Nostradamus nació un 14 de diciembre de 1503 en Saint Remy, en la región de la Provenza, en Francia, y ya desde temprana edad empezó a demostrar su carácter fuerte y arrojado. Siendo aún estudiante de Medicina hubo de enfrentarse a una epidemia de peste bubónica en el año 1525, tratando y curando a muchos enfermos; fue precisamente el hecho de practicar la medicina sin estar graduado la que hizo que fuese denunciado e incluso perseguido por la Inquisición.
Ya con el título en sus manos y después de una década de curaciones milagrosas, recibió una pensión vitalicia que le sirvió para dedicarse a su pasión oculta: las artes místicas.
Nostradamus empezó a publicar sus predicciones sobre el clima y las fases lunares, pero ya en 1555 comenzó a escribir las predicciones que le han hecho famoso: las primeras 100 predicciones de casi dos mil que llegó a publicar en los siguientes dos años. Su fama creció y pronto lo llamaron a la Corte, donde Nostradamus dio el gran golpe de mano que necesitaba:
“Un hombre tuerto será Rey. El joven león vencerá al viejo en el campo de batalla, en una sola lucha. Perforará sus ojos en su jaula dorada: dos huidas en una, y luego morirá con una muerte cruel”
El 1 de julio de 1559 el rey intervino en una justa de caballos con tan mala fortuna que la lanza del contrincante le atravesó el casco y el ojo. Después de una larga agonía de 10 días en los que reinó tuerto, Enrique II de Francia murió. Poco después también predijo el triste destino que tuvieron los hijos de la reina Catalina. Así, las profecías, de la que os hablaremos en un próximo artículo, se sucedieron una tras otra.
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