Boyuna o también nombrada como Boiúna en el idioma portugués, es un mito de las tierras amazónicas de origen amerindio. La designación del nombre se deriva de la palabra boi, que tiene como significado “culebra”, así como el término “una”, que denota negra. Esta criatura está personificada por una gran serpiente de tez oscura, que puede llegar a tragarse a las personas enteras.
Dentro de los poderes con los que
cuenta Boyuna se encuentran que puede transformarse en barcos o canoas,
desplazándose por los ríos y lagos a lo largo y ancho de la selva amazónica. Se
dice que también toma la forma de una hermosa mujer pero esto lo hace muy rara
vez. Cuando esta criatura se encuentra fuera del agua, de sus ojos desprende
grandes llamaradas.
Según la leyenda la Boyuna se
vincula al origen de la noche, como parte de una creencia que reza que la
serpiente atrapa a una hija y la envía a la noche, oculta dentro de un fruto de
la palmera denominada como “chonta”. En algunas regiones se evoca el nombre de
la Boyuna para hacer referencia a un ser maligno, que la mayoría de las veces
es una mala mujer, que según dice la historia nació de un huevo abandonado.
Luego de esto, subió a los cielos para transformarse en una estrella que quedo fijamente en el firmamento y ahora forma parte de la constelación de la Serpiente. Es una criatura que inspira mucho temor en las personas gracias a las diversas formas que puede llegar a adoptar por lo que es difícil detectar su verdadera forma. También según la leyenda, la Boyuna es muy voraz y ataca solo por el placer de matar.
El mito
La Boyuna es un ser fantástico y
mítico que forma parte de las leyendas amazónicas de las tradiciones
brasileñas. El verdadero significado de su nombre desde el punto de vista
etimológico es “serpiente negra” el cual le fue otorgado basado en su
apariencia física. Su presencia es la de una enorme culebra de carácter
femenino, que puede llegar a adoptar cualquier forma y devorar a las personas
con un apetito insaciable.
Es difícil verla, siendo sus ojos
lo único que resalta en la noche, los cuales mantiene siempre fuera del agua, y
son de un aspecto brillante, con grandes
llamaradas como si fuesen unas antorchas. Su historia se relaciona con el mito de la llamada “madre
agua”, una serpiente marina que era la dueña y señora de las aguas del río, y
la cual tenía el poder de dar y quitar la vida.
Esta serpiente de origen sudamericano que se escurría por toda la selva amazónica y se le podía observar cómo podía volar hasta por encima de la copa de los árboles. Atacaba a sus víctimas cruelmente y devoraba tanto a seres humanos como a los animales para alimentarse, aunque también mataba solo por satisfacción.
Boyuna tenía un aspecto frío y algo irregular, con los ojos en fuego y su color de tez similar a la de una cobra negra. Cuentan que un día, esta fenomenal criatura se enamoró de una mujer muy bella que frecuentaba el lago pero que perdió la vida. Boyuna se sintió con un dolor tan intenso que se convirtió en una estrella dirigiéndose al cielo de donde se dice que provino.
Origen
Se dice que una vez existió un
Padre llamado Buineizeni, un sacerdote que fue castigado por haber creado el
árbol morena, floresta de donde se obtiene una substancia de carácter mágico y
pegajoso, siendo paralizado por el sol. Cuentan que luego de este hecho, el
hermano del sacerdote llevo hasta donde ellos vivían una raíz de yuca para que
su esposa la pelara. (Ver articulo: Pincoya)
Constantemente el enfermo
interrogaba a su cuñada por el nombre de aquella raíz, pero lo que obtenía por
parte de la mujer eran regaños que hasta lo hacían llorar. Cansado por la
situación le solicitó a su hermano que lo llevara a un lugar solitario, donde
él le construyó una pequeña choza para que pudiese vivir.
Gran sorpresa se llevó el hermano,
cuando al ir a visitarlo se consiguió con que la choza estaba vacía y Buineizeni se había embriagado con extracto
de jarabe, sumergiéndose en el agua. Al tocar el agua, misteriosamente se
transformó en una serpiente. Una vez que adoptó la forma del reptil, nadó hasta
llegar al bañadero de su hermano, donde las hijas de éste, que eran sus
sobrinas, trataron de atraparlo al percatarse de su presencia.
El hermano ayudó a sus hijas a atrapar a aquel fantástico animal con una malla tejida y muy fina, colocando a la serpiente dentro de una olla. La serpiente era alimentada con casabe y piña, pero estos alimentos no eran de su agrado, más si consumía almidón de yuca iba creciendo de manera desproporcionada, e iba siendo cambiada a una olla más grande cada vez.
Llegó el momento en que su tamaño era tal que tuvo que ser llevada a un lago donde lo que comía eran enormes cantidades de almidón de yuca. El animal estaba tan hambriento que comenzó comiéndose a la muchacha que le daba de comer. Luego de un tiempo su tamaño se asemejaba al de un tronco flotando en el agua.
Cuentan que cuando la feroz
serpiente salía del agua era para devorar a los ciervos y otros animales de
caza, que se acercaban a las orillas del lago donde esta habitaba, pero siempre
regresaba hasta el bañado donde vivía su hermano y sobrinas. Un tiempo después,
se fue a vivir a una cueva ubicada en las cercanías de los pueblos de los
hombres comenzando a devorarse a los pobladores de la zona.
Un día, cuando la serpiente se
dirigió al bañadero para ser alimentada con la yuca que la hacía crecer, el
hermano para vengar la muerte de su hija se introduce en la boca del animal
junto con el alimento y desde adentro comenzó a cortarle el vientre poco a
poco, siguiendo las instrucciones que le habían dado sus espíritus protectores
en medio de un sueño. Mientras moría lentamente, la serpiente seguía sin
embargo devorándose a los habitantes de tribus ubicadas alrededor de los ríos
desde el Amazonas hasta el Putumayo.
Por temor a ser devorados, ya nadie se atrevía a salir de sus chozas. Cuando el hermano le hizo el último corte, la serpiente se revolcaba en el suelo hasta que murió encendida en fuego que la consumía fuera del agua. Solo así volvieron a retomar sus vidas normales los pobladores y las tribus de la región. Se dice que del nombre del padre, Buineizeni fue derivado el nombre de la serpiente Boyuna.
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