Dentro del universo paranormal, las llamadas “psicofonías”
son los sonidos que quedan registrados en grabaciones de audio y que son
interpretados como voces de los muertos por los investigadores. El origen de
estas documentaciones es algo indefinido. Suele suponerse que el documentalista
ucraniano Friedich Jürgenson fue la primera persona en percatarse sobre la
existencia de las psicofonías en 1959.
Sin embargo, al parecer existen antecedentes mucho más
anteriores. La primera grabación de voces paranormales conocida ocurrió en 1901
en la lejana Siberia, en mano del antropólogo norteamericano Waldemar Bogras,
quien se encontraba estudiando a la tribu de los Tohouktchi.
Su intención era registrar los cánticos rituales de los
chamanes, por lo que Bogras había llevado uno de los primeros fonógrafos que
captaban el sonido a través de una gran trompeta y lo registraba en un rollo
cilíndrico. Al escuchar una de las grabaciones descubrió que entre los sonidos
propios del ritual, se escuchaban además otras voces que por momentos eran más
fuertes que las voces de los chamanes, como si hablaran directamente en la boca
de la trompeta.
Dos décadas después, el neurólogo italiano Ferdinando
Cazzamalli realizó entre los años 1923 y 1925 algunos experimentos con sujetos
que poseían determinados desequilibrios psíquicos. Cazzamalli buscaba la
naturaleza física del fenómeno de la telepatía y el mecanismo de producía el
traspase de información de una mente a otra.
En sus grabaciones, Cazzamalli recibió extrañas voces
paranormales incluso cuando su receptor de radio estaba protegido por una Jaula
de Faraday. Esto lo llevó a pensar que la señal portadora de la telepatía
dependía de algún tipo de onda electromagnética.
Las primeras psicofonías en cinta magnética proceden del
laboratorio de Física de la Universidad del Sagrado Corazón de Milán,
realizadas por los padres Gemelli y Ernetti en 1952. Ambos sacerdotes estaban
grabando cantos gregorianos en un antiguo aparato, que utilizaba un alambre a
modo de cinta magnética, y en una de sus sesiones, grabaron una voz que no
debería estar allí. A este primer registro le sucedieron otros y las investigaciones
de ambos sacerdotes se prolongó durante toda la década, haciendo diversas
pruebas de laboratorio sobre la obtención de voces.
Aunque desde la aparición de los primeros magnetófonos las
psicofonías son un fenómeno presente, popularmente se le atribuye el
descubrimiento de estas voces del más allá a Friedich Jürgenson.
En el año 1959 Jürgenson se dirigió a un bosque cercano a su
casa para poder grabar los trinos de los pinzones para un documental sobre la
vida de las aves. Dejó su magnetófono cerca de un árbol y se alejó lo
suficiente para que la cinta pudiera registrar con naturalidad los trinos de
los pájaros, pero se dispuesto a escuchar la cinta, notó que entre los sonidos
de las aves se escuchaban voces humanas que él mismo identificó como palabras
en sueco y noruego.
Volvió días después al bosque para grabar nuevamente el
canto de los pinzones, esperando que esta vez ninguna voz “ensuciara” su
registro, y luego de tomar todas las precauciones para que nadie arruinara su
grabación, realizó una nueva. Para sorpresa, otra vez, junto al canto de las
aves, se escuchaba una voz, pero en esta ocasión creyó reconocer la voz de su
madre, fallecida, llamándolo por el nombre cariñoso y familiar.
Según Jürgenson, en la grabación se escuchaba algo así:
Friedel… mi pequeño Friedel… ¿Puedes oírme?.