En la mitología griega, Poliido, era hijo de Cérano. Fue un
famoso adivino corintio. Se casó con Euridamía hija de Fileo. Tuvo dos hijos, a
uno de los cuales, Euquenor, le profetizó que podía elegir entre dos posibles
destinos, ir a la guerra de Troya con Agamenón y morir allí, o morir anciano en
su casa. Euquenor eligió lo primero y murió a manos de Paris.
Se hizo famoso por la resurrección de Glauco, hijo de Minos.
Este, aconsejado por el oráculo de Delfos, encargó a Poliido que encontrase a
Glauco, que había desaparecido. Poliido lo encontró ahogado dentro de una
tinaja llena de miel. Minos consultó con los Curetes, quienes le aconsejaron que
encerrase a Poliido con Glauco para devolverle la vida. Minos le encerró en la
tumba de Glauco con una espada. Estando en la oscuridad de la tumba se dio
cuenta de que había entrado una serpiente y se había acercado al cuerpo de
Glauco. Rápidamente cogió la espada y la mató. Después salió otra serpiente que
al darse cuenta de la muerte de su compañera, se fue y volvió con una planta en
la boca. La segunda serpiente dejó caer la planta sobre su compañera y ésta
resucitó. Al ver lo sucedido, Poliido cogió la planta y frotó con ella el
cuerpo de Glauco, devolviéndole la vida.
A pesar de cumplir la misión, Minos se negó a dejar marchar
a Poliido hasta que enseñase a Glauco el arte de la adivinación. Poliido lo
hizo de mala gana, y cuando por fin fue autorizado a marcharse a su casa, a
punto de subir al barco, le pidió a Glauco que escupiese en su boca. Glauco lo
hizo e inmediatamente olvidó todo lo aprendido.
Poliido fue también el que aconsejó a Belerofonte que para
enfrentarse a la Quimera, se apoderase de Pegaso cuando este fuese a la fuente
Pirene (en Corinto) a beber.
También liberó a Teutrante de la lepra con que le había
castigado Artemisa por matar al jabalí monstruoso que vivía en el monte Teutras
y que, al verse acorralado, había suplicado por su vida poniendo por testigo a
la diosa.
Fuente: http://mitosleyendascriaturas.blogspot.com/
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