martes, 11 de agosto de 2020
Dionisio Dios del Vino
Dionisio era
considerado el dios del vino en la mitologia griega, su equivalente
en la mitología romana es Baco. Hoy en día su nombre es sinónimo
de locura, excesos, fiestas y éxtasis. Se lo consideraba también el
padre de la agricultura, de la borrachera y del teatro. Dionisio es
uno de los dioses griegos más conocidos.
Nacimiento e
Infancia de Dionisio
Exsiten dos
versiones encontradas en cuanto al nacimiento de Dionisio, la primera
narra que el dios del vino fue fruto de la relación entre Zeus y
Sémele, una simple mortal, otra versión menciona que su madre fue
Perséfone.
Cuando Hera, esposa
del dios de los dioses, se enteró que Sémele se encontraba
embarazada de Zeus, decidió transformarse en una sirvienta para
ganarse la confianza de la joven y vengarse de la misma. Cuando se
ganó su confianza Sémele le confesó que el padre del hijo que
esperaba era Zeus.
De esta forma la
diosa convenció a la princesa de pedirle a Zeus que para probar que
su amor hacia ella era verdadero se presentara ante ella en su
verdadera forma. El dios accedió a la petición, sin darse cuenta
que terminaría matando a la joven, los rayos y la luz irradiada por
el dios hizo que Sémele muriera al instante. El dios abrió a la
joven para quitarle al niño que llevaba dentro y lo cosió a su
pantorrilla, así fue como lo salvo y termino su gestación en el
cuerpo del dios. Meses más tarde nacería el dios del vino Dionisio.
La versión que le
adjudica la maternidad a Perséfone narra que la diosa de los dioses,
Hera intentó matar al dios del vino cuando esté era un niño
enviando a los Titanes, pero Zeus con sus rayos intentó espantarlos
aunque no llegó a tiempo, ya que los Titanes se habían comido al
pequeño. El dios logró salvar el corazón y con el pudo reconstruir
a Dionisio en el vientre de Perséfone.
Estas dos versiones
sobre el nacimiento de Dionisio explican por qué se lo llama «el
que nació dos veces». Este renacer es uno de los principales
motivos de adoración en las mitologías religiosas.
Crianza de Dionisio
dios del vino
Zeus preocupado por
el niño debido a los celos de Hera, decidió confiar la confianza de
su hijo Dionisio a varias personas, éstas varian según las
versiones: el rey Atamante y su esposa, las ninfas de la lluvia de
Nisa, el dios Hermes, Perséfone o la diosa Rea.
El dios del vino
creció y aprendió como preparar el vino y sobre agricultura en
general. La diosa de los dioses, Hera se las ingenió para hallar a
Dionisio e hizo que éste se volviera loco, por esta razón el dios
comenzó a vagar por determinados puntos de la tierra.
Fue curado de su
locura en Frigia por la diosa Rea, quién también le enseño
rituales religiosos. Dionisio viajó hacia Asia en donde le enseño a
la gente a cultivar vino. Más tarde regresaría a Grecia donde
emprendería con su culto.
Características de
Dionisio
El dios del vino es
generalmente representado como un ser joven y vigoroso, amante de la
naturaleza y de los animales, su época preferida en el año era la
primavera.
Cómo dios del vino
es un gran amante de las fiestas y celebraciones. Se lo asocia con el
toro ya que es el principio masculino de la reproducción.
Es un dios muy fiel
a los humanos, habita en las cercanías de los bosques y los viñedos.
Mitos del dios del
vino
Mito del Rey Midas
Un día en Frigia
unos campesinos encontraron en las calles a un anciano borracho, el
cual fue reconocido como Sileno, padre adoptivo de Dionisio, éste
fue llevado ante el rey de Frigia, Midas, quién protegió al anciano
hasta la llegada del dios del vino, quien lo había estado buscando
con desesperación.
Al encontrar a su
padre adoptivo con Midas, el dios ofreció concederle un deseo en
modo de agradecimiento. El avariciosos Midas le pidió al joven Dios
que se le concediera el don de convertir todo lo que tocase en oro,
poder que le fue concedido.
Midas, al probar su
nuevo poder y ver que este funcionaba ordenó realizar un banquete en
honor a Dionisio. Pero cuando intentó probar un bocado, el rey vió
que lo que tocase se convertía en oro (el toque de Midas), al
saludar a su hija también la convirtió en oro, por lo que solicitó
al dios que lo liberara del don que le había sido concedido.
Dionisio lo oyó y le aconsejó bañarse en el río Pactolo y de esta
forma la maldición llegaría a su fin.
Midas se baño en el
río Pactolo y al tocar las aguas el poder pasó a éstas,
convirtiéndose las arenas a los alrededores del río en oro. Este
mito explicaba porque las arenas de éste río eran tan ricas en oro.
Mito de Licurgo
Licurgo, el rey de
Tracia, al oír que Dionisio se encontraba en su reino, decidió
enviar a prisión a sus seguidoras. El dios del vino escapó y se
refugió con Tetis, donde envió una sequía la cual hizo que el
pueblo se sublevara. Fue así como Licurgo enloqueció, y asesinó a
su hijo con un hacha al creer que éste era un brote de hiedra, una
planta relacionada con el dios del vino.
Un oráculo de la
ciudad vaticinó que mientras Licurgo estuviese con vida la tierra
iba a permanecer seca y vacía, fue así como el pueblo entero se
puso en su contra y lo descuartizaron. Una vez Licurgo cayó Dionisio
levantó la maldición que había caído sobre el reino.
Mito de Prosimno
Una de las historias
mas conocidas narra como Dionisio descendio al inframundo para
rescatar a Sémele, su madre. El dios del vino descendió desde un
pozo en la costa de la Argólide. Allí fue guiado por Prosimno,
quién le solicitó ser su amante como recompensa. En el viaje ésta
murió, por lo que el dios para cumplir con su promesa creó un falo
con un olivo y lo clavó en la tumba de Prosimno.
Mito de ámpelo
Según el escritor
Nono, otro de los mitos sobre el dios del vino incluye a Ámpelo,
quién era un sátiro que murió en un accidente mientras montaba a
un toro, el cual estaba loco debido a la picadura del tábano de Ate.
Las Moiras le dieron
a Ámpelo otra vida como parra, de la cual el dios del vino realizó
el primer vino.
Afrodita Diosa del Amor
Afrodita es conocida
en la mitología griega como la diosa del amor, el sexo, la belleza y
la lujuria. En la antigua civilización griega, el sexo no era
considerado como algo negativo, un pecado, por esta razón la diosa
recibió una gran atención y fue muy importante, según los mitos
que se conocen y los cultos que se le han realizado.
La diosa del amor y
la belleza, fue una de las diosas más veneradas, contaba con templos
en las principales ciudades.
En la mitología
romana se la conoce como la Diosa Venus.
Nacimiento de
Afrodita
El mito sobre el
nacimiento de la diosa se encuentra relacionado con su propio nombre.
«Aphrós» en griego significa espuma, esto llevó a la creencia que
esta diosa nació del mar. Según este mito se cree que luego de
haber arrancado los genitales de Urano, Cronos los arrojo al mar, en
las costas de Pafos, Chipre. Al mezclarse la sangre y semen de Urano
con la espuma del mar, habría nacido la diosa afrodita, ya adulta.
Ésta versión sobre
el nacimiento de la diosa es la más conocida y ha inspirado a muchos
artistas a lo largo y ancho del mundo.
También existen
otras versiones sobre el nacimiento de afrodita, Según Homero, la
diosa era la hija del dios supremo Zeus y Dione, una divinidad que
terminara perdiendo relevancia en el Olimpo, ésta pudo haber sido la
pareja de Zeus hasta que la reina de los dioses Hera la sustituyó.
Todos los escritores
concuerdan en que la diosa de la belleza nació adulta, no tuvo
infancia. Habría nacido ya adulta y hermosa, siendo deseable para
los mortales e inmortales.
Atributos de
Afrodita
La diosa era
generalmente representada bella y elegante, en las diversas imágenes
y esculturas realizadas en veneración la podemos observar con corona
y vestidos de lujo. Esto principalmente hasta el siglo VII A.C, a
partir del siglo IV la diosa aparece desnuda y en varias posiciones,
cada una de ellas muy sensuales, vinculadas con la atracción sexual.
Culto
La diosa llegó a
ser tan popular en Grecia que le realizaban festivales los cuales
eran denominados como «Afrodisias», las cuales eran fiestas
celebradas en gran mayoría del territorio griego, pero las más
populares eran las de Corinto y Atenas.
En lo alto de
Acrocorinto se encontraba el templo de Afrodita, allí era tradición
adorar a la diosa manteniendo relaciones sexuales con las
sacerdotistas.
Era muy común que
en las veneraciones a la diosa del amor se practicara la prostitución
religiosa, esto se realizaba en los santuarios y templos que adoraban
a la diosa. Otro centro donde se adoraba a la diosa del amor se
encontraba en Pafos, lugar de nacimiento de la diosa.
Amantes de Afrodita
Podemos encontrar
una gran cantidad de mitos y leyendas sobre Afrodita, la gran mayoría
cuentan que se casó con Hefesto, dios del fuego, pero ella se
encontraba enamorada de Ares, el dios de la guerra.
Homero en sus
escritos cuenta que en una madrugada, cuando los enamorados Afrodita
y Ares mantenían relaciones, Hefesto lleno de ira por los celos, ya
que el Sol le contó sobre la infidelidad, decidió colocarles una
trampa.
Una vez los amantes
se dieron cuenta ya no tenían escapatoria, se encontraban atrapados
en una red mágica creada por Hefesto, quien llamó a todos los
dioses para que vieran el engaño de la diosa. Todos los dioses
griegos comenzaron a burlarse ante dicha situación, hasta que
Poseidón, el dios del mar, solicitó compasión y por esta razón
Afrodita y el dios de la guerra fueron liberados.
La diosa por la
verguenza decidió huir a Chipre, mientras que el dios de la guerra
huyó a Tracia. De todas formas su amorío dio fruto y de su unión
nacieron Eros, dios del amor, Anteros, Deimo, Fobos y Harmonía.
Afrodita no sólo
estuvo involucrada con Ares, sino que también se mencionan sus
amoríos con Adonis y Anquises, con quien dió a luz a Eneas, un
héroe troyano, y a Lirno.
Mitos de Afrodita
Eros y Psique
Este mito narra la
historia de la relación entre Eros y Psique, en éste la diosa del
amor cumple un papel secundario. Afrodita estaba celosa por la
belleza de la joven Psique, una mujer mortal, para calmar su ira, le
ordenó a Eros, su hijo, que con sus flechas provocara que la joven
se enamorará del hombre más feo a lo largo y ancho de la tierra.
Eros dispuesto a cumplir con el encargo de su madre emprendió viaje,
pero al ver la belleza de la joven Psique quedó enamorado
instantáneamente.
Fue así entonces
como el dios comenzó un apasionado romance con la joven Psique con
la condición de que todos sus encuentros serían con absoluta
oscuridad, para que ésta nunca descubriera su identidad, hasta que
un día la joven y bella muchacha, desobedeció dicha condición y la
llevó a perder el amor de Eros.
Psique desesperada
por la perdida del amor del dios, suplicó a la diosa del amor.
Afrodita prometió a la joven revelar en donde se encontraba su hijo,
con la condición de que la joven consiguiera ordenar una montaña de
granos en poco tiempo, una tarea imposible de realizar para cualquier
mortal. Eros al ver a su amada tan desesperada decidió ayudarla en
secreto, haciendo que las hormigas ayudaran a la joven con dicha
tarea.
Afrodita, atónita
porque la joven logró cumplir con la tarea encomendada decidió
encargarle que consiguiera retirar la lana de oro de algunas ovejas
que se encontraban pastando cerca de un río. La diosa le encomendó
esta tarea sin advertirle que estas ovejas eran muy agresivas, con la
intención de que muriera tratando de conseguir la lana. Con gran
fortuna para la joven, el dios del río le advirtió sobre el peligro
de las ovejas y le recomendó que se acerque a las ovejas cuando se
encontraran durmiendo en la sombra.
La joven Psique
siguió los conejos y fue así como consiguió hacerse con la lana de
oro. Con esto vendría otra prueba para la joven, Afrodita le pidió
a Psique que descienda al inframundo y le solicitase a Perséfone una
parte de su belleza, esto le permitiría a Eros, quien se encontraba
muy deprimido por la ausencia de su amada, recuperar todo su brillo.
Por más que se esforzó en encontrar la entrada al inframundo, la
joven no logró hallarla.
Por la frustración,
decidió que lo más rápido para llegar al inframundo sería morir,
así es como subió a la torre más alta para arrojarse y quitarse la
vida. Cuando estaba a punto de lanzarse, una voz proveniente de los
cielos le detuvo y le comentó a la bella muchacha como entrar y
salir del inframundo con vida. Psique siguió los consejos y así fue
como logró llegar hasta Perséfone, la cual le entregó a la joven
parte de su belleza. Ante esta demostración de amor, Afrodita se
calmó y permitió que su hijo mantuviese una relación con la joven,
fue así como Zeus hizo inmortal a Psique, para que así pudiera
estar durante la eternidad con Eros.
Afrodita y Adonis
Este mito se
relaciona con la diosa de la belleza desde el nacimiento de Adonis.
Antiguos escritores narran que Mirra, la hija del rey de Chipre,
afirmaba ser tan bella como la diosa del amor. Ante tal insolencia,
Afrodita hizo que Mirra sintiera atracción por su propio padre.
Mirra sabía que su propio padre rechazaría tener relaciones, por lo
que la joven decidió hacerse pasar por protistuta, y así fue como
logró mantener relaciones sexuales incestuosas con su padre.
Mirra se embarazó
de su propio padre, quien al descubrir el deshonor intentó asesinar
a su hija, que suplicó a los dioses que le salvaran la vida, los
dioses atendieron su plegaria convirtiéndola en un árbol, árbol
que más adelante tomaría el nombre de la joven, el árbol de la
mirra. La gestación del hijo que llevaba en su vientre estaba tan
avanzada que de los pies del árbol surgió un bello bebé.
La diosa Afrodita
descubrió al bebé y lo adoptó, poniéndole de nombre Adonis. Para
que creciera seguro, le confió su cuidado a Perséfone, reina del
infierno, que crió al bebé hasta que alcanzó la adolescencia.
Adonis se convirtió en un joven hermoso, hasta el punto de que,
cuando Afrodita regresó al infierno para buscarle, Perséfone se
negó a devolver la custodia de Adonis. Ante la disputa de las
diosas, Zeus dictaminó que el joven pasara un tercio del año con
Perséfone, un tercio con Afrodita y un tercio con quien él mismo
deseara.
Tras su regreso a la
tierra, el joven Adonis desarrolló una gran afición por la caza,
pasión en la que la diosa Afrodita le acompañaba cada vez que
podía. Pese a que gozaba de la protección de las divinidades,
Adonis era un mortal, y como tal podía morir a manos de las bestias
que trataba de dar caza. Afrodita le advirtió de los peligros que
corría en cada cacería, pero el joven Adonis no quiso escucharla.
En una ocasión en la que trataba de dar caza a un enorme jabalí,
éste se volvió contra Adonis y, tras castrarle con sus colmillos
dio muerte al joven. Algunos autores afirman que el jabalí fue
enviado por el dios Ares, celoso de la relación que Afrodita, su
amante, mantenía con el bello Adonis.
La diosa Afrodita,
al descubrir el cadáver del joven, convirtió cada gota de su sangre
en una anémona, de forma que su muerte quedara honrada en cada
florecimiento de esta planta. Desde este momento, numerosas ciudades
instauraron un culto al joven fallecido en el que éste era asociado
a Afrodita.
El Expreso al Infierno
Laura era una mujer
que viajaba mucho, por su trabajo como diseñadora de modas tenía la
obligación de viajar a distintas partes del mundo. Pero a donde más
disfrutaba viajar era a Europa, pues ella la consideraba la cuna de
la moda y donde los mejores diseñadores radicaban.
A Laura, en Europa,
le fastidiaba viajar en avión, pues prefería los medios de
transporte mas anticuados: El Tren y El Barco. Pero sobre todo
prefería viajar en tren, le relajaba el sonido de las vías férreas
y el movimiento lineal de los vagones. Le gustaba leer mientras
gozaba el paisaje a través de su ventanilla, escuchaba su iPod, y
pensaba miles de pequeños sueños.
Laura era felizmente
soltera, sabía lo difícil que sería mantener una relación debido
a sus constantes salidas, así que no se molestaba en tener una
relación a esas alturas, mucho menos tener hijos, exigía tiempo que
no tenía.
En uno de sus tantos
viajes a Paría, Laura había tenido otro exitosos desfile de modas
en el patio del museo del Louvre y tuvo el lanzamiento de su línea
de ropa “Princess Dream” recibida con un éxito rotundo. Este
desfile le trajo a Laura una victoria mas.
Cuando hubo
terminado la celebración se apresuró a ir a su hotel por su
equipaje, pues tenía que tomar el tren hacía Londres para otro
desfile de modas. Este desfile era el más importante del año, se
llevaría a cano en “Stamford Bridge” el estadio del equipo de
primera división de futbol Chelsea. Sabía que el campo sería
convertido en una pasarela y las gradas y butacas para espectadores
de la buena moda y diseñadores de talla mundial.
Se sentía nerviosa,
pues quería que todo fuese perfecto, no habría lugar para el mas
mínimo error así que ella misma supervisaría todo antes de que
empezara el desfile.
Empacó sus cosas y
salió rumbo a la estación de trenes, en el camino sacó su boleto
del Expreso de Oriente y lo mantuvo preparado para abordar el tren.
Cuando arribó a la estación, se fue directo al andén para esperar
su tren. Había poca gente pues ya era algo tarde, eran las 12:45 de
la madrugada y también los empleados estaban escasos. Se sentó en
una banca de madera y sacó su blog de dibujo, ideó un nuevo modelo
de vestido y pensó lanzarlo un mes después.
Un tren arribó a la
estación, pero no era el de Laura. La gente hizo una fila para
abordarlo. Cuando partió, el andén quedó semivacío a excepción
de ella y unas cuantas familias.
Después de quince
minutos arribó otro tren, pero tampoco era el de Laura, las últimas
personas que la acompañaban en el andén subieron al pesado
transporte y se fueron. Ahora solo quedaba ella en la estación, el
silencio absoluto hizo que le recorriera un tremendo escalofrío por
toda la espina dorsal. Se extrañó de que su tren no llegara y el
pendiente la dominó, temía no estar a tiempo para si pasarela, a su
remate en el lujoso edificio de su carrera.
Comenzó a caminar
de un lado a otro, impaciente por la tardanza del expreso, y no se
arriesgó a buscar a algún empleado, porque si en ese rato arribaba
el tren seguramente lo perdería. Así que esperó.
Ya eran las 2:06
cuando vió a lo lejos una pequeña luz acercarse a la estación,
Laura respiró aliviada, con suerte llegaría a Londres a las seis de
la mañana para supervisar el montaje de la pasarela en Stamford
Bridge.
La locomotora se
acercó y se detuvo frente a Laura, no era el expreso de oriente, era
un tren que se veía viejo, casi de los años cuarenta, algunas
partes se notaban oxidadas y los vagones deteriorados. A pesar de eso
había gente asomando las caras anunciando que era un medio de
transporte.
¡Señores
pasajeros, directo a Londres. Suban al tren! anunciaba el boletero.
Laura se extrañó,
pues no era el expreso de oriente.
Disculpe señor dijo
dirigiéndose al boletero. ¿Qué ha pasado con el Expreso de
Oriente?. Verá, yo voy a Londres, pero no tengo boleto para este
tren.
El Expreso está
indispuesto, señorita. Pero con todo gusto le recibiré su boleto y
la llevaremos a Londres. contestó cortésmente el hombre.
Dudó un instante,
pero le urgía llegar cuanto antes a Londres así que tomó su
equipaje y, aún dudando un poco, abordó el tren. Le fue asignado
uno de los cuartos mas lujosos del viejo tren y ella se sentó a
descansar un poco antes de llegar a hacer corajes.
El pesado vehículo
de hierro comenzó a moverse y Laura se relajó un poco mas y se
dispuso a dormir en lo que arribaba a Londres.
Quizá había pasado
poco mas de una hora cuando Laura se sobresaltó, el tren se había
sacudido de una manera muy brusca, el sueño se le voló y no pudo
volverlo a conciliar, así que mejor miró por la ventana. Afuera
estaba muy oscuro, no alcanzaba a ver mas allá de las tenues luces
que salían de los vagones. El tren seguía su marcha sin desviarse,
y todo estaba muy callado, lo atribuyó a que los pasajeros dormían.
De repente un ruido
llamó su atención, pareciera como si algo estuviera arañando la
pared del compartimiento de junto, el ruido le resultaba incómodo y
dio tres toquidos a la pared de madera; el ruido cesó y la
tranquilidad volvió a reinar. Laura se volvió a acomodar para
tratar de volver a dormir. Pasado un rato el mismo ruido la hizo
sobresaltar, de nuevo arañaban la pared, no lo soportó mas y salió
a callar a quien estuviera provocando ese fatal ruido, fue al
compartimiento contiguo y abrió la puerta, para su sorpresa estaba
vacío y ella pensó que el bromista se había ido para esconderse de
ella.
No estaba dispuesta
a que le tomaran el pelo, así que fue a buscar al boletero para
acusar a quien resultara responsable, recorrió los pasillos del
lujoso tren en busca de aquel hombre y cuidando no molestar a los
demás pasajeros.
El silencio era muy
pesado que podía oír los latidos de su corazón y el sonido de los
rieles muy lejano, caminó cuidando no caer y mirando por curiosidad
a la ventanas: la gente dormía plácidamente en sus compartimientos.
Sin tener éxito en
su búsqueda Laura regresó a su asiento, trató de relajarse y
prepararse emocionalmente para su desfile. De nuevo los arañazos en
la pared, pero esta vez ella estalló:
¡Cállate maldita
sea! gritó arrojando su bolsa de mano contra la paerd. ¡Cállate
imbécil!
Hubo un momento de
silencio y después un fuerte golpe en la pared, se asustó tanto que
salió de su compartimiento y se asomó al de a lado, no había
nadie, entró esperando hallar escondido al responsable de tan mala
noche, buscó debajo de los asientos, en el maletero y no había
nada.
Se quedó quieta
pensando un momento, cuando otro fuerte golpe se escuchó, esta vez
del lado del compartimiento donde ella estaba. Pegó un grito y salió
corriendo del vagón. Quería llegar a la locomotora para hablar con
el conductor, no quería terminar el viaje sola.
Entró al siguiente
vagón, estaba oscuro, a tientas se abrió paso.
¿Hola? llamó
esperando una respuesta, pero nadie respondió. Tropezó con lo que
parecía ser un saco, pero no logró ver nada. Siguió caminando, de
repente un fuerte olor se dejó sentir, olía horrible, como a huevos
podridos. Casi vomita, se aguantó tanto como pudo y caminó aprisa.
Sin saber como llegó a la puerta del vagón, la abrió y pasó al
siguiente. Una tenue luz iluminaba el pasillo, se escuchaban
murmullos. Laura llena de terror siguió avanzando, de los
compartimientos salía luces intermitentes de color rojo, sin
resistir la curiosidad se asomó para ver lo que había dentro.
Había allí unas
personas arrodilladas, como rezando, no se les entendía nada;
intentó llamar su atención y tocó el vidrio. Un grito salió de su
garganta, detrás del cristal esas personas no tenían ojos, ni
nariz, golpeaban desesperadamente la puerta tratando de salir. Laura
llorando emprendió la carrera por el pasillo que parecía que no
tuviera fon. A su paso se topaba con gente mutilada que con gemidos
clamaban su ayuda. No se detuvo para nada ni por nadie, solo quería
salir de allí.
Cuando por fin topó
con la puerta del siguiente vagón la abrió con desesperación,
envuelta en llanto cerró la puerta tras de si y puso el seguro. Ese
vagón lucía mucho mas tranquilo, pensó que todo había sido
producto de su imaginación y caminó por el pasillo. Todas las
habitaciones estaban cerradas, excepto una. Estaba abierta de par en
par y desde dentro emanaba una luz muy fuerte. Laura poco a poco se
acercó y se asomó.
Dentro había una
señora de edad sentada en el sillón.
Hola, Laura la
saludó.
¿Cómo sabe mi
nombre? preguntó asustada.
Sé muchas cosas de
ti
¿Quién es usted?.
La dama misteriosa
se levantó, Laura no podía verle el rostro, lo tenía cubierto con
un denso velo blanco.
Te conozco más que
a ti misma Laura Elizabeth le dijo llamándola por su nombre
completo.
No soy diferente a
una pariente tuya.
La mujer extendió
su brazo dejando ver una mano descarnada, Laura gritó y se echó
para atrás, el movimiento del tren casi le hizo caer.
La mujer se quitó
el velo revelando el rostro de la madre de Laura, muerta hacía dos
años de un violento cáncer.
Hija, por fin
estaremos juntas
¡No!. ¡Tú estás
muerta! vociferó Laura
Y pronto tu también,
a donde vamos solo hay tormento. A donde va este tren es al
sufrimiento eterno y fui enviada e llevarte conmigo dijo la mujer.
¡No! Laura se
levantó y corrió hacia le otro vagón. Entró sin vacilar en él,
parecía normal excepto porque las puertas estaba caídas, las
ventanas rotas y la madera vuelta astillas.
Caminó con cuidado
de no lastimarse, había silencio, no se escuchaba excepto los rieles
del tren. Laura respiró hondo tratando de calmarse, sintió que el
tren ganaba velocidad, como si bajaran por una pendiente, más y más
velocidad, tuvo que sujetarse para no caer, el tren iba cada vez mas
rápido. Sin más se dejó escuchar un estruendo parecido al de un
trueno, pero esto fue como si hubiese caído dentro del tren. Una
tremenda sacudida derribó a Laura y un calor abrasador se sintió en
el vagón. El sudor escurrió por su cara y empapó su blusa, ¿qué
era aquello?, no sabía donde estaba. Un eco de llanto se escuchó a
lo lejos, Laura se estremeció al oir aquello. Lamentos desgarradores
podía escuchar, y sintió como el terror hacía presa de ella.
Poco a poco se
levantó y caminó por el extenso vagón, también era largo y
parecía no tener fin. Detrás de los cristales de los
compartimientos no podía ver mas que negrura, no había nada, solo
el vacío. Avanzó un poco mas, escuchó claramente el llanto de un
bebé, se asomó a la ventana y vió a su madre acunándola en la
mecedora. Caminó un poco mas y en el siguiente se vió jugando en al
jardín de su casa, su cumpleaños, su graduación, momentos felices.
Pero a partir del séptimo compartimiento la perspectiva cambió, vió
cuando su padre la golpeaba a ella y a su madre, cuando no pudo
salvar a su mejor amiga de morir atropellada, cuando uno de sus
novios quiso abusar de ella. Muchos recuerdos de dolor que parecían
más que los buenos, lloró, maldijo, pateó y su alma cayó en una
profunda tristeza.
¿Señorita? sonó
una voz. Laura levantó la cabeza: era el boletero.
Señor, ¿qué pasa
con este tren? preguntó Laura.
¡Ah, niña!. Este
tren es de los condenados al castigo eterno. Y tú, ingenua mortal,
has subido en él . En ese momento el tren comenzó a disminuir la
velocidad.
Eso que oyes son las
almas condenadas, luchando y rogando por no tener el destino que les
depara la forma del hombre comenzó a cambiar, ahora tenía pezuñas,
cola y cuernos.
¿Quién es usted?
preguntó Laura
Soy el juez, el que
decidirá tu destino. Soy Minos contestó.
¿Y a donde voy?
insistió Laura
Jajajaja. Por lo
visto no entiendes nada mortal. Eres escéptica y estúpida El tren
frenó por completo, Minos tomó a Laura y la condujo a la puerta por
donde había abordado. Fuera se veía negrura, y ahora si el silencio
era absoluto.
¿Dónde estamos?
preguntó asustada
En el único lugar
al que jamás querrías entrar… ¡El Infierno! contestó Minos
abriendo la puerta.
Las llamas que
entraron quemaron a Laura, gritaba y se sacudía. La risa del
príncipe de las tinieblas se escuchaba tétrica en todos lados. Las
almas perdidas comenzaron a salir del tren en una cascada lúgubre.
Las manos descarnadas arrastraron a Laura, ella se aferró a las
puerta negándose a caer.
¡Te condeno a morir
quemada a fuego lento, y cuando mueras, resucitarás y morirás de
nuevo por toda la eternidad! le dijo Minos pisando sus manos
obligándola a soltarse.
Las almas
arrastraron a Laura hacía el abismo, mientras su piel se carbonizaba
poco a poco caía en las llamas perpetuas. Minos cerró la puerta,
sellando el pavoroso destino de Laura. Sus gritos se fueron apagando
hasta perderse en las llamas del averno.
domingo, 9 de agosto de 2020
El Día que el Infierno Subió a la Tierra
El sonido
ensordecedor de un relámpago anuncia la llegada de la noche, se
comienza a escuchar el canto agudo de los cuervos a la oscuridad. Los
cielos se tornan de un negro agudo jamás antes visto y a la vez un
enceguecedor relámpago rojo azota violentamente el suelo haciéndolo
crujir y agrietarse.
Desde las
profundidades del pavimento comienza a salir la lava ardiente junto
con miles de demonios de figuras espectrales acechantes armados con
dagas y tridentes con sed de sangre y muerte una sinfónica
conformada por mil ángeles negros entonan su música fúnebre
creando un ambiente de maldición y depresión acompañados con los
gritos y llantos de las personas asustadas los cuales les sirven de
coro a aquella melodía siniestra.
La luna comienza a
tornarse roja a medida que los lobos lanzan sus aullidos hacia ella,
los ecos de la muerte comienzan a invadir el ambiente poco a poco,
las personas comienzan a caer al suelo sus vidas han sido apagadas y
los demonios comienzan a celebrar su guerra ya ganada.
Del cielo comienza a
caer un diluvio de agua con un sabor agrio, son las lagrimas de
millones de ángeles, vírgenes y santos los cuales lloran con
impotencia la desgracia que está ocurriendo en el mundo esta vez los
rezos y Dios no sirvieron de mucho, el daño ya estaba hecho y los
demonios danzaban victoriosos sobre las personas muertas y
agonizantes aclamando la aparición de su maestro.
Pocos humanos
sobrevivieron a los hechos, pero el recuerdo de ese día jamás será
borrado de sus mentes, el día de los relámpagos rojos y la lluvia
de lágrimas… el día que el infierno subió a la tierra.
Anciana da a Luz a Bebe Fosilizado.
Una mujer de
Marruecos que se quedó embarazada en 1955 ha dado luz a su bebé,
literalmente petrificado, medio siglo después de quedarse
embarazada. Durante todo este tiempo mantuvo el feto calcificado
dentro de su cuerpo.
El origen de esta
historia increíble se remonta a 1955, cuando Zahra Aboitalib sintió
los dolores del parto. Fue trasladada a un hospital, pero al ver a
una mujer morir en la mesa de operaciones durante una cesárea, huyó
despavorida y regresó a su pequeño pueblo, relata el diario
'Crónica'.
Después de que los
dolores desaparecieran y el bebé dejara de patalear, Zahra lo
comenzó a considerar un "niño dormido". Según la
creencia popular marroquí, hay bebés que pueden vivir dentro del
vientre de la mujer para proteger su honor.
A sus 75 años, los
dolores regresaron, por lo que decidió volver al hospital. Los
médicos le realizaron una prueba de ultrasonido y descubrieron que
su “niño dormido” fue en realidad un embarazo ectópico, es
decir, fuera del útero.
Tras medio siglo de
espera, una operación de casi cinco horas logró extraer con éxito
el feto calcificado de Zahra. Lo más sorprendente es cómo Zahra
logró sobrevivir llevando dentro de su cuerpo un feto muerto y cómo
éste no fue rechazado por el organismo.
Según la revista de
la Sociedad Real de Medicina, no se trata del primer caso de este
tipo. Hasta el momento fueron consignados 209 casos de bebés de
'piedra', así llamados 'lithopedions'.
Ares Dios de la Guerra
Ares dios de la
guerra, es también conocido como “espíritu de batalla” es por
tanto que su personificación hace referencia a un guerrero robusto,
de gran tamaño y con extremidades muy fuertes, siempre preparado
para dar batalla y salir victorioso.
Para la mitología
romana Ares se muestra representado como “Marte” en latín
“Mars”, dios de la guerra. Un guerrero igualmente musculoso con
armadura, espada y un yelmo encrestado para proteger su cabeza y
rostro.
Ares el dios de la
guerra representa la violencia y el uso de la fuerza en todas sus
leyendas, muchas de ellas aseguran que donde hubiese una trifulca,
batalla, tumulto o disturbio, no podía faltar su presencia.
Nacimiento de Ares
Fue hijo de Zeus y
Hera. En realidad, su nacimiento se encuentra envuelto entre varias
teorías, sin embargo, la que ha tenido mayor aceptación y tradición
es aquella que asegura que Hera quedo embarazada luego de haber
tocado una flor que le fue obsequiada por la Diosa griega de los
jardines “Cloris”. Su lugar de nacimiento se ubica entre los
bárbaros y belicosos tracios.
Según las leyendas,
tanto su padre “Zeus” como su madre “Hera” no aprobaban su
fuerte conducta violenta, sobretodo sus ansias de sangre y de poder,
por lo que fue rechazado por ambos progenitores, así como también
por muchos otros dioses.
Sus mayores
características hacen referencia a su fortaleza, salvajismo y
horrores expuestos en las batallas, su imagen se ve relacionada con
un hombre muy robusto, fuerte, con vestimenta y artilugios de guerra
(espada, lanza, casco crestado, escudo y coraza metálica).
La historia de Ares
en el amor
Cuenta la leyenda
que Apolo – dios del Sol-, encontró en una cama al Dios Ares en un
acto sexual con Afrodita, la cual era esposa en aquel momento de
Hefesto “Dios del Fuego y la forja”. Apolo ante aquella penosa
escena se dirige inmediatamente a Hefesto y le da la noticia de su
esposa infiel, Hefesto molesto y enfurecido decide atrapar al par de
infieles con una red metálica invisible puesta en su cama para luego
mostrar ante todos los dioses del olimpo aquel acto de infidelidad,
humillándolos y juzgándolos ante la mayor jerarquía, acto seguido
a la separación de Hefesto y Afrodita como esposos.
Ares no imagino que
una simple red metálica pudiera causar su inmovilización y causar
así tanta humillación, al ser liberado decidió regresar
inmediatamente a su ciudad natal.
Como dato curioso,
confiaba sus amoríos a su buen amigo Alectrión, el cual se
encargaba de cuidar la puerta de su alcoba cuando él realizaba sus
encuentros amorosos con Afrodita, la leyenda afirma que el día en
que fue descubierto por Apolo su romance, se debió a que el joven
Alectrión no realizo su deber por haberse quedado dormido y en señal
de castigo Ares enardecido decidió convertirlo en un Gallo.
Según varios
escritos afirman que Ares fue un hombre mujeriego y en su andar dejo
varios hijos, los más conocidos fueron los cinco hijos producto de
su relación con la hermosa diosa Afrodita.
Descendencia de Ares
Como mencionamos
anteriormente se le relaciona con varias amantes, estas fueron sus
mujeres y descendencias:
*Afrodita → 5
hijos (Anteros, Eros, Fobos, Harmonia, Deimos).
*Pelopia → 1
hijo (Cicno).
*Aérope → 1
hijo (Aéropo).
*Altea → 1 hijo
(Meleagro).
*Agraulo → 1
hijo (Alcipe).
*Astioque → 2
hijos (Yálmeno, Ascálafo).
*Harmonia → 1
hijo (Amazonas).
*Atalanta → 1
hijo (Partenopeo).
*Filónome → 2
hijos (Parrasio, Licasto).
*Cirene → 1
hijo (Diomedes).
*Harpina → 1
hijo (Enómao).
*Crisa → 1 hijo
(Flegias).
*Eritia → 1
hijo (Euritión).
*Demonice → 4
hijos (Testio, Pilo, Molo, Eveno).
*Rea Silvia → 2
hijos (Rómulo, Remo).
*Otrera → 3
hijos (Hipólita, Antíope, Pentesilea).
*Tritea → 1
hijo (Melanipo).
*Protogenia → 1
hijo (Óxilo).
*Tirine → 1
hijo (Thrassa).
*Madre
desconocida → (Tereo, Alcón, Potaón, Drias, Niso, Lico, Eagro,
Licimnio).
Entre sus hijos más
famosos se encuentra “Eros” venerado como “Dios de la
Fertilidad” producto de su amor con Afrodita, sin embargo, también
fue reconocido su hijo “Cicno” en el que varios relatos lo
describen como cruel ladrón de gran tamaño casi un gigante que
robaba a los viajeros indefensos y el cual encontró un triste final,
luego de desafiar a una lucha a muerte al dios “Heracles” también
conocido como “Hércules” donde finalmente perdió su vida.
Culto a Ares
Fue adorado en
Escitia y su imagen de guerrero llevaba una espada en su mano, de
allí el sacrificio con esta arma para asesinar al ganado y a los
caballos, como también realizaban sacrificios humanos.
Al norte de Grecia
también se aprecia tributo a través de joyas, relieves y monedas.
Alejandro Magno
fue uno de los más grandes devotos, rendía culto antes de cada
batalla para asegurar sus victorias.
El templo de
Ares, ubicado en el norte del Agora de Atenas.
El Areópago,
también llamada la Colina de Ares donde predico Pablo de Tarso.
Ares en tiempos de
guerra
Aunque se le
relaciona como un fuerte guerrero no siempre salió victorioso de
todas sus batallas, incluso en muchas de ellas obtuvo grandes
heridas. Fue derrotado por su hermanastra “Atenea” conocida como
la Diosa de la Paz.
Hércules fue
considerado su gran rival y fue herido en varias ocasiones por éste
sin pasar a mayores, Hefesto esposo de Afrodita también fue
considerado un gran enemigo.
En cada batalla la
que asistía era acompañado por sus dos hijos con Afrodita (Fobos y
Demios) los cuales representaban los espíritus malignos que
enfundaban miedo y terror.
Su hermana “Enio”
conocida como la diosa “Destructora de Ciudades” era también su
fiel acompañante.
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