Durante más de un año, Sarah Parcak ha utilizado las imágenes que tomaba un satélite de la NASA que se encuentra en órbita a 700 km de altitud. Gracias a él, el profesor logró multitud de imágenes de alta resolución e infrarrojos de la necrópolis de Saqqara y Tanis, un importante yacimiento arqueológico situado en el noreste de Egipto. La imagen infrarroja distingue entre los diferentes materiales enterrados e identifica las estructuras bajo la superficie.
Esta nueva tecnología amplía los límites de la arqueología tradicional. El satélite «nos da una perspectiva mucho más amplia de los yacimientos arqueológicos», dice el profesor Parcak. «Indiana Jones ya pertenece a la vieja escuela, nos mudamos a otra cosa, lo siento Harrison Ford», bromea Sarah Parcak.
Si las autoridades egipcias no estaban inicialmente convencidas de esta investigación, los resultados de las primeras excavaciones en Tanis no han dejado lugar a dudas. «Estos hallazgos validan la incorporación de la tecnología a nuestro trabajo».
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