domingo, 11 de octubre de 2020
La Leyenda De El Futre, El Jinete Sin Cabeza Argentino
Esta leyenda nació
en Mendoza, Argentina, según dicen, cuando el ferrocarril estaba
desarrollando sus ramales hacia la cordillera, a principios del Siglo
XX.
Existen varias versiones acerca de esta historia, pero lo cierto
es que el personaje del Futre es igualmente recreado en todas: un ser
fantasmagórico, que se aparece a caballo, sosteniendo su cabeza
entre las manos, dispuesto a atropellar o a matar del horror a aquél
que se interpone en su camino.
Se cree que esta
leyenda fue importada a la provincia de Mendoza desde la que es
recreada por Washington Irving, “La leyenda de Sleepy Hollow”, es
decir, la leyenda del Jinete Sin Cabeza, por las grandes similitudes
existentes entre ambas.
Lo cierto es que
bien pudieron haberla hecho viajar con ellos los inmigrantes que
llegaron a tierras mendocinas para trabajar en los ferrocarriles; y
esta es una opción imposible de ser descartada… Ya que esta
leyenda se repite, con sus variantes, en numerosos pueblos de
Latinoamérica, sobre todo en aquellos en donde llegaron por
cuestiones laborales gentes de habla inglesa.
El Futre, ya que con
este nombre es conocida la espectral aparición, se aparece vestido
casi de etiqueta en Mendoza… Y sosteniendo su cabeza en la diestra.
¡Menuda sorpresa para quien se lo encuentra!
Presenta aquí
también, como en los restantes lugares, sus variantes. La leyenda
mendocina en concreto fue adjudicada a un personaje existente, un
extranjero de apellido Foster (de ahí el sobrenombre de la
aparición, que deriva de este apellido) que actualmente se encuentra
enterrado en el cementerio de Uspallata. Comentan las crónicas que
este personaje era un empleado del ferrocarril que tenía a su cargo
el tendido del ramal hacia Las Cuevas. Su trabajo era pagar los
jornales a los obreros que trabajaban en las vías.
Un buen día, el
solitario empleado llegó al campamento ferroviario con el fin de
cumplir su cometido, pero una emboscada de ladrones acabó con su
vida, desapareciendo el dinero de los jornales que debían pagarse…
Así también como su cabeza. Se barajó la hipótesis de que
hubieran sido los mismos jornaleros quienes lo hubieran hecho,
cansados de los abusos de este hombre, y que hubieran desaparecido su
cabeza por algún ajuste de cuentas; pero lo cierto es que nada fue
comprobado.
Desde entonces, el
Futre se aparece a quienes tienen alguna cuenta pendiente que pagar,
principalmente, con la justicia. Por ello se dice que el Futre no
está entre las gentes, sino está en la conciencia sucia de los
malhechores.
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