Atención Por Favor.

Ante todo nos dirigimos y agradecemos a todos por la ayuda que nos dan con este blog ya sean seguidores, oyentes del programa de radio y por sobre todo a todos aquellos propietarios de webs, blogs, libros y todos los lugares donde han obtenidos la información y nos han acercado a nuestro mail para que podamos publicarlas en este humilde blog, para que todas las semanas desde hace ya 7 años podamos compartir en dos emisiones las tantas historias, enigmas y misterios del universo que se van pasando de generación en generación y así reflejar esas viejas leyendas, historias, enigmas y misterios que de niños oímos mas de una vez y que nos asustaban en algunos casos como también en otras nos enseñaban a valorar y respetar esas narraciones.

Desde ya les agradezco a todos y pido disculpas si no se agrega la fuente por que muchos correos no la poseen y para no cometer errores no se agrega pero en este pequeño equipo estamos muy agradecidos para con todos. Muchísimas Gracias a todos en general por su valiosa información y por su cordial atención.

Equipo Infinito.



lunes, 11 de septiembre de 2017

El Poder del Vudú,Barón Samedi

En Vodou o vudú, barón Samedi (barón sábado, también barón Samdi, Bawon Samedi, o Bawon Sanmdi) es uno de los aspectos del barón. Él es un loa( se refieren como los invisibles) de los muertos, junto se encuentran el barón Cimetière de las encarnaciones, barón La Croix, y barón Kriminel. Representan a barón Samedi generalmente con un sombrero negro, smoking negro, ojos oscuros, y el algodón en la nariz, como para asemejarse a un cadáver se vistiera y se preparara para el entierro en estilo haitiano. Él tiene con frecuencia un cráneo blanco como cara o con la mitad del craneo) y habla en una voz nasal. Él es el jefe de la familia de Guédé de Loa, o un aspecto de ellos, o posiblemente de su padre espiritual en el vudú, Su esposa es el loa Maman Brigitte. “Samedi” significa “sábado” en francés, aunque hay etimologías alternas ofrecidas. 

Barón Samedi se coloca en la encrucijada, en donde las almas de seres humanos muertos pasan encendido su manera a Guinee. Así como el ser loa todos saben de la muerte, él es un loa sexual, representado por símbolos fálicos y conocido con frecuencia para la interrupción, la obscenidad, el libertinaje, y tener un cariño particular para el tabaco y el ron. Además, él es el loa del sexo y de la resurrección, y en la última capacidad esa muerte cercana lo invita a menudo para curar o inminente, pues es solamente el barón puede aceptar a un individuo en el reino de los muertos. Lo consideran un juez sabio, y un mago de gran alcance. 

Las deidades Voodoo, o los loas, están entre los seres divinos temidos del mundo. Salvajes,con poderes de gran alcance,estos seres invisibles exigen ser servidas por la clase humana. Barón Samedi es el el más famoso, y más espantoso, de estos espiritus. Un su imagen mas conocida es de un esqueleto enorme que esta vistido con capa oscura o y con un sombrero de copa y una espada, el barón es el amo infame de los muertos que escolta sus almas del cementerio al mundo terrenal. Pero el barón no se refiere a los cadáveres - él puede incorporarse a la vida terrenal por la fuerza para hacer una oferta terrible a la gente. Barón Samedi pasa la mayor parte de su tiempo en el reino invisible de los espiritus del vudú. Es notorio su comportamiento indignante, jurando continuamente y haciendo bromas asquerosas a las otros espiritus.Él está casado con otra deidad de gran poder conocido como mama Brigitte, pero persigue a menudo a mujeres mortales. Él ama el fumar y el beber y se ve raramente sin un cigarro en su boca o un botella de ron en sus dedos huesudos. Barón Samedi puede ser encontrado generalmente en la encrucijada entre los mundos de la vida y los muertos. Cuando muere alguien él cava su tumba y saluda al alma después de que los hayan enterrado, llevándolos al mundo terrenal. Él también asegura toda la putrefacción de los cadáveres en la tierra para parar cualquier alma que es traída detrás como zombi. 

El barón tiene una legión de espiritus bajo su control. Estos espititus estan vestidos todo como el barón y todos de oscuros como su amo, ayudan a llevar a los muertos al mundo terrenal. Así como ser amo de los muertos, él es también un donante de la vida. Él puede curar a cualquier mortal de cualquier enfermedad o la herida, si él la piensa es de mérito. Sus energías son especialmente grandes cuando viene voodoo maldiciones y magia negra. Incluso si un maleficio ha infligido alguien que las trae al borde de la muerte, no morirán si el barón rechaza cavar su tumba. Siempre y cuando este el alcohol poderoso que se guanda fuera de la tierra.Lo qué él exige a cambio depende de su humor. Se contenta con su ropa negra, blanca o púrpura el puede usar a sus seguidores o usar objetos sagrados; él puede pedir simplemente un pequeño regalo de cigarros, del ron, de café, de cacahuetes asados a la parilla o de pan. Pero el barón pide a veces una ceremonia del vudú para ayudarle a cruzar encima en este mundo - un rato de riesgo elevado para cualquier persona quisiera que el suyo ayudara. Barón Samedi es una de las pocos espiritus del vudú que pueden cruzar del reino de los muertos al reino de la vida sin un ritual - pero como es un proceso de drenaje él lo hace raramente. Si él está con buen humor el puede conceder sus seguidores que sigan viviendo, pero si él está en un mal humor él puede cavar sus tumbas demasiado pronto y enterrarlos vivos o aún peor, tráerlos como zombis. 

Un poco de Vudú o Vudo 

El vodú significa "dios superior". Es una palabra de origen africano originaria de los pueblos fon y dahomey (actual Benin). Creen en un dios superior que tiene una esposa y del que salen las familias en las que están organizadas (según su especialidad) más de 50 dioses/as. Ese vodú o dios superior está por encima de la realidad terrenal por lo que tiene a todos esos dioses o luas como sus representantes. Por otro lado está la espiritualidad congo (traída por los esclavos de la actual Angola) que rinde culto a los muertos. Ambos, vodú y congo son cultos familiares en clan o en grupos pequeños. 
Lo más conocido del vodú es el Barón del Cementerio o Barón Samedi. Es el primer muerto varón enterrado en un cementerio. Se convierte así en el guardián del mismo y al que hay que pedir permiso cada vez que se entierra a alguien. Le gusta el alcohol, el baile y el sexo. 

El poder del vudú,barón Samedi 

Breve historia del vodú en Haití desde su independencia: 

* 1800-1815 - represión como intento de unificación política haciendo a todos católicos 
* 1815-1850 - periodo de extensión y desarrollo. El Vaticano rompe relaciones con Haití. En 1845 Boyer declara el vodú ilegal. 
* 1850-1945 - sucesivas prohibiciones y permisos, aunque en general, más de lo primero 
* 1945-197 - el vodú es apoyado por el movimiento de la negritud. Papa Doc (Duvalier) lo apoya para su beneficio. El uniforme de los Tonton Macoute era azul y rojo, que son los colores del luá Hogun, lúa de la guerra. Y él mismo se vestía de negro como tradicionalmente se presenta al barón Samedi. 

Desde 1975 el vodú ha sido el vehículo de protesta del inconformismo del pueblo haitiano. 


El vodú haitiano es más exigente en la iniciación, está más compactado como culto religioso, está más unido y es más rígido. El panteón dominicano y el haitiano tienen diferencias. El toque de palos o de tambores es exclusivo de R.D. En el vodú haitiano predominan los hombres como sacerdotes y en el vodú dominicano las mujeres. 

¿Pueden Los Animales Recibir Espíritus de Otras Dimensiones?

Para muchas personas no es una novedad que los perros y los gatos, poseen la increíble capacidad de percibir o “sentir” las presencias sobrenaturales que nos rodean. Estas presencias parecen estar condicionadas a diferentes frecuencias y dimensiones que los humanos convencionales normalmente no logran ver o percibir, pero si algunos animales. 

Se tiene el conocimiento, de que el ojo humano está “sintonizado” para lograr ver determinada “frecuencia” o tipos de luz, en otras palabras, no podemos ver por completo “toda la realidad” disponible en nuestro espacio. Pero al parecer los perros y los gatos, si logran percibir la luz UV y otros tipos de rayos que nosotros no podemos ver. 

En un principio, se pensaba que prácticamente todos los mamíferos tenían la misma capacidad de visual, pero luego se demostró que muchos tienen la capacidad de detectar los rayos UV, a diferencia de los humanos. ¿Fuimos creados con limitaciones? ¿Por qué nuestro “creador” buscaría ocultarnos cosas? 

Posiblemente alguna vez habrás sentido o percibido que tu mascota (perro o gato) o tal vez algún otro animal, parece estar viendo o percibiendo algún en un punto determinado de tu hogar ¿Cierto? Bueno es muy posible que, en ese instante, tu querida mascota, haya detectado o haya logrado establecer contacto con una entidad de otra dimensión. 

Al parecer esto, tiene relación con la luz ultravioleta, esta luz podría abrir “puertas” a otros mundos y dimensiones. Se sabe que la luz UV, posee una distancia de onda, superior a la que nuestros ojos pueden percibir. 

¿Que Son Los Demonios?

Cuando nos preguntamos qué son los demonios, lo primero que pensamos es que son ángeles caídos; sin embargo, otros han respondido de forma diferente: espíritus desencarnados de gente malvada; símbolos de nuestro lado oscuro; entidades siniestras creadas por nuestras mentes; personificaciones de fuerzas misteriosas; etcétera…


Muchas veces damos por sentada la existencia de los demonios como meros ángeles caídos; sin embargo, si nos cuestionamos sobre esta creencia desde una actitud de duda abierta a la posibilidad de realidades sobrenaturales, nos tendremos que preguntar qué son los demonios, en el sentido de cuál es la realidad detrás de la creencia en estos seres. 

A veces, para responder a esa pregunta, se ha definido primeramente qué es el Diablo, pues éste y sus esbirros están esencialmente vinculados, y así la definición del primero puede condicionar o determinar la definición de los segundos. Veamos ahora algunas de las principales teorías que se han dado al respecto, incluyendo tanto las más convencidas de la realidad demoníaca tal y como la concebimos, como las más escépticas, vengan de la Religión, de la Psicología, del Ocultismo o de otro ámbito. 

Visión cristiana tradicional 

El cristianismo heredó la demonología judía, pero no la concepción demonológica del “judaísmo clásico” sino concepciones muy difundidas en el judaísmo anterior. Por ello, la demonología cristiana será muy distinta de la del judaísmo; y, la demonología que tomará de aquel, concibe a los demonios como ángeles caídos, ángeles réprobos que desobedecieron a Dios y por eso se convirtieron en demonios. 

La traducción de la Biblia al griego, que sería la versión más utilizada por los judíos de la diáspora, había traducido “Satán” como diábolos (de donde viene la palabra “diablo”), pero esta palabra tiene una connotación más negativa que “Satán” en hebreo, pues al sentido de adversario y acusador, le añadía un sentido de calumniador, falseador y mentiroso, ausente en el original hebreo. Junto a este giro, hubo otros como el de San Jerónimo, que en su Vulgata (su traducción de la Biblia) introdujo “Lucifer” como nombre propio en un pasaje del Libro de Isaías. 

Resulta entonces claro cómo las traducciones juegan un rol importante a la hora de sustentar planteamientos teológicos; pero, en vez de detenernos a considerar todos esos detalles, pasaremos a resumir los principales puntos de la visión que hoy en día prima en el Catolicismo y en la mayoría de sectores protestantes, excluyendo casos bien originales como Los Testigos de Jehová y Los Mormones… Esos puntos son los siguientes: 

1) Satanás era el ángel más importante y el más cercano a Dios, pero su orgullo le hizo querer destronar a Dios, querer ser más grande que él, por lo que se rebeló junto con muchos otros ángeles que traicionaron a Dios y le siguieron. Consiguientemente, los demonios son ángeles caídos. 

2) Los demonios son puro espíritu, no tienen forma definida, pero pueden manifestarse con casi cualquier apariencia. 

3) Los demonios no pueden usurpar la libertad humana, no tienen dominio sobre el espíritu del hombre y su intelecto, solo pueden influir directamente en su cuerpo físico, e inducirle ideas y emociones, aunque nunca resoluciones morales o espirituales. 

4) Los demonios están donde operan, su presencia se da por contacto operativo, están donde obran. 

5) Los demonios tienen jerarquías, muy probablemente nueve, igual que los ángeles, situación que vendría dada porque fueron ángeles. 

6) Los demonios no pueden arrepentirse, su voluntad quedó fija después de su caída, y es por esto que Dios no los perdona. 

7) Los demonios son absolutamente malvados, se han identificado por completo con el mal. 

8) Los demonios se odian entre sí, odian a Dios más que a nada, y sus vínculos de obediencia se dan principalmente por el miedo que los inferiores tienen a los superiores. 

9) La finalidad de los demonios es separar al hombre de Dios, llevarlo a la muerte espiritual a través del pecado. 

10) Los demonios tienen una inteligencia muy superior a la humana, que comprende las cosas de forma directa antes que por encadenamiento inferiencial. 

11) Los demonios solo poseen a alguien cuando la persona, consciente o inconscientemente, les habré la puerta. 

12) Los demonios tienen nombres, y el nombre de un demonio debe ser conocido para expulsarlo en un exorcismo. 

13) Sus formas de influencia se pueden dividir en: infestación de lugares, objetos y animales; obsesión (pensamientos y deseos recurrentes inducidos por el demonio); opresión (el demonio atormenta a la persona sin llegar a poseerla); y posesión (el demonio toma control de la persona). 

14) No tienen sexo, a pesar de que sus nombres son casi siempre masculinos y de que hay demonios femeninos como Lilith: esto se explica porque supuestamente su aparente masculinidad o feminidad no es sino un ropaje simbólico de su esencia espiritual particular, por decirlo de algún modo. 

Finalmente, para que tengan una idea más viva de la concepción teológica de los demonios a partir de la concepción de Satanás, citaremos estas conocidísimas palabras que el papa Pablo VI dijo en 1972, preocupado por la creciente duda, dentro de la misma Iglesia, sobre la existencia en el Demonio; veamos: «El mal que existe en el mundo es el resultado de la intervención en nosotros y en nuestra sociedad de un agente oscuro y enemigo, el Demonio. El mal no es ya sólo una deficiencia, sino un ser vivo, espiritual, pervertido y pervertidor. Terrible realidad. Misteriosa y pavorosa. Se sale del marco de la enseñanza bíblica y eclesiástica todo aquel que rehusa reconocerla como existente; e igualmente se aparta quien la considera como un principio autónomo, algo que no tiene su origen en Dios como toda creatura; o bien quien la explica como una pseudorrealidad, como una personificación conceptual y fantástica de las causas desconocidas de nuestras desgracias». 

Visión maniqueísta: 

Según esta doctrina, Dios no habría sido el creador del mal, sino que éste estaba vinculado a las tinieblas y la materia, coexistentes pero anteriormente separadas del mundo de la luz; mediante una compleja cosmogonía, el maniqueísmo explicaba cómo la luz y las tinieblas, antes separadas la una de las otras, habían llegado a unirse parcialmente y cómo era necesario liberar a las partículas de luz atrapadas por la materia; los seres humanos podían liberar sus partículas de luz prisioneras en las tinieblas de la materia si llevaban una vida adecuada. 

Ahora bien, puntualizando, tenemos que la cosmogonía maniquea supone la existencia de: 

A) Dos naturalezas: 

1) La luz, que es el bien, Dios, el espíritu, el reino de la luz. Sus cinco elementos son inteligencia, pensamiento, reflexión, voluntad y razonamiento. 

2) Las tinieblas, que son la oscuridad, el mal, la materia, concebida como fealdad, maldad, deseo desordenado y estupidez. Sus cinco elementos son humo, fuego, viento, agua (o barro) y tinieblas. Sus demonios son incontables. El soberano de todo esto y parte de ello es el “Príncipe de las Tinieblas”. 

B) Tres tiempos: 

1) El tiempo inicial, del pasado, en el que la luz y las tinieblas estaban completamente separadas. 

2) El tiempo medio, que es el presente, en el que las tinieblas atacaron a la luz y parte de la luz se ha mezclado con las tinieblas. 

3) El tiempo final, en el futuro, cuando la luz y las tinieblas se separen definitivamente. 

Todo esto nos hace ver que, en el maniqueísmo, los demonios no son seres caídos ni creados por un Dios-Absoluto, sino entidades ontológicamente opuestas a los seres de la luz, inmutables en sus propósitos y en su esencia, y sin embargo no-eternos; ya que, si bien el “Padre de la grandeza” (Dios de la luz) sí es eterno y coexistente con la luz que le es inmanente y consustancial, el “Príncipe de las Tinieblas” es un derivado causal de las tinieblas (las cuales sí son eternas), y los demonios que le siguen son derivados causales secundarios que, al igual que su líder, intentan conducir al hombre por un sendero que le lleve a identificarse con la materia-oscuridad y, en consecuencia, a perder la luz que tiene aprisionada en su cuerpo y que puede amplificar y liberar si sigue una senda espiritual, siendo posible la reencarnación si en una sola vida no se alcanza la liberación espiritual, cuya vía ha sido ilustrada de formas variadas por humanos superiores enviados por la Inteligencia Salvadora, tales como Jesús, Buda, Zaratustra, Enoc, Mani, Moisés, Pablo de Tarso, Abraham y otros más. 

Satanismo de LaVey 

Para el satanismo laveyano (el que sigue los líneamientos de Anton Tzandor LaVey), Satanás y los demonios no son seres reales sino entidades simbólicas que representan a “los poderes de la oscuridad”, poderes que, dentro de lo que es la esencia del hombre, se concretan en ciertos aspectos de la naturaleza humana que la religión, en opinión de estos satanistas, ha conducido a reprimir, negar o combatir, causando así que, durante siglos, los individuos manipulados no hayan podido disfrutar de la vida y de las potencialidades inherentes a su propia naturaleza. De este modo, el culto a Satán y a sus demonios es una manera viva de adorar a los valores liberadores y anti-cristianos que éstos representan; aunque también, y es debido a esto que LaVey cree en la magia y en el poder de los ritos, es una forma de contactar con “los poderes de la oscuridad” entendidos como algo que también está fuera de nosotros —y dentro, no solo como aspectos de la naturaleza humana, sino como un poder que debe ser despertado— y que es un aspecto de la Naturaleza que aún permanece bajo el velo de lo misterioso e inexplicable, algo que ha sido temido durante toda la historia, pero a lo cual puede acceder el satanista, a través de esos símbolos-puentes que son los demonios y, esencialmente, “Satán”. 

Citemos ahora a la Biblia Satánica de LaVey para que se entienda mejor lo dicho: ‹‹La mayorÌa de Satanistas no aceptan a Satán como un ser antropomorfo con pezuñas hendidas, cuernos y cola terminada en punta. Simplemente representa una fuerza de la naturaleza: los poderes de la oscuridad, que se les llama así porque ninguna religión ha sacado esos poderes de la oscuridad. Ni la ciencia ha sido capaz de dar un término técnico a esta fuerza. Es una reserva sin explotar, que muy pocas personas pueden utilizar, ya que carecen de la capacidad para utilizar una herramienta sin analizar e identificar previamente todos los mecanismos que la hacen funcionar. Es esta necesidad constante de analizar, lo que impide que la mayorÌa de la gente logre beneficiarse de esa polifacética llave a lo desconocido, a la cual el satanista prefiere llamar “Satán”.›› 

La visión de Michael W. Ford 

Michael W. Ford, uno de los principales expositores del luciferianismo contemporáneo, tiene una concepción de los demonios muy parecida a la de Anton LaVey, aunque con cierto toque jungiano (de Carl Gustav Jung) y un enfoque práctico que hace pensar en la Magia del Caos por la cuestión de las entidades creadas como algo capaz de engendrar o ayudar a engendrar hechos concretos en el “mundo real”. 

Así, su teoría de la magia ritual postula que los “dioses”, “espíritus” y “demonios” son creaciones arquetípicas de la Humanidad, que subsisten como “seres” mediante tipos de energía que son alimentados por nuestro subconsciente. En este marco, el luciferino encuentra que, los distintos seres míticos y religiosos que personifican lo demoníaco, funcionan como “máscaras deificas” de poderes y fenómenos que existen en la Naturaleza y en la mente, y que se pueden activar y emplear a través de una serie de prácticas cuyo principio rector es lograr que el practicante se identifique (en una forma que implica una cierta autodeificación) con ellos a través de los seres simbólicos que los representan. Por ello, hablando del arquetipo del Adversario, Michael W. Ford dijo lo siguiente en una entrevista: ‹‹El Adversario es una manifestación transcultural que a lo largo de toda la historia de la Humanidad representa el arquetipo oscuro o motivador dentro de cada hombre y mujer. El Adversario no es específicamente Lucifer. Lucifer es un título, un título romano que significa “portador de la antorcha” y es relacionado a un dios, pero aquello no abarca realmente el Sendero Luciferino. Tienes a Ahrimán, a Set…›› 

Espíritus de una raza pre-adámica y almas de gigantes 

Esta especulación teológica parte del supuesto de que alguna vez existió una raza antes de la creación de Adán. Se basa en la teoría del intervalo, la cual plantea que, inmediatamente después de la rebelión y caída de Lucifer y los ángeles que le siguieron, ocurrió una catástrofe mundial que se ve entre Génesis 1:1 y Génesis 1:2, la cual exterminó la raza humana pre-adámica que existía en la Tierra. 

La teoría parecería no tener mucho apoyo bíblico, pero en realidad no es así. En efecto, dentro del Libro del Profeta Isaías en el A. T., vemos que: 1) Lucifer tenía un trono en la Tierra y “debilitaba a las naciones”2) Quería ser semejante a Dios, 3) Dijo “subiré al cielo” y “subiré sobre las alturas de las nubes”, por lo cual ya existía el Cielo. En otras palabras, se postula que Lucifer y sus ángeles reinaban en la Tierra poblada por la primera raza humana, y que el Edén del Libro de Ezequiel no es el de Adán y Eva sino un Edén en la Tierra, además de que Cristo habría dicho que vio a Satanás “caer como un rayo” no porque fuera expulsado del Cielo, sino porque intentó subir y tomar el poder, siendo derrotado con sus ángeles y cayendo a la Tierra que gobernaba (por lo cual le llama “príncipe de este mundo”) y en la cual le siguieron todos los primeros humanos anteriores a Adán, que a manera de castigo fueron aniquilados en una tragedia mundial y, tras quedar como espíritus desencarnados, se transformaron en demonios, diferenciándose de los demonios que fueron ángeles porque, a diferencia de aquellos, éstos habitaron en cuerpos humanos y se acostumbraron a tener cuerpos, por lo cual se supone que son el tipo de demonios que está detrás de casi todos los casos de posesión demoníaca. 

Según lo anterior, después fueron creados Adán y Eva, pero el rencoroso Satán (Lucifer) consiguió que cayeran en pecado, y así fracasó moralmente la segunda raza humana que surgió de ellos dos, contaminada irremediablemente por el pecado, hasta que vino Cristo y dio la posibilidad de acabar con esa mácula original (mediante el bautismo) y conseguir la vida eterna. 

Por último, esta fantasiosa teoría (generalmente rechazada entre protestantes y católicos) admite la posibilidad de que, a los dos tipos de demonios mencionados, se sumó después, con la caída de los Vigilantes (ángeles que fornicaron con mujeres de la Humanidad descendiente de Adán y Eva) que menciona el apócrifo Libro de Enoc, un nuevo tipo de demonio, producido porque las almas de los gigantes (engendrados en la unión de los Vigilantes con “las hijas de los hombres”), una vez que éstos morían, se transformaban en demonios… Por ende, esta teoría abre la posibilidad de concebir que un demonio puede ser una de estas tres cosas (coexistiendo las tres o dos en la realidad, según se tome la teoría en forma abierta o cerrada): a) un ángel caído, b) un alma de humano pre-adámico que se transformó en espíritu con rasgos demoníacos, c) un alma (transformada) de cualquiera de los gigantes que fueron engendrados por la fornicación de los Vigilantes con las mujeres de linaje adámico. 

Espíritus transformados y no sólo ángeles caídos 

Esta teoría es sorprendente no tanto por lo que plantea sino por el contexto en que apareció (no sabemos si por primera vez) y por su supuesto enunciador. Concretamente, dentro de las prácticas católicas del exorcismo, se sabe que a veces los demonios hablan por boca de los condenados, pero éstos son mentirosos y no hay que fíarse de sus palabras; sin embargo, en el exorcismo que Antonio Fortea (sacerdote español) hizo a la joven “Marta” (pseudónimo) entre el 2002 y el 2012, el Arcángel Miguel (siempre llamado en los exorcismos) habló algunas veces por boca de la posesa, siendo su voz claramente distinta a la que pudiera emitir cualquiera de los demonios que atormentaron a Marta y hablaron a través de ella. En una de esas ocasiones, el santo arcángel enunció una teoría según la cual, además de ángeles caídos, los demonios pueden tener su origen en personas malvadas (del linaje de Adán, y no como en la teoría anterior que eran pre-adámicos) que se identificaron con Satanás y/o sus proyectos y que, tras morir, fueron transformadas en demonios. Estas fueron las palabras del Arcángel Miguel: ‹‹Dios tiene compasión de todos. Con que en un momento de sus vidas piensen en Dios, ya tienen posibilidad de salvarse. El demonio quiere corromperlos, hundirlos completamente y cuando ya sean suyos que no puedan salir, entonces los mata, el demonio los mata, acaba con ellos, para que sean completamente suyos. Pero Dios les da muchas oportunidades para que se salven, muchas oportunidades, un leve resquicio donde entre un poco de luz y se puedan salvar. Por eso viven tiempo. Cuando ya después de muchas, pero que muchas oportunidades, han decidido completamente con voluntad ser de Satán, entonces se mueren y se convierten en demonios.›› 

Visión del Espiritismo 

En el Espiritismo se cree en la reencarnación, pero esta es de naturaleza evolutiva, de forma que el hombre no se reencarnará en animales, pero los animales sí pueden, tras inmensos períodos de tiempo, convertirse en almas humanas. Naturalmente hay pequeños saltos involutivos (almas humanas que se degradan de una vida a otra), pero el Espiritismo afirma que, en última instancia, las almas siempre progresan de un orden a otro; por lo cual, en este marco, los ángeles son espíritus sumamente evolucionados que anteriormente fueron humanos, y a su vez nosotros, que ahora somos humanos, llegaremos a ser ángeles algún día… Pero entonces: ¿dónde quedan los demonios?, ¿fueron acaso ángeles que se corrompieron y perdieron de golpe toda la evolución ganada aunque no el poder conseguido en esa evolución? Definitivamente no. 

Concretando, Allan Kardec dice que los demonios en realidad no existen como tales: no hay ángeles caídos, simplemente hay espíritus malvados o muy involucionados, que molestan a la gente, roban energía a los vivos, y en algunos casos (espíritus de magos negros, por ejemplo) tienen suficiente poder como para producir alarmantes fenómenos paranormales. Por ello, en su obra El Cielo y El Infierno, Allan Kardec dice lo siguiente sobre los espíritus: ‹‹Llegados al apogeo, son espíritus puros o ángeles (…). Resulta de esto que existen espíritus de todos los grados de adelanto moral e intelectual, según estén en lo alto, en lo bajo o en medio de la escala (…).En los puestos inferiores, los hay que están aún profundamente inclinados al mal, y que se complacen en él. Se pueden llamar “demonios” si se quiere, porque son capaces de todas las maldades atribuidas a estos últimos. Si el Espiritismo no les conoce por este nombre, es porque indica la idea de seres distintos de la Humanidad, de una naturaleza esencialmente mala, dedicados al mal eternamente o incapaces de progresar en el bien. Según la doctrina de la iglesia, los demonios han sido creados buenos y han venido a ser malos por su desobediencia. Son ángeles caídos, fueron colocados por Dios en lo alto de la escala, y han descendido. Según el Espiritismo, son espíritus imperfectos, pero que se mejorarán. Están todavía en el primer peldaño, pero ascenderán.›› 

Teosofía de Annie Besant 

La teoría de Annie Besant es brillante, aunque especulativa como toda teoría que explica algo del más allá sin negarlo. El mérito de su propuesta reside en que, a la vez que logra evitar la afirmación de seres míticos y religiosos en una forma inverosímil propia del pueril pensamiento mágico o del cerrado dogmatismo de los credos, permite explicar ciertos fenómenos paranormales adjudicados a esos seres, y además explica la variabilidad con que éstos son concebidos y percibidos, según se trate de un marco de creencias o de otro. 

Annie plantea que, a través de sus acciones, pensamientos-palabras y emociones-sentimientos, el hombre crea “formas” en tres planos sutiles (tres dimensiones no-físicas): el espiritual, constituido por la sustancia “akásica”; el mental inferior, constituido por la sustancia mental; y el astral, constituido por la sustancia astral. En el plano espiritual, todas las vibraciones que emitimos (físicas, emocionales y mentales) se transforman en “imágenes fijas”, que se acumulan y, por su carácter estático y estable, constituyen el registro kármico o registro del karma que pasa de una vida a otra. En el plano mental inferior, es donde primeramente aparecen todos nuestros pensamientos, cuyas vibraciones repercuten en el plano espiritual, causando que se genere un registro de los mismos y de las vibraciones mentales, emocionales y físicas asociadas. Entretanto, al plano astral también van a parar las imágenes mentales (nuestros pensamientos, sean verbales, visuales o de otro tipo) que primeramente van al plano mental inferior: entonces, es allí cuando la imagen mental deviene en una “forma de pensamiento animada” que “actúa en el mundo astral produciendo diversos efectos relacionados con la imagen mental y con el ego”; siendo que, cada uno de esos efectos, “puede compararse a un hilo de tela de araña, y el conjunto de los efectos a la tela tejida por la forma de pensamiento”. 

Si entonces nos preguntamos qué son los demonios en esta teoría, la respuesta queda muy clara cuando, en sentido general, Annie afirma que: ‹‹Todo desarrollado pensamiento del hombre pasa al mundo interno, y asociado, o mejor diríamos entrefundido con una medio inteligente fuerza de los reinos elementales —los elementales son, en general, “principios incorporeos” con un grado de dinamismo que varía según su naturaleza particular—, se convierte en una entidad activa que, como engendrada por la mente, sobrevive durante un período proporcional a la intensidad del impulso que la generó.››. Bien puede percibirse que la clave está en que esa “entidad activa” sobrevive por un lapso de tiempo “proporcional a la intensidad del impulso que la generó”. Podríamos ya decir qué son los demonios para Annie Besant, pero pondremos una última cita de la autora para que todo quede todavía más claro. La cita es ésta: ‹‹Conviene advertir que las creencias supersticiosas transmutadas en imágenes mentales durante la vida terrena, ocasionan acerbos sufrimientos al ego en los primeros estadios de la vida astral, pues le representan horrorosos tormentos que en rigor carecen en absoluto de realidad. Al retornar el ego al mundo físico, dice Leadbeater (…), “los Señores del Karma, que llevan cuenta de las buenas y malas acciones de cada personalidad, construyen de conformidad con el karma la plantilla del doble etéreo que ha de servir de molde al cuerpo físico del ego en la próxima encarnación”.›› 

Previamente a definir qué son los demonios para Annie Besant, cabe advertir que, según ella: 1) toda “forma de pensamiento animada” es una “entidad activa” en el plano astral, 2) toda “forma de pensamiento animada” induce un patrón de actividad en cualquier sujeto con el cual hace contacto, sea o no su creador, 3) hay formas de pensamiento animadas que inducen al asesinato, al robo, a la lujuria, a la violencia, a la amargura, etcétera, 4) toda forma de pensamiento animada buscarán subsistir, por lo que, aunque en general sobreviva por un periodo de tiempo proporcional a la intensidad del impulso que la generó, podría ser que se adhiera a un sujeto o a un entorno o a lo que sea que pueda servirle como fuente que genere, directa o indirectamente, energías cuya naturaleza concuerde con la suya, que es idéntica a la del impulso que la generó, 5) una forma de pensamiento animada puede ser una creación individual o colectiva (de un grupo), 6) los seres de las creencias religiosas son formas de pensamiento animadas de creación colectiva, que están siendo constantemente alimentadas a través de la creencia, 7) los demonios son seres propios de las creencias religiosas y/o mitológicas… 

Sí, en base a lo anterior podemos por fin entender que, de las teorías de Annie Besant, se puede deducir que un demonio, al menos si hablamos de un demonio concreto como Baphometh o Satán, es definible como: Una forma (compleja) de pensamiento animada de origen colectivo, que se expresa en el plano astral como una entidad dinámica que puede tener gran poder, subsiste por la energía que le llega a través de quienes creen en ella, causa efectos perjudiciales en las personas, puede llegar a producir fenómenos paranormales en el mundo físico, y se corresponde, en el ámbito de las creencias, con el entramado de ideas e imágenes asociadas a un demonio particular. 

Personificaciones del mal desde la perspectiva cristiana 

Resulta muy interesante que en el siglo XX, dentro del Cristianismo y mayoritariamente en el ámbito católico, aparecieron diversos representantes de una corriente teológica que, sin pretender renegar de la fe cristiana, pusieron en tela de juicio la existencia real del Diablo y los demonios. Veamos algunos casos: 

Piet Schoonenberg: En 1965 este teologo teólogo holandés hizo conocer una teología del pecado sin Satanás, en la cual afirma que, en el hombre, el mal emerge desde su interior, siendo únicamente allí donde puede producirse, pues nunca puede ser causado o suscitado externamente por ningún ser espiritual demoníaco. Hay detrás de esto una concepción radical de la libertad humana, como una libertad que se traduce en autodeterminación, cerrándose a la intervención externa, que puede meramente aumentar la probabilidad de tomar tal o cual resolución, pues no existe (salvo Dios, que no lo hará) poder externo capaz de cancelar la autonomía moral y, con ella, la responsabilidad del sujeto… Y sin embargo muchas veces el individuo se siente incapaz (aunque esto es irreal) de abandonar el pecado, pues éste, por estar vinculado a aspectos de nosotros mismos, se nos presenta como algo dotado de un poder que amenaza nuestra libertad para tomar aquellas decisiones que nos mantienen en Dios o nos acercan a Él: así, en el contexto de la percepción sobredimensionada del poder destructor del pecado, los pecados aparecen como poderes personificados a través de los demonios (Mamón, la avaricia; Asmodeo, la lujuria; Lucifer, la soberbia; etc), y el poder de estos para oprimir o poseer a las personas, no es sino una víbida representación de nuestra esclavitud con respecto al pecado, aunque erróneamente consideremos que los demonios existen de verdad. 

Herbert Haag: Este teólogo católico dice que Satanás es la personificación del mal y los demonios son, o bien personificaciones secundarias del mal en general, o bien, si se trata de un demonio asociado a un pecado puntual, personificaciones de una manifestación puntual del mal. En su propuesta, Haag llega al extremo de afirmar que, en el Nuevo Testamento, es posible poner “el pecado” o “el mal” en todos los pasajes donde aparece “Satanás”, “Diablo” o algún equivalente. Sin embargo, Haag aclara que eso no se dio porque, al personificar al mal, se lo representa de forma más incisiva e intuitiva. Entonces: ¿acaso Jesús mintió?… La pregunta es un poco fuerte, pero es pertinente porque hay pasajes de Los Evangelios en que evidentemente Jesús se refiere al Diablo o a Satán como un ser real, de forma tan clara que no da lugar a pensar que pudiera no creer en él y en los demonios que le siguen: por ejemplo, esto se ve en los 40 días de ayuno (cuando Satanás viene a tentarlo), cuando expulsa a varios demonios y éstos van a meterse en un grupo de cerdos, o cuando cuenta que vio a Satanás “caer como un rayo”. Ante eso, Haag nos recuerda que Jesús, si vien era la encarnación del Cristo (El Verbo, el Hijo de Dios, la Segunda Persona de la Trinidad…), era un humano de carne y hueso: en otras palabras, El Hijo se encarna asumiendo limitaciones físicas y mentales propias de la condición humana, pese a ser moral y espiritualmente perfecto, además de contar con el don de hacer milagros. Se entiende así que, la mente perfecta del Hijo de Dios, tenía su poder expresivo y comprensivo limitado por el imperfecto cerebro humano, a causa de lo cual Jesucristo podía ser condicionado por su cultura en la medida en que esto no implicara un menoscabo a su sabiduría o a su santidad. Dice entonces Haag: ‹‹Después de todo lo que hemos visto, ya deberíamos haber comprendido claramente que todo lo que se afirma sobre Satanás en el Nuevo Testamento no pertenece al mensaje relativo a la revelación, sino sólo a esa imagen del mundo característica de los escritores bíblicos, es decir, de la mentalidad de su época. Todas esas expresiones reflejan simplemente los conceptos que dominaban corrientemente en los escritos judaicos contemporáneos y determinaban el pensamiento religioso de su época (…). Si aceptamos las típicas categorías mentales judaicas de la época de Cristo, el Diablo en el Nuevo Testamento es presentado como el exponente del mal. Jesús y sus apóstoles vivían en este tipo de mundo cultural y se expresaban correspondientemente.››. 

Karl Barth: Barth piensa que los demonios no tienen realidad en sí mismos, que representan, en el lenguaje del mito, la rebeldía del hombre frente a Dios. Esta rebeldía se expresa en los pecados como poderes espiritualmente destructivos que esclavizan al hombre, y que se personifican en los demonios; o bien, si es que hablamos del pecado en sentido general, esta rebeldía se personifica en Satanás. Ahora, y para entender mejor qué dice Barth cuando habla de los demonios como representaciones del mal en el lenguaje del mito, éste define al mito como algo que ‹‹objetiva el más-allá en el más-acá››, volviendo más accesible lo sobrenatural al introducirlo y representarlo en el mundo sensible según la comprensión que el hombre tiene de su existencia dividida o, por decirlo de otra manera, llena de dualidades generadoras de tensión, como bien/mal, vida/muerte, cuerpo/alma, etcétera. Todo esto lleva a Barth a decir que los demonios son personificaciones de las fuerzas de ‹‹lo nulo››, aunque no por ello debemos bajar la guardia, porque existen como una realidad, como un poder extraño a la Creación y dirigido contra la voluntad del Creador, en el sentido de que, si bien son simbólicos y míticos, han jugado siempre un rol activo en la historia de las interacciones entre Dios y la Humanidad, ya que, a decir del propio Barth sobre ‹‹lo nulo›› o ‹‹la nada››: ‹‹¡La nada es la mentira! Como tal, existe; y posee cualquier cosa como una especie de sustancia y persona, vitalidad y espontaneidad, fuerza, poder y tendencia. Como mentira, funda y organiza su reino, y los demonios son sus representantes››, 

Paul Tillich: Este teólogo emplea categorías ontológicas sobre la caída de los ángeles entendida como mito, interpretando a los demonios como “poderes destructivos del ser”. Explica así el asunto: ‹‹Lo que hay de verdad en la doctrina de los poderes angélicos y demoníacos es la existencia de estructuras supraindividuales de bondad y estructuras supraindividuales de maldad. Ángeles y demonios no son sino los nombres mitológicos con los que el hombre designa los poderes constructivos y destructivos del ser, poderes que andan ambiguamente entretejidos y en mutua lucha en el seno de una misma persona, de un mismo grupo social y de una misma situación histórica. No son seres sino poderes del ser que dependen de la estructura total de la existencia y se hallan implícitos en la ambiguedad de la vida››. 

Paul Ricoeur: Este filósofo y teólogo calvinista de Francia, intentó descifrar la función simbólica de Satanás, al cual no consideraba como ser real, aunque sin embargo veía como necesaria (en la práctica) a la errada interpretación convencional que se le da. Entrando en materia, Ricoeur creía que, la función simbólica del mito del pecado original, revelaba el aspecto trágico del mal, ya que descubría la situación de cada individuo, en tanto que presentaba al mal como algo que no era creado por el hombre, que ya existía antes y éste simplemente encuentra, implicándose y manchándose de culpa, aunque en última instancia librándose parcialmente de su responsabilidad moral, dado que el mal aparece como originado en un agente demoníaco de carácter pre-humano. Dice así Ricoeur: ‹‹Situado de nuevo en la perspectiva de la confesión de los pecados y del simbolismo que ilumina, el tema del Maligno no es nunca más que una figura-límite que designa ese mal que prosigo cuando a mi vez lo continúo y lo introduzco en el mundo; el siempre ya-ahí del mal es el otro aspecto de ese mal del que, no obstante, yo soy responsable››. Por palabras como esas, el teólogo Balthasar dijo que, para Ricoeur, el Diablo era una expresión simbólica necesaria para la experiencia de la culpa, del mal radical como algo que todavía encontramos enraizado en nuestra propia naturaleza humana. Lógicamente, de esa concepción del Diablo, se deduce que los demonios, según Paul Ricoeur, son expresiones simbólicas que participan en la representación mítica y trágica del mal como una realidad que, a la vez que está enraizada en nosotros, la encontramos ya dada, como que ya está ahí, e intentamos lidiar con la culpa que eso nos produce al adjudicar su origen al Diablo, y al ver en los demonios a seres que nos precedieron en el pecado, que lo detentan con mucha mayor intensidad que nosotros, y que nos inducen a tropezar… 

Símbolo de la idea-percepción de separación con respecto a Dios 

Helen Cohn Schucman fue catedrática de Psicología Médica en la Universidad de Columbia en Nueva York, desde 1958 hasta su jubilación en 1976. Se hizo famosa porque, con la ayuda de William Thetford, redactó el libro Un Curso de Milagros, que salió a la venta en 1975 y tenía un contenido supuestamente dictado por Jesús, no exteriormente sino como una voz interior que se comunicaba con Helen. Hasta aquí, cualquiera podría apresurarse a decir que todo era un fraude con fines comerciales, pero lo sorprendente es que Helen mostró la actitud propia de los comunicadores espirituales que realmente creen en su mensaje y no buscan fama, ya que prohibió dar a conocer su condición de receptora de los mensajes de Jesús, al menos hasta que muriese, y eso se cumplió, pues solo después de 1981 (año en que falleció) la gente supo que fue ella la que recibió las revelaciones. Esto no es garantía de que efectivamente Jesús haya dictado telepáticamente el libro a Helen, pero sí nos induce a pensar que así lo creía ella, y que su propósito no era la fama o el dinero, cosa que, para quien es creyente de mente abierta, podría interpretarse como un signo de que las supuestas revelaciones podrían ser verdaderas. 

Dentro de las diversas cosas que supuestamente Jesús le dictó a Helen, estuvo una particular interpretación del Diablo, de la cual se desprende una interpretación determinada de los demonios. En síntesis, el Diablo aparece como una personificación de la percepción ilusoria de estar separados de Dios, siendo esta una percepción que tiene su origen en el autoconcepto que nos hacemos de nosotros, pues pensamos que somos lo que creemos ser, y eso que creemos ser es siempre algo que, en mayor o menor medida, percibimos como manchado por rasgos que nos oponen al propósito que Dios nos asignó. 

De este modo nos erigimos (inconscientemente y en cierto sentido) en nuestros propios creadores (negando la paternidad de Dios), según la culpa inducida por la conciencia del pecado, del cual es incitador el Demonio en el mito del pecado original, y es pues, a causa de esa condición de “incitador al pecado”, que deviene en causante de aquello que nos hace creernos separados de Dios; pero, dado que esa separación es ilusoria, el Demonio es finalmente una personificación de la ilusión que tenemos de estar separados de Dios, y también una personificación de las fuerzas que nos incitan a caer en esa ilusión a través de la culpa, fuerzas que son los diversos pecados, simbolizados en los demonios, que aparecen aquí como representantes de las fuerzas que luchan contra Dios por poseernos, en tanto que apuntan a entregarnos a la mentira de creernos separados de Dios, a quien negamos como nuestro padre en tanto que nos volvemos hijos del pecado al concebirnos según nuestra entrega al mismo, que no expresa sino lo que hacemos, pues lo que somos es, en esencia, algo divino que está unido al Creador, al Padre Celestial. 

Todo esto podría parecer un tanto redundante, pero no lo es si vemos las palabras que Helen dijo recibir por dictado de Jesús, y que exponemos aquí para complementar la explicación; citamos: ‹‹El “Diablo” es un concepto aterrador porque parece ser sumamente poderoso y sumamente dinámico. Se le percibe como una fuerza que lucha contra Dios por la posesión de Sus creaciones. El Diablo engaña con mentiras, y erige reinos en los que todo está en directa oposición a Dios (…). Esto no tiene ningún sentido. Hemos hablado ya de la caída o separación, mas su significado tiene que comprenderse claramente. La separación es un sistema de pensamiento que, si bien es bastante real en el tiempo, en la eternidad no lo es en absoluto. Para el creyente todas sus creencias son ciertas. En el jardín simbólico se “prohibió” la fruta de un solo árbol; mas Dios no pudo haberla prohibido, o, de lo contrario, nadie la habría podido comer. Si Dios conoce a Sus Hijos, y yo te aseguro que los conoce, ¿cómo iba a ponerles en una situación en la que su propia destrucción fuese posible? Comer de la fruta del Árbol del Conocimiento es una expresión que simboliza la usurpación de la capacidad de auto-crearse. Solamente en este sentido no son Dios y sus creaciones co-creadores. La creencia de que lo son está implícita en el “auto-concepto”, o sea, la tendencia del ser a forjar una imagen de sí mismo. Las imágenes sólo se pueden percibir, no conocer. El conocimiento no puede engañar, pero la percepción sí. Puedes percibirte como tu propio creador, pero lo que a lo sumo puedes hacer es creerlo. No puedes hacer que sea verdad. La mente puede hacer que la creencia en la separación sea muy real y aterradora, y esta creencia es lo que es el “Diablo”. Es una idea poderosa, dinámica y destructiva, que está en clara oposición a Dios debido a que literalmente niega Su Paternidad.›› 

Carl Gustav Jung afirmó que existía un inconsciente colectivo además de un inconsciente personal. En efecto, observando que a lo largo de los siglos había imágenes mitológicas que se repetían con ligeras variaciones en distintas culturas, Jung planteó que aquel fenómeno respondía a la presencia de arquetipos en el inconsciente colectivo, entendiéndose dichos arquetipos como complejos psíquicos que expresan tendencias innatas, maneras de responder a la realidad y de organizar la vida psíquica interna, y que producen, en su existencia como elementos dinámicos en la vida simbólica de las sociedades, diversos patrones de formación de símbolos; los cuales, al tener su causa en una realidad psíquica y por tanto transhistórica (independiente de las condiciones históricas), se repiten en diversas épocas y culturas, tendiendo a originar mitos e imágenes simbólicas con marcadas similitudes. En este marco, los demonios y sobre todo el Demonio (Ahrimán entre los persas, Satanás entre los cristianos, Mara entre los budistas, etcétera), aparecen como imágenes arquetípicas que expresan, simbolizan y canalizan la dimensión oscura de la psique colectiva, ya que son manifestaciones del arquetipo de la Sombra, que en el plano de la vida social remite a nuestros miedos más primitivos (miedo arcaico a la oscuridad, por ejemplo) y a todo lo que, por ser percibido como amenazante para la armonía y el orden inherentes al carácter civilizado que las sociedades buscan preservar y fomentar a fin de subsistir, es tachado de malo, de incorrecto, de tabú: cosas que remiten a nuestro lado instintivo y salvaje, y que entre sus ejemplos se cuentan el canivalismo, el robo, el asesinato, el incesto, el parricidio, la sexualidad desenfrenada, la violencia extrema, etcétera… 

De este modo, tenemos que, la historia del Mal, es la propia historia del hombre en la Tierra. El Mal aparece así, en el lenguaje de los mitos, como anterior al hombre, aunque introducido en el mundo por su propia libertad. De allí que la Demonología sea también una Antropología en el sentido de que, desde los albores de la civilización, han aparecido divinidades oscuras y seres maléficos, a manera de proyecciones, en el plano mítico, de la naturaleza humana en lo que ella posee de sombrío, de negativo, de amenazante y destructor. 

El gran problema de todo esto, es que la Sombra no solo existe a nivel colectivo sino individual, personal, y representa todo aquello que consideramos negativo en nosotros, todo aquello que rechazamos, y que usualmente negamos o reprimimos. Lógicamente, la Sombra Individual está en gran medida determinada por la Sombra Colectiva de la sociedad en que vivimos, pues nuestro entorno cultural nos infunde valores y códigos morales, ideas sobre lo que es bueno y lo que es malo. Claro está que, el grado de semejanza entre la Sombra Individual y la Sombra Colectiva, varía dependiendo del individuo, pues allí intervienen variables como la inteligencia, la personalidad, el caudal de conocimientos, etcétera. Metiendo a los demonios y al Diablo en el asunto, estos aparecen como imágenes arquetípicas de la Sombra Colectiva, y el individuo, en la medida en que los perciba como seres reales, podrá usarlos como chivos expiatorios para escapar de la aceptación de su Sombra Individual, ejemplo que se ve muy bien en esos evangelistas actuales (un fenómeno de América, básicamente) que andan viendo al Diablo y a los demonios detrás de casi todo pecado que cometen ellos y los demás. 

El inconveniente con todo esto es que el arquetipo de La Sombra, por mediación de una imagen arquetípica que le corresponda, puede terminar poseyendo al sujeto; y éste, que incialmente lo usó como chivo expiatorio, como elemento para inconscientemente exorcizar una parte de sí mismo, puede terminar sucumbiendo ante aquello que rechaza y reprime, lo cual encuentra su más perfecto ejemplo en el fenómeno de la posesión demoníaca entendido desde una óptica escéptica de vertiende psicoanálitica-jungiana. Advierte por eso el mismo Carl Gustav Jung: ‹‹Sabemos que un arquetipo puede irrumpir con fuerza demoledora en una vida humana individual y en la vida de una nación (…). En la misma medida que la influencia del inconsciente colectivo aumenta, la mente consciente pierde su poder de liderazgo. Imperceptiblemente se convierte en el dirigido, mientras que un proceso inconsciente e impersonal va tomando el control. Así, sin notarlo, la personalidad consciente es zarandeada como una figura en un tablero de ajedrez por un jugador invisible. Este es el jugador que decide el juego del destino, no la mente consciente y sus planes (…) Las potencialidades del arquetipo, para el bien y el mal por igual, trascienden nuestras capacidades humanas muchas veces (…), la identificación con una figura arquetípica presta fuerza casi sobrehumana al hombre común y corriente.››. 

Finalmente, lo expuesto nos muestra la irónica situación de que el propio hombre, en su afán por negar y expulsar una parte de sí mismo, construye maléficas quimeras que sostiene con tanta fe que, en el plano de su vida interior y a veces a nivel de sus acciones, acaban teniendo casi tanto poder como si fuesen reales. Reflexionando sobre esta desconcertante verdad, el Dr. Vicente Rubino, Presidente Honorario de la Asociación Junguiana Argentina, escribió en el Despertar de la Sombra las siguientes palabras: ‹‹Luego de siglos y siglos, el hombre ve emerger ante sí la horrorosa figura del Maligno, que él mismo ha proyectado en su evolución, y cuya génesis humana, por ser inconsciente, permanece desconocida: en el Maligno vuelve a encontrar todo lo que no quisiera ser. El hombre ha convertido en una realidad objetiva lo que ha sido, originariamente, una proyección de su propia Sombra arquetípica (…). El espíritu del Mal, esencializado y personificado, se convierte en una entidad metafísica anterior a las luchas internas del hombre, que es realmente quien la ha creado.›› 

sábado, 9 de septiembre de 2017

Exorcismo: ¿Una Vía a La Salvación o Rito Místico Medieval?

Desde la Edad Media el desarrollo ha sido continuo, pero es en el siglo XX y XXI cuando el progreso científico-tecnológico ha sido tan rápido que cambió radicalmente la vida humana. A pesar del avance de la medicina, que ha dado últimamente un 'salto' más grande que en el resto de la historia, aún muchos buscan métodos alternativos para curarse. Uno de los más polémicos es el exorcismo. RT ha investigado el fenómeno para entender por qué miles aún acuden a él cuando la medicina resulta ineficaz. 

Los actos de exorcismo no representan una práctica común en la Iglesia Ortodoxa Rusa. Se cree que solo se puede liberar a una persona de los demonios si quien oficia el rito se ha deshecho por completo de las pasiones humanas. Sin embargo, en Rusia hay cerca de dos docenas de sacerdotes que practican el exorcismo. La mayoría de ellos no lo hacen abiertamente: los necesitados acuden a ellos a través de amigos y conocidos. No obstante, el archimandrita Guerman Chesnokov realiza actos de exorcismo en masa y hasta tiene horario para sus ceremonias. Todos los que creen estar poseídos por demonios y otros necesitados pueden acudir a la catedral de San Pedro y San Pablo del monasterio de la Trinidad y San Sergio que se localiza la ciudad rusa de Sérguiev Posad, informa la revista 'Snob'. 
¿Quién acude a estos sacerdotes? 

El padre Guerman es una leyenda en Sérguiev Posad: desde la época soviética acuden a él los necesitados de varias ciudades rusas y hasta de otros países. 

"De todas partes de Rusia vienen hacia nosotros con el objetivo de curarse las personas enfermas, poseídas por espíritus malignos y demonios. Se trata de un tipo especial de enfermedades: en la medicina se definen como 'enfermedades mentales', y en las prácticas multiseculares de la Iglesia Ortodoxa Rusa se tachan como 'maldición' y 'posesión demoníaca'. La posesión demoníaca significa un mayor daño mental: en estos casos se dice que el diablo entró en el corazón del hombre", explica el padre Guerman. 

A Lev, un niño de seis años, le ha traído a la ceremonia del padre Guerman su madre. El niño no sabe hablar, solo berrea y ladra. Además, casi no duerme, no siente ningún dolor y no se calma en ningún momento: cae y comienza a rodar por el suelo, se lanza a la valla y empieza a subir. "No sé qué hacer con él", lamenta su madre. "El psiquiatra dice que Lev es absolutamente sano, pero basta solo con mirarlo… No puedo trabajar, tengo que estar todo el tiempo con él. Parece que no entiende y no siente nada. Puede hacerme daño y ni siquiera darse cuenta. Mi suegra me aconsejó traerlo aquí, es que ya no tengo otra esperanza. Hemos llegado de la ciudad de Yaroslavl", cuenta la mujer. 

Además de los niños que, según los sacerdotes, sufren por los pecados de sus padres, los familiares llevan a la ceremonia de exorcismo del padre Guerman a sus parientes adultos que, según ellos, están poseídos porque oyen o ven a los malos espíritus o actúan de una manera agresiva. Otras personas vienen por su cuenta, debido a que se encuentran en una situación difícil, con la esperanza de encontrar el camino correcto. 

Para ayudar a estos enfermos a curarse el padre Guerman durante la ceremonia recita las antiguas oraciones que fueron redactadas por los santos padres del siglo IV especialmente para las personas enfermas. "El poder divino de estas oraciones es tan grande que si alguien quería hechizarle, le hizo una brujería o le maldijo, esas oraciones destruyen todas las maquinaciones demoníacas. Las oraciones atraen hacia ustedes la gracia de Dios", asegura el padre Guerman. 

Además de rezar, el sacerdote unge a los enfermos con aceite santo, les rocía con el agua bendita de la Epifanía y les hace la señal de la cruz. Con ello, durante este acto "los demonios a veces se manifiestan hablando con voces inhumanas, croan y gruñen, gritan, luchan, lloran, agitan a los poseídos, obligándoles a hacer movimientos extraños. A veces traen a los enfermos encadenados de otras ciudades", cuenta el padre Guerman. 

El comportamiento extraño de los poseídos ha sido captado algunas veces por las cámaras. En YouTube han sido publicados varios videos de esta índole. En estos fragmentos de documentales se ve a mujeres supuestamente poseídas por demonios. 

El padre Guerman ayuda no solo a los poseídos que personalmente asisten a la ceremonia: en el sitio web especializado se puede encontrar la grabación del acta de exorcismo del padre Guerman hecha, según sus autores, bajo la bendición personal del fallecido Patriarca de Moscú y toda Rusia, Alejo II. 

De acuerdo con el miembro de la Comisión de Fenómenos Anómalos de la Sociedad Geográfica de Rusia, Pável Gershunenko, el video tiene efectos beneficiosos sobre las personas poseídas que lo están mirando. Gershunenko cree que al ver la grabación se crea el efecto de coparticipación a lo que sucede en la pantalla, por lo cual el video funciona. Los sacerdotes este efecto lo perciben como otra prueba del poder de Dios. "Para Dios nada es imposible, no hay distancias ni fronteras", señala el arcipreste Alexéi Morozov. "La ciencia lo ha confirmado una vez más," concluye. 

Evidencias de los feligreses 

"A finales de los años 1990 fui a la ceremonia de exorcismo del padre Guerman cuatro veces", cuenta Nicolái Cogan, uno de los antiguos feligreses. "Vi durante la ceremonia varias cosas: muchas personas pensaban que los demonios salían de sus cuerpos y gritaban, y al acabar el acto se iban tranquilos. Algunas veces alguien empezaba a llorar y el padre Guerman se acercaba y le golpeaba ligeramente con la cruz en la frente", cuenta Nikolái. "La gente venía de todas partes de Rusia. Yo entonces era creyente y pasaba por un período muy difícil de mi vida, todo me salía mal. Y las ceremonias realmente me ayudaron. Yo salía del templo como si volara", sostiene el hombre. 

"La Iglesia Ortodoxa Rusa no tiene una evaluación oficial de las prácticas exorcistas de los sacerdotes ortodoxos". 

Vajtang Kipshidze, jefe del departamento de información analítica del departamento sinódico de información de la Iglesia Ortodoxa Rusa 

Exorcismo: ¿una vía a la salvación o rito místico medieval?

"Sin embargo, ahora cuando lo recuerdo empiezo a pensar de que si uno está de pie durante dos o tres horas entre la multitud y en un lugar mal ventilado, y luego sale a la calle, no es de extrañar que se sienta aliviado. Pero de hecho las cosas me empezaron a ir mejor después de esos actos de exorcismo", otra vez reconoce Nikolái. "Tal vez yo mismo me predispusiera para ello. Después aconsejé a unos conocidos llevar al templo a un alcohólico para curarlo, pero el hombre no dejó de beber", concluye. 

¿Cómo percibe la Iglesia Ortodoxa Rusa las prácticas de exorcismo? 

"La Iglesia Ortodoxa Rusa no tiene una evaluación oficial de las prácticas exorcistas de los sacerdotes ortodoxos", dice Vajtang Kipshidze, jefe del departamento de información analítica del departamento sinódico de información de la Iglesia Ortodoxa Rusa. "No se trata de una cuestión de la constitución política del Estado o del aborto para presentar una postura concreta", explica. 

Mientras tanto, el padre Guerman lleva ya 30 años realizando sus actos masivos de exorcismo, según el vicario del monasterio de la Trinidad y San Sergio, padre Pável. "Fue bendecido para ello por el patriarca. —añade el sacerdote— Después de ello, al archimandrita acuden sin parar un sinfín de visitantes". 

El exorcismo en la Iglesia Católica 

A diferencia de la Iglesia Ortodoxa Rusa, el Vaticano oficialmente aprobó la práctica del exorcismo en julio del 2014. Además, la Iglesia Católica ha reconocido a la Asociación Internacional de Exorcistas, fundada en 1990 por el sacerdote italiano Gabriele Amorth. A pesar de que originalmente la organización era de tipo 'cerrado', actualmente ya cuenta con más de 250 miembros de 30 países que operan por todo el mundo. 
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El presidente de la asociación, Francesco Bamonte, aplaudió la decisión del Vaticano y la calificó de suma importancia. "El exorcismo es una forma de caridad, que beneficia a la gente que sufre, es sin duda un ejercicio de misericordia corporal y espiritual", aseguró el sacerdote italiano. 

Con ello, ya antes del reconocimiento oficial del Vaticano, el padre Francesco Bamonte, declaró que no había suficientes exorcistas para asistir a la elevada cifra de personas que están poseídas. "Los pocos exorcistas que tenemos en las diócesis a menudo no son capaces de manejar la enorme cantidad de solicitudes de ayuda", señaló Bamonte. Por esta razón las diócesis de Italia y España empezaron a aumentar el número de sacerdotes entrenados para realizar exorcismos con el objetivo de atender a las crecientes "demandas de ayuda" para liberar a la gente del diablo. 

Así, a principios del 2014 la diócesis de Milán designó a siete nuevos exorcistas y la Iglesia Católica en Cerdeña envió a tres sacerdotes a Roma para recibir formación especializada para hacer frente al creciente número de personas que participan en prácticas como magia negra, paganismo y ritos satánicos. Mientras tanto, el Arzobispado de Madrid (España) también estaba estudiando formar a sacerdotes exorcistas para combatir el "aumento sin precedentes" de los casos de "posesión demoníaca". 

SEPA MÁS: El arzobispado de Madrid quiere formar exorcistas para cubrir la gran demanda de poseídos  

Asimismo, aumentar el número de sacerdotes que pueden realizar exorcismos forma parte de los esfuerzos de la Iglesia por reducir y mantener bajo control el número de 'falsos exorcistas' que realizan estas prácticas de manera "no autorizada". 

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El papel del papa Francisco 

Cabe señalar que el Sumo Pontífice Francisco, quien se encargó de oficializar la práctica del exorcismo, ha insistido reiteradamente en la necesidad de combatir al diablo y los demonios. Asimismo, el papa expresó su apoyo a cerca de 300 representantes de la Asociación Internacional de Exorcistas de diversas partes del mundo que se reunieron en Roma entre el 20 y el 25 de octubre de 2014 para analizar la difusión y las consecuencias del ocultismo y el satanismo. 

El pontífice envió un mensaje a Francesco Bamonte pidiendo a los miembros de la AIE que "en el particular ministerio ejercitado" y "en comunión con los propios obispos", manifiesten "el amor y la acogida de la Iglesia hacia quienes sufren a causa de las acciones del maligno".    

Sin embargo, la postura del papa hacia el exorcismo, motivó que varios críticos le acusaran del resurgimiento de ritos místicos medievales. Algunos especialistas en religiones, sacerdotes y medios subrayan que el papa Francisco no solo presta más atención a satán en sus sermones en comparación con sus predecesores, sino que también busca el modo de restablecer la imagen del diablo como un ser sobrenatural que dirige las fuerzas del mal.  
Asimismo, resultó polémico el reportaje del canal televisivo TV 2000, propiedad de la Conferencia Episcopal italiana, que mostró un video grabado el 19 de mayo de 2013 donde el Sumo Pontífice pone sus dos manos sobre la cabeza de un hombre que está en una silla de ruedas. En pocos instantes el cuerpo del joven se agita durante unos segundos. 

Los periodistas se apresuraron a declarar que el papa Francisco había practicado un exorcismo. Además, el hombre, un mexicano de 43 años, en varias entrevistas posteriores al suceso afirmó que estaba poseído por cuatro demonios. No obstante, el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, aseguró que el papa Francisco simplemente rezó por la salud del joven discapacitado, como lo hace siempre que se encuentra con personas enfermas. 

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¿Qué piensan del exorcismo los médicos? 

"Antes de los siglos XVIII-XIX había muchas personas a las que llamaban 'poseídas'", cuenta el psiquiatra ruso Viacheslav Tarásov. "Pero después de este período comenzó a desarrollarse activamente la ciencia de la psiquiatría, y cuanto más se desarrollaba, tanto se reducía el número de 'poseídos'. Las personas que creían estar poseídas simplemente sufrían alucinaciones", explica el médico. 
"Por ejemplo, para la epilepsia enmascarada son muy comunes las visiones de carácter místico y religioso. Sobre todo si una persona se crió en una familia de creyentes y desde la infancia escuchó conversaciones correspondientes. Y si una persona sufre esquizofrenia puede 'escuchar', cómo le habla el diablo y lo empuja a realizar hechos terribles", asegura el psiquiatra. 

"Para la epilepsia enmascarada son muy comunes las visiones de carácter místico y religioso". 

Viacheslav Tarásov, psiquiatra ruso 

demonios"La enfermedad más común entre los 'poseídos' es la histeria. También puede ir acompañada de una sensación de comunicación con Dios o el diablo. Se trata de una enfermedad grave que requiere medicación. Quienes más la sufren son las niñas adolescentes y mujeres de edad avanzada. Tal vez justamente ellas vienen a las ceremonias del exorcismo y piensan que están poseídas por algo", sugiere Tarásov. Además, el médico destaca que los actos masivos de exorcismo pueden ser peligrosos hasta para una persona completamente sana. "Después de todo, si nos introducen en un grupo de personas que sufren alucinaciones, es muy probable que también empecemos a verlas", concluye el médico. 

¿Exorcismo, liberación hasta la muerte? 

No es un secreto que el rito del exorcismo a veces tiene un final trágico: la muerte de la persona supuestamente poseída. Uno de los casos más recientes ocurrió el pasado mes de abril en Dallas (EE.UU.), donde Araceli Meza, pastora hispana de la Iglesia Internacional Jesús es el Rey, dejó morir a niño de dos años "para liberarle del demonio", informa AP. 
Según la Policía local, la pastora con consentimiento de los padres del bebé no le dio al menor comida por, aproximadamente, 25 días, solo un poco de agua, lo que provocó la muerte del niño. Al día siguiente del fallecimiento del bebé, la pastora, quien se autodenomina profeta, intentó de resucitar al niño. Sin embargo, fracasó. La Policía está investigando el caso. 

En mayo pasado una mujer vecina de la localidad de Douar Beni Salah, en el norte de Marruecos y madre de ocho hijos, murió después de ser golpeada repetidamente con palos por un exorcista local. La mujer, que tenía 40 años, participó en una especie de ceremonial religioso creyendo que su enfermedad mental se debía a los malos espíritus. La familia de la fallecida también se mostró convencida de que ella estaba poseída por los demonios. 

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El caso más famoso de muerte tras un exorcismo es el de Anneliese Michel, en 1976. Esta muchacha alemana tras ser diagnosticada con epilepsia del lóbulo temporal, y posteriormente con esquizofrenia, fue sometida a tratamiento psiquiátrico y finalmente a un exorcismo, que fue realizado con su propio consentimiento y el de sus padres que estaban convencidos de que estaba poseída por el diablo. 

Fueron realizadas 67 ceremonias de exorcismo en 10 meses: se llevaban a cabo una o dos veces a la semana y duraban hasta cuatro horas. 42 ceremonias fueron captadas por una cámara y más tarde presentadas en el juzgado en el caso abierto por la muerte de Michel. Como demostró la autopsia, la muerte de Michel no fue causada directamente por el exorcismo. En algún momento decidió que su muerte era inminente y voluntariamente se negó a comer y beber. Según el juez del caso, su muerte podría haberse evitado al empezar el tratamiento adecuado incluso 10 días antes de que falleciera. 
Su historia ha sido inmortalizada en dos películas 'El exorcismo de Emily Rose' y 'Réquiem (El exorcismo de Micaela)'. Además, existen varios libros que analizan el estado de Michel. 

Exorcismo en América Latina 

Si antes de la aprobación por parte del Vaticano el exorcismo en América Latina con mucha frecuencia se llevaba a cabo por las personas que ni siquiera tenían una dignidad eclesiástica y hasta "heredaban su don de sus padres", actualmente de estos ritos religiosos se ocupan mayoritariamente los sacerdotes locales. Así , Flavio Calle Zapata, arzobispo de Ibagué (Colombia), el 9 de noviembre pasado llevó a cabo una serie de plegarias para pedir una bendición especial para el Departamento de Tolima, que cuenta con la tasa más alta de suicidios del país a causa de la violencia que castiga a la región. 

"Se trata de una oración especial, diríamos de exorcismo, para que se tome al Tolima como morada del bien y no del maligno", dijo el arzobispo. Zapata señaló que los sacerdotes practicaron lo que se conoce como 'el exorcismo del papa León XIII', una oración a San Miguel arcángel, "que anteriormente se hacía y que por dejarlo de hacer surge la invasión del mal en el región".  

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En mayo pasado un grupo de arzobispos católicos mexicanos realizó en San Luis Potosí el primer exorcismo, cuyo objetivo era "expulsar al maligno" de toda una nación y no de una persona en particular. Según el obispo de San Luis Potosí, Carlos Cabrero, el mal "entró a México" después de que se legalizara el aborto en México D.F., algo que él caracteriza como "una falta inmensa, porque legaliza los homicidios". 

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A su vez, el papa Francisco opinó que los recientes incidentes de violencia en México son parte de un castigo del diablo por el fervor religioso que el país ha mostrado a la Virgen de Guadalupe. "Usted va a encontrar a mexicanos católicos, no católicos, ateos, pero todos guadalupanos", ha expresado. "Yo creo que el diablo le pasó la boleta histórica a México, ¿no? Y por eso todas estas cosas", concluyó el Sumo Pontífice. 

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El diario 'La Razón' de Bolivia, en septiembre pasado, presenció una sesión de exorcismo en una capilla de Cochabamba oficiada por el padre Miguel Manzanera. El sacerdote, que tiene el permiso del Arzobispado de Cochabamba para exorcizar, aseguró que en 36 años había conjurado demonios en al menos 20 personas. 

En abril del 2014 el obispo Alejandro Goig de la Diócesis de Rancagua (ciudad chilena de 240.000 habitantes) por primera vez designó al primer exorcista estable: el padre Luis Escobar. Al sacerdote acuden las personas que sienten que son acosadas o dañadas de manera especial por el demonio, o implicadas en el mundo de las sectas y la brujería. 

Exorcismo en España 

El pasado mes de marzo un juzgado de la ciudad española de Burgos ordenó el arresto del exorcista oficial del Arzobispado de Valladolid, Jesús Hernández Sahagún, por haber practicado 13 ritos de exorcismo a una adolescente. En el momento de los hechos imputados (que datan del 2012) la joven –que, según un diagnóstico médico, padecía "sintomatología compatible con anorexia"– tenía 16 años. 

Invitar al presbítero exorcista fue decisión de sus padres, que estaban convencidos de que estaba poseída por el diablo. Según reveló la investigación judicial, durante los ritos la menor fue atada con un crucifijo colocado sobre su cabeza. 
Exorcismo en el resto del mundo 

El cura Tomas Wieczorek, de 37 años de edad, realizó una sesión de exorcismo masivo con niños en un campo religioso en la ciudad polaca de Gryfice. En presencia de unos 1.000 alumnos de escuelas locales que llegaron al campo, Wieczorek llamó a varios de ellos a una escena improvisada y empezó a pasar entre ellos, tocando sus frentes con la mano y repitiendo: "Espíritu Santo, ven. Espíritu Santo, ven". 

Algunos de los niños se pusieron histéricos, otros incluso perdieron la conciencia. Cuando sus compañeros intentaron acercarse para ayudarles, el cura se lo impidió, diciendo que "Dios está entrando a sus almas, expulsando al diablo". Los padres al enterarse del suceso lo denunciaron ante la Policía. 

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Thomas O'Brien, un médico de familia de Staffordshire, Reino Unido, persuadió a una mujer gravemente enferma y con tendencias suicidas para que dejara su tratamiento y se sometiera a un exorcismo, ya que estaba poseída por el diablo. El médico aseguró a la enferma que "Dios debe ser el cirujano" y le aconsejó que dejara de tomar antidepresivos y la medicación para la presión arterial. 

O'Brien y su esposa organizaron un encuentro entre la mujer y un sacerdote local, que se ofreció a exorcizarla, y la enferma se sometió al procedimiento. El caso quedó al descubierto cuando la mujer finalmente relató lo sucedido a su psiquiatra, quien lo denunció de inmediato ante el Consejo Médico General. 

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El mundo actual cada día goza de más descubrimientos innovadores en el campo de la medicina y la tecnología, no obstante todavía muchas personas con el fin de curar sus dolencias acuden a sacerdotes que practican el exorcismo.