jueves, 11 de junio de 2020
El Hijo De La Bruja y El Diablo
Mis padres me
abandonaron cuando tenía ocho años, mi abuela, la única pariente
que tengo, siempre me contaba historias de fantasmas cuando era niño,
era una mujer bastante dulce y me trataba con mucha ternura, yo era
su único nieto, por eso me consentía bastante. Ella tenía un brazo
amputado con marcas feas, como cortes, me contó que en nuestra
familia existe una maldición hecha por una bruja hace muchas
décadas, debido a que un antepasado, mato a su hijo por ser
diferente a los demás niños del ese entonces poblado.
El niño que mataron
había nacido con malformaciones producto de un encuentro sexual que
había tenido la bruja con un demonio, a cambio de sus poderes, al
menos eso comentaban los pobladores, no tenía ojos, tampoco nariz,
solo una gran boca con enormes dientes que cubrían todo su rostro,
tenía problemas para respirar debido a su condición, por lo que
cuando lo hacía, emitía un sonido parecido al de un chancho,
espantando a los demás niños con su horripilante cara.
Una noche todos los
pobladores se pusieron de acuerdo para matarlo junto a la bruja,
hacía meses que la tierra no daba ningún fruto y todos le echaron
la culpa a ella, entonces fueron hasta la casa donde vivían, pero la
bruja no se encontraba en ese momento por lo que el primero en morir
fue su hijo; fue perseguido por todo el lugar, luego fue amarrado y
lo metieron de cabeza en un barril lleno de agua donde murió
ahogado. En ese momento apareció la bruja, gritando y conminando a
los pobladores, sin embargo, poco pudieron hacer sus poderes en ese
momento, amarrándola de igual modo de manos y pies, pero antes de
ser metida al barril donde se encontraba su hijo sin vida, ella, con
sus últimas palabras les lanzo una maldición a todos los presentes,
el cual decía:
“en la octava
primavera de tu primogénito, un diente pondrás, o él vendrá”
–mira mi brazo, y recuerda, el día que tu primer hijo cumpla la
edad de ocho años, la edad que tenía el hijo de la bruja, un diente
te sacarás y pondrás junto a ti al dormir, sino su hijo vendrá–
me decía mi abuela, cada vez que terminaba de contarme historias de
fantasmas.
Recordé esa
historia porque hoy mi hijo, cumple ocho años, la misma edad en la
que murió el hijo de la bruja, pero yo nunca creí en esos relatos,
siempre creí que mi abuela solo me las contaba para asustarme a la
hora de dormir. Ella antes de morir, me dijo que cuando mi hijo
cumpliera los ocho años, revisara su diario, pero por el trajín del
día se me olvidó por completo. Esa misma noche, luego de la
celebración del cumpleaños de mi primogénito, yo y mi esposa
estábamos recostados cómodamente en nuestra cama, y empecé a
contarle la historia de la bruja, asustándola mucho. Aun así,
ninguno de los dos quiso sacarse un diente.
Pasada la
medianoche, me despertó unos chillidos parecidos al de un chancho, y
pude verlo, era real, no tenía ojos, tampoco nariz, con enormes
dientes que cubrían todo su rostro de oreja a oreja, mientras se
devoraba mi pierna derecha, sentía como podía romper mis huesos con
sus muelas, intenté moverme, pero mi cuerpo no respondía, quise
gritar, tampoco podía hacerlo, el horror se apoderó de mí y
terminé desmayándome de la impresión.
En la mañana, sin
mi pierna derecha y con mucho dolor, me levanté como pude, y vi el
espantoso cuerpo de mi mujer sin cabeza al pie de la cama, con su
pijama toda rasgada, mientras la sangre aún goteada de su cuello,
grité como un loco desquiciado al ver semejante sangrienta escena.
Luego de ser
hospitalizado y pasar meses de terapia psicológica, regresé a mi
casa, y recordé lo que mi abuela me había dicho de que buscase su
diario cuando mi hijo cumpliera los ocho años. Registré todas las
pertenencias de mi abuela guardadas en cajas, hasta que al fin di con
el dichoso diario, al abrirlo una hoja cayó al suelo, al levantarlo
y leerlo decía: “No olvides sacarte un diente, mi brazo, tu abuelo
y tus padres, fueron engullidos por el hijo de la bruja.
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