Atención Por Favor.

Ante todo nos dirigimos y agradecemos a todos por la ayuda que nos dan con este blog ya sean seguidores, oyentes del programa de radio y por sobre todo a todos aquellos propietarios de webs, blogs, libros y todos los lugares donde han obtenidos la información y nos han acercado a nuestro mail para que podamos publicarlas en este humilde blog, para que todas las semanas desde hace ya 7 años podamos compartir en dos emisiones las tantas historias, enigmas y misterios del universo que se van pasando de generación en generación y así reflejar esas viejas leyendas, historias, enigmas y misterios que de niños oímos mas de una vez y que nos asustaban en algunos casos como también en otras nos enseñaban a valorar y respetar esas narraciones.

Desde ya les agradezco a todos y pido disculpas si no se agrega la fuente por que muchos correos no la poseen y para no cometer errores no se agrega pero en este pequeño equipo estamos muy agradecidos para con todos. Muchísimas Gracias a todos en general por su valiosa información y por su cordial atención.

Equipo Infinito.



martes, 11 de septiembre de 2018

La Misteriosa Arca de Gabriel de Arabia Saudita a la Antártida

Se dice que en el Kremlin, y elaborado por el Ministerio de Defensa (MoD) repentinamente la puesta en marcha de dos satélites de las Fuerzas Aeroespaciales (AF) estos dos satélites serian para la protección de un buque naval de investigación de la Federación, El Almirante Vladimisky.
 Este buque partió de Arabia Saudita vía puerto de Jeddah, en el buque fue embarcado un misterioso objeto descrito como el “Arca de Gabriel”, cuya importancia se considera tan vital que el presidente Putin ha ordenado más buques navales tipos cruceros de guerra con misiles teledirigidos Varyag, como el destructor de clase Sovremennyy Bystry, Boris Chilikin de la flota -class Boris Butoma, y al poderoso remolcador de salvamento Alatau para finalizar su misión en la India.

Según este presunto informe, la misión es una misión sin precedentes que se está llevando a cabo por el buque de investigación “Almirante Vladimisky” esta operación comenzaron el 6 de noviembre, cuando fue despachado por la Federación de Kronstadt siendo la primera expedición de la Federación en 30 años, fue descrito por el Ministerio de Defensa de tal importancia como “algo crítico-religioso militar”, su carga incluye cápsulas con suelo ruso (Granito lapidario) que se coloca en las áreas de los sitios de gloria y de entierro de militares y marineros rusos en puertos de escala.

Este informe explica, que tal misión inició tras el contacto de el 25 de septiembre de Su Santidad el Patriarca Kirill de Moscú por los representantes del Custodio de las Dos Mezquitas Sagradas de La Meca, Arabia Saudita, con respecto a una misteriosa antigua “arma / dispositivo” descubierta bajo la mezquita de al-Haram Masjid (Gran Mezquita) durante lo que se ha llamado un proyecto de construcción muy polémico iniciado en 2014.

El informe continúa, este misterioso “dispositivo / arma” fue descubierto el 12 de septiembre en un túnel por un grupo de 15 hombres que se encontraban cavando y que en su intento de eliminarlo murieron en el acto por un masiva “emisión de plasma” expulsada desde el suelo tan poderosa que derribó una grúa de construcción y matando por lo menos a otros 107 personas además de los 15 que cavaban.

12 de septiembre “de emisión de plasma” sobre la Gran Mezquita

Caída de la grúa.
Este informe señala, era que apenas dos semanas después de que el primer intento de eliminar este misterioso “dispositivo / arma” que se hizo el 12 de septiembre, otro intento fue hecho el 24 de septiembre y en el murieron más de 4000 personas debido a otra emisión masiva de plasma y puso a decenas de miles de personas en pánico pero las autoridades saudíes entonces atribuyeron a una estampida.

Consecuencias de 24 de septiembre “de emisión de plasma” sobre la Gran Mezquita

Después de que el número de muertos catastrófico involucrado con el segundo intento de eliminar esta misteriosa “arma / dispositivo”, dice este informe, su Santidad el Patriarca Kirill fue contactado por los emisarios de la Gran Mezquita en lo que respecta a uno de los manuscritos islámicos más antiguos que posee la Iglesia rusa Ortodoxa y que se salvó de los cruzados católicos en 1204 cuando saquearon la Iglesia de Santa Sofía (ahora conocido como Santa Sofía) en Constantinopla (hoy Estambul, Turquía) titulado “Instrucciones de Gabriel a Mahoma”.

En cuanto a los contenidos de este antiguo manuscrito islámico, “Instrucciones de Gabriel a Mahoma”, este informe señala brevemente, se centra en torno a un grupo de instrucciones dadas a Mahoma por el ángel Gabriel en una cueva llamada Hira, situado en la montaña llamada Jabal an- Nour, cerca de La Meca, en este se confió al cuidado de Muhammad una “caja/arca” de un “inmenso poder” y fue prohibido su uso, ya que pertenecía a Dios solamente y fue enterrado en un santuario en el “lugar de la adoración de los ángeles utilizados antes de la creación del hombre “hasta que fuera descubierto en los días de Yawm al-Qiyamah o Qiyamah, que significa literalmente “Día de la Resurrección”.

Aunque este informe del Ministerio de Defensa no menciona las conversaciones mantenidas entre Su Santidad el Patriarca Kirill y los emisarios de la Gran Mezquita en lo que respecta a esta misteriosa “arma / dispositivo”, sí reconoce sorprendentemente que cuando el presidente Putin fue informado sobre esta grave situación, el 27 de septiembre, no sólo ordenó de inmediato la misión a la Antártida por el buque de investigación Almirante Vladimisky, también 3 días después el 30 de septiembre, ordenó a las fuerzas aeroespaciales iniciar los bombardeos terroristas contra los objetivos del Estado islámico en Siria.

Esto es una de las razones del por qué Rusia está ayudando a Arabia Saudita a mover lo a la Antártida.

Los Wandjinas Extraños Seres De Australia

Los lugares más misteriosos del continente australiano, como otros lugares del mundo, guarda asombrosos secretos sobre un lejano pasado, cuando los seres serpientes venenosos fueron derrotados, o cuando ciertos espíritus o dioses “vinieron de las nubes”.

Y cómo no, hablan de gigantes que en el pasado poblaron este continente.

Los dioses dejaron las huellas de sus cuerpos en la superficie de las rocas, y por  está razon  se encontraron varias pinturas rupestres.

Los aborígenes creen que, los espíritus, de estos seres que contienen estas pinturas, tienen poderes y siguen controlando todo lo que sucede en la tierra, en el cielo y en el mar.

En 1838 se encontraron gran cantidad de pinturas rupestres de diversos tamaños en la región de Kimberley, al noroeste de Australia. Los aborígenes llamaban a las figuras antropomorfas “wandjinas“, y aseguraban que no habían sido realizadas por sus antepasados, sino por unos seres que descendieron a la Tierra en tiempos ancestrales.

Su símbolo era la Serpiente, al igual que el de otros Dioses del resto del mundo, como es el caso de Quetzalcóatl, la Serpiente emplumada.

La Luna Es Artificial?

De siempre hemos creído que la luna es un satélite que órbita la tierra, lógico lo tenemos encima de nuestras cabezas cada noche,pero no se acaba de contar toda la verdad,es mas fácil hacer creer que la luna se formó de manera “natural” que contar la verdad y explicar que es literalmente imposible que esto haya ocurrido sin la intervención extraterrestre.
13  puntos para reflexionar:

1º-La luna no es un trozo de la tierra que en el momento de su formación se desprendió ya que solamente el 30% de los componentes coinciden entre ambos.

2º- La Luna es el satélite más grande en el Sistema Solar en relación al tamaño de su planeta.Es un cuarto del diámetro de la Tierra, físicamente la relación de tamaños entre un planeta y su satélite es muchas veces menor.

3º-La luna tiene una órbita circular casi perfecta alrededor nuestro,si hubiese venido de cualquier otro lugar normalmente no podría haber quedado atrapada por la gravedad de la tierra a 363.103 km en su punto mas cercano, y en su punto más alejado, a 405.696 km,con solo 40.000km de diferencia.

4º-Los cráteres de la luna son todos achatados y no cóncavos como si hubiese algo debajo de la superficie lunar mas duro que no dejase profundizar mas allá.

5º-Existe una parte donde caen los meteoritos y otra parte donde se encuentran los mares y océanos en la que parece que la gravedad es mucho menor para evitar los impactos.

6º-El lado de la luna que no se ve esta lleno de cráteres y completamente bombardeado, por todo tipo de objetos espaciales dando la sensación de haber servido de escudo protector durante su traslado.

7º -El Sol y la Luna, aunque son astros de un tamaño completamente diferente y se encuentran situados a una distancia de la Tierra completamente dispar, sorprendentemente se ven del mismo tamaño desde la Tierra, por esa razón, la mayor parte de las veces en que hay un eclipse de Sol, la Luna tapa milimétricamente el disco solar,lo cual es matematicamente casi imposible.

8º -El viernes 9 de octubre, la NASA realizó una misión lunar con el objetivo de encontrar signos de agua en nuestro satélite, pero algo no resultó como se esperaba.
La misión consistía en estrellar una nave espacial, llamada LCROSS, en la superficie lunar a una velocidad de 9.000 km/h para que el impacto provocara una nube de polvo de unos 10 km de alto que sería luego analizada en busca de hidrógeno.
La primera parte de la misión –el impacto sobre el cráter Cabeus– se realizó según lo planeado. Pero para sorpresa de los científicos y decepción de las miles de personas que seguían la transmisión por Internet, la nube de polvo provocada por el impacto fue mucho menor que la calculada.
La teoría con más fuerza para explicar el fallo de cálculo es que el suelo lunar es más duro de lo que se pensaba, lo que evitó que se formara una nube de polvo muy alta.

9º -Los astronautas de la expedición Apolo 16 trajeron rocas que parecían estar herrumbrosas y se descubrió que contenían hierro oxidado; toda oxidación requiere oxigeno e hidrógeno, así como hierro y agua.
Los científicos rusos Vasin y Sherbakov afirman que la Luna tiene áreas huecas rellenas con gases que forman una “atmósfera” interior. Estos gases, al escapar por grietas podrían formar las nubes de vapor vistas en la Luna.

10º -Un hecho bastante llamativo que aún no encuentra explicación es la asimetría geográfica de la superficie lunar. La famosa cara “oculta” de la luna posee muchos más cráteres, montañas y accidentes geográficos.
¿Por qué un 80% de los mares lunares se encuentran en el lado derecho de la Luna?

11º -En la misión Apolo XIII,se pusieron varios sismógrafos muy sensibles en la superficie lunar,cuando el cohete saturno chocó contra la superficie produciendo un impacto similar a 11 toneladas de TNT los sismógrafos detectaron una vibración de 3 horas y 20 minutos que llegaba a una profundidad de 35 a 40 KM y las vibraciones se asemejaban a las vibraciones de una campana.
Es decir se podría afirmar que la luna posee un casco metálico,puesto que otros ensayos ponían de manifiesto que la luna reacciona a los impactos,emitiendo un agudo “Gooong” estas pruebas demuestran con seguridad que la luna no tiene un centro de lava fundido.

12º -Hay otros ejemplos de artificialidad similares a los de nuestra luna en el sistema solar como el satélite que orbita saturno,conocido como  Iapetus,se ve claramente como está ensamblado por el centro en el cual existe un pliegue con forma de arista con una altura aproximada de 18 kilómetros.

13º -También existen referencias históricas al hecho de que la luna no estuvo siempre en la órbita de la tierra;
Aristóteles en la constitución de tagues dice…que los bárbaros de arcadia tenían derecho a la tierra por estar habitándola antes que la luna apareciera en los cielos.
A los primeros griegos se les llamó preselenos que quiere decir antes de la luna.
Plutarco en historia romana escribió…estos eran los arcadios el llamado pueblo prelunar.
Otros antiguos escritores aluden también a una época en la que no existía ninguna Luna en los cielos. Apolonio Rodio menciona la época “en la que todos los astros no estaban todavía en el cielo…”.

en el salmo 72 de la biblia…se lee…tu eras temido desde la epoca del sol y antes de la época de la luna.

También dicen las crónicas tibetanas, que en tiempos antidiluvianos, no había luna en el cielo. Las leyendas eslavas también apuntan en ese sentido y el misterioso Libro de las Revelaciones, indica que la luna fue capturada por la Tierra hace trece mil años.

14º -Dos científicos rusos Mijail Vasin y Alexander Sherbakov de la academia soviética de ciencias han afirmado que la luna no es un satelite natural de la tierra sino un planetoide hueco,realizado por una civilización muy avanzada y colocado en órbita alrededor de la tierra hace muchos siglos.
Ellos la describen así: “Probablemente tiene una capa doble la base, un denso armazón blindado de un espesor de unos 30 Km, y sobre él una cubierta menos compacta, una capa más fina, de unos 4,5 Km” .

domingo, 9 de septiembre de 2018

La Leyenda Del Tesoro De Pichilingue


Cuando en el siglo XV se iniciaron los viajes de los galeones de Manila recorriendo la ruta de Filipinas a Acapulco, aprovechando la corriente del Kuro Sivo que pasa frente a la península de California, muchos barcos piratas acechaban su paso con el fin de apoderarse de las riquezas que traían. Uno de esos galeones, el Santa Ana, fue apresado por el corsario Thomas Cavendish frente a las costas de San José del Cabo y después de apoderarse del botín lo incendiaron.

En 1615, otro pirata de origen holandés, Boris Von Spilbergen, salió del puerto de Vlissinger rumbo al continente americano en busca de los galeones a los que por cierto nunca encontró. En su recorrido llegó a las costas de la Baja California y se cree que sus barcos se refugiaron en la bahía de La Paz. Andando el tiempo esos piratas fueron conocidos como “Los Pichilingues”. La leyenda dice: “Corría el siglo XVI cuando fue inaugurada, en el año de 1565, la ruta marítima Manila-Acapulco, cuyo primer recorrido estuvo a cargo del fraile Andrés de Urdaneta. Desde esa fecha mil galeones siguieron el mismo camino durante 250 años, trayendo de Asia telas de seda, artículos de jade y marfil, muebles tallados, perlas y joyas valiosas. De la Nueva España se llevaban cacao, cobre, plata y otros productos.

El establecimiento de este comercio entre los dos continentes despertó la codicia de otras potencias como Inglaterra, que permitió a piratas de su país asaltaran a los galeones en sus travesías. Uno de estos corsarios fue Francis Drake, quien en el año de 1578 recorrió todo el literal del Océano Pacífico atacando y saqueando puertos, apoderándose de buques españoles. El botín así adquirido fue muy valioso, sobre todo por el oro y la plata que contenía.

Uno de los barcos que asaltó fue la Nao “Santa Fe” a la altura de Cabo Corrientes, que llevaba en su interior un riquísimo cargamento de monedas de oro, perlas y joyas. Perseguido de cerca por dos embarcaciones españolas, se dirigió al norte rumbo a la península de California. Penetro en la bahía de La Paz y fondeó frente a la isla de San Juan Nepomuceno que enmarca la bahía de pichilingue. Ahí, ante la amenaza de sus perseguidores, Drake decidió esconder el tesoro amparado por las sombras de la noche. Acompañado de tres hombres de su entera confianza bajó a tierra y en uno de los declives de la isla sepultó los cofres del tesoro, no sin antes tomar las debidas referencias geográficas para su posterior recuperación.

En ese lugar permaneció cinco días esperando que pasara el peligro, al cabo de los cuales el barco desplegó sus velas y enfiló al sur, con el fin de pasar por el Estrecho de Magallanes y retornar a su patria, llevando en sus bodegas parte de las riquezas obtenidas en sus correrías por los mares y costas del continente americano.

Lo que fue un secreto quedó al descubierto, por que unos indios pericués, que habían llegado unos días antes a las costas de la bahía provenientes de la isla de Espíritu Santo donde tenían su residencia, observaron de cerca los movimientos de los piratas, aunque sin saber con certeza lo que ocultaron. Así, de boca en boca, fue transmitiéndose la noticia hasta llegar a oídos de los colonizadores españoles, quienes de apresuraron a buscar el botín.

Han pasado más de 400 años y el tesoro no ha sido encontrado. Existe la creencia de que Drake simuló enterrarlo, pero lo que hizo en realidad fue arrojar los cofres al mar sujetos a una pesada ancla a fin de evitar que las corrientes marinas lo arrastraran. Prueba de ello es que en una ocasión dos pescadores que recorrían las aguas de la ensenada de Pichilingue, vieron brillar “algo” en la superficie, y al acercarse encontraron una plancha de fierro parecida a un cincho que trataron de halar sin lograrlo, porque estaba sujeto en el fondo.

Como esto sucedió al atardecer, decidieron permanecer en el lugar, acondicionando un lugar para pasar la noche. En la madrugada se levantaron y al dirigir la vista al sitio donde apareció el objeto metálico, éste había desaparecido y en su lugar rizaban las tranquilas aguas.

EL Marqués de Aguayo


Dice una leyenda que “el marqués de Aguayo”, amo y señor de el Real de Mazapil, era un hombre temido tanto por sus amigos como por sus enemigos, pues tenía fama de ser un hombre de horca y cuchillo, cruel y despiadado con sus enemigos, pero también benévolo y tolerante con quienes le servían de manera leal. 

Aquel hombre tan temido por todo el mundo tenía una debilidad muy grande por su esposa, a quien amaba e idolatraba –no había deseo que tuviera y que no le cumpliera–. Pero no todo era miel: esa gran devoción que sentía por su bella esposa estaba acompañada por unos celos inmensos que lo hacían dudar del amor de ella, así que encargó a uno de sus mozos más fieles la tarea de seguirla y espiarla para ver si se encontraba con alguien durante las largas ausencias que tenía, debido a lo extenso de sus dominios. Así pues, “el marqués” se retiró confiado de que a su regreso tendría un extenso reporte de lo que hacía su bella esposa.

Cuál sería su sorpresa al volver, las noticias no podían ser más devastadoras: su esposa lo engañaba con uno de los mozos de la hacienda; aprovechando la ausencia de su marido, ella le permitía a ese mozo la entrada a sus habitaciones por las noches y salía poco antes de despuntar el alba. “El marqués” no cabía en sí del asombro que tal noticia le causara; su honor había sido mancillado por la persona que más amaba, montó en cólera y su primera intención fue matarla en ese mismo instante. Pero se contuvo. No convenía poner su honor por los suelos a causa de una mala mujer, no iría a la cárcel y tribunales a ventilar las razones de su acción, así que lo pensó mejor.

Pronto sería el cumpleaños de su mujer y ésa sería la mejor oportunidad para matarla sin pagar por su crimen, y sin que su honor sufriera mella, así que puso en acción su plan: haría dos fiestas simultáneas, una en la hacienda de Los Patos (hoy Presidencia Municipal de General Cepeda, Coah.) de la cual era dueño y en la que estaría el, y otra en el Real de Mazapil en la que estaría su esposa. Así que puso manos a la obra y pensó: “Si algo sale mal tendré que protegerme”. Entonces empezó a trasladar su dinero y joyas, así como el oro que tenía, a la hacienda de Bonanza. Lo llevó a través de túneles que tiempo atrás había mandado construir, y que comunicaban de Mazapil hasta la hacienda de Los Patos y otras haciendas, túneles que poca gente conocía, salvo algunos mozos y jinetes que transportaban el oro por abajo para evitar asaltos por cuenta de las gavillas que asolaban la región.

Así pues, trasladando y enterrando su tesoro en Bonanza, para lo que pudiera salir mal, tenía su plan asegurado. Sin embargo, existía un problema: ¿cómo le haría para estar en la hacienda de Los Patos y en Mazapil el mismo día si era una distancia enorme? Aún a través del túnel y un caballo no era suficiente, así que lo estuvo pensando hasta dar con la solución: llegado el día pondría a varios mozos con caballos frescos en tramos razonables para, a mancacaballo, llegar y regresar lo más rápido posible sin que se notara su ausencia.

Teóricamente, solucionado el inconveniente, llegó el día de la fiesta, así que a festejar, cada quien por su lado. En Los Patos estuvo con sus amigos brindando por su bella esposa. En un momento determinado solicitó permiso a los asistentes para retirarse a sus habitaciones, pues dijo sentirse mal. No se retiró sin antes dejar órdenes de servir más vino y comida, así como a los músicos que siguieran tocando alegremente, ya que la fiesta duraría días, como se acostumbraba en aquellos tiempos. Al retirarse, “el marqués” entró de inmediato al túnel, donde ya lo esperaba un mozo con su caballo, y a todo galope partió hacia Mazapil, llegando en un tiempo récord.

Al llegar, se dirigió a su habitación, en la cual había una entrada secreta para que no se dieran cuenta de su presencia. Fue suerte o el destino, pero ahí se encontraba su bellísima esposa, a quien abrazó y felicitó con un beso. Ella feliz de que “el marqués” estuviera en su festejo, le pidió bajar juntos a la fiesta. Él aceptó, pero pidió hablarle al mozo (el supuesto amante de su mujer) para darle ciertas instrucciones y que fuera una sorpresa para los asistentes.

Llegó el mozo y “el marqués” le dio indicaciones de que fuera al túnel donde otro compañero esta y allí lo esperaran; también le hizo jurar que no diría a nadie que estaba en Mazapil, pues quería que su presencia fuera una sorpresa. Acto seguido, le pidió a su esposa que brindaran juntos por su felicidad. Así lo hicieron, bebiendo ella de una copa envenenada que le causó la muerte inmediata.

Una vez cometido el crimen, “el marqués” se dirigió al túnel, donde ya lo esperaban los mozos (el de la ofensa y el de los caballos), así que llegando lo primero que hizo fue matar a ambos mozos y de inmediato emprender el regreso a la hacienda de Los Patos. Adentro del túnel también asesinó a todos los mozos y caballos que le habían servido para cometer su crimen. Reapareció en la fiesta, sin que nadie sospechara nada y todo siguió muy normal. De tal modo, “el marqués de Aguayo” eludió la justicia.

Añade la leyenda que tiempo después de su artero crimen, “el marqués” se enteró de que su esposa no le había sido infiel con aquel mozo ni con nadie, y que todo había sido una calumnia urdida por un mal amigo, debido a la envidia y celos por la predilección que ella tenía para con “el marqués”. Se cuenta que a partir de ese momento comenzó a perder la razón, lamentándose por haber cometido aquella atrocidad, en la mujer que era todo para él, y en los inocentes que murieron sin saber por qué. Algunos dicen que “el marqués” murió en una cueva como un ermitaño y totalmente loco, otros que en un convento en una sierra de Sonora, otros en Chihuahua y algunos dicen que en Torreón. Sea cual fuere, el caso es que, según la leyenda, murió solo y abandonado.

¿Y el tesoro? Ah, de aquel fabuloso tesoro poco a poco fue enterrando en la hacienda de Bonanza nunca se supo si lo encontraron o no. Lo que sí se sabe es que mucha gente lo ha buscado, destruyendo casi en su totalidad lo que fuera una hermosa hacienda en busca de dinero fácil, pero no lo han logrado. Aún en la actualidad hay quien se aventura a probar suerte, sin resultado. Ojalá que algún día alguien lo encuentre.

La leyenda De Blackman


Corría el año de 1795 cuando Baja California estaba siendo colonizada y ya había sido evangelizada por los jesuitas, donde poco a poco se iba diezmando la población de naturales propios de la región, eran tiempos difíciles de sobrevivencia, y las epidemias iban acabando con la escasa población indígena que existía en la parte norte del territorio de Baja California Sur.

El buceo de la madre perla se hacía sin equipo y esta era otra causa de muerte al bajar grandes profundidades ya que los bancos de las ostras eran cada vez más escasos y así los buzos nativos del lugar se iban muriendo con los pulmones destrozados por el gran esfuerzo que hacían al bajar a buscar las pocas ostras que existían por el abuso de su explotación en nuestros mares.

Por el Golfo de California a lo lejos, en el horizonte fue apareciendo la obscura figura de un barco velero con las velas destrozadas, traído, quizás por una fuerte tormenta que días anteriores había azotado las costas del golfo, la tripulación buscaba un refugio que fuera seguro para poder reparar la embarcación, llegando a la parte sur de la isla de San Marcos, encontrando una hermosa bahía que la forma Punta Tijera por el lado sureste y por el lado suroeste Punta Arena que la une a un pequeño islote llamado Roca Lobos; procediendo a anclar en un lugar llamado Puerto Viejo.

Permanecieron por varios días, ya que la tripulación se sentía cansada y aquejada por un mal desconocido, que provocaba en ellos, ojos hundidos y demacrados, no había explicación al deterioro de su estado físico ya que la alimentación era buena. La abundante fauna marina, peces de diferentes especies y la gran cantidad de mariscos fueron su principal alimento. Por agua no había ninguna preocupación ya que se había almacenado bastante por la lluvia de la tormenta. En la isla no se encontraban indicios de que hubiera una gota de agua posible de beber, solo una escasa vegetación xerófita, solo había una frondosa higuera de higos silvestres que introducía sus raíces entre las rocas desnudas de una cañada sombreada por los altos cerros del lugar.

En el barco, extrañamente se transportaban tres sarcófagos fuertemente custodiados, en donde, en uno de ellos un extraño personaje pasaba los días encerrado y por las noches obscuras salía para alimentarse de sangre humana de los tripulantes. En otro de los sarcófagos, se transportaba un cuantioso tesoro que fue llevado a tierra en una pequeña piragua para ser escondido en alguna parte de la playa del Puerto Viejo. Actualmente las personas que acampan en las playas de ese lugar escuchan el ruido que se hace al remar, a veces en las noches de luna pueden ver el fantasma de la pequeña piragua y en ocasiones al extraño barco velero. Después de terminada toda labor de reparación del barco y recuperada la salud de la tripulación se hacen a la mar nuevamente, aprovechando por la noche una de las “tribunadas” con muy buen viento, pasando por el bajo que se forma entre la Punta Arena y el islote Roca Lobos, destrozando parte del fondo de la embarcación con los arrecifes que existen en ese lugar.

Navegaron penosamente por entre las costas de la Península y la isla de San Marcos donde se forma el canal de navegación Craig. Era una noche de gran lluvia y fuertes truenos donde la embarcación haciendo agua por el daño que había sufrido al pasar por aquellos arrecifes. Por más esfuerzos que hizo la tripulación de aquella extraña embarcación, se fue yendo lentamente al fondo del mar, muriendo ahogados algunos de los tripulantes y otros tragados por feroces tiburones que abundan en esa peligrosa travesía. Los sarcófagos, al hundimiento del barco, flotaron en el mar embravecido, brillando su fina madera con la luz de los relámpagos por la tormenta de la noche; flotando la mar los fue llevando por rumbos diferentes, hasta llegar a la playa. Uno de ellos, varo en las inmediaciones de las playas de San Bruno y San Lucas, el cual fue encontrado por algunos de los naturales que vivían en una de las misiones del lugar.

Al descubrir aquella caja de forma alargada y figura extraña, optaron por abrirla, encontrando en ella una persona de sexo masculino con el rictus de la muerte en su rostro; elegantemente vestido con uniforme de militar, medallas condecorativas y espada tipo sable, al parecer su cuerpo estaba embalsamado. Es probable que haya sido traído de algún país lejano, del Medio Oriente, optándose a darle cristiana sepultura sobre la costa donde fue encontrado. Los antiguos le llamaron la tumba del soldado y a la fecha se le sigue llamando así.

Es probable que el tiempo haya borrado cualquier vestigio de la tumba abandonada entre las dunas de aquel lugar que se mueven cada temporada de noroestes, vientos y huracanes que azotan muy de vez en cuando la media península.

El sarcófago en el que salvo la vida el misterioso personaje, varo un poco mas al norte pegado al acantilado llamado Los Frailes, donde se refugió en una cueva que en ese tiempo se encontraba al descubierto y solo por mar se podía llegar a ella. Recuperado del cansancio y al saber que fue el único en sobrevivir de aquella tragedia, salió de aquella oscura cueva para buscar algún sobreviviente y también poder rescatar el sarcófago donde venia la persona muerta, cosa que nunca pudo encontrar.

Haciendo de aquella cueva su vivienda, se encargó de explorar la parte mas profunda de esta. Para su sorpresa un cuantioso tesoro se encontraba dentro de la cueva, no haciendo mucho caso de ello, escuchó una voz que le decía -–te llevas todo o nada-- pero como este personaje no entendía el idioma en el que se le hablaba siguió admirando cuanto le rodeaba. Así pasaron los días comiendo lo que encontraba a su paso, vestía con pieles de animales que lograba cazar, pasaron muchos años.

A la península empezaron a llegar aventureros y corsarios, y a la cueva se le empezó a llamar la cueva del mechudo, cuando por casualidad lograban ver a este personaje que se había hecho una leyenda entre la pequeña población que se estaba formando, ya que se había descubierto años anteriores un gran yacimiento de cobre y otros ricos minerales de la región. Aquel naufrago aún se conservaba joven a pesar de haber transcurrido casi un siglo cuando empezaron a llegar barcos veleros a principios de 1885 formando así el puerto de Santa Rosalía para iniciar los trabajos de minería. A la llegada de una cuadrilla de trabajadores de Sonora principalmente, yaquis en su mayoría se establecieron muy cerca de la playa donde se encontraba la cueva del mechudo. Cuando empezó a existir más población, este extraño personaje se dejo ver con mayor frecuencia, principalmente entre los que habían poblado las cercanías de su refugio natural, que era aquella cueva, que había sido su hogar por tantos años.

Cuando se empezaron los trabajos de la construcción del puerto y los tiros de las minas, este personaje observaba desde su escondite que algunos yaquis tenían el conocimiento de poder convertirse en cualquier animal para poder transportarse y llegar a su trabajo. Nuestro personaje de leyenda también tenía estos poderes y muchos conocimientos ocultos de la alquimia, aún desconocidos en nuestros días: Ahora podemos conocer el porque de haber podido sobrevivir por tantos años en aquella soledad en que se encontraba. Era un hombre muy alto casi los dos metros, en comparación a la gente que acababa de llegar, este se fue integrando poco a poco con aquella gente extraña para él, quienes empezaron a llamarlo Blackman por su tez morena pero, era un ser extraño que hablaba poco ya que su idioma era desconocido por quienes alguna vez lo escuchaban.

Pasaron algunos años en donde Blackman formaba parte de algunas de las actividades que se realizaban en esa pequeña comunidad yaqui. De las fiestas paganas que cada semana practicaban: Bailes con música propia donde utilizaban cascabeles y maderas que emitían diferentes sonidos, agradables a sus sentidos: Utilizando mascaras de figuras diabólicas que luego quemaban al terminar con su practica, hasta llegar el día de la gran fiesta, donde se sacrificaban animales y se hacían pases de brujería y magia negra. Blackman aprendía de esa cultura pero también enseñaba con gran sabiduría lo que sabia de la suya. Con el tiempo llegó a ser el Gran Maestro hasta que empezaron las envidias de sus discípulos y abandonando por un tiempo las reuniones con los brujos de la comunidad yaqui, y refugiarse en su cueva para pasar largo tiempo en el proceso de invernar que conocía muy bien para prolongar la vida y así recuperar fuerzas. Una noche, azotó de repente un fuerte temporal que lo saco de su trance en el que se encontraba.

La cueva se empezó a inundar y a cubrirse de piedra y agua quedando totalmente obstruida la entrada. Por buena suerte pudo salir volando convertido en una lechuza trayéndose tan solo un brazalete de aquel tesoro oculto del que nunca dijo nada a nadie. Conociendo que ya no tenia nada que hacer, habiendo perdido la amistad de aquella gente que por algunos años había sido como su familia, sin decir nada solo se fue rumbo al sur volando desplegando sus alas convertido en una hermosa águila real viendo todo desde las alturas donde todo le parecía desconocido, ya que nunca había salido de aquel lugar que había sido por mucho tiempo su hogar. Desde lo alto fue conociendo distintos lugares como son: ranchos y pequeños poblados.

Blackman desconocía que pudiera haber grandes construcciones como eran las Misiones que se habían construido muchos años antes que él llegara a estas tierras. Que después se convertiría en una nación que tenia sus leyes propias y gobernantes con muchos problemas cuyo mandatario era Porfirio Díaz su mal gobierno propicio cierto descontento en el ejercito federal principalmente en algunos oficiales y soldados que optaron por desertar huyendo de las bases militares que había en algunas poblaciones importantes de la media península. Los desertores eran perseguidos y fusilados al instante dejando sus cuerpos en el lugar en que eran abatidos por las balas de sus mismos compañeros.

Blackman al ver a un grupo de soldados que se alejaban de algunos cuerpos sin vida, bajo de las alturas para alimentarse de la sangre aun caliente de aquellos pobres infelices que al buscar la libertad encontraron la muerte. Saciando su sed y su hambre Blackman, desviste a uno de los soldados muertos, y con el uniforme militar se interna en los montes como si fuera un desertor más.

Caminando se pierde en la serranía, cruzando arroyos y subiendo cerros. Si por la senda del camino encontraba a uno que otro arriero, solo saludaba haciendo una seña con la mano. Siguió su caminar hasta encontrar un oasis que le pareció bueno para esconderse, al acercarse escucha murmullos de voces que hablaban cosas que él no entendía, entonces los saludó levantando la mano, como lo hizo con los arrieros que había encontrado en el camino.

Era un grupo de desertores del Ejercito Federal quienes al verlo le hicieron señas para que se acercara a comer de una pierna de venado que estaban asando en una fogata que les servía también para calentarse del frío de la tarde. Entre los desertores había un joven que fue maestro de escuela antes de entrar al ejército cuyo nombre era Mercedes, quien al ver que Blackman no hablaba ni entendía español empezó a enseñarle las primeras palabras y letras usando como pizarrón el suelo y como lápiz una pequeña vara. Así pasaron algunos días donde Blackman aprendía rápidamente.

Pasados algunos días los desertores hicieron amistad con gente de los pueblos circunvecinos que de vez en cuando visitaban esos poblados: San José y San Miguel de Comondú. Su gente muy amablemente les aconsejaron que se cambiaran de nombre y adoptaran nombres y apellidos del lugar. Algunos lo hicieron, pero Blackman prefirió otro pueblo que se encontraba muy cerca de ahí, rumbo oeste donde encontró aquel paraíso que hoy es el pueblo de La Purísima. Llegó como si fuera un turista extranjero ya que su forma de hablar hacia evidente que no era mexicano.

Pronto pudo integrarse con la gente del pueblo y poniendo en práctica muchos de sus conocimientos fue amasando una gran fortuna siendo un buen partido para las jóvenes casaderas del lugar, pero a él solo una de ellas le interesaba, Loreto. De donde sacó su otro nombre, Loret. Loret Blackman ya teniendo nombre y apellido pide dispensa para casarse con la joven Loreto, por ser extranjero venido de otra parte del mundo se concede la dispensa para casarse sin imponérsele ninguna multa ya que eran personas respetables del lugar. Pasaron algunos años formando un matrimonio aparentemente feliz, ya que no podían tener descendencia, Loreto su esposa enfermó gravemente y fallece.

Otras personas mueren de la misma rara enfermedad echándole la culpa a Blackman de ser el portador de la epidemia ya que sospechaban que había chupado la sangre de quienes habían muerto en el pueblo. Al sentirse completamente solo, Blackman solía sentarse en un banco formado por una piedra plana cerca del mar donde su mirada se perdía en el horizonte, quizás pensando en lo que había dejado del otro lado de aquel inmenso océano.

 Así soñando se quedaba dormido cada día ya que se sentía solo y triste sintiendo el desprecio de todo el pueblo. Una de las tantas tardes que sentado en su banco de piedra quizás soñando en los palacios de su lejano país y en el amor de Loreto que había sido su adoración fue sorprendido por los hombres del pueblo atándolo fuertemente, llevándolo hasta el panteón donde ya los esperaba la gente con un ataúd hecho a la medida donde lo metieron para ser enterrado vivo.


Al poner la tapa de aquel raro ataúd hecho de madera sacada del cardón atada con delgadas correas de cuero, por entre las rusticas tablas quedaban pequeñas separaciones por donde se podía ver el cuerpo de Blackman. Entonces él les dijo ¡ quiero ser sepultado junto a mi esposa ! en la cripta que yo mismo construí, ¡ pero han de saber que dentro de 100 años estaré entre todos ustedes para cobrarme cada una de sus ofensas !- diciendo estas palabras como una maldición para todas aquellas personas.

Fue bajado a la fosa para quedar junto a su esposa, ¡ fue sepultado el vampiro ! decían algunos pero la verdad es que Blackman usando sus poderes de convertirse en animal se convirtió en una delgada serpiente que después de horadar la tierra hace camino por debajo hasta llegar a una laguna de agua dulce donde ahora vive alimentándose de vez en cuando de algún osado que utiliza la laguna para bañarse en sus aguas.

Ya son muchas las victimas que han perdido la vida en ese lugar, principalmente niños y jóvenes los que en esa poza, como ahora la llaman los lugareños, han muerto ahogados jalados por algo desconocido hacia lo mas profundo. Blackman en ocasiones se convierte en humano para visitar la tumba de su amada esposa y la suya donde supuestamente descansan sus restos mortales. Para dejar impecable cada pedazo de la cripta; lo que extraña de esta situación a quienes visitan la tumba abandonada del vampiro.

viernes, 7 de septiembre de 2018

Hotel California


Estoy seguro que como yo, mucha gente ha escuchado y hasta entonado algunas estrofas de esta famosa canción sin imaginar las leyendas urbanas que se entretejen detrás de la letra.

Interpretada por el legendario grupo The Eagles, surge este tema a mediados de los años 70s, cuyo álbum lleva el mismo título. Hotel California se ha convertido en un ícono de esa época que ha trascendido al paso del tiempo. En realidad fue tal su éxito, que en 1977 obtuvo el Grammy como el álbum del año. Este sencillo encabezó también el Billboard Hot 100 y la Asociación Americana de la Industria Discográfica lo certificó con el galardón de oro por la venta de 1 millón de copias ese mismo año. Desde su lanzamiento, se han registrado ventas por más de 16 millones de copias solamente en Estados Unidos. En esta melodía comparten los créditos Don Felder, Don Henley y Glenn Frey.

La controversial letra de Hotel California literalmente narra la experiencia de un hombre que extenuado por el viaje, llega en una noche obscura a un hotel donde se percibe un olor a marihuana en el ambiente (warm smell of colitas). Este personaje es recibido por una mujer que le ofrece una botella de vino y quien le muestra el camino alumbrándolo con una vela en la mano. Al ver que la mujer no regresa con el vino, éste le reclama al encargado, quien a su vez le responde: "no habíamos tenido a ese espíritu aquí desde 1969" (we haven’t had that spirit here since 1969).

Esta surrealista historia cuenta que todos los huéspedes de ese sitio son prisioneros y que no pueden salir. La leyenda supone que Don Henley en realidad estuvo hospedado en ese hotel, ubicado en el Pueblo Mágico de Todos Santos en la península de Baja California Sur, entre La Paz y Los Cabos (74 kilómetros al norte de Cabo San Lucas), y que fue ahí donde se inspiró para escribir la letra de dicha canción sin imaginar el éxito que ésta tendría. Lo cierto es que antes de que esto ocurriese, el Hotel California existía desde 1932 como un sencillo centro de hospedaje en la planta alta, mientras la planta baja fungía meramente como una tienda donde se vendía un poco de todo, desde gasolina, hasta latería, refrescos y hielo. Se decía que por las noches el espíritu de una mujer de nombre Mercedes se aparecía a los hombres invitándolos a tomar vino.

Aunque Don Henley ha declarado en innumerables ocasiones que él nunca ha estado en ese lugar y que la letra no supone ningún tipo de alucinación fantasmagórica, sino por el contrario, que es una descripción metafórica del mundo de las drogas y de los excesos, cierto es que sin duda alguna, se trata de una de esas letras en las que sólo el autor conoce el sentido real que deseó expresar.

Tras haber tenido varios dueños, el Hotel California es hoy propiedad de unos canadienses que lo remodelaron conservando su fachada original para ofrecer el servicio de hospedaje en este encantador lugar, que es un verdadero oasis con frondosa vegetación, hermosos atardeceres y un clima con una envidiable temperatura templada. En su pródigo suelo, otrora productor de caña de azúcar, crecen en abundancia el mango, el aguacate y la papaya. Aquí se puede sentir aún la tranquilidad de la provincia, la hospitalidad y calidez de su gente.

Este bello rincón Mexicano es refugio de artistas venidos de todos lados, principalmente norteamericanos. Por todos lados se pueden apreciar construcciones coloniales, calles empedradas y adoquinadas que parecen sacadas de antiguos libros donde el tiempo no ha pasado.

Los amantes del mar y de la vida animal encontrarán a tan sólo tres kilómetros de este pueblo encantado, las hermosas playas del Océano Pacífico, que ofrecen un reto a quienes desean surfear y cabalgar sus caprichosas olas. La diversidad de paisajes, los médanos, cactus, playas de arenas doradas, formaciones rocosas, el avistamiento de ballenas y de aves en la “Baja”, son sin lugar a dudas, un espectáculo natural sin igual.

Hoy por hoy, el lugar es visitado por cientos de personas que no sólo se detienen frente a la fachada del Hotel California para tomarse la foto del recuerdo, sino también para conocer las maravillas naturales circundantes. El éxito de The Eagles se convirtió sin querer en una leyenda de la leyenda. Nada mejor que visitar este pueblo y sacar sus propias conclusiones ¿no creen ustedes?

La Ahorcadita


Esta historia sucedió en 1827 cuando una mujer embarazada llamada Martina fue golpeada con un metate (piedra con que se muele maíz) por su suegra y su esposo, hasta morir, acusándola de haber sido infiel.

Al percatarse de que la habían asesinado la envolvieron en un cuero de vaca, la llevaron arrastrando hasta un lugar que se encontraba completamente solo, la colgaron a un árbol e hicieron creer a la gente que se había suicidado.

Con lo que no contaban los infames asesinos era con el hijo de Martina, un pequeño niño con retraso mental que había visto todo lo ocurrido y que en cuanto llegó la policía a investigar a su casa contó toda la verdad, quedando así expuestos como los asesinos de la mujer.

Cuentan que alrededor del árbol en que colgaron a la mujer nacieron cuatro pequeños árboles que nunca crecieron y que representan los cuatro meses de su embarazo.

Se dice que hoy muchas mujeres que no pueden lograr un embarazo visitan el lugar para pedirle el milagro y, al rezar por el bebé que falleció, lo logran al poco tiempo.

El Usurero del Baratillo


En la Plaza del Baratillo fue muy conocido. Allí vivió todavía en tiempos de la Revolución de 1910.

Dos o tres veces al día, cuando el hambre lo acosaba materialmente clavando sus aguijones en las paredes del estomago bajaba la escalera de su casa. Sólo así se habría el pesado zaguán, hermético por el resto de las 24 horas del día.


Rápidamente cambiaba unos centavos por atole y tamales o bien por nopales y tortillas, según la hora, y sin cruzar palabra con nadie, volvía otra vez a su encierro. La gran puerta de madera dejaba oír el crujido de sus goznes herrumbrosos, para continuar irremediablemente cerrada.


Era el usurero del Baratillo, como dio en llamarle la gente del pueblo. Hombre enjuto, de mirada extraviada, blanco, estatura regular, bigote y piocha que dejaban ver evidentemente un rostro sin afeitarse. Vestía pantalón negro y camisa que se suponía blanca en otros tiempos.

Este hombre eran tan rico, que por haber acumulado tan inmensa cantidad de monedas de oro perdió la razón. Hace años que a toda hora del día y de la noche, según cuenta el vulgo, se le oye contar y recontar el dinero y gozar con el tintineo de las monedas que chocan unas con otras, dejándolas caer sobre el colchón de su cama.

Del ropero y del arcón donde guardaba su caudal, llevaba las talegas a su casa y allí las depositaba. Ese ruido tan peculiar era toda su obsesión...

Dicen que ese tesoro provenía del montepío que tuvo en su propia casa por muchos años y por prestar con muy altos intereses.

Fue también proverbial que la gente atribuyera al sombrío prestamista esta frase: "peso que no deje diez, para qué es."Prestaba su dinero en oro y ponía como condición que se le devolviera en oro, fijando, como hemos dicho, réditos crecidísimos.

Una ocasión tropezó con un hombre demasiado listo, quien logró sacarle a plazo corto como dos mil pesos con el 25 por ciento, pagaderos en ocho días, pero que lejos de liquidarle, huyó llevándose el dinero. Fue esta la causa definitiva de su locura.

Desde ese día para el usurero no hubo más obsesión que contar su dinero y chapotear con sus manos repletas de monedas, que dejaba escurrir para escuchar cómo sonaba al golpear unas con otras.

Los vecinos lo ven casi todas las noches, y las familias que han vivido en esa casa oyen sus pasos en las escaleras que suben o bajan, y por las noches oyen también en tintineo de las monedas.

Es el usurero del Baratillo que cuenta su tesoro, tesoro que, como hasta ahora nadie lo ha encontrado, se asegura que sigue escondido en varios sitios de la casa, pues en medio de su gran avaricia pensaba que de ese modo jamás podrían encontrarlo.

miércoles, 5 de septiembre de 2018

La Leyenda del Callejón de la Buena Muerte


Se rumora que hace mucho tiempo, por la calle Alameda en la ciudad de Guanajuato, vivió una anciana con su nieto. Su situación económica era precaria y subsistían pidiendo limosna. Ambos vestían con harapos, pero siempre muy limpios; la comida era poca y su casa solo un cuartito. Aun así, alegraba su miserable existencia al hacerse compañía.

Con el paso del tiempo, la anciana empezó a sentir el peso de los años, y le preocupaba morir dejando al pequeño desamparado. Pero la vida quiso otra cosa, el niño enfermó gravemente, la pobre mujer no tenía el dinero suficiente para llevarlo al médico, así que hizo lo que podía, rezar, día y noche sin descanso, le pedía a Dios que no se lo llevara, la muerte ya estaba muy cerca, así que los ruegos llegaron primero a sus oídos y apareciendo frente a ella le propuso un trato. Dejaría al niño, a cambio de su vista, cosa que la anciana acepto sin dudar. Desde entonces su nieto le sirvió de lazarillo, y la gente al ver ese triste cuadro, aumentó sus limosnas.

Pasó el tiempo y fue ella la que enfermó; el niño le preguntaba a quién debería rezar para evitar su muerte, pues temía mucho quedarse solo. La ancianita le contó que al nacer él, su madre había muerto y que, desde entonces, ella había vivido para cuidarlo y quererlo. En medio de las pláticas finalmente se quedaron dormidos y, en el sueño, la anciana volvió a ver a la Muerte; toda vestida de negro mostrando su esquelética figura esquelética, le anunció que venía por ella, la viejecita le suplicó que la dejara un tiempo más, entonces la Muerte pidió a cambio los ojos del niño, pero esta vez la anciana no aceptó, no quería que el pequeño sufriera.

La Muerte propuso entonces algo más, podía llevarse a los dos para que estuvieran juntos por siempre. La anciana aceptó, pidiéndole que lo hiciera en ese momento porque el niño dormía y así no sentiría nada.

Se los llevó la Muerte al otro mundo, juntos, y en ese mismo instante, las campanas del templo cercano repicaron de una manera misteriosa, con un sonido que nadie conocía. Al amanecer los vecinos se dieron cuenta de lo sucedido, pensando que la ancianita y el niño habían muerto de frió.

Con el tiempo se dijo que la Muerte rondaba el callejón, que se veía por las noches flotando alrededor del cuartito donde vivían aquel par de desdichados; y una vecina corrió la voz de que aquello pasaba porque fue la misma viejecita quien pidió su presencia para que se los llevara juntos.

Al poco tiempo los habitantes del barrio pidieron que el humilde cuartito fuera derribado, para levantar en su lugar una capilla, para venerar al Señor del Buen Viaje, en recuerdo a aquel misterioso suceso.

La Niña Conchita


La puerta era un pasadizo que comunicaba a la iglesia con la hacienda (de El Carro) y cuentan que la hija del conde siempre venía por acá a oír misa. El pasadizo hace un puente y dicen que allí en ese puente, donde hay un arco, se aparece el fantasma de la hija, que le decían la "Niña Conchita". La sacristana cuenta que ella sí la ha visto, que es muy bonita, con el pelo largo, que siempre anda con unas enaguas blancas y que siempre se aparece a los doce del día y a las doce en la noche. La sacristana la ha visto de noche porque se queda aquí a dormir –cuenta la Sra. Francisca Mauricio.

Cuenta la leyenda que María Conchita Moncada –así se llamaba ella y luego fue la dueña de aquí– cuando todavía era jovencita se enamoró de un peón y por mucho tiempo llevaron su amor a escondidas porque eran de clases sociales diferentes. Ella sabía que si su papá se daba cuenta hasta podía matarla y por eso por mucho tiempo ella y el peón llevaron su amor en secreto. Cuando ella venía a escuchar misa, pasaba por el puente donde está el arco y salía por el pasadizo para llegar aquí a la iglesia. Como entre el puente y el pasadizo hay un lugar oscuro, ahí siempre la estaba esperando el muchacho para besarla y decirle cosas bonitas. Quién sabe cómo estuvo el asunto, pero un día el conde se enteró y aunque la Niña Conchita negó ese amor, tarde o temprano tuvo que decir la verdad porque había quedado encinta. Aunque el conde era un tipo muy duro, se apiadó de su hija porque ella era su hija predilecta. Entonces la mandó a un convento en México y ella nunca volvió para acá en vida del conde. Empezó a venir cuando ya era dueña de la hacienda, luego de que su papá había muerto y la heredó a ella.

La Niña Conchita nada más venía a pasar las vacaciones aquí, y dicen que casi todo el día andaba con su hábito de monja, hasta cuando se sentaba a hablar de negocios con los administradores o cuando salía con ellos a supervisar cosas de la hacienda. Pero también dicen que siempre al mediodía y en la media noche se ponía ropa normal porque quería ir al templo como mujer y no como religiosa. Pero la verdad es que ella quería encontrarse con su amor, o al menos recordar los momentos felices que vivió con él. De la casa cruzaba por el puente, luego el arco y se quedaba en el pasadizo, como si ahí estuviera el peón esperándola. Dicen que la oían llorar y es por eso que su ánima todavía se aparece en ese mero lugar a esas horas.

Lo que no sabemos es qué pasó con el peón ni con el hijo que seguramente engendró la Niña Conchita. Eso nadie lo cuenta porque no se sabe, pero uno se puede imaginar que el conde mandó matar al peón o él mismo lo ha de haber matado porque desgració a su hija. Y del niño, o sea el nieto del conde, quién sabe. Habrá nacido y de seguro lo habrán dado en adopción a una familia de México porque ese secreto tenían que guardarlo muy bien, pero los secretos por muy secretos que sean siempre se saben, y ya ves, de este mismo secreto estamos hablando ahora tu y yo.

El Campanario Maldito


Las historias y leyendas que existen sobre los conventos son innumerables.

 Ahora toca el relato de una que es muy impactante por lo que se verá más adelante y porque nadie sabe en realidad lo que sucedió. Todo comenzó el día en que el padre del convento recibió visitas. Como ya se había corrido la noticia de que ahí espantaban, la mayoría de las habitaciones estaban deshabilitadas.

Sin embargo, el padre no estaba tan convencido de ello. Hacía tiempo alguien le comentó que en el campanario espantaban. Dicho suceso consistía en la aparición de un señor vestido de negro, pero él no lo creía. Esa noche recibía a personas muy importantes del ámbito religioso y era necesario alojarlos en las mejores habitaciones.

Pero cuando llegaron las personas, notó que entre ellas había alguien que no esperaba, lo cual, por supuesto, no le importó; al contrario, se sentía muy a gusto con su visita. Las horas pasaron entre plática y plática, por lo que se acercaba la hora de irse a dormir. Para entonces, el padre ya tenía resuelta la forma en que se quedarían; la habitación que él ocupaba se la dejaría a la persona que llegó sin previa aviso, mientras él se dormiría en el campanario.

Así lo pensó y así lo hizo. Pronto llegó la hora en que se desearon que pasaran buenas noches. Y el padre se llevó su ropa de dormir al campanario. Las cuales se componían solo de un par de cobijas. Las horas transcurrieron como de costumbre, lo que le hacia pensar que todo lo antes dicho eran simplemente supersticiones. No había nada a que temerle. Esa noche el viento estaba soplando como de costumbre, solo en cuanto dieron las doce empezó a arreciar el aire. No pasaron más de dos minutos, cuando se dejo oír un grito aterrador.

Todos los visitantes se levantaron de golpe pensando que algo la acontecía al padre. En vano fueron sus intenciones de subir al campanario, porque el padre ya estaba bajando, le costo trabajo detenerlos. El padre, además de presentar un gesto de horror, los cabellos blancos, sus manos le temblaban y la voz apenas si le salía: _ ¡padres, padres! ¡No vayan arriba! ¡No vayan arriba! _ decía con temor. Nadie alcazaba a comprender lo que estaba pasando; el padre no decía palabra alguna, solo se exaltaba cuando alguien mencionaba que iría al inspeccionar. Cuando por fin lograron calmarlo, solamente dijo _ ¡Cierren el campanario! _ ¿Que? _ preguntaron todos. _que cierren el campanario. No les diré lo vi, pero quiero que cierren el campanario. Estas palabras fueron cumplidas como órdenes, pues nadie de los presentes, ante esa escena se sintió capaz de contradecirlo.

El padre finalmente murió sin revelar lo que vio aquella noche en que sus cabellos se blanquearon. Todos los que lo conocían siempre se preguntaron cuál fue la causa de su decisión, el por qué cerro el campanario dejando enmudecida a la iglesia, pero nadie ni con los pasos de los años pudo resolver el misterio.

De todos era sabido que aquel padre era un hombre muy valiente, una persona que no se dejaba doblar por nada. Los años han pasado y el padre se llevó a la tumba el secreto. En cuanto el campanario, nadie lo ha vuelto a abrir por memoria al padre, quien se encargó de que todos le prometieran que nuca más abriría el campanario.

Y si a ti, te ha llegado la duda de saber cual es la iglesia, solo te voy a recomendar que para saberlo vayas al centro a la hora que se ofician las misas y descubre por ti mismo, cual es la iglesia que no repican sus campanas.

lunes, 3 de septiembre de 2018

Leyenda del Alto Rey y el Aceite de la Cueva


Tres hermanos envidiosos y el aceite de la cueva. En el Sistema Central situada en la sierra al nornoroeste de la provincia de Guadalajara, su cima es sucesión de chicos repechos enfilados a lo largo de 3.5 km, destaca de oeste a este, la ermita del Santo Alto Rey. Se cuenta, que el señor (jefe) y brujo de una tribu era dueño de mucha riqueza y dueño de miles hectáreas de tierra.

El jefe y brujo, era el propietario de mucha fortuna y de héctareas de terrenos, en lo que hoy es Zaragoza, Soria y Guadalajara. El señor enviudo se hizo cargo de sus tres hijos, estos eran envidiosos, codiciosos solo querían la herencia de su padre.

Las peleas y enfrentamientos de los hijos eran duras, eso causaba mucha tristeza al padre. Harto, le dio un ataque de ira que decidió echarles una maldición, que pudieran verse y no hablarse, los convirtió en altas montañas que los puso en cada extremo del territorio, para que lo vean las otras tribus y sirva de ejemplo. Moncayo, Ocejón y Alto Rey los nombres de las montañas, de sus tres hijos.

La ermita se encuentra en la cima de la montaña. En la parte baja, de la ermita del Alto Rey, en el sur, una cueva, de donde salía el aceite que venía del altar del santuario. El sacristán que cuidaba y vivía en la ermita, a diario recogía en un traste el aceite, servía de combustible para las lámparas para dar luz en el altar, compartía quehaceres con los monjes que subían a rezar, llegó una época muy difícil de hambre y carestía, el sacristán un día que no tenía que comer encontró un mendrugo de pan duro y le puso el aceite y lo comió, Se cuenta, que desde aquel día, dejó de salir  aceite y en su lugar agua.

Leyenda de las Velas del Jubileo


Sucedió en la antigua Catedral en la Plaza Mayor. En la angosta y pobre Catedral de México, por ser pequeña no mereció alabanzas. Se levantaba en la Plaza Mayor y la menor, que las dos, después se llamó Placeta de Marqués y frente a ella el palacio de Hernán Cortes Marqués del de Valle de Oaxaca.

Fue construida en 1525 como parroquia y quedó como iglesia en 1530, el Papa Clemente VII le dio el rango de Catedral.

En esa Placeta estuvo el templo de tezontle, del gremio de los talabarteros en la que se adoraba a la Santa Cruz. Detrás de ella el Portal de los Chapineros que era del Estado y Marquesado del Valle.

En el año 1733 o 34 demolieron estos portales en el año 1834 la tiraron completamente. En ese lugar en tiempos pasados estaba el templo de nombre “Tozpalatl” manaba una fuente muy venerada de aguas claras, en las que bebían los fieles por devoción a la fiestas de Huitzilopochtli, hacían rituales de purificación los sacerdotes de esa "horripilante deidad".

A lo largo de la pequeña iglesia de la Catedral, de Oriente a Poniente se abría la puerta mayor entre dos pilastras, a una caía hacía la Placeta del Marqués, la otra hacía el lado contrario que la nombraban de los Canónigos, esta iglesia era de la Asunción de María Santísima y su imagen de gran tamaño, era de oro macizo de primorosa hechura.

Los brutos capitulares mandaron a fundir esa joya. Con las enormes piedras del gran Teocalli, que erguía su alta mole en medio de la gran Tenochtitlan, macizaron los cimientos en la que se fundó tan menguada fábrica y aún para labrar las columnas y basamentos de sus tres naves, en la que se hincaban de rodillas los indios y lloraban sin consuelo.

Los frailes decían que el llanto era de puro arrepentimiento que sentían los indígenas de sus maldades. Ingenuos misioneros, aquellos grandes lloros era porque se sentían en gran desamparo, abandonados de sus dioses que veían por los suelos todos despedazados.

Este templo se consideraba indigno, insignificante, poca cosa, para una gran ciudad como México. En los años 1551 y 1552, se tenia que hacer “una de acuerdo a la grandeza de la Colonia”. Empezaron los hondos cimientos para que se erigiría el magno edificio y alzaron algunos muros, pero vieron que iba a pasar muchos años para terminar esa grandiosa construcción.

Chica pero era mucha utilidad, ahí hubo esplendidas ceremonias religiosas y otros atrayentes suntuosidad de otros actos. Solo, cuando eran actos importante se prefería otra iglesia para celebrarlos, como en san José de los Naturales que estaba en el convento de San Francisco.

En el año 1528 no había autoridad eclesiástica en la Nueva España, llegó a manos del gobernador de la ciudad, Alonso de Estrada un mensaje del Papa reinante Clemente VII, quien otorgaba la gracia singular a los habitantes de México de que ganasen el jubileo, privilegio que solo Roma lo alcanzaba y eso cada 25 años.

Llegaron las letras pontificias al Ayuntamiento y se acordó la propuesta, el Gobernador que el “día primero de Pascua de Resurrección y el de Navidad” para que aprovecharan los beneficios del Padre Santo. Se dispuso que el altar mayor de la Catedral fuese el lugar de ese ejercicio, en el cual se alcanzaba indulgencia plenaria, solemne.

Se le comunicó al cura de la iglesia Ginés Uceda a fin de que preparara todo lo necesario para un gran lucimiento y pompa de la ceremonia jubilar.

En la ciudad, que apenas empezaba alzarse, ahí estaba toda la piedra de la destruida Tenochtitlan, se encendió una gran fiesta que pregonaban gozo y alegría en las casas, había gente que lloraba de contentos otros se daban parabienes.

En esos mismos días era la boda de Doña Elvira de Zarzosa, de alcurnia y tiesa doncella que tenía historial heráldico y Francisco Xavier Quiñones pariente cercano de Alonso de Estrada, el bronco Gobernador.

Ella quería casarse en San José de los Naturales, era grande y así alcanzaría mucha concurrencia, después se le antojó que la casara el cura Ginés Uceda en la pequeña Iglesia Mayor. El cura dijo, que gustosísimo que sabía que el templo quedaría adornado hermosamente por el acto. Pero el cura sabía el mal carácter tenía el tal Estrada, el atropellaba a cualquiera, le valía la ley, solo su nombre era temido así que no le sacaba ningún enojo. 

El cura adornaba y era el policía de su iglesia. Consiguió telas para adornar las paredes y consiguió muchos objetos de plata plata, jarras bandejas, fuentes, garrafas etc. Para el buen ver de las mesas para engalanar el altar mayor, exquisita obra de Andrés de la Concha enriquesida con pinturas del inquisidor Simón Pereines, además compró mil adornos , casi todas las velas de cera de la ciudad, para realzar aquella belleza.

Hacía poco que llegó un navío con abundancia de todo lo necesario para hacer cirios, velas gruesas para los templos y para las casas. Cuantos cirios y velas pudo, adquirió el cura Ginés Uceda. Faltaron jarrones, para poner las flores, las que habían en olorosas cargas estaban en el humilde recinto, el padre estaba seguro de tener contento al Gobernador.

La frívola Doña Elvira, ahora se le antojó casarse en la capilla de la Casa de Cabildos, era reducida, solo para que alcance su cuidada selección de invitados, en los otros templos entrarían otras personas de calidad baja, se lo comunicó al padre Ginés y desde luego se molestó, que le hicieran menos precio de su templo y que no estimaban lo que había preparado con mucho trabajo y dinero. Por el desaire el padre Ginés se encabronó, le dijo, de cosas a Alonso de Estrada y a Doña Elvira a esta de sus pecados y al otro falta de calzones y le echaba sonoros verbos y sentencias despampanantes muy a la real España.

Aquel pulido adorno de su iglesia serviría para la “celebración del jubileo” y aún pidió más adornos de plata y se lo traían, le llevaron altos pinos dorados para adornar más el atrio mayor. Al día siguiente, de la boda, se celebraba el jubileo y las personas esperaban con mucho regocijo, todos iban a admirar la iglesia llena de lucidos esplendores.

La Capilla de las Casas Consistoriales, no había en ellas sus objetos propios, la más pulidas platas de las casas ricas ya estaban en la iglesia Mayor, los pudientes no tenían que prestarle a la capilla, Sobre todo, lo más grave no había velas de cera por ninguna parte; el cura Ginés requisó todas de la ciudad, los que la fabricaban se las dio a buen precio, otros que las tenían en sus casa se las regalaron al fraile para aumentar la pompa del beneficio del jubileo que revertía la medida del gozo.

Francisco Javier Quiñones dijo; es cosa fácil esta dificultad, se pide prestado al padre Ginés unas cuantas velas y cirios de esos cuatro y doce no son muchas.

El clérigo dijo, que no, que no daba nada y el Gobernador tornó su ruego, que si no lo quería facilitar entonces que le pagaría lo que pidiera, necesitaban  velas y vino de consagrar y recibió un rotundo ¡no!.

Molesto, Francisco Quiñones fue por Alonso Estrada que era conflictivo, para acordar y ver los dos al padre Ginés y diera en el acto las velas tan necesarias para el altar de la capilla municipal.

Sabedor que iban los dos señores a la iglesia mandó a que quitaran con la mayor prisa toda la cera del altar, la ocultó lo mejor que pudo, solo dejó en el altar dos consumidos cabos que levantaban apenas sus débiles llamas. El párroco sonriente, fino y amable, recibió a los dos caballeros, les ofreció silla y cojín para sus pies, les ofreció una bebida para tomar con ellos que lo tenía en la sacristía. Dijo el Estrada, con autoridad y tono fuerte, que iban por la cera necesaria para el casamiento y el sacerdote en actitud humilde, acentuando más la amabilidad respondió: -Aquí no hay más cera que las que arde-. Y los vio con una delicada sonrisa.

A los dos caballeros le centellaron los ojos con fuego. Quiso emparejar su furia como la de su pariente el déspota Gobernador que era soberbio y cruel.

Siempre usó injusticias y crueldades. A todos tenía fastidiados de su tiranía y avaricia ¡Bueno era él para quedarse tranquilo con la respuesta ladina del cura!. Mandó a unos soldados a buscar y revisar todo el templo, para ver en que lugar que estaban escondidas las codiciadas velas, fueron los militares que encontraron los cajones, unos en la sacristía, otros detrás del altar, hasta en la azotea del templo. Se escandalizó toda la ciudad de la irreverencia, la gente no recordaba maldición o palabrotas en contra del pernicioso Gobernador, que solo gobernaba por su interés y capricho. A todos maltrataba con insolencia, sin respetar ningún fuero de justicia.

Fue todo esplendor. Volvió la cera más mermada a la Catedral para la celebración del jubileo y el primero que se presentó a ganarlo fue Alonso de Estrada, ¡el muy hipócrita, el muy miserable! No alzaba los del ojos del suelo, era vivo ejemplo de humildad. ¡Caramba con el! La Iglesia Mayor resplandecía de hermosura. Era una viva refulgencia de luces. Hería los ojos su resplandor.

Después hubo una inevitable queja al Emperador, maldito el que se ocupaba de esas nimiedades. El cura Ginés hizo larga querella del agravio. El gobernador Alonso de Estrada y su pariente el Quiñones se defendieron de los cargos, falseando la verdad con embustes, según era su costumbre. Transcribieron al monarca la frase mentirosa que les dijo el cura “Aquí no hay más cera que la que arde” cuando dolorosamente tenía mucha escondida. La frasecilla corrió con buena suerte desde entonces tanto en España como en México se dijo para significar con ella que uno no tiene más que lo que se ve de aquella especie de que se trata.

Leyenda Del Rezo Del Ave María


Se cuenta, que el hermano Lego (no era sacerdote) de la Orden de los Dominicos, era un analfabeta, no podía leer los Salmos, en esa época era una costumbre hacerlo en los conventos.

Cuando terminaba sus trabajos porque era el “mil usos” ( era hortelano, barrendero, portero, cocinero) se dirigía a la capilla se hincaba frente a la figura de la Virgen María y recitaba ciento cincuenta Aves Marías que era el número de Salmos que no podía leer. Después se iba a dormir a su celda.

El hermano Superior del convento veía en la capilla cuando llegaba a oficiar rosarios a los monjes, olía a rosas la capilla y adornada por ellas, preguntó; quién lo hacía a diario, nadie dijo, yo, y los rosales del jardín nunca se notó que fueron cortados. Y así pasó el tiempo, la capilla llena de flores.

El hermano Legó se puso muy mal ya no iba por las mañanas ni por las noches a saludar a la Virgen este estaba grave, los monjes se dieron cuenta que el altar estaba pelón, sin las rosas que ya se habían acostumbrado a ver en el templo y dedujeron que era el Hermano Lego era el que adornaba de forma hermosa el altar, ¿Pero como? Si nunca salía, nadie lo había visto salir a comprar las rosas, además que no tenía un céntimo.

Un mañana se levantó de su cama y se fue directo a la capilla, un monje que le llevó el desayuno no lo encontraba y dio aviso a los demás, hasta que se dieron la tarea de buscarlo, cuando lo vieron, cada monje quedaba asombrado, Lego, arrodillado frente a la Virgen recitando con fervor sus avemarías, cada una que se dirigía aparecía una rosa en los floreros, Al terminar sus 150 Aves Marías, murió en los pies de la Virgen. Al paso del tiempo, Santo Domingo de Guzmán, dividió los 150 avemarías en grupos de tres (cuentan, que por revelación de la Virgen lo hizo).