miércoles, 11 de marzo de 2015
El Peso De La Sabiduría
En Bagdad, la perla del Orien¬te,
reinaba el glorioso califa Harun-al-Rashid, cuya fama de bueno había
atravesado mares y desiertos.
Y he aquí que un día llegó a ese
palacio un peregrino polvoriento, blanco de canas. Era el Sabio de la
montaña que venía a besarle la punta de las babuchas.
Cuando el califa supo que su visitante
era un hombre tan sabio, corrió a su encuen¬tro para abrazarlo.
—¿En qué puedo servirte, hermano?
Tu fama descendió hasta mi palacio.
—También la tuya, desde tu trono,
subió hasta la montaña. Dame acogida cerca de tu .corazón —imploró
el viejo—. Pasé muchas noches en vela indagando el cielo
estrellado. Conozco las estrellas, una por una; pero tú conoces el
corazón de los hombres, que es aún más misterioso. Unamos estos
conocimientos en uno solo.
En seguida el califa llamó a los doce
consejeros, para que lo aceptaran entre ellos.
—La norma no lo permite —objetó
uno de ellos—; estamos completos.
—Me conformaré con ser el último
entre vosotros —insistió el viejo.
—¿Pero, cómo puedes ser el último
si ninguno de nosotros es el primero? —replicó otro.
El soberano escuchaba. Le dolía
decirle que no al buen sabio; pero también le disgustaba contrariar
a los ministros. Y con lágrimas en los ojos le sonrió al erudito
que debía alejar.
—Querer es poder —oyó que éste
murmuraba.
Entonces se adelantó el más
autoritario de los consejeros: —¡Cómo puedes decir eso! Juzga por
ti mismo —manifestó. Y golpeó las manos tres veces. En seguida,
silenciosamente, aparecieron los sirvientes—. Tomad la tina grande
del jardín y traedla aquí al pie del trono —la orden fue
ejecutada al instante—. Ahora llenadla de agua hasta el borde. Así.
Y ahora traedme una taza de agua y una cucharita.
Cuando tuvo todo, tomó un poco de agua
de la taza y comenzó a verter gota tras gota en la tina repleta,
hasta que no cupo más y rebalsó.
—Mira —concluyó el ministro—,
como tú mismo puedes ver, no hay lugar para más. No siempre querer
es poder.
Entonces el viejo se levantó, recogió
su atado, el bastón y, saludando con una inclinación, se dirigió a
la salida.
A los lados de la puerta había dos
floreros con rosas de Oriente, cuyo balsámico aroma perfumaba el
aire. El viejo extendió su mano blanca y desprendió un solo pétalo
que depositó sobre el agua rutilante del recipiente. El agua vibró
centelleante bajo el peso de aquel pétalo leve como un suspiro, pero
se contuvo. Ni una gota se derramó.
—¡Quédate, quédate! —prorrumpieron
todos al unísono. Y el califa, feliz, tomándole el atado y el
bastón de las manos, lo instó a que se sentara con él en la grada
más alta del trono; mas el viejo retrocedió diciendo:
—¡Aquí no! Permaneceré ahí, cerca
de las rosas.
La Leyenda De La Calavera
Vivió en cierta ocasión un granjero
que sólo tenía un hijo, un muchacho de carácter inquieto y
revoltoso, lo que le valía estar en disputa permanente con su padre.
El muchacho contrajo una extraña enfermedad y murió, y su padre,
enfadado con él por haberse dejado vencer por la enfermedad, no
quiso acudir al entierro.
Pasado un tiempo, murió un vecino y
amigo del granjero, éste apenado acudió a su entierro para
presentar sus respetos. Después de la ceremonia, mientras
miraba distraídamente una fosa, el granjero vio una calavera,
preguntándose cómo habría sido la vida de ese difunto.
Con gran sorpresa vio cómo la calavera
le comunicó que le visitaría la noche siguiente, si luego él
se comprometía a pasar otra noche con ella, a lo que el hombre
accedió, lleno de curiosidad. A la vuelta se encontró con un druida
y le comentó lo sucedido, éste le dijo que debía ser un sueño,
puesto que las calaveras no hablaban. Ante su descreimiento, le citó
para la noche siguiente en su casa, para asistir a la extraña
visita.
Durante la noche siguiente, el granjero
y el druida se prepararon para recibir a la calavera, se sentaron
junto a una mesa, de repente llamaron a la puerta, el granjero
se apresuró a abrir, apareciendo el cráneo. La calavera se subió
en la mesa y después de devorar todos los manjares que allí
había dispuestos y desapareció, mientras, tanto el granjero como el
druida habían permanecido mudos por el asombro.
A pesar de no haber conversado con
ella, el granjero decidió cumplir con la palabra dada a la
calavera y acudió al cementerio, allí encontró una escalinata
al lado de la tumba en donde había visto por vez primera a la
calavera, sin pensárselo dos veces decidió bajar por ella.
De repente se encontró en medio de un
campo en el que multitud de hombres luchaban con espadas, lanzas y
hoces, algunos al verle le dijeron que si buscaba a la calavera
debía ir al campo de al lado. Al llegar allí lo que encontró fue a
hombres y mujeres peleando e insultándose, una de las mujeres le
indicó que si quería encontrar el cráneo debía cruzar el río y
pasar a la otra orilla. El granjero obedeció y allí encontró una
gran casa. En el salón descubrió un gran fuego en la chimenea,
junto a una dama y una criada, la dama se paseaba de un lado a otro,
y cada vez que se acercaba al fuego a calentarse, la criada la
apartaba de él. La criada le indicó que para encontrar lo que
buscaba que fuera hacia una puerta a la izquierda de la habitación,
que pasara por ella y que allí lo hallaría.
Cuando entró en la habitación por fin
encontró a la calavera, que solícita le preguntó si quería
cenar, como el granjero estaba exhausto despues de tanta
búsqueda asintió enérgicamente. La calavera lo acompañó
hasta la cocina en donde se encontraban tres mujeres pidiéndole a
una de ellas que le sirviera cena, ésta cogió pan moreno y una
jarra de agua y se lo sirvió al hombre, el cual, al ver tan magro
alimento, desistió de comer. Seguidamente, el cráneo pidió a
la segunda mujer que sirviera la la cena, pero ésta lo hizo aún
peor que la primera, por lo que el hombre seguía sin comer. Por fin
la calavera le pidió a la tercera mujer que sirviera al granjero y
ésta le sirvió una opípara cena con espléndidos vinos y
alimentos. Cuando el granjero terminó de cenar, la calavera decidió
explicarle el significado de lo que había visto, así le dijo que
los hombres del primer campo estaban en perpetua lucha unos con otros
por las lindes de sus tierras, por lo que habían sido castigados a
luchar durante toda la eternidad. Las parejas que peleaban eran
matrimonios que habían hecho lo propio en vida, y que deberían
seguir haciéndolo tras su muerte. En cuanto a la señora que había
en una de las habitaciones, se había comportado tan
mezquinamente con su criada, a la que ni siquiera dejaba acercarse al
fuego en los días de mas frío, que ahora sufriría ella eternamente
ese frío y hambre. Y las tres mujeres que ves aquí fueron un día
mis tres esposas, cuando le pedía a la primera que me preparara la
cena sólo me daba pan moreno y agua, cuando era la segunda la que me
servía el resultado era aún peor, afortunadamente mi tercera
esposa siempre servía un banquete digno de un rey.
A continuación la calavera mirándole
lúgubremente le dijo: «Tú, en cambio, aún puedes rectificar, has
sido traído hasta este lugar por no querer ir al funeral de tu hijo
al estar enfadado con él, mientras acudiste presuroso al de un
vecino. Para ello debes regresar ante la tumba de tu hijo y suplicar
su perdón, sólo así podrás salvarte del suplicio eterno».
El granjero quedó paralizado, ya que
la calavera en un susurro también le dijo: «Ten en cuenta que desde
tu salida de casa han transcurrido setecientos años». Como en
un sueño, el granjero fue caminando por el cementerio y, a
pesar del tiempo transcurrido, aún pudo localizar la tumba de su
hijo. Allí cayó arrodillado y entre sollozos suplicó arrepentido
una y otra vez a su hijo que lo perdonara, cuando ya había
perdido las esperanzas una mano surgió de la tumba, una mano que
cogió la suya, ayudándole a llegar al cielo.
El Califa Cigüeña
Por muy pocas monedas, el califa Chasid
había comprado un cofrecito que contenía un polvo negruzco y una
vieja carta escrita en latín. Su primer ministro, el gran visir, le
aconsejó hiciera traducir el escrito, por si se tratara de algo
interesante.
La carta, traducida, decía así: “¡Oh,
hombre que has encontrado este cofre, agradécele a Alá! Si aspiras
este polvo y luego dices la palabra mágica MUTABOR, podrás
transformarte en cualquier animal y entender su lenguaje. Luego, si
quieres volver a la forma humana, no tienes más que inclinarte tres
veces hacia
Oriente y repetir la palabra mágica.
Pero no rías durante la transformación. Si lo haces, olvidarás la
palabra y quedarás animal por siempre jamás.”
Apenas se fue el traductor, el califa y
su visir hicieron grandes proyectos para divertirse cuando se
transformaran en algún animal.
Con estos pensamientos salieron a
caminar por la plaza, y cuando vieron en un estanque un par de
cigüeñas quisieron probar los poderes del polvo mágico y, sin
pensarlo dos veces,» absorbieron un poco cada uno y dijeron:
MUTABOR. Al instante se transformaron en dos hermosas cigüeñas.
Siguieron su camino conversando ahora en la lengua “cigüeñina”,
hasta que se encontraron con dos cigüeñas de verdad y, deteniéndose
a cierta distancia, escucharon lo que aquéllas conversaban :
—¿Así que hoy vas a un baile? —le
dijo la que parecía más vieja a la otra.
—Sí. Por eso quiero ensayar unos
pasos antes que llegue la hora. —Y sin ningún reparo se puso a dar
saltitos de aquí para allá. Tan cómica resultó la bailarina, que
el califa y el visir no pudieron aguantar más y soltaron la risa,
asustando así a las pobrecitas, que se fueron volando.
Justo en ese momento se acordaron de
que no debían reir, y por más que hicieron no pudieron recordar la
palabra mágica. Cigüeñas habían querido ser y cigüeñas se
quedarían.
Víctimas del hechizo, vagaron
tristemente por el campo, sin saber qué hacer, hasta que un día,
desde lo alto de un campanario, vieron avanzar un gran cortejo;
tambores y trombones llenaban los aires con sus sones y un hombre
envuelto en rico manto escarlata era vitoreado por la multitud.
—¡Viva Mizra, el señor de Bagdad!
—gritaban todos.
Las dos cigüeñas se miraron y
comprendieron…
—¿Entiendes ahora, gran visir, por
qué hemos sido encantados? Este Mizra es el hijo de mi peor enemigo:
el mago Kaschnur. Ven, vamos a la tumba del Profeta; quizá en ese
lugar sagrado podamos romper el hechizo.
En la primera noche de su viaje
descansaron en un castillo abandonado, que en otros tiempos debió
ser muy fastuoso, pues todavía quedaban restos de su esplendor.
Ya estaban para dormirse cuando fueron
sobresaltados por un llanto muy quedo que llegaba de algún lugar
cercano. Allí se dirigieron cautelosamente y encontraron una
lechuza, de cuyos grandes ojos resbalaban abundantes lágrimas
—¡Oh —dijo el horrible animal—,
vosotros sois mi salvación! —Y les contó su triste historia.
Aquella lechuza era nada menos que una princesa de la India, a quien
el pérfido mago Kaschnur había transformado, porque no quiso
casarse con su hijo Mizra.
Al escuchar tan triste historia, el
califa se conmovió y le preguntó qué podía hacer él para
desencantarla.
—Cuando me trajo aquí el horrible
mago me gritó: “Así quedarás por toda la vida. Sólo podrás
volver a tu estado normal si alguien te pide en matrimonio.”
El califa no vaciló ni un instante y
allí mismo, sin fijarse en la fea figura de la lechuza, le ofreció
desposarla.
Agradecida la lechuza, les hizo saber
que a ese mismo castillo solía venir el mago Kaschnur con otros
malvados como él para contarse las últimas malas acciones
cometidas, y que, precisamente, esa noche, al ocultarse la luna,
tendría lugar una de esas reuniones.
Guiados por la lechuza, el califa y el
visir llegaron hasta una ventanita desde donde podían ver una amplia
sala ricamente amueblada. Allí estaban, sentados alrededor de una
mesa, todos los magos y hechiceros, regocijándose de las tremendas
maldades que habían cometido en los últimos tiempos.
Kaschnur contó, a su tiempo, lo que
había hecho con el califa y el visir. Todos le festejaron la hazaña
y rieron aún más cuando les dijo que la palabra que se habían
olvidado era nada menos que MUTABOR.
El califa y el visir se miraron y
repitieron la mágica palabra inclinándose tres veces hacia Oriente.
La transformación fue inmediata, y cuál no sería su sorpresa
cuando, al darse vuelta para agradecer a la lechuza el favor que les
había hecho, vieron maravillados a una hermosa doncella…
Cuando el pueblo se enteró de la
maldad de Kaschnur y del usurpador Mizra los desterró y devolvieron
el poder al buen califa y al gran visir. Tres días después Chasid
contraía enlace con la princesa hindú, en medio de la alegría de
toda la nación.
lunes, 9 de marzo de 2015
La Bruja de Blair
Durante el mes de febrero del año
1785, en el pueblo llamado Blair (Maryland, Estados Unidos), unos
niños denunciaron que una anciana del lugar, llamada Elly Kedward,
los había engañado para que fuesen a su casa, donde procedió a
extraerles sangre. Los niños denunciaron el hecho en cuanto tuvieron
contacto con sus padres, y ellos hicieron lo propio ante las
autoridades del lugar.
Ante la evidencia (las heridas de los
niños), los habitantes de Blair reaccionaron con asombrosa rapidez:
de acuerdo con las normas y leyes del lugar, la expulsaron del
pueblo, aunque de una forma muy sádica: Kedward fue atada a una
pequeña carretilla, y en ella fue empujada hasta los bosques del
lugar, para luego ser abandonada a su suerte en un invierno que fue
especialmente crudo. Los lugareños dieron por hecho que la supuesta
bruja habría muerto de frío, hambre, o de alguna otra forma, por lo
que no se preocuparon demasiado, cometiendo un error fatal.
En noviembre de 1786, más de un año
después del abandono de Elly Kedward, la hija del magistrado de
Blair desapareció sin dejar rastros durante la primera noche en que
nevó. Una semana más tarde, sucedió lo mismo con el principal
acusador de Kedward. Pero eso no fue todo, sino que, para el final
del invierno, casi la mitad de los niños del pueblo habían
desaparecido misteriosamente, incluyendo a todos los que denunciaron
a la bruja. Temiendo una maldición, gran parte de los habitantes de
Blair huyeron en cuanto mejoró el tiempo y juraron no volver a
pronunciar el nombre de Elly Kedward.
En noviembre de 1809 se publica el
libro titulado El Culto a la Bruja de Blair. Es una historia de
ficción barata en cuanto a calidad, en la que se cuenta la historia
de un pueblo llamado Blair que se encuentra bajo la maldición de una
bruja llamada Elly Kedward. Según el libro, la bruja es cazada y
quemada por sus crímenes.
En 1824 se funda Burkittsville, sobre
el antiguo asentamiento de Blair, aunque ninguno de sus fundadores
conocen la antigua historia del lugar. No hubo indicios de brujería
hasta agosto de 1825: una decena de vecinos de Burkittsville aseguran
que del río que cruza la localidad sale una mano de una mujer
extremadamente pálida. La gente comienza a investigar pero la mano
desaparece misteriosamente; sin embargo, nadie puede evitar que
Eilleen Treacle, una niña de diez años, se sumergiera en el río.
Nadie jamás volvió a verla, pero desde su desaparición, el arrollo
se vio obstruido por una increíble cantidad de ramas grasientas que
afectaban la potabilidad y pureza del agua. Un lugareño muere al
poco tiempo, pero su defunción se atribuye a la contaminación del
río.
Mucho tiempo después, en marzo de
1886, desaparece una niña de ocho años llamada Ravin Weaver. Varios
equipos de salvamento son enviados a buscarla. Ravin regresa, pero no
sucede lo mismo con uno de los grupos de rescate. Pocas semanas
después los cuerpos de aquel grupo son encontrados en un lugar
llamado Coffin Rock. Los cadáveres estaban atados entre sí en forma
pentagonal, y todos habían sido brutalmente destripados.
Pero no hubo otro suceso misterioso
hasta más de cincuenta años después: siete niños desaparecen
entre noviembre de 1940 y marzo de 1941. Ese mismo mes, un ermitaño
llamado Rustin Parr acude al mercado del pueblo y grita “por fin he
terminado“. Nadie pudo descifrar el significado de estas palabras
en el momento, ni sonsacar más información a Parr, hasta que la
policía del lugar es llevada por él mismo hasta su cabaña, donde
Parr aseguraba que entenderían todo. Después de cuatro horas de
caminata por el bosque (el mismo en el cual había sido abandonada
Elly Kedward) llegan a la cabaña de Parr, descubriendo allí los
cadáveres de los siete niños, colocados en siete tumbas. Tras
exhumar los cuerpos, se descubren símbolos de violencia, y algunos
se hallaban destripados, como si su asesinato hubiese formado parte
de un ritual diabólico. Parr es condenado por el asesinato de los
siete niños, aunque éste jamás abandona su explicación: dice que
podía escuchar una voz en su mente, la voz de una anciana, que lo
dirigió en todo momento. Parr es ejecutado en la horca.
La gente del lugar cuenta que Parr, una
vez secuestrados los niños, los llevaba de a dos al sótano de la
cabaña. Allí, colocaba uno en un rincón, porque no podía soportar
sus miradas. Mataba al que estaba junto a él, y luego hacía lo
propio con el que se encontraba en el rincón.
En octubre de 1994, un grupo de
cineastas se muestra interesado en esta leyenda urbana, decidiendo
hacer un documental para investigar su veracidad. Sus nombres son
Heather Donahue, Joshua Leonard y Michael Williams. En su afán por
recolectar la mayor cantidad de información posible, deciden
entrevistar a los habitantes de Burkittsville, entre los cuales se
encuentra Mary Brown: una anciana que es tomada por loca en esa
población. Brown asegura que un día, mientras observaba el cielo
recostada en un montón de hojas del bosque, sintió una extraña
presencia junto a ella. Cuenta que pudo ver a una extraña mujer
totalmente cubierta de pelo, resultado de una mezcla entre un humano
y una bestia. Brown asegura que la mujer en cuestión era Elly
Kedward, la bruja de Blair.
El 21 de octubre, los tres cineastas se
adentran en el bosque del lugar con el objetivo de encontrar Coffin
Rock, el lugar donde se realizó la extraña masacre de un grupo de
rescate.
Los estudiantes de cine debían de
haber regresado el día 23; sin embargo, llegó el 25 de octubre, y
no hubo ningún rastro de ellos. Las autoridades encuentran el coche
de Joshua Leonard al borde de la carretera. Un día después, los
familiares de los desaparecidos denuncian la situación. La policía
del estado de Maryland se encarga de la búsqueda, acción que es
llevada a cabo durante tres días por un total de cien hombres,
aunque no encuentran rastros de ellos.
El 16 de octubre de 1995, un estudiante
de antropología encuentra varios elementos de filmación que,
supieron después de ver las cintas, fueron utilizados por los tres
cineastas para realizar el documental. Las cosas estaban enterradas
bajo una vieja cabaña; la misma en la que habían matado a los siete
niños. No hay rastro de los cuerpos de los estudiantes.
La policía ve las cintas de filmación
y determina que, en efecto, pertenecieron al grupo de estudiantes de
cine. Realizaron una recopilación de algunas escenas de ellas, que
fueron entregadas a los familiares. Sin embargo, la investigación no
avanza, por supuesta falta de pruebas. Un año más tarde se hace
publico un segundo fragmento de la filmación, pero la investigación
sigue sin avanzar.
Finalmente, el caso se da por cerrado.
Las familias reciben la totalidad de las filmaciones, pero los
cuerpos de Heather Donahue, Joshua Leonard y Michael Williams jamás
fueron encontrados.
La Leyenda de Ichilok, El Cuarto Rey Mago
Erase una vez una historia que se hizo
célebre. Es la historia de un niño llamado Jesús que nació en un
establo en Belén. Se cuenta que, en el momento de su nacimiento, una
estrella se iluminó en el cielo y que tres reyes –Melchor, Gaspar
y Baltasar– vieron esa señal.
Los Reyes Magos se pusieron en marcha,
guiados por la Estrella, y llegaron, montados en camellos, con las
manos llenas de los regalos más preciosos para el Niño Jesús. Pero
se cuenta también que lejos, muy lejos de Belén, vivía un cuarto
Rey Mago.
Se llamaba Ichilok y tenía la piel
roja, pues era un viejo indio de América.
Aunque su país sea todavía
desconocido al otro lado de la Tierra, Ichilok también leía en el
cielo, también él vio la Estrella, también él supo que tenía que
seguirla.
Así pues, hizo el equipaje y se llevó
todo lo que encontró de más valor para regalar: escogió unas
plumas con reflejos de arco iris, dos magníficos cristales verdes
llamados esmeraldas, dos grandes pepitas de oro, preciosas, un cuenco
de agua de manantial de una pureza extraordinaria, un espejo de
plata… A estos tesoros, añadió, porque la encontraba muy bella,
una sencilla rama adornada con una asombrosa pina de color dorado.
—¡Qué extraños regalos vas a
ofrecer! —le dijo su amigo Patchlok, prendido—. ¿Acaso no
mezclas objetos preciosos y objetos muy sencillos?
—Amigo —respondió Ichilok—,
nuestros antepasados nos enseñaron que las cosas más simples son a
veces las más preciosas. ¿Lo habías olvidado? Y ahora, debo irme.
Hasta pronto.
—¡Ichilok, ese viaje va a ser largo
y difícil! —le dijo Patchlok en voz alta—. Deja que te acompañe.
Pero Ichilok fue inflexible: pensaba ir
solo, y dejarse guiar por la Estrella.
El anciano se puso en marcha hacia
Oriente. Se fue contento, con paso ligero, llena de canciones la
cabeza; y empezó a descender la montaña. Con la alegría, no
distinguió al puma que le seguía discretamente. Ágil y silencioso,
el animal espiaba el menor de sus gestos.
Cuando Ichilok se hubo alejado de las
últimas casas, el puma se abalanzó sobre él y le clavó las
garras. En estado de choc, el hombre lanzó un grito y cayó al
suelo. El felino rugió:
—No te muevas, hombre, o te mato
inmediatamente. Estás muy delgado, pero mis hijos tienen hambre y mi
compañera no puede alimentarlos…
—¿Por qué no puede alimentarlos tu
compañera? —preguntó tranquilamente Ichilok desempolvándose el
abrigo.
—¡Ay! —respondió con tristeza el
puma—, ya no puede cazar porque no ve. Unos cazadores intentaron
matarla y la hirieron en los ojos. Ocurrió hace tres días. Por esto
no tengo alternativa, vas a servir de comida a nuestros hijos.
—¡Eh, no tan rápido! —protestó
Ichilok—. Yo no he hecho nada. Y, además, cuando me hayáis
comido, ¿qué os va a quedar? ¿Cómo vas a alimentar a tus
pequeños?
El puma no supo qué responder. Ichilok
se levantó majestuosamente:
—Yo soy un Rey Mago —dijo con
soberbia—. Y quien dice mago, dice algo mágico. Llévame
inmediatamente a donde está tu compañera y veré qué puedo hacer.
El felino condujo a Ichilok hasta su
guarida. Allí, los tres cachorros jugaban alrededor de su madre.
Ichilok se inclinó sobre ella y delicadamente examinó sus ojos
inyectados de sangre. La compañera del puma permitió que la
observara.
—Creo que tengo lo que necesitas para
curarte —dijo Ichilok suspirando, mientras se enderezaba—, pero
en el tiempo que tarde en curarte, el niño que voy a ver ya habrá
crecido.
El hombre reflexionó un momento y
añadió:
—Aunque no pienso dejarte así.
Hurgó en su bolsa, suspiró de nuevo,
y cogió las dos esmeraldas que pensaba regalar al niño.
—Soy mago, confía en mí —dijo al
puma.
Y, como por arte de magia, sustituyó
los dos ojos heridos por las dos piedras preciosas.
—Soy mago, ¡mírame!
La compañera del puma lo miró con sus
dos pupilas sorprendentemente verdes: volvía a ver perfectamente. El
mago le había ofrecido el más precioso de los regalos.
Satisfecho, Ichilok emprendió de nuevo
la marcha hacia Oriente. Le quedaban todavía las plumas con reflejos
de arco iris, dos bellas y grandes pepitas de oro, un cuenco de agua
de fuente de una pureza extraordinaria, un espejo de plata… y,
porque la consideraba bonita, una sencilla rama adornada con una
sorprendente pina dorada.
Su trayecto le condujo a través de la
selva virgen. El anciano cantaba en honor del niño que iba a
visitar, y no se dio cuenta de que un loro le seguía con un aire
triste.
Al caer la noche, Ichilok se detuvo
para encender una hoguera. El loro se colgó de una rama y también
él se puso a cantar la canción del indio.
—Cantas bien, pero ¿por qué estás
tan triste? —le preguntó el mago levantando la cabeza.
—Mírame, ¿no ves que soy feo y
desplumado? ¿Cómo puedo atreverme a presentarme ante los demás, yo
que antes era tan bello?
—¿Qué te ha ocurrido? —le
preguntó Ichilok.
—Yo era bello y estaba tan orgulloso
de mi plumaje multicolor que fui a cantar cerca del pueblo. Allí,
los niños me cazaron y me arrancaron las plumas. Finalmente,
conseguí escapar, pero mírame ahora, estoy prácticamente desnudo.
—Creo que tengo lo que necesitas
—dijo Ichilok suspirando—, pero en el tiempo que tarde en
curarte, el niño que debo ir a ver ya habrá crecido.
El hombre reflexionó un momento, y
luego añadió:
—De todas formas, no voy a dejarte
así.
Buscó en su saco, suspiró una vez
más, y cogió las plumas con reflejos de arco iris que pensaba
regalar al niño.
—Soy mago, confía en mí —dijo al
loro.
Y, como por arte de magia, sustituyó
las que le faltaban por las magníficas plumas que había sacado de
su saco. —Soy mago, ¡vuela!
El loro revoleteó alrededor de Ichilok
cantando alegremente, y dio las gracias al indio por el maravilloso
regalo que acababa de hacerle.
Satisfecho, Ichilok reemprendió su
ruta hacia Oriente. Todavía le quedaban para regalar dos bellas y
grandes pepitas de oro, un cuenco de agua de fuente de una pureza
extraordinaria, un espejo de plata… y, ya que la encontraba bonita,
una sencilla rama con una extraña pina de color dorado.
El anciano llegó a orillas del mar.
Allí, se encontró con un marino que aceptó llevarle lejos, hacia
Oriente, donde encontraría al niño al que quería dar sus regalos.
Ichilok subió al barco sin fijarse en un hombre que se había
deslizado furtivamente bajo su cama.
Unas horas más tarde, Ichilok oyó
unos gemidos y descubrió a un hombre que temblaba de miedo.
—¿Quién eres y qué haces aquí?
—preguntó con calma el mago.
—Me escondo, porque si me encuentran
¡me matarán! No diga que estoy aquí, por favor —le suplicó el
hombre antes de desvanecerse.
Ichilok movió la cabeza.
—Sin duda, el pobre no debe de haber
bebido nada desde que partió. Creo que tengo lo que necesita
—suspiró, pero en el tiempo que tarde en curarle, el niño que
debo ir a ver ya habrá crecido.
Ichilok reflexionó un momento y
añadió:
—¡Vamos! No voy a dejarlo así.
Hurgó en su bolsa, suspiró una vez
más y sacó el cuenco de agua de manantial de una pureza
extraordinaria que pretendía regalar al niño.
—Soy mago, confía en mí —dijo al
hombre, ayudándole a beber.
Y algunas gotas del agua maravillosa
fluyeron hasta su garganta.
—Soy mago, ¡despierta!
Y, como por arte de magia, el hombre
recobró el sentido y dio las gracias a Ichilok por su gran
generosidad.
Cuando atracaron, Ichilok, satisfecho,
siguió su ruta hacia Oriente. Le quedaban todavía para regalar dos
bellas y grandes pepitas de oro, un espejo de plata… y, porque la
encontraba muy bonita, una simple rama adornada con una extraña pina
dorada.
Ichilok atravesó ciudades, pueblos,
desiertos, montañas. En un pueblo, vio a una anciana que lloraba en
el umbral de su puerta.
—¿Qué te ocurre, mujer, por qué
lloras así?
—¡Ay! —exclamó ella—. Soy tan
vieja que no me atrevo a mirarme al espejo de lo fea que soy.
—Tu espíritu es tranquilo y honesto;
eres buena y generosa. Ahí reside la verdadera belleza —le dijo
Ichilok para tranquilizarla.
—¿Por qué estás seguro de lo que
dices? Esta belleza no se ve —respondió la anciana.
Ichilok sonrió.
—Creo que tengo lo que necesitas
—dijo suspirando—, pero en el tiempo que tarde en ocuparme de ti,
el niño que tengo que ir a ver ya habrá crecido.
El hombre reflexionó un momento, y
añadió:
—Pero no voy a dejarte así.
Buscó en su saco, suspiró una vez más
y extrajo el espejo de plata que pensaba regalar al niño.
—Soy mago, ten confianza en mí —dijo
a la mujer.
Y le dio el espejo de plata.
—¡Mira la belleza de tu corazón!
La mujer cogió el espejo y, como por
arte de magia, se vio hermosa. Dio las gracias a Ichilok con
expresividad.
En aquel mismo instante, se oyeron unos
gritos. Eran de una niña que era arrastrada por dos hombres y que se
resistía.
—¡Soltadme! ¡Soltadme! —suplicaba.
—¿Qué ha hecho? —preguntó
Ichilok a los dos hombres.
—La bribona nos ha robado pan, ¡he
aquí lo que ha hecho! —gritó uno de ellos—. ¡Prisión para la
ladrona!
Ichilok sonrió pacientemente.
—No hay duda de que la pobre pequeña
tenía hambre. Creo que tengo lo que necesita —suspiró—, pero en
el tiempo que tarde en ocuparme de ella, el niño que voy a ver ya
habrá crecido.
El anciano indio reflexionó un momento
y añadió:
—Pero no voy a dejarla así.
Hurgó en su saco, suspiró una vez
más, y sacó de él las dos bellas y grandes pepitas de oro que
pensaba regalar al niño.
—Soy mago, con esto os devuelvo lo
que esta pequeña os ha quitado para comer —dijo a los hombres, que
se marcharon satisfechos de haber sido recompensados con creces por
su pan.
Y la pequeña quedó en libertad.
Ichilok le dijo:
—Soy mago. Llévame al establo donde
el niño espera mis regalos. Ay, no me queda más que una sencilla
rama adornada con una extraña pina de color dorado. Pero al menos
voy a ofrecerle este regalo.
Y contó su viaje a la anciana y a la
pequeña.
—Conozco al niño al que te refieres
—le dijo la mujer—. Este niño ha crecido, su familia y él se
fueron hace ya unos años. Has hecho un largo viaje, tu barba es
ahora larga y blanca. Pero no has recorrido el camino en vano:
¡Fíjate en la cantidad de regalos maravillosos que has ofrecido,
fíjate en lo felices que les has hecho! Sigue, Ichilok, sigue. Ve a
dar lo que tienes a los que lo necesitan. Y quien sabe si dando
regalos a todos los niños de la Tierra, un día encontrarás al niño
que estás buscando…
Enriquecido con la sabiduría de la
mujer, Ichilok regresó a su país. Allí vio que la gente pasaba
hambre. Suspiró y sonriendo, dijo:
—Creo que tengo lo que necesitan. ¡No
puedo dejarlos así!
Buscó en su saco, suspiró una vez
más, y extrajo una rama adornada con una extraña pina de color
dorado que pensaba regalar al niño.
—Soy mago; he aquí con qué
alimentar a los que tienen hambre.
Plantó la extraña pina dorada con una
forma absolutamente perfecta, y desde entonces, cada año, crece maíz
y da a los hombres sus espigas doradas y les protege del hambre.
Pero el viejo indio de la barba blanca
no se detuvo ahí… Cada año, en Navidad, cuando todos celebran el
nacimiento del Niño Jesús y el viaje de los Reyes Magos, Ichilok,
el cuarto Rey Mago, sigue discretamente dando regalos a quienes los
necesitan.
Gilgamesh
Hijo de un lillu (demonio) y de Aruru
se le consideró dos tercios dios y un tercio humano. Su epopeya nos
presenta a Gilgamesh como un rey tirano que tiene subyugado a su
pueblo.
Anu (dios supremo) y Aruru cogieron
arcilla y modelaron a Endiku, un salvaje que igualaba a Gilgamesh y
que se dedicaba a proteger a las fieras de cepos y cazadores. Cuando
Gilgamesh se entera de su existencia le envía una mujer para que
conozca los placeres amatorios con el fin de atraerlo hacia Uruk.
Tras seis días y siete noches, Endiku emprende el camino a dicha
ciudad, y durante el camino se va enterando de lo que piensa el
pueblo acerca del soberano (explotación, abuso de poder, derecho de
pernada…). Cuando llega a la ciudad, el enfrentamiento es ya
inevitable. Tras una larga lucha el combate termina en amistad y
admiración mutua.
Los nuevos amigos proyectan enfrentarse
a Humbaba -gigante que vive en el bosque de los cedros, cuyo grito es
el arma de la inundación, su palabra fuego y su aliento es la
muerte-, con ayuda de una ofrenda de humo al dios Shamash y la
negativa del Consejo de ancianos. Cuando llegan al bosque aprovechan
que el monstruo sólo tiene puesta una capa divina, habitualmente
llevaba siete, y se lanzan contra él, decapitándolo y sumergiendo
su cabeza en el río Eufrates para llevarlo a Nippur. Endiku es quien
le asesta el golpe mortal. El bosque todavía llora la muerte de su
guardián.
Para celebrar la victoria, Gilgamesh se
viste con sus mejores atavíos conquistando a la diosa Ishtar
enamorada de su belleza. Esta intenta seducirlo, ofreciéndole toda
serie de parabienes pero Gilgamesh la desdeña. Ella, abatida, monta
en cólera y crea «el Toro Celeste» para que dé muerte al héroe.
Cada vez que el toro bufa se abren simas que se tragan a cientos de
personas. Nuevamente interviene Endiku, coge el toro por los cuernos,
lo domina y da muerte arrancándole las entrañas. Gilgamesh ordena
fabricar vasos oferentes a Lugalbanda, su dios tutelar, con los
cuernos del toro y los dos amigos se bañan en el río Eufrates para
celebrarlo.
A través de los sueños Endiku sabe
que han despreciado a los poderes celestiales matando a Humbaba, al
Toro Celeste y por la ofensa a la diosa Ishtar. Esto provoca la
muerte y enfermedad de Endiku, bajando a los infiernos, morada de
Irkalla, conducido por un extraño ser con garras de águila y zarpas
de león.
Gilgamesh, aterrorizado, llora la
muerte de su amigo y pretende encontrar la inmortalidad buscando a
Utnapishtim -quien sobrevivió al diluvio universal, gracias a Ea, y
conoce el secreto de la vida eterna- en los montes Mashu, donde le
esperan los hombres-es corpión, guardianes del camino del sol. Pese
a ser un itinerario no transitado por mortales, él consigue llegar
al paraíso terrestre. Allí encuentra a Siduri quien le recomienda
que se aproveche de los placeres de la vida de mortal porque nunca va
a conseguir la inmortalidad. No obstante, le indica el camino a
seguir: ha de atravesar, ineludiblemente, las «aguas de la muerte».
Gilgamesh consigue ser transportado en dichas aguas por el barquero
de Utnapishtim y éste le castiga con un insomnio durante siete días
y siete noches (período diluviano) como primera prueba, pero nuestro
héroe no resiste. Concluye que la inmortalidad es imposible, porque
no es patrimonio de los humanos y que la muerte está decidida de
antemano por los dioses.
Cuando Gilgamesh regresa a Uruk derriba
un árbol (morada de una serpiente, un águila y un buho) para
fabricar un trono y un lecho a Inanna-Ishtar. La diosa prefiere
fabricar un tambor con dicha madera y se lo regala al propio
Gilgamesh. El tambor cae accidentalmente a los infiernos y Gilgamesh
implora a todos los dioses poder comunicarse con su gran amigo
Enkidu. Nergal, dios de los Infiernos, conmovido le permitió salir
por un agujero abierto en la tierra para conversar con él unos
breves instantes, quien dará cuenta a Gigamesh de la triste
condición de los muertos.
sábado, 7 de marzo de 2015
¿Cuál Es El Misterio De Vaadhoo Y Otras Playas Que Brillan En La Oscuridad?
Lo que ocurre en esta playa (Vaadhoo),
no es ningún hecho misterioso, solo se trata de un fenómeno natural
conocido como Bioluminiscencia en la que el planctón tiene mucho que
ver al ser el responsable de esta maravilla también conocida como
"Mar De Estrellas". Te invito a leer este reporte que
también incluye otros destinos turísticos alrededor del mundo
Te imaginas lo que seria tener el cielo
en la tierra. Pues algo parecido es lo que ocurre en las islas
Maldivas donde tiene lugar uno de los fenómenos más fascinantes. En
concreto, en la deshabitada playa Vaadhoo, un paraje paradisiaco en
el que cada noche tiene lugar un espectáculo singular de luz
conocido como el «mar de estrellas».
Cómo Es Posible EL Mar De Estrellas,
Bioluminiscencia, Cuál Es El Misterio?
Hoy como que estoy inspirado, solo
piensas en un paseo romántico de noche por esta fabulosa playa
(Vaadhoo), el caminar junto a un mar de estrellas. Cualquiera que
tenga la oportunidad de presenciarlo, no creerá lo que ve: el mar es
capaz de plagarse de pequeñas luces que bailan al son de las olas.
¿Cómo es posible?, Cuál Es El Misterio?.
Este fenómeno natural se debe a la
bioluminiscencia, es decir, a la capacidad que tienen ciertos
organismos vivos de producir luz. En este caso, la playa Vaadhoo
brilla en la oscuridad debido al fitoplancton cuando es perturbado
por el oxígeno. Así, estos seres vivos de origen vegetal responden
de esta manera cuando son movidos por el mar y entran en contacto con
el oxígeno.
Vaadhoo, No Es La Unica Playa Que
Brilla En La Oscuridad
El fenómeno de la bioluminiscencia no
es único en este enclave. La Laguna Grande de Puerto Rico es otro de
los lugares de referencia en el que se puede presenciar. En tres de
sus bahías, los turistas pueden observar cómo cualquier movimiento
en el agua hace que unos microorganismos llamados dinoflagelados
emitan luz e iluminen todo lo que tocan, incluso la mano de quien la
sumerge en el agua.
En las playas de Mosquito Bay, Fajardo
y la Parguera los turistas pueden observar cómo cualquier movimiento
en el agua hace que unos microorganismos llamados dinoflagelados
emitan luz e iluminen todo lo que tocan, incluso la mano de quien la
sumerge en el agua.
Destinos Turísticos Con
Bioluminiscencia
México, Laguna de Manialtepec
En esta laguna cerca de Puerto
Escondido, en Oaxaca, ofrecen tours en kayak por las noches en los
que sorprenden las luces fluorescentes que se "prenden" al
contacto de los remos y al surcar el agua con el kayak.
México, Playas de Campeche
A 15 kilómetros de la ciudad de
Campeche hay algunas playas, como la playa de Tortuguero, en las que
se puede ver cómo al agitar la mano bajo la superficie del agua se
encienden destellos de luz plateados, verdes o azules que a veces son
tan brillantes que iluminan a los peces que nadan alrededor.
Puerto Rico, Bahía Mosquito
En esta bahía de Mosquito hay una
concentración altísima de los dichosos animalitos que brillan, así
que en ella se puede vivir un espectáculo particularmente
impresionante. Mientras más bichitos brillantes, más luces se ven.
Australia, Lagos de Gippsland
Hace sólo algunos años, en el 2008,
un fotógrafo australiano estuvo presente en un fenómeno asombroso
que ocurrió cuando se junto una cantidad inusual de Noctiluca
scintillans, uno de los microogranismos más conocidos por sus
brillantes características. Este lago, que usualmente se ilumina
gracias a estos dinoflagelados, se tornó de un azul neón intenso
poco común.
Cabe hacer la mención de que en todos
estos lugares, los recorridos se hacen respetando el ecosistema y
procurando afectarlo en la menor manera posible, para que más
adelante sigamos disfrutando de este espectáculo nocturno. ¿Tú
conoces algún otro que valga la pena visitar?.
Si conoces algún lugar tan fascinante
como estos, danos esa información, espero te halla gustado el post:
Playa Vaadhoo: "Mar De Estrellas, Bioluminiscencia, Cuál Es El
Misterio?", si es así comenta y comparte: Cual Es El Misterio
de Vaadhoo y Otras Playas Que Brillan En La Oscuridad.
¿El Espacio Es Infinito?
Pensemos un momento , que tengo poderes
sobrenaturales y tengo la capacidad de tener un zoom infinito .
Primero observo mi brazo voy aplicando el zoom y empiezo a ver
células , me meto en una y veo su núcleo , luego la cadena de ADN ,
me meto en un átomo que compone a la misma , luego me meto en un
Protón , luego en sus Quarks (y hasta acá llegamos con lo que esta
comprobado científicamente que existe) , si me meto en un Quark ,
¿seguiran habiendo subpartículas? (Hay una hipótesis que los
Quarks tienen subparticulas llamadas Preones) si la respuesta es si y
me hago esta pregunta siempre que encuentre mas subparticulas ,
¿Tendre que hacerme la pregunta infinitas veces? o llegara un
momento donde una subpartícula este compuesta de nada o que tenga
una caracteristica diferente a las demas y por lo tanto una
explicacion que no nos podriamos imaginar actualmente que ponga un
limite en el espacio
Y porque no pensar que llega un punto
que ya no se puede usar zoom porque el espacio es finito sin
necesidad de una curvatura gravitatoria o por estar encerrados en una
burbuja.
Lo mismo pasa de forma inversa , en
estos últimos tiempos hay una fuerte teoría de que existen
Multiuniversos
Y quien sabe , tal vez esos
Multiuniversos esten adentro de algo mucho mas grande que los
contiene y asi sucesivamente.
El Misterio De La Gravedad
Aunque no parezca , la gravedad es un
gran misterio .A nivel masivo (planetas / estrellas / galaxias)
parece que no tiene mucho misterio , y que practicamente es la fuerza
lider del universo , pero a nivel cuántico es un gran misterio , ya
que la interacción (influencia) que ejerce sobre las partículas
atómicas es extremadamente debil en comparacion con las otras 3
interacciones fundamentales (interacción nuclear fuerte, interacción
nuclear débil, interacción electromagnética) , se estima que es
1040 veces mas debil que la interaccion electromagnetica , pero a
nivel masivo tienen fuerzas casi parecidas.
La gravedad es uno de los culpables por
lo cual no se pueden unificar las 2 leyes mas confiables que existen
en el campo científico , la Teoría de la Relatividad de Einstein
(como funciona el universo en grandes escalas) y la mecánica
cuántica (en escalas atomicas)
Otros datos de la gravedad que generan
misterio :
- Todavía no se encontro la hipotética
partícula subátomica que es la responsable de ejercer la gravedad ,
que es llamada graviton , se especula que la misma puede encontrarse
en otra dimension desconocida y por lo tanto la gravedad este en otra
dimensión.
- Es la unica fuerza que no tiene
reaccion opuesta , la gravedad solo atrae . Aunque este item en la
actualidad esta siendo debatido , ya que la energia oscura que ejerce
gravedad parece ser la responsable de que el universo se expanda mas
rapido que lo normal
Desde ya , con todos estos enigmas , no
se pudo armar una buena teoría universal sobre la gravedad
jueves, 5 de marzo de 2015
Gilles De Rais: El Mariscal Negro
Gilles de Laval, barón de Rais, nació
en noviembre de 1404 en la Torre Negra del castillo de Champtocé, en
Anjou (Francia). Sus padres, el noble Guy II de Laval y la dama Marie
de Croan, provenían de los más rancios linajes franceses, poseyendo
ambos grandes fortunas que se vieron incrementadas tras su unión.
Por lo tanto, era el descendiente de una de las familias más
poderosas y ricas de Francia y desde muy temprana edad recibió una
esmerada formación intelectual y militar.
Apenas cumplidos los 10 años, sufrió
la pérdida de su progenitor y su madre contrajo de nuevo matrimonio,
quedando junto con su hermano pequeño René, bajo la tutela de su
abuelo materno. A los 11 años se convirtió en el heredero de una de
las mayores fortunas de toda Europa, que se incrementó, al casarse
cinco años después (16 años) con su prima inmensamente rica,
Catalina de Thouars. De esta unión nacería en 1429 Marie, su única
hija. Cumplidos los 20 años entra a formar parte como militar al
servicio del Delfín Carlos, primogénito de Carlos VI de Francia e
interviene activamente en el sangriento conflicto enmarcado en la
Guerra de los Cien Años, que enfrentó al propio Delfín, con
Enrique VI de Inglaterra, en su lucha por alcanzar el sitial francés.
En 1429, Gilles fue testigo de la
llegada a Chinón de una doncella de apenas 17 años, con la
exigencia de entrevistarse con el Delfín. Aseguraba ser la enviada
de Dios para derrotar a las tropas inglesas que acampaban cerca de
Orleáns y colocarlo a él en el trono de Francia. Aunque la mayoría
pensaba que la joven estaba loca, consciente de los peligros que
había eludido durante el viaje, él decidió ponerla a prueba. El
Delfín hizo sentar a uno de sus pajes en el trono y él se vistió
con sus ropas, pero la muchacha le reconoció y este acabó
creyéndola.
Carlos VII ordenó a Gilles de Rais que
acompañara a la Doncella de Orleáns. Gilles luchó codo con codo
junto a Juana de Arco, dando muestras de inconmensurable valor en
Orleáns y Patay, derrotando a los ingleses y convirtiendo a ambos en
héroes nacionales. El día de la coronación del Delfín a Gilles de
Rais le fue concedido el honor de ser el depositario del óleo
sagrado con el que el rey fue ungido, y una vez coronado como nuevo
monarca, fue nombrado Mariscal de Francia y le fue permitido incluir
la Flor de Lis en su escudo de armas.
Pero tras la muerte de Juana de Arco en
1430, acusada de brujería y de estar poseída por el diablo, Gilles
se recluyó en sus posesiones de Marchecoul donde, rodeado de una
guardia de 200 caballeros comienza a dilapidar toda su fortuna en
grandes fiestas y absurdas extravagancias. Así nos lo cuenta la
historia. Casi en ruina, intenta recuperar sus riquezas mediante la
obtención de la "piedra filosofal". Conoce a Francesco
Prelatti, sacerdote que había colgado los hábitos, que le adentra
en el mundo de la magia negra y el pacto con el diablo, que le
convence de la necesidad del derramamiento de sangre inocente para
conseguir los favores del maligno.
El 13 de septiembre de 1440 fue
arrestado y acusado de la muerte de entre 140 y 200 niños en el
transcurso de ritos satánicos. En la mañana del 26 de octubre de
1440 fue ejecutado en compañía de dos de sus caballeros. Una vez
ahorcado su cuerpo fue pasto de las llamas. Accediendo a las súplicas
de algunos de sus parientes y amigos, sus restos, parcialmente
quemados, fueron retirados de la hoguera y enterrados en la Iglesia
de Notre-Dame du Carmel en Nantes.
EL ENVÉS DE LA TRAMA
Según nos relata el Dr. Serge Raynaud
de la Ferriere, Gilles de Rais había estudiado Alquimia con Sille,
cura de Saint Malo. Todo y así, se dio cuenta de que sus
conocimientos no eran los suficientes y buscó un alquimista:
encontrándolo a mediados de 1438 en Florencia. Este alquimista, el
sacerdote Franceso Prelatti, era poseedor de profundos estudios
religiosos y había recibido la tonsura por parte del Obispo de
Arezzo. Se dedicaba a la geomancia y poseía profundos conocimientos
de Alquimia, adquiridos gracias a su maestro, el médico florentino
Juan de Fontanel.
Por otro lado, Salomón Reinach, en su
obra de 1912, "Cultos, Mitos y Religiones", plantea el
hecho de que no existió ninguna víctima y todo se debió a un
complot muy bien urdido por parte de la iglesia y la nobleza. Lo que
está claro es que Gilles de Rais, el Mariscal Negro, confesó bajo
la tortura inquisitorial. Fue acusado de herético, conjurador de
demonios, crimen y vicios contra la naturaleza, sodomía, sacrilegio
y violación de inmunidades de la "santa iglesia", y que
además, había ofrecido a un demonio llamado Barón, los ojos y la
sangre de un muchacho para conseguir sus favores.
Juan De Jerusalén: El Profeta Templario
Muy poco nos cuenta la historia de este
enigmático personaje. Sabemos que nació en las cercanías de la
población de Vézelay, en la región francesa de la Borgoña, en
1042 y falleció en el año 1119 a los 77 años de edad. Juan de
Jerusalén, también conocido como Jean de Vézelay, iniciado en las
artes astrológicas, alquímicas y esotéricas, sobre el año 1099,
durante su estancia en Jerusalén, mantuvo constantes encuentros
secretos con grandes ocultistas e iniciados, místicos y cabalistas;
tanto hebreos como musulmanes.
Más tarde formó parte de los nueve
caballeros franceses que, en 1118, fundaron la Orden del Temple.
Antes, en los albores del año 1110, escribiría unos manuscritos
repletos de alusiones con tintes proféticos. Incluso, se plantea la
posibilidad de que el conocido médico, astrólogo y profeta, también
de origen francés, Michel de Notre-Dame (Nostradamus), se inspirara
en los textos del templario para desarrollar sus famosas centurias.
PROTOCOLO SECRETO
Los escritos proféticos de Juan de
Jerusalén fueron realizados a principios del año 1110. Durante más
de ochocientos años el manuscrito fue salvaguardado a través de
distintos círculos herméticos; donde era conocido como "Protocolo
Secreto"
En el año 1941, durante la Segunda
Guerra Mundial, el manuscrito fue localizado en una sinagoga de la
ciudad polaca de Varsovia por miembros de la SS nazi. Con la entrada
de las fuerzas soviéticas a la ciudad de Berlín, al parecer, el
manuscrito fue hallado en el búnker de Hitler; e inmediatamente
puesto a buen recaudo.
Años más tarde fueron localizados por
el profesor Galvieski en los archivos secretos de la KGB quién, en
el año 1994 los publica a través de una editorial francesa. Las
investigaciones del profesor, le han llevado a la conclusión de la
existencia de siete ejemplares del manuscrito. Tres le fueron
entregados a Bernardo de Claraval a través del Gran Maestre de los
templarios. De los cuatro restantes, hipotéticamente, uno estaría
en los archivos secretos vaticanos; otro en la abadía de Vézelay,
de donde desapareció durante el proceso contra los templarios; otro
en poder de Nostradamus y, finalmente, cabe la posibilidad de que
actualmente exista uno en alguno de los veinte monasterios ortodoxos
que circundan el Monte Athos, en Grecia.
ESCRITOS PROFÉTICOS
En un manuscrito del siglo XV hallado
en el monasterio de la Trinidad y San Sergio, en Zagorsk: setenta
kilómetros al norte de Moscú, se define a Juan de Jerusalén como:
"Prudente entre los prudentes, santo entre los santos, alguien
que sabía leer y escuchar el cielo".
Juan de Jerusalén nos legó sus claves
proféticas, sin duda, sobre los acontecimientos que tendrían lugar
a finales del segundo milenio y durante el transcurso del tercero...
Todas las profecías comienzan con la misma frase: "Cuando
empiece el año mil que sigue al año mil..."
Estas son algunas de ellas que, como se
puede comprobar, resultan fáciles de interpretar.
Cuando empiece el año 1000 que sigue
al año 1000...
"El hambre oprime el vientre de
tantos hombres y el frío aterirá tantas manos, que estos querrán
ver otro mundo. Y vendrán mercaderes de ilusiones que ofrecerán el
veneno...
Pero este destruirá los cuerpos y
pudrirá las almas; y aquellos que hayan mezclado el veneno con su
sangre serán como bestias salvajes caídas en una trampa, y matarán,
y violarán, y despojarán, y robarán; y la vida será un
Apocalipsis cotidiano".
Cuando empiece el año 1000 que sigue
al año 1000...
"Los hombres ya no confiarán en
la ley de Dios, sino que querrán guiar su vida como a una montura;
querrán elegir a los hijos en el vientre de sus mujeres y matarán a
aquellos que no deseen. Pero ¿qué será de estos hombres que se
creen Dios?"
Cuando empiece el año 1000 que sigue
al año 1000...
"El hombre habrá cambiado la faz
de la Tierra; se proclamará el señor y soberano de los bosques y
las manadas. Habrá surcado el Sol y el cielo y trazado caminos en
los ríos y los mares. Pero la Tierra estará desnuda y será
estéril. El aire quemará y el agua será fétida. La vida se
marchitará porque el hombre agotará las riquezas del mundo".
Cuando empiece el año 1000 que sigue
al año 1000...
"La sangre se hará impura; el mal
se extenderá de lecho en lecho, el cuerpo acogerá todas las
podredumbres de la Tierra, los rostros serán consumidos, los
miembros descarnados... el amor será una peligrosa amenaza para
aquellos que se conozcan solo por la carne..."
Cuando empiece el año 1000 que sigue
al año 1000...
"Las enfermedades del agua, del
cielo y de la Tierra atacarán al hombre y le amenazarán; querrá
hacer renacer lo que ha destruido y proteger su entorno; tendrá
miedo de los días futuros. Pero será demasiado tarde; el desierto
devorará la Tierra y el agua será cada vez más profunda, y en
algunos días se desbordará, llevándose todo por delante como en un
diluvio, y el día siguiente la tierra carecerá de ella y el aire
consumirá los cuerpos de los más débiles".
Cuando empiece al año 1000 que sigue
al año 1000...
"Todos sabrán lo que ocurre en
todos los lugares de la Tierra; se verá al niño cuyos huesos están
marcados en la piel y al que tiene los ojos cubiertos de moscas y al
que se da caza como las ratas. Pero el hombre que lo vea volverá la
cabeza, pues no se preocupará sino de si mismo; dará un puñado de
granos como limosna, mientras él dormirá sobre sacos llenos. Y lo
que dé con una mano lo recogerá con la otra".
LA ABADÍA DE VÉZELAY
La población de Vézelay está
enclavada en la región de la Borgoña; a doscientos veintiún
kilómetros de París. Esta pequeña ciudad que, según el censo del
año 1999, contaba con cuatrocientos noventa y dos habitantes, debe
su origen a una abadía Benedictina donde, al parecer, se conservan
los restos de María Magdalena. En dicha abadía, en el año 1096,
Godofredo de Bouillón dio comienzo a la Primera Cruzada. Cincuenta
años más tarde (1146), desde el mismo lugar, Bernardo de Claraval,
anuncia el comienzo de la Segunda Cruzada.
En 1840, los trabajos de restauración
de la abadía son efectuados por Viollet-le-Duc; amigo y confidente
del alquimista que maniobró bajo el seudónimo de Fulcanelli.
También, como hecho curioso a destacar, Vézelay es el primer lugar
de Francia donde se instauró el culto a María Magdalena.
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