. No hablamos sólo de fantasmas de personas,
también se han visto objetos, animales, trenes, barcos y aviones
espectrales.
Podríamos
definir el término FANTASMA como la representación visual, acústica
o táctil del cuerpo no físico de una persona fallecida que, por
diferentes motivos o circunstancias de su transitar como ser humano
por el mundo de la vida, se ve aferrado a la misma bajo otra forma de
existencia no física, manifestándose de diferentes formas ante
seres humanos (familiares o amigos dependiendo del grado de
vinculación entre ellos u otras personas y desconocidas para éste
ente) y en determinados lugares dependiendo de la carga psíquica
existente para ellos y en ellos.
La
palabra fantasma deriva de un verbo griego que significa aparecer o
mostrarse. Por tanto, el fantasma es un fenómeno básicamente
sensorial, y suele provocar reacciones muy traumáticas.
Afortunadamente, algunas personas, en vez de atemorizarse, están
dispuestas incluso a consagrar su vida a la búsqueda activa de
fantasmas.
Los
ruidos fantasmales a menudo son provocados por elementos totalmente
cotidianos, como pueden ser el viento, las tuberías del agua, la
vibración de ventanas o de adornos por efecto del tráfico
callejero, ruidos de animales, etc. en cierta ocasión se dio un caso
en la casa de una familia en la que los fantasmas eran nada menos que
ratas empujando manzanas almacenadas en la cavidad de una pared del
desván. Los fantasmas son rechazados hasta por quienes los han
visto. ¡Lo vi, pero no me lo creo! es una reacción bastante
frecuente, ya que la mente humana rechaza instintivamente las
informaciones que no puede asimilar e interpretar.
¿FANTASMAS
O APARICIONES?
Los
fantasmas adoptan formas diferentes, se presentan en los lugares más
insospechados y se aparecen a toda clase de personas. Pero ¿qué son
exactamente estas apariciones? ¿Qué es lo que las provoca?.
Antes
de que su novela La letra escarlata le hiciera famoso, el escritor
norteamericano Nathaniel Hawthorne era un oficial de aduanas de
Boston. Por aquel entonces, en la década de 1830, iba cada día a la
biblioteca Athenaeum para investigar y escribir durante unas cuantas
horas. Entre los demás clientes asiduos de la biblioteca figuraba el
reverendo doctor Harris, clérigo octogenario que se había sentado
durante años en su silla junto a la chimenea, leyendo el Correo de
Boston.
Hawthorne
nunca había hablado con él, ya que las conversaciones estaban
estrictamente prohibidas en la sala de lectura, pero el doctor Harris
constituía casi un mueble de aquella estancia. El novelista se
sorprendió una noche cuando un amigo le comunicó que el anciano
había muerto hacía algún tiempo. Se quedó todavía más
sorprendido cuando, al día siguiente, encontró al clérigo en su
silla habitual leyendo el periódico. Durante semanas Hawthorne
siguió viendo al doctor Harris con su aspecto de siempre,
perfectamente saludable.
Una
de las cosas que dejaron perplejo a Hawthorne fue el hecho de que
muchos de los otros lectores que frecuentaban el lugar habían sido
amigos íntimos del doctor Harris. Entonces, ¿por qué no le veían?
¿O acaso le veían pero les ocurría como a Hawthorne y no querían
molestarse en admitir su presencia? Otro factor que confundió a
Hawthorne retrospectivamente era el hecho de no sentir el deseo de
tocar la figura o quizá de arrebatarle el periódico de las manos.
¿Acaso tenía miedo de destruir la ilusión y una buena historia de
fantasmas?.
A
veces el caballero parecía mirar a Hawthorne como si esperara que él
entrara en conversación.
Pero...
en la sala de lectura del Athenaeum las conversaciones estaban
estrictamente prohibidas y yo no me podría haber dirigido a la
aparición sin llamar la atención y despertar indignantes miradas. Y
qué absurdo hubiera parecido yo al dirigirme solemnemente a lo que
habría parecido ante los ojos del resto de las personas como una
silla vacía.
Además,
concluye Hawthorne en un último alarde de urbanidad, el doctor
Harris y yo no habíamos sido presentados. Al cabo de algunos meses,
Hawthorne entró en el Athenaeum de nuevo y halló la silla vacía,
tras lo cual no volvió a ver nunca más al doctor Harris.
Unos
500 años antes, en plena Edad Media, un monje benedictino llamado
hermano Jean Goby asumió un caso de investigación psíquica y
registró todos los hechos con escrupuloso cuidado. Aunque a los ojos
modernos el incidente parezca en un principio lo suficientemente
extraño como para ser ignorado, el caso Goby fue tan raro en la
época en que ocurrió que merece ser estudiado.
En
diciembre de 1323 murió un comerciante de Alais, localidad del sur
de Francia. Su nombre era Guy de Torno, y se decía que días después
de su muerte había vuelto para aparecerse a su viuda en forma de voz
de espíritu. La noticia sobre este persistente fantasma se esparció
por la ciudad de Avignon, a 65 kilómetros del lugar, donde el Papa
Juan XXII tenía entonces su residencia. El Papa se impresionó por
este hecho y nombró al hermano Jean Goby, prior de la abadía
benedictina de Alais, para que investigara.
Acompañado
por tres de sus hermanos benedictinos y por cerca de cien de los
ciudadanos más respetados del pueblo, el hermano Jean examinó la
casa y los jardines por si había alguna trampa escondida o efectos
de sonido anormales. Después situó a un vigilante alrededor del
lugar para mantener alejados a los visitantes. El foco de las
manifestaciones fantasmales era el dormitorio. Goby pidió a la viuda
que se acostara en la cama junto a una respetable anciana, mientras
los cuatro monjes se sentaban cada uno en una esquina.
Los
monjes recitaron entonces el oficio de difuntos y pronto empezaron a
percibir en el aire un sonido parecido al que produciría una escoba
rígida arrastrándose por el suelo. La viuda gritó llena de terror.
Goby preguntó en voz alta si el sonido procedía del difunto y una
voz contestó: Sí. Soy él.
En
ese momento se dejó entrar a algunos de los ciudadanos en la
habitación como testigos y se situaron formando un círculo
alrededor de la cama. La voz les aseguró que no era un emisario del
diablo, suposición corriente en la época medieval, sino el espíritu
terrenal de Guy de Torno, condenado a rondar su vieja casa por los
pecados que había cometido allí. Añadió que tenía esperanzas de
subir al cielo una vez acabado su período de purgatorio. También
dijo al hermano Jean que sabía que llevaba la Eucaristía escondida
bajo su hábito. Este detalle sólo lo conocía Goby. El espíritu
continuó diciendo que su principal pecado había sido el adulterio,
que en aquellos tiempos era castigado con la excomunión del
Sacramento. Entonces el espíritu suspiró y partió.
El
hermano Jean redactó su informe y lo envió al Papa de Avignon. A
pesar del rigor con el que se llevó a cabo la investigación, queda
en pie el hecho de que el ruido y el suspiro podían haber sido
provocados por el mistral, viento que sopla por aquella parte de
Francia en invierno. La misma voz podría haber sido producida por
ventriloquía por parte de la viuda, consciente o inconscientemente,
sobre todo si sospechaba la infidelidad de su marido y quería
desacreditar su memoria.
TIPOS
DE FANTASMAS
GRUPO
A
Fantasmas
de origen y naturaleza humana, manifestaciones del subconsciente y de
los deseos de la persona. Fantasmas, en suma, de creación psíquica
humana y otros fenómenos relacionados con el subconsciente más que
con la propia muerte.
Estas
tres categorías de fantasmas estarían claramente encuadradas dentro
de un conjunto de fantasmas creados de forma voluntaria o
involuntaria por personas que bajo determinadas circunstancias
,estados alterados o trances tienen la facultad de desdoblar su
cuerpo o proyectarlo hacía otros lugares o dimensiones.
LOS
FANTASMAS COTIDIANOS.Son simples reflejos deformados de los deseos
insatisfechos de los hombres. Este tipo de fantasmas pueden ser
conscientes e inconscientes, pero más que pertenecer al campo del
más allá, pertenecen al campo de la psicología y de la
psiquiatría.
FANTASMAS
MENTALES. Estos fantasmas mentales podrían tener algo en común con
la telepatía, pero no operan de la misma forma, ya que en lugar de
teletransportar imágenes, palabras o ideas, transportan un reflejo
vivido por el propio emisor. Este efecto fantasmal se basaría en la
capacidad de las personas de proyectar su imagen voluntaria o
involuntariamente a diversos sitios o lugares.
PROYECCIONES
MENTALES Y ASTRALES. No hay que confundir éste fenómeno con los
fantasmas. Las proyecciones mentales o astrales las realizan las
personas de forma voluntaria o involuntaria, en trance o
espontáneamente. La proyección mental estaría más en la línea de
los fantasmas, mientras las proyecciones astrales estarían más en
una línea liberadora del espíritu por sus implicaciones religiosas
o espirituales. En este tipo de proyecciones no hay una manifestación
visible o fantasmal apreciables por otras personas. Curiosamente, y
quizá para apoyar inconscientemente las teorías de Carl Gustav
Jung, los lugares más comunes a todos los viajeros astrales son las
dimensiones mitológicas e imaginarias.
GRUPO
B
Errores
de Percepción y fraudes.
ERRORES
DE PERCEPCIÓN. En la mayoría de las ocasiones es el mismo ser
humano el que presa de su miedo le lleva a confundir una situación
perfectamente natural y coherente para convertirla en algo
sobrenatural y fantasmal. Todo ello ocurre debido a que el ser humano
se siente atraído por lo paranormal y sobrenatural pero a su vez
tiene un miedo sobre medido y visceral a todo éste fenómeno y aún
más a todo aquello relacionado con la muerte... Los errores
perceptivos son parte de toda investigación y actividad paranormal y
los investigadores de lo paranormal ya estamos acostumbrados a vivir
con el error y con el miedo de los implicados en un caso paranormal,
fantasmal o ufológico.
FRAUDES.
Lamentablemente el fraude es un fenómeno demasiado habitual en el
mundo paranormal. A medida que el hombre ha crecido intelectualmente
y tecnológicamente se ha progresado en la rama investigativa de
estos fenómenos y también se ha crecido en la posibilidad de crear
fraudes con diferentes fines para su creador. Es fraude es una estafa
latente en el mundo paranormal que ocupa desde inteligentes montajes
"fantasmales" con imágenes y sonido hasta las ya populares
y trucadas fotografías de espíritus, fantasmas y otros seres con
añoranza vital. Los fantasmas fotografiados, cuando no se trata de
trucos ni de fallos de la cámara, han resultado ser impresiones
lumínicas nitrogenadas, es decir, que más que fantasmas con vida e
independencia de movimientos, vienen a ser una especie de fotografías
que se han quedado marcadas no en un papel ni en una película, sino
en el ambiente húmedo y poco ventilado: un trozo de atmósfera,
pared o cortina, que ha recogido la impresión adrenalínica que dejó
ahí una persona viva, y no un muerto...
Las
psicofonías (grabación de las supuestas voces del más allá en una
cinta magnetofónica) han llegado a grabar verdaderas conversaciones
de fantasmas y del más allá, pero en la mayoría de los casos las
tomadas en un mismo lugar no hacen otra cosa que repetirse. En muchos
casos, los esfuerzos de los auténticos investigadores psicofónicos
y los dedicados a la Transcomunicación Instrumental ven arruinados
sus esfuerzos debido, en gran parte, al daño ocasionado por todas
estas actividades fraudulentas que imitan los resultados de las
verdaderas experiencias transcomunicativas y que al final se descubre
su naturaleza.
Ante
el ánimo de los creyentes, los científicos se han encargado de
aguar la fiesta diciendo que las ondas sonoras, precisamente, son las
que más permanecen atadas a la Tierra, y que sus psicofonías no son
nada si se comparan con las primeras emisiones de radio, cuyas ondas
originales siguen rebotando en la atmósfera de este planeta... Las
psicoimágenes (grabación de rostros e imágenes del más allá bajo
soporte visual) son imágenes curiosas en la pantalla de un televisor
que está siendo grabada en su emisión de canal libre por una cámara
de vídeo bajo unas determinadas circunstancias y condiciones, hay
que reconocer que dichas imágenes son demasiado estáticas,
generalmente casuales, manipuladas o verdaderos fantasmas de las
ondas de radio y televisión que se estaban emitiendo a la hora de
realizar la experiencia.
Evidentemente
la tecnología ha crecido y ha progresado para ayudar al investigador
a desenmascarar los perjudiciales, para el mundo paranormal y
ufológico, fraudes y montajes. Pero cuidado, igual que nos ayuda en
nuestra ardua tarea de desenmarañar esos fraudes, ayuda a otros a
crearlos con la misma perfección y virtuosismo.
GRUPO
C
Fantasmas.
Manifestaciones de los fallecidos.
LOS
TRANSLÚCIDOS. Estos espíritus son voladores y se puede ver,
prácticamente, a través de ellos. Unos son feos y desagradables,
mientras que otros tienen hermosas facciones y voz dulce. En este
grupo se encuadran aquellos que metamorfean su carácter en un
instante, pasando de ser bondadosos a malhumorados y viceversa. Son
muy pesados e insistentes así como burlones y traviesos. Se
manifiestan principalmente en cementerios, casas viejas, museos,
bibliotecas, castillos y en lugares retirados como casa de campo o
viejos caseríos rurales. No suelen mostrar el tren inferior de su
cuerpo y no se les debe tener miedo. Tienen algo que comunicarnos y
por ello se nos manifiestan, no son muy dados a entrar en contacto
con los seres humanos pero el contenido de su mensaje así lo
requiere.
DE
APARIENCIA SÓLIDA Y HUMANA O SEMIHUMANA. Este tipo de fantasmas
tienen una apariencia totalmente humana o casi humana a no ser por
deslizarse en lugar de caminar y atravesar los objetos sólidos. A
este tipo de fantasmas les gusta la notoriedad y el virtuosismo
lingüístico. Le gustan las ropas vaporosas y ser reconocidos como
seres superiores (a veces confundidos con ángeles pero que esconden
ocultas y malas intenciones). Se manifiestan o aparecen en iglesias,
manantiales y lugares bucólicos y playas. Los de apariencia
semihumana no suelen aparecerse muy a menudo. Son serios y
contundentes en sus manifestaciones.
SOMBRAS.
Tienen la particularidad de cambiar la temperatura el lugar donde se
aparecen. Se alimentan del miedo humano. Son prácticamente una
silueta o un recorte fotográfico o de papel. Rara vez muestran sus
facciones o rostro y suelen ir en grupos. Se aparecen en lugares
donde la muerte está cercana y frecuentemente recuerdan a familiares
fallecidos o de la persona que va a morir. Su presencia es notada por
los animales domésticos que reaccionan llorosos y asustados. Las
sombras tienen la virtud de enturbiar el ambiente y, aunque la gente
no las vea, es muy raro que no las sienta o que no las presienta.
INVISIBLES.
Se manifiestan por medio de la voz o el tacto y no quieren ser vistos
ya que recurren a la invisibilidad para comunicarse. Son espíritus
benéficos y quieren ayudar desinteresadamente a los hombres. Se
comunican con claridad y su voz es sosegada e inspira confianza. Su
presencia se nota por una caricia de escalofrío. También se
comunican con nosotros a través del teléfono, radio, televisión o
en vivo y de la nada.
DE
APARIENCIA SÓLIDA ANIMAL O MITOLÓGICA. Son espíritus burlones y
traviesos. Sus manifestaciones van desde seres entrañables y
bondadosos hasta seres malvados y diabólicos. Son prácticamente
físicos y en algún caso les daña la luz.
HUELLAS
DE OTROS MUNDOS
Los
fantasmas muchas veces son sólo imágenes holográficas de personas
que dejaron impregnado el ambiente con su imagen y sus actividades.
Los investigadores más osados han logrado descubrir medios
tecnológicos para contactarse con ellos, mediante las psicofonías y
las psicoimágenes que son captadas por equipos de radio, televisión
e incluso computadoras.
Menos
común es la existencia de entes y fantasmas que no son sólo
imágenes, ya que se manifiestan atacando y dañando a los testigos
indefensos. A veces, jugar con el Más Allá puede tener sus peligros
ya que se está expuesto a fuerzas desconocidas.
La
muerte parece no ser el final para algunas personas y gracias a la
tecnología de este último siglo se han conseguido imágenes y
pruebas de algo poco creíble para muchos. Tal vez, mientras usted
lee esto, en alguna parte oscura de su hogar alguien fuera de este
mundo puede estar observándolo.
LA
SANTA COMPAÑA: LA PEREGRINACIÓN DE LOS MUERTOS
Miles
de testimonios aseguran haber visto una procesión de figuras con
sudario, que avalarían la existencia del mito gallego de la Santa
Compaña. ¿Qué hay de cierto?. Veamos las hipótesis más
sugestivas y los relatos de algunos testigos.
El
doctor Pereira regresaba a casa al filo de las dos de la madrugada
tras atender un parto difícil en una aldea vecina. Al doblar un
recodo del camino se encontró con La Compaña. Era un grupo de unas
ocho tétricas figuras vestidas de blanco y cubiertas con sendas
capuchas comandado por un pálido individuo que portaba una gran cruz
de madera. La fantasmal comitiva se movía en el más absoluto
silencio, mientras un fuerte olor a cera quemada lo inundaba todo. De
repente, el grupo se detuvo frente a la casa de Manolo, el de la
ferretería. El pánico dominó al doctor Pereira que salió
disparado, como alma que lleva el diablo, para refugiarse en su
vivienda, al otro lado del pueblo. Atrás quedaba el mito imposible
que había visto con sus propios ojos: La Santa Compaña. Cuatro días
después Manolo el ferretero moría de un infarto en la tasca del
pueblo.
Este
es uno de los casos típicos y tópicos que el folklore y la cultura
popular gallega amontona entre los relatos de los viejos lugareños
de cualquiera de sus aldeas. Y es que resulta muy difícil, aún en
los años noventa, encontrar una aldea o pueblo gallego en el que no
exista, al menos, un testigo de estas insólitas apariciones.
Muchos
han sido los literatos e intelectuales gallegos que han elegido La
Santa Compaña como el argumento base de sus fábulas, y muchos
también los antropólogos y sociólogos que han pretendido estudiar
y comprender el mito. Pero todos los intentos de cuadricular esta
tradición han sido pobres en resultados, ya que el mito de La
Compaña ha sido asimilado de tal forma por la cultura rural gallega
que sus variantes y matices son demasiados para ser clasificados
alegremente. Cada pequeña localidad posee una Santa Compaña con
personalidad propia.
Naturalmente
existen casos abundantes para apoyar cualquiera de las creencias
populares sobre ánimas, a pesar de que con el estudio serio y
científico que algunos investigadores han hecho del mito, éste
comienza a perder su aureola sobrenatural para encontrar, en muchos
casos, una serie de respuestas posibles más lógicas y terrenales.
Según
el estudio de algunos antropólogos o investigadores que se han
ocupado del tema, en muchas ocasiones las apariciones de La Compaña
se daban en lugares de características similares: terreno irregular,
poca luz, un solo testigo y a altas horas de la noche... Algunos
estudiosos, tras analizar casos concretos, llegaron a la conclusión
de que en muchas ocasiones una pandilla de contrabandistas de tabaco,
tan habituales en Galicia, o una partida de mariscadores, bien
podrían haber sido tomados en la penumbra de la noche y por unos
testigos pre-condicionados culturalmente, por una procesión de
ánimas en pena. Y no les falta razón.
LOS
NOMBRES DEL FENÓMENO
Ya
en 1946, Vicente Risco publicaba un extenso artículo en el que
citaba una decena de nombres con que se conocía a la Santa Compaña
en distintas poblaciones gallegas.
Procesión
de las ánimas: Aplicado especialmente en el sur de Galicia, sobre
todo en Orense.
Santa
Compaña: Aplicado mayoritariamente en Galicia Norte.
Hoste
o Hueste: Aplicado en algunos lugares al formar la comitiva una
especie de hueste o mesnada.
Hostilla:
Del latín enemigo, aunque probablemente contaminada en la evolución
de la tradición de las ánimas.
Estatinga
o estadinga: Considerada una derivación de hostia antiga o Nemigo
antigo.
Estadea:
Derivación probable de «estadal», la vela usada para iluminar a
los difuntos.
Antaruxada:
Uno de los nombres menos frecuentes.
Hoste
o Hueste: En opinión de Vicente Risco, fusión de los términos
Pantasma y Espantallo.
Visión:
En este caso sinónimo de aparición.
Visita:
En clara referencia a la intencionalidad de la aparición.
MOTIVOS
DE LAS PROCESIONES
Respecto
a esa intencionalidad del fenómeno existen numerosas versiones,
aunque las más compartidas por los testigos, se dan las siguientes:
Para
pedir misas por su salvación a los familiares vivos.
Para
reprochar a los vivos pecados o falsas cometidas.
Para
reclamar el alma de un pecador que morirá tiempo después de la
aparición.
Para
cumplir una pena infringida por alguna autoridad del más allá a
fallecidos en pecado
El Libro De Los Muertos
Se
conoce como Libro de los Muertos una colección de sortilegios que se
incluían en las tumbas del Reino Nuevo, y pretendían ayudar al
difunto en su difícil camino al Más Allá y en el juicio de Osiris.
Su
título original podría traducirse como La Salida al Día, ya que la
muerte no era más que un renacimiento, al igual que el sol sale cada
día, así el difunto accedía a un nuevo renacer.
Su
origen se encuentra en Los Textos de las Pirámides del Reino
Antiguo. Estos derivaron en Los Textos de los Sarcófagos durante el
Reino Medio. El papiro con las fórmulas adecuadas para ayudar al
alma del difunto se depositaba junto a la momia, en la tumba. También
se escribían pasajes del libro en los ushebtis. Pero el libro no
sólo comprende fórmulas para superar el juicio de Osiris, sino
también pasajes para que el difunto reconozca a los dioses que le
serán favorables o para que pueda orientarse en su viaje por las 12
regiones de la Duat. Eran los sacerdotes los encargados de leer
ciertos pasajes del Libro vueltos hacia la momia.
El
libro consta de aproximadamente 200 capítulos o sortilegios. La
versión más conocida y más completa es el Papiro de Ani, un texto
compuesto por tres capas de hojas de papiro pegadas entre sí y
dividido en seis secciones con una longitud entre 1,5 y 8 metros cada
una. La longitud total del texto es de 23,6 metros. Fue adquirido por
el Museo Británico en Tebas en 1888 y actualmente está registrado
con el número 10470. el papiro fue realizado por tres escribas
diferentes, como puede apreciarse en las diferentes grafías que en
él aparecen, pero sólo uno realizó los dibujos.
Originalmente es
posible que no fuese encargado por Ani, un escriba de hacia el año
1300 a.c., o al menos no en su totalidad, pues su nombre aparece
escrito con una escritura diferente. El papiro contiene algunos
errores derivados de la falta de atención. Existe una versión
electrónica del Papiro de Ani, según la traducción realizada por
Sir Wallis Budge.
Rasputin.
Nació
en Siberia en 1872, y falleció en 1916, fue un místico y cortesano
ruso. Tubo mucha influencia sobre la familia imperial rusa en la
época previa a la Revolución. Campesino hasta 1901, momento en que
abandonó a su familia para dedicarse a predicar sus enseñanzas.
Adquirió gran popularidad por sus poderes curativos y por ciertas
conductas licenciosas. Convenció a la zarina de que podía aliviar
los sufrimientos del heredero del trono de Rusia, Alexis
Nikoláievich, afectado de hemofilia. Luego de compartir virtualmente
el poder con el Zar Nicolás II, fue asesinado por un grupo de
aristócratas tras una fiesta a la que había sido invitado la noche
del 29 al 30 de diciembre de 1916.
La
leyenda le ha conferido un halo de misterio tal, que hoy resulta
difícil separar en su vida el mito de la realidad.
Señalado
por Dios, Rasputín, nació en una aldea siberiana de Pokrovskoie, en
el distrito de Tumen, en 1872. Hijo de un cochero borrachín dado al
latrocinio y la lujuria, ya en su infancia se ganó el mote de
raspútnik, que significa pillete y también perdido, extraviado, con
el que se haría célebre.
En
su adolescencia sorprendía por su gran estatura, por su
extraordinaria fuerza física y por su comportamiento salvaje y
sensual. Acaso por el brillo de sus ojos, se decía que había nacido
con el don de hipnotizar y que era casi imposible no ceder ante sus
deseos.
Su
poder de seducción se puso de manifiesto cuando, con el aparent,
objeto de edificar un templo, empezó a mendigar y los campesinos le
entregaban cuanto tenían de valor después de mirarlo a los ojos.
Hubo quienes, creyéndolo un santo abandonaron sus campos y familias
para seguirlo.
Encontró
en la secta de los klistis o flagelantes el entorno ideal para sus
peculiares inclinaciones místicas. Convertido al poco tiempo en un
cabecilla de esta curiosa cofradía, que sostenía que era preciso
pecar para poder después arrepentirse y alcanzar así la salvación,
Rasputín lograba fascinar a los aldeanos con misas orgiásticas que
acababan invariablemente con flagelaciones masivas. Pecando conmigo,
vuestra salvación es más segura, puesto que yo encarno al Espíritu
Santo, decía abriendo los brazos y mirando hacia las alturas.
Por
toda Siberia comenzó a correr la voz: Rasputín era un hombre
excepcional Un Señalado por Dios.
A
los treinta y un años decide abandonar Siberia para dirigirse a San
Petersburgo, la dorada capital de los Zares, dejando tras de sí una
esposa, cuatro hijos reconocidos y una huella imborrable en la
memoria de las gentes simples del pueblo.
Durante
su largo y accidentado camino a la capital no dejó de ejercer su
magisterio, y en su ejercicio sedujo mujeres, exorcizó monjas y
encandiló monjes, uno de los cuales le entregó una carta para el
famoso padre Juan de Kronstadt, del convento de San Alejandro Nevski,
que sería la llave que le abriría las puertas de la capital.
Convertido
en un verdadero stáretz, monje y guía espiritual de almas
descarriadas, se presentó ante el venerable padre Juan cubierto de
harapos y precedido de su fama de santón y exorcista. El anciano
sacerdote creyó ver en aquel joven siberiano un resplandor de Dios y
en los días siguientes lo presentó a las damas más influyentes de
la buena sociedad de San Petersburgo.
A
pesar de su falta de aseo y de su olor a macho cabrío, todas
quedaron encandiladas y una de ellas, la señora Virubova, escribió:
Tiene el don de las imágenes y un profundo sentido del misterio. Es
sucesivamente familiar, bromista, violento, alegre, absurdo y
poético, y todo ello sin pose alguna. Por el contrario, tiene una
despreocupación inaudita, un cinismo que aturde y una mirada que
quema como el fuego.
Su
sorprendente conducta cautivó a la frívola sociedad de San
Petersburgo y fue el mismísimo archimandrita Teófanes, rector de la
Academia de Teología de la capital y confesor de la zarina Alejandra
Fiodorovna, quien lo presentó a la familia imperial con una carta en
la que no regateaba en elogios: He aquí a Grigori Yefimovich, que en
un hombre sencillo. Vuestras Majestades sacarán provecho
escuchándolo, puesto que la tierra rusa habla por su boca. Conozco
todo lo que se le reprocha. Conozco sus pecados; son innumerables.
Pero posee tal fuerza de contrición y una fe tan ingenua en la
misericordia celeste que incluso garantizo su salvación eterna.
Después de cada arrepentimiento queda puro como un niño al que
acaban de bautizar.
Enseguida
se ganó la confianza de los soberanos, con quienes departía en
familia haciendo gala de sus entrañables modales. Pero esta relación
con la familia real no libró a Rasputín del escándalo. Habiéndose
presentado como curandero milagroso y especializado en tratar a
señoras más o menos neuróticas, sus intimidades con las esposas de
altos funcionarios fueron la comidilla de los salones. Su consulta
permanecía abierta día y noche y siempre se hacía acompañar por
un galeno llamado Badmaiev, quien sistemáticamente recetaba a las
incautas damas narcóticos, afrodisíacos y estupefacientes, cuyos
efectos eran aprovechados por el propio Rasputín, quien para más
inri, proclamaba que el contacto con su cuerpo tenía efectos
curativos y purificadores.
Los
prelados del Santo Sínodo, hartos de su desvergonzada conducta,
recurrieron a la Duma (Parlamento) para intentar librarse de aquel
intruso. Aprovechando que los zares se hallaban en Polonia, los
enemigos de Rasputín lo obligaron a abandonar la corte. Sin embargo
el destierro duró muy poco. Meses más tarde el hemofílico zarevich
Alexis sufrió una fuerte hemorragia nasal. Todos creyeron que
moriría, pero la zarina llamó a Rasputín y éste se puso a rezar
junto al lecho del enfermo. Al cabo de un momento se incorporó y
declaró: Agradeced al Señor que me ha prometido, por esta vez, la
vida de vuestro hijo. Al día siguiente, el niño manifestó una
notable mejoría, con lo que la dependencia de la familia imperial
respecto al curandero llegó a ser absoluta.
Había
logrado convencer al zar de todas las Rusias de que la suerte de la
dinastía Romanov estaba ligada a la suya, y en una ocasión llegó a
afirmar: El zar sabe que la vida de su hijo depende de mis plegarias
y que yo puedo, si así me place, aplastarlo a él y a los suyos. La
zarina hace cuanto quiero y no ignora que si cesase de obedecerme la
vida del zarevich peligraría.
Rasputín,
hombre enigmático, mezcla de santón y libertino, de quien se decía
que estaba señalado por Dios, escandalizó a sus contemporáneos con
sus excesos, pero siempre gozó de la confianza del zar. Un aura de
leyenda rodea su controvertida y fascinante figura.
El
estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, iba a suponer para
Rasputín la oportunidad de alcanzar la cumbre de su poder, ya que
cuando en septiembre de 1915 el zar Nicolás II se ausentó de San
Petersburgo para poner personalmente al mando de sus tropas en el
frente, dejó a la zarina Alejandra a cargo de los asuntos internos
de Rusia y nombró a Rasputín su consejero personal: el amenazada
imperio de los zares caía así virtualmente en manos de un autócrata
semianalfabeto.
Sin
embargo, al mismo tiempo crecía entre el clero, la aristocracia y
las castas militares el malestar ante el bochornoso espectáculo de
este poder omnímodo y caprichoso que desacreditaba al Estado y a la
misma Iglesia. El primer ataque frontal contra Rasputín consistió
en acusarlo de espiar a favor de los alemanes y de conspirar contra
el imperio, pero el intento fracasó por falta de pruebas.
El
segundo ataque se produjo cuando Rasputín pretendió ser consagrado
sacerdote. La Iglesia Ortodoxa, indignada por la desfachatez, lo
acusó de fornicador, llamándolo bestia maloliente. La respuesta de
Rasputín fue inmediata, hizo arrestar a todos aquellos que lo habían
insultado y los sustituyó por algunos fieles seguidores, a los que
sabía a la vez intimidar y recompensar.
¿Qué
se puede hacer cuando todos los ministros y cuantos rodean a Su
Majestad Imperial son criaturas de Rasputín?. La única posibilidad
sería matarle, pero en toda Rusia no se encuentra un solo hombre que
tenga el valor de hacerlo. Si no fuera tan viejo, yo mismo me
encargaría de ello. Estas palabras de Rodzianco, presidente de la
Duma, pronunciadas ante el pleno el parlamento a principios de 1916,
supusieron una condena de muerte para el siberiano. Los diputados
rompieron en aplausos y a partir de ese momento la consigna fue hay
que eliminar a ese canalla.
En
cuanto la familia imperial conoció a Rasputín quedó seducida por
su personalidad. La zarina Alejandra Fiodorovna dependía de su apoyo
moral; el zarevich Alexis, niño enfermizo, sólo reía con Rasputín,
quien además lograba que comiese y era capaz de hacer que durmiera
con su cautivadora voz; en cuanto al zar Nicolás, se dejaba
aconsejar sin reparos.
El
príncipe Félix Yusupov, el gran duque Dimitri Pavlovich y el
diputado Purishkévich decidieron el plan para asesinar a Rasputín y
librar a Rusia de su maléfica influencia. Los conspiradores
convinieron en que la acción se llevaría a cabo en la noche del 29
al 30 de diciembre de 1916, en la mansión que Yusupov tenía en
Petrogrado, y que la muerte del monje debía ser rápida y limpia.
Sabedor de la inclinación de Rasputín por la buena cocina y los
buenos vinos de la nobleza, Yusupov invitó al monje a su mansión.
Contra lo habitual, Rasputín acudió aseado y luciendo una suntuosa
blusa de seda bordada y un pantalón de terciopelo negro. Al entrar,
lo primero que vio el stáretz fue una mesa servida con exquisitos
vinos y licores, y deliciosos bizcochos, pasteles y golosinas, que,
media hora antes, los cómplices de Yusupov, que esperaban ansiosos
en el piso superior, habían espolvoreado con cianuro potásico.
Durante mucho rato los dos hombres dialogaron animadamente, mientras
Rasputín, jactándose de su amistad con los zares, saboreaba
diversos pastelillos y vinos. Pero a pesar de que el tiempo
transcurría, para asombro de Yusupov, el monje no mostraba ningún
sigo de envenenamiento. Apenas si evidenció un síntoma de ahogo
después de beber una copa de madeira, pero se recobró enseguida e
incluso tomó una guitarra y rogó a su anfitrión que cantara alguna
alegre romanza. Las más fantásticas leyendas sobre el misterioso
monje parecían hacerse realidad. A las dos y media de la mañana
Rasputín se quedó amodorrado y Yusupov corrió a donde se hallaban
sus cómplices y juntos decidieron que el príncipe lo matara con su
revolver.
Al
regresar al salón, Yusupov encontró a Rasputín admirando un
crucifijo de marfil. Le apuntó al corazón y disparó. Los otros
bajaron y comprobaron que la bala había dado en el blanco: Rasputín
estaba muerto. Sin embargo, Yusupov sufrió una inesperada y horrible
impresión: cuando se acercó a Rasputín, éste abrió los ojos al
tiempo que se incorporaba y lo maldecía con voz de ultratumba. Las
enormes manos del monje se aferraron al cuello de Yusupov. Al oír
los gritos ahogados, los demás conjurados acudieron y Purishkévich
volvió a disparar sobre el terrible Rasputín, quien no obstante aún
pudo ganar la puerta y desaparecer en la oscuridad. Poco después lo
encontraron tambaleándose en una esquina. Vomitaba sangre y todavía
tuvo tiempo de proferir terribles blasfemias al verlos llegar.
Volvieron a oírse las descargas. Rasputín se mantuvo en pie durante
unos momentos interminables. Luego rodó sobre la nieve y expiró con
sus diabólicos ojos abiertos taladrando la noche. Yusupov y sus
compañeros ataron entonces el cuerpo ya sin vida de Rasputín y lo
arrojaron por un agujero abierto en la helada superficie del río
Neva.
SOBRE
LA REVOLUCIÓN RUSA Y SUS CONSECUENCIAS
...
Siento que debo morir antes del año nuevo. Quiero hacer presente, no
obstante, al pueblo ruso, al Padre, a la Madre de Rusia y a los
Muchachos, que si yo soy asesinado por comunes asesinos, y
especialmente por mis hermanos aldeanos rusos, tú, Zar de Rusia, no
tengas miedo, permanece en tu entorno, gobierna y no temas por tus
Hijos, porque reinarán por otros cien o más años. Pero si soy
asesinado por los nobles, sus manos quedarán manchadas por mi sangre
y, durante veinticinco años, no podrán sacarse de la piel esta
sangre. Ellos deberán abandonar Rusia. Los hermanos matarán a los
hermanos; ellos se matarán entre sí. Y durante veinticinco años,
no habrá nobles en el País. Zar de la tierra de Rusia, si tu oyes
el tañido de las campanas, que anuncian que Grigorij ha sido
asesinado, debes saber esto: Si han sido tus parientes quienes han
provocado mi muerte, entonces ninguno de tu familia, o sea ninguno de
tus hijos o de tus parientes, quedará vivo durante más de dos años.
Ellos serán asesinados por el pueblo ruso.. ¡Rogar, rogar, sed
fuertes, pensad en vuestra bendita familia!.
...
Como la Santa Casa de Roma, que ira de Pedro a Pedro, así la Santa
Casa de San Petersburgo irá de Miguel a Miguel. El primer Miguel
construyó el trono, y el último Miguel no tendrá tiempo de
disfrutarlo, porque todo pasará deprisa, la vida como la muerte.
...
Me he asomado a la ventana y he visto gotas de sangre que golpeaban
contra los cristales, mientras en la tierra se formaban charcos de
sangre y de barro, en los cuales chapoteaban cerdos, lobos y otros
inmundos animales.
...
Una vez más, le he salvado, y no sé cuántas veces más le salvaré
todavía, pero le salvaré de los verdugos. Cada vez que abrazo al
Zar y a la Madre, y a las muchachas y al hijo primogénito del Zar,
mi espalda es recorrida por un escalofrío de terror. Es como si
entre los abrazos estrechara a cadáveres. Y entonces, fuego por esta
gente, porque siento que en ésta, nuestra Rusia, es la que tiene más
necesidad. Y ruego por toda la familia Romanov, porque sobre ella
está calando la sombra de un largo eclipse.
...
Antes de que mi cuerpo se convierta en ceniza, caerá el águila
santa. Y será seguida por el águila soberbia. Caerán después las
demás águilas, una tras otra, y les serán cortadas las cabezas. La
última en caer será el águila del mar. Su sangre será tragada por
la tierra. Y de la tierra, surgirán tres brotes, que se secarán
antes de dar una flor.
...
Veo tantos y tantos hombres, enteras masas de pueblos y montañas de
cadáveres. Entre éstos, hay muchos grandes duques y condes. Y su
sangre irá a enrojecer las aguas del Neva. No tendrán paz los vivos
y no tendrán paz tampoco los muertos. Tres lunas después de mi
muerte, veré de nuevo la luz, y la luz se convertirá en fuego. Será
entonces cuando la muerte volará libremente en el cielo y se posará
también sobre la familia imperial. Pasarán veinticino años y la
muerte volverá de nuevo a volar. Pasarán más años y la muerte, de
nuevo, volará. El primer vuelo será para recoger el oro. El segundo
vuelo será para recoger el plomo. El tercero será para recoger el
grano.
...
La cruz será arrojada en la bodega. Los martillos golpearán sobre
los altares y las llamas devorarán las iglesias. Así comenzará la
caza de la serpiente. Pero el buitre confiará la espada en una nube,
que matará a la serpiente durante la tercera luna. El buitre se
encarnizará después contra sus gusanos, hasta que perezca. Cuando
el establo esté lleno de bueyes, se abrirán las puertas, y
entonces, adiós Santa, ¡adiós, Santa de las Santas!. Esto sucederá
en el tiempo del sol. De la cruz se blasfemará y llegará el día en
que no habrá tierra suficiente para sepultar a los muertos. Pero el
Imperio durará poco. Cuando se desencadene el sol, no crecerá más
hierba a la altura del Volga. Sólo después de una gran desolación
y una gran turbación, la cruz de la Santa volverá de nuevo a los
altares. Y la serpiente y el buitre no serán nunca más temidos. A
la Santa, como a la Santa de las Santas, acudirá un gran hombre que
vendrá a rendir justicia.
...
Los hombres están caminando hacia la catástrofe. Serán los menos
capaces quienes llevarán las riendas. Así será en Rusia, igual que
en Francia, en Italia y otros lugares. La humanidad será aplastada
por el alboroto de los locos y de los malhechores. La sabiduría será
encadenada. Serán el ignorante y el prepotente quienes dictarán la
ley al sabio y también al humilde. Y después, la mayor parte de los
hombres creerán en los potentes y no creerán más en Dios. El
castigo de Dios llegará tarde, pero será tremendo. Y esto sucederá
antes de que nuestro siglo acabe. Después, finalmente, la sabiduría
será desatada de las cadenas y el hombre volverá de nuevo a confiar
plenamente en Dios, como el niño se confía a su madre. Siguiendo
este camino, el hombre llegará al paraíso terrestre.
...
Sobre Petersburgo caerán las tinieblas. Cuando su nombre sea
cambiado, el Imperio habrá terminado. Y cuando su nombre otra vez
sea cambiado, sobre Europa entera estará a punto de desencadenarse
la Ira de Dios. Retornará Petersburgo cuando el sol haya acabado de
llorar y la Virgen de Kazan ya no esté. Petersburgo será la capital
de la nueva Rusia y de sus entrañas se levantará un tesoro, que
será llevado a todas las tierras de la Madre Santa.
Serán
martirizados como hace dos mil años. Y también los guías serán
condenados a muerte, pero la sombra de la cruz continuará señalando
la tierra. Y sobre esta tierra, la sangre de los mártires germinará
como la buena semilla, dando frutos copiosos que serán recogidos
cuando toda esperanza parezca apagada. Un signo aparecerá en el
cielo y un signo aparecerá en la tierra, cuando el verdugo pague su
deuda. Y será una deuda pesada, porque todo el oro no bastará para
pagar la sangre. Un día la Santa Casa se dividirá en muchos trozos,
y un día la Santa Casa se unirá. Serán éstos los tiempos maduros
para hablar la nueva lengua. Pero muchos hablarán más lenguas y se
pondrán más vestidos. Y cuando el juicio esté cercano, cada
vestido será quemado. Entonces volverán los Mártires, y regresarán
como vencedores.
PROFECIAS
PARA NUESTRO TIEMPO
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Los venenos abrazarán a la Tierra como un fogoso amante. Y en el
mortal abrazo, los cielos tendrán el hálito de la muerte, y las
fuentes no darán más que aguas amargas, y muchas de esta agua serán
más tóxicas que la sangre podrida de la serpiente. Los hombres
morirán a causa del aire, pero se dirá que han muerto del corazón
o de los riñones. Y las aguas amargas infectarán los tiempos como
la cicuta, porque las aguas amargas alumbrarán tiempos amargos.
...
Cuando vuelen las imágenes, madurará un fruto venenoso, y serán
muchos quienes lo comerán. Y el fruto venenoso transformará a los
hombres en animales, incapaces de alzar la cabeza al cielo. Las
imágenes que vuelan consumirán las fuerzas del hombre, pero el
fruto venenoso embriagará al hombre. Y cuando todo haya acabado, el
hombre se volverá a encontrar cansado y desgarrado, más hambriento
que antes.
...
El aire que hoy desciende a nuestros pulmones para llevar la vida,
llevará un día la muerte. Y llegará el día en que no habrá
montaña ni colina; no habrá mar ni lago que no sean envueltos por
el hálito fétido de la Muerte. Y todos los hombres respirarán la
Muerte, y todos los hombres morirán a causa de los venenos
suspendidos en el aire.
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Enfermarán las plantas y morirán una tras otra. Los bosques se
convertirán en un enorme cementerio, y entre los árboles secos
vagarán sin rumbo hombres aturdidos y envenenaos por las lluvias
venenosas.
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Ratas y serpientes tomarán dominio de la tierra. Y las ratas darán
caza a las ratas; y los hombres, desorganizados y aturdidos, deberán
abandonar ciudades enteras y campos enteros bajo el acoso de legiones
de ratas gigantes, que lo destruirán todo e infectarán la tierra.
...
Nacerán monstruos, que no serán ni hombres ni animales. Y muchos
hombres, que no estarán señalados en la carne ni en la mente,
llevarán el signo en el alma. Cuando después, los tiempos maduren,
encontraréis en la cuna al monstruo de los monstruos: el hombre sin
alma.
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Las plantas, los animales y los hombres, han sido creados para quedar
divididos. Pero llegará el día en que no habrá más fronteras,
entonces el hombre será medio hombre y medio vegetal. Y el animal
será animal, planta y hombre. En estos campos, sin más fronteras,
veréis pastar a un monstruo, llamado kobala.
...
Como siempre mayor frecuencia, veréis enloquecer las partes del
cuerpo. Donde la naturaleza había creado el orden, el hombre
sembrará el desorden. Y muchos sufrirán por este desorden. Y muchos
morirán a causa de la peste negra. Y cuando no se la peste quien
mate, serán los buitres que desgarrarán las carnes. Cada hombre
tiene consigo la gran medicina; pero el hombre-animal preferirá
curarse con los venenos.
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Brotará en la antigua ciudad una flor que tendrá el color de la
sangre. Crecerá sobre la planta de la paz, pero llevará la guerra.
Tendrá el nombre del amor, pero llevará solamente odio, porque será
una flor venenosa. Flor de la paz y bienestar, pero bajo la flor se
esconderá una generación de ladrones, de profanadores, de
energúmenos y de aprovechados.
...
Los dóciles insectos se volverán operadores de muerte, porque será
el hombre quien los habrá envenenado. Y la invasión de los
saltamontes será una lluvia primaveral, respecto a este huracán,
que partirá de la tierra de las flores para extenderse hasta la
tierra de la hoja, y desde allí invadirá al mundo entero, sembrando
enfermedades, carestías y terror. La alquimia irresponsable del
hombre acabará transformando las hormigas en monstruos gigantescos
que destruirán casa y países; y contra las hormigas gigantes no
servirá el fuego ni el agua. Al final, veréis volar a las ranas, y
las mariposas se volverán buitres, y las abejas se arrastrarán por
la tierra como serpientes. Y las serpientes tomarán posesión de
muchas otras ciudades.
...
Cuando se hable mucho del hombre, será el tiempo en que se
descuidara el hombre. Y cuando se hable del bienestar, será el
tiempo en que un malestar sutil serpenteará entre la gente. Montañas
de palabras se gastarán para nada, y trampas entre palabras
confundirán los caminos del buen sentido. Muchos hombres serán
destruidos por las pestilencias; muchos hombres serán destruidos por
las armas, y muchísimos serán destruidos por las áridas palabras.
Porque, cuando los tiempos maduren, el hombre será rico de lengua,
pero pobre de corazón.
...
El útero de la mujer será como la tierra de los ríos; estériles
serán ambos. Y ello será incluso una gracia, porque el útero no
estéril y la tierra no estéril parirán monstruos. Día
desventurado será aquél en que el útero materno será
comercializado, como se comercializa la carne de los bovinos. En este
tiempo, el hombre, criatura de Dios, se convertirá en criatura de la
ciencia.
...
Llegará el tiempo en que el sol llorará sobre la tierra y sus
lágrimas caerán como chispas de fuego, quemando las plantas y a los
hombres. Los desiertos avanzarán como caballos enloquecidos sin
jinete, y los pastos se volverán arena, y los ríos serán el
ombligo pútrido de la tierra. Desaparecerá la hierba tierna del
prado y la hoja, puesto que reinarán los dos desiertos: el desierto
de la arena y el desierto de la noche. Y bajo el sol encendido el
frío gélido apagará la vida.
...
Cuando se avecine el tiempo de la cosecha, al hombre le serán
enviados siete signos. Y cada sabio comprenderá que el grano está
maduro, y no faltará mucho para que sea echada la guadaña sobre la
tierra. Los temblores de la tierra, en este tiempo, irán en aumento;
tierras y aguas se abrirán y entre sus heridas engullirán a los
hombres y otras cosas. La violencia la encontraréis todas las
mañanas en la puerta de casa, porque el hombre volverá a
convertirse en bestia y, como todas las bestias, agredirá o será
agredido. Este hombre no sabrá ya más distinguir el bien del mal.
Lo que sea honesto, o que sea moral, se volverá amoral. En este
tiempo, veréis a un asno con la cabeza de chacal, la cola de
serpiente y las patas de gato, que guiará el carro; y encima, habrá
otros asnos que serán saciados por un ejército de zorras
encadenadas unas a otras. El alimento, en este tiempo, será cada vez
más escaso, porque todo estará envenenado. Los graneros estarán
llenos, las fuentes darán agua fresca, las plantas darán frutos;
pero quien como de aquel grano y beba de aquel agua, morirá; y quien
como de aquellos frutos, morirá. Sólo los alimentos recogidos por
la generación precedente no llevarán la muerte. En este tiempo, la
angustia se casará con el hombre, y de su unión espiritual nacerá
la desesperación; una desesperación como jamás se ha visto en la
tierra. Y en este tiempo, también las estaciones estarán
angustiadas, porque la rosa florecerá en diciembre y la nieve caerá
en junio.
...
Los mares penetrarán como ladrones en las ciudades y en las casas, y
las tierras se volverán saladas. Y la sal entrará en las aguas y no
habrá agua que no sea salada. Las tierras saladas no darán más
fruto y, cuando lo den, será un fruto amargo. Por eso veréis
terrenos fértiles transformarse en pantanos salados. Y otras tierras
serán secadas por un calor que irá aumentando. El hombre se
encontrará bajo las lluvias saladas y caminará sobre las tierras
saladas, y andará errante entre sequías y aluviones.
...
Cuando Sodoma y Gomorra vuelvan de nuevo a la Tierra y los hombres
vistan de mujer y las mujeres de hombre, entonces veréis pasar la
Muerte cabalgando sobre la peste blanca. Y las antiguas pestilencias
serán como una gota de agua en el mar, respecto a la peste blanca.
Montañas de cadáveres serán amontonados en las plazas, y millones
de hombres llevarán la muerte sin rostro. Ciudades, con millones de
habitantes, no encontrarán brazos suficientes para sepultar a los
muertos, y muchos pueblos con campos serán cancelados con una única
cruz. Ninguna medicina logrará frenar la peste blanca, porque ésta
es la antesala de la purificación. Y cuando nueve hombres de cada
diez tengan la sangre podrida, será echada sobre la Tierra la
guadaña, porque habrá llegado el tiempo de regresar a casa.
...
Sentiréis a los hombres invocar la noche, pero la noche no llegará.
Sentiréis a los hombres invocar la calma, pero ésta será el fruto
que bien pocos podrán saborear. El mundo se convertirá en una
máquina que transformará la vida en un polvo venenoso. Y el ruido
de la máquina será como el de una cascada, que penetra con el
viento en cualquier palacio y en cualquier cabaña. El tiempo de la
doble espiga será condenado a la luz perenne y a la caída.
...
Sobre la tierra negra llorará el sol, y un fantasma vagará por
Europa durante toda una generación. Y antes que se disuelva, caerán
otros rayos. Uno de éstos quemará los lirios, y un segundo rayo
quemará el jardín de las palmeras, y un tercer rayo quemará la
tierra entre los santos ríos. El hombre se volverá frágil como una
hoja seca, y sus huesos se doblarán y crujirán como una rama rota.
En este tiempo, la tierra producirá sólo hierbas envenenadas y las
bestias no darán más carne envenenada. Envenenado estará el hombre
en este tiempo, porque éste será el inicio del tiempo de ajenjo.
...
Dos príncipes sanguinarios tomarán posesión de la Tierra: Wiug
vendrá de Oriente y volverá esclavo al hombre con la pobreza;
Graiug vendrá de Occidente y volverá esclavo al hombre con la
riqueza. Los príncipes se disputarán la tierra y el cielo y el
terreno de la gran batalla será en la tierra de los cuatro demonios.
Los dos príncipes serán vencedores y los dos príncipes serán
vencidos. Pero Graiug entrará en casa de Wiug y sembrará sus
antiguas palabras, que crecerán y devastarán la tierra. Así
terminará el imperio de Wiug. Pero llegará el día en que también
el imperio de Graiug será destruido, porque las dos leyes de vida
eran equivocadas y ambas producían la muerte. Tampoco sus cenizas se
podrán utilizar para cultivar el terreno, sobre el cual crecerá la
nueva planta de la tercera luz.
...
Cuando los tiempos estén cercanos al precipicio, el amor del hombre
hacia el hombre será una planta seca. En el desierto de aquel
terreno florecerán solamente dos plantas: la planta del provecho y
la planta del egoísmo. Las flores de estas plantas podrán ser, sin
embargo, cambiadas por las flores de la planta del amor. Toda la
humanidad, en este tiempo maldito, será engullida por la
indiferencia. ¡Ay entonces de los que sufran, de los ancianos, de
los inválidos, de los afligidos de corazón, porque estarán solos
en un mar de gentes! ¡Y ay de los puros de corazón, de los simples,
de los hombres con el corazón de niño, porque serán ultrajados y
ridiculizados! Cuando oscurezca el triste día del homo-sapiens, no
quedará más que el desierto de la nada, porque precisamente la
planta del amor fraterno estará muerta desde hace tiempo. (Y el amor
fraterno es la Gran Medicina.
Las Verdades de Dios son hechas
distintas por los hombres, pero la llama es única).
...
Habrá un tiempo de paz, pero la paz será escrita con sangre. Y
cuando los dos fuegos sean apagados, un tercer fuego quemará las
cenizas. Pocos hombres y pocas cosas quedarán; pero lo que quede
deberá ser sometido a una nueva purificación, antes de entrar en el
nuevo paraíso terrestre.
...
Mahoma dejará su casa, recorriendo el camino de los padres. Y las
guerras estallarán como temporales de verano, abatiendo plantas y
desbastando campos, hasta el día en que se descubrirá que la
palabra de Dios es una aunque sea pronunciada en lenguas distintas.
Entonces la mesa será única, como único será el pan.
...
Por todo el mundo se edificarán torres. Y se dirá que en las torres
habitará la vida, pero aquellas serán castillos de muerte. Algunos
de estos castillos serán sacudidos y de sus heridas saldrá sangre
podrida que infectará la tierra y el cielo. Grumos de sangre
infectada volarán como rapaces sobre nuestras cabezas. Y más de un
rapaz caerá sobre la tierra, y la tierra donde caiga se volverá
desierta durante siete generaciones.
...
Durante tres días el sol desaparecerá del cielo, y durante treinta
días una niebla de humo y de dolor hará de la tierra un gris
sudario. El hombre vagará como un perro enloquecido en este mar de
desesperación; su vida será una agonía, y su única esperanza será
la muerte.
...
En la noche del hombre quemado, la sangre correrá por los ríos de
la Roma de los Papas y de los embrollones. El pueblo saldrá a las
plazas cegado por un odio incubado de tanto tiempo y, sobre las
espadas sucias de sangre, veréis las cabezas de los políticos, de
los nobles y del clero. El cuerpo de un hombre venerado será
arrastrado por las calles de Roma por un caballo blanco, y en los
caminos quedará la huella de su sangre y los rasgos de su piel. Sólo
entonces se descubrirá que el hombre venerado era una serpiente. Y
morirán como mueren las serpientes. En esta noche de sangre y de
magia, las estrellas cambiarán de luz; aquellos que vestían el
hábito de la delincuencia vestirán el hábito de la justicia, y
aquellos que eran justos se volverán injustos. Y cuando surja la luz
del nuevo día, las fuentes de Roma estarán llenas de sangre humana,
y muchos cuerpos de poderosos serán descuartizados y arrojados a los
cuatro ángulos de la ciudad, hasta que marchiten separados. Roma
purificada no será ya más Roma. Y la noche del hombre quemado
quedará para el recuerdo, con la santa insurrección del pueblo
contra el lobo famélico vestido de cordero.
...La
historia de Caín y Abel se repetirá en el lugar rodeado por las
murallas, con siete torres y un águila. Esta vez será el pacífico
Abel quien matará al pérfido Caín, y nada quedará de esta
historia, porque también el nombre de la ciudad será cambiado, y la
tierra abrazará amorosamente al bien y al mal. Pero en la ciudad de
las siete torres se desatará una chispa que enseñará una nueva
palabra y una nueva ley. Y la nueva ley enseñará al hombre una
nueva vida, porque en la casa nueva no se podrá entrar con los
hábitos viejos. Y cuando el sol se ponga, se descubrirá que la
nueva ley es la antigua ley y que el hombre había sido creado por
esta ley.
...
Pasarán los tiempos del viento, del fuego y del agua; y después
regresará el arcángel. Pero todo será cambiado. En Siberia crecerá
la vid, y muchos palacios de Petersburgo serán embellecidos con
limoneros. La voz de la Santa Madre llegará a la Luna y más lejos.
Pero no llegará a la intimidad del corazón de cada ruso. El zar
será alejado por el viento, y regresará con el viento. Y el mismo
viento llevará un zar que no será tal, pero tendrá más poder que
el zar. El nuevo zar pasará con el caballo blanco a través de las
plantaciones agrias, y muchos ancianos le detendrán para recordarle
que, donde había solamente nieve, ahora germina el olivo. Y en las
tierras del olivo crecerá la nieve. Porque todo en aquel tiempo será
trastornado. Y las montañas las hallaréis donde están los mares; y
los mares los hallaréis donde estaban las montañas.
...
Cuando llegue a Roma el hombre señalado en la frente, sonarán las
campanas de la paz, pero bien pocos serán los que notarán que quien
tira de las cuerdas es la muerte. Sutiles engaños se preparan para
el mundo entero, porque el ratón escapará del gato, y el gato será
comido por el ratón. En este tiempo, las glorias se repetirán
rápidamente. Y se repetirán los dolores. Los Cesares pasarán como
el agua del río y las palabras serán nubes. El hombre señalado en
la frente será puesto en el altar; pero cuando deba madurar aún la
quinta espiga el hombre señalado será depuesto sobre la tierra
desnuda y con sus carnes se hará un banquete. ¡Pobre gloria del
mundo, que pasas como una sombra furtiva! Tu tiempo está siempre
señalado, antes aún de que tu perfume se expanda. ¡Pobre gloria
del mundo, vestida de oro y de plata, pero hecha de cenizas! No
volváis a mirar los caminos señalados, porque sobre estos se
abatirá el viento y borrará toda señal. Y el viento abrirá las
tierras, desplazará las montañas, y borrará la ciudad con el signo
del mar. No os volváis en este tiempo para preguntar si el viento
sopla de Occidente o de Oriente, porque, cuando os hayáis girado, el
viento ya habrá pasado.
...
Cuando la mujer esté próxima al parto, se estabilizará en la
tierra el séptimo imperio. Y será el imperio del mal. El zar negro
reinará sobre la cabeza; el zar blanco reinará sobre el ombligo; y
el zar rojo reinará sobre los pies. Y los pies serán los primeros
en ser corroídos por la lepra. Cuando caiga la cabeza, se oirá un
lamento en todo el mundo. Y sangre caerá sobre la piedra santa. Los
tiempos de la caída del imperio se iniciarán con el asesinato del
padre, que tendrá lugar en el plenilunio del verano. Cuando los
ladrones abandonen la baya de oro para huir a la gruta, será el
tiempo en que el último imperio estará próximo al fin. Y el fin
llegará entre un remolino de sangre.
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