Atención Por Favor.

Ante todo nos dirigimos y agradecemos a todos por la ayuda que nos dan con este blog ya sean seguidores, oyentes del programa de radio y por sobre todo a todos aquellos propietarios de webs, blogs, libros y todos los lugares donde han obtenidos la información y nos han acercado a nuestro mail para que podamos publicarlas en este humilde blog, para que todas las semanas desde hace ya 7 años podamos compartir en dos emisiones las tantas historias, enigmas y misterios del universo que se van pasando de generación en generación y así reflejar esas viejas leyendas, historias, enigmas y misterios que de niños oímos mas de una vez y que nos asustaban en algunos casos como también en otras nos enseñaban a valorar y respetar esas narraciones.

Desde ya les agradezco a todos y pido disculpas si no se agrega la fuente por que muchos correos no la poseen y para no cometer errores no se agrega pero en este pequeño equipo estamos muy agradecidos para con todos. Muchísimas Gracias a todos en general por su valiosa información y por su cordial atención.

Equipo Infinito.



viernes, 11 de agosto de 2017

La Milagrosa Escalera de Loreto

Este es un misterio que muchos han catalogado como un verdadero milagro. Un milagro que ha dejado las pruebas de que sí se realizó y que fue en respuesta a las plegarias y la fe de un grupo de monjas. Recibe el nombre de LA MILAGROSA ESCALERA DE LORETO.

En Nuevo Méjico  hace unos 150 años, la orden de monjas se estableció en un lugar fronterizo. Un lugar peligroso donde estaba lleno de forajidos y delincuentes.  Las hermanas de Loreto mandaron a 7 monjas a este lugar. Enfermas y atacadas por delincuentes, 5 llegaron a Santa fé, una murió y otra se tuvo que volver, y en este lugar peligroso se establecieron. Encontraron cobijo en una escuela y empezaron a poner en marcha el duro trabajo que les habían encomendado. Contrataron a decenas de albañiles, carpinteros, cerrajeros de varios lugares hasta que terminó la obra de la Capilla de nuestra señora de la Luz, que aún existe hoy.

Los trabajos se terminaron y las hermanas quedaron encantadas con la capilla, la obra quedó preciosa, pero había un pequeño problema. Antiguamente, el coro se colocaba en lo alto, y para subir, únicamente se utilizaba una escalera de mano. El problema de este coro es que este se situaba a 7 metros de altura, algo elevado para una monjas mayores. Subir era peligroso y las hermanas eran personas mayores, además sus hábitos largos aun le hacían más impracticable ascender por una escalera de mano.
Hablaron con carpinteros a ver cómo podían solucionar este problema. Una escalera “estándar” no se podía poner ya que ocupaba mucho espacio y habría que quitar muchos asientos. Todos los carpinteros que pasaron se negaron a hacerla, la maravillosa obra arquitectónica dedicada al cultivo de la fe, se vería afectada. Y no había otro modo…
Desesperadas, las 5 monjas decidieron rezar una novena (9 días) a San José, el patrono de los carpinteros. Rezaron y rezaron fervientemente y cuando llegó el último día, algo misterioso sucedió.

Un extraño llamó a la puerta, era un forastero desconocido que pidió trabajo, “casualmente” era carpintero. La hermana mayor le comunicó que necesitaban una escalera, y que todos los demás carpinteros le habían dicho que no se podía hacer. Con decisión el forastero desconocido dijo que él la haría.


Pasaron 6 meses, o quizá un año, nadie lo sabe seguro. Pero el carpintero terminó, y se lo dijo a las monjas las que se quedaron maravilladas con la escalera construida. Era una escalera de caracol, de madera y sin soporte central. Una escalera de caracol de 7 metros de altura y que tiene 33 escalones. El forastero se fue y no cobró su trabajo. Nunca se supo más de él.

Algunos pensarán que no hay misterio, una escalera hecha por un hábil carpintero y ya está. Pero cualquiera que haya estudiado ingeniería, o sepa de materiales y modos de trabajar, sabe que para construir esta escalera, debe estar construida a la perfección.  No se puede ir ni un milímetro. Algo que en aquel entonces era muy difícil de construir con las únicas 3 herramientas que tenía el carpintero: un martillo, un serrucho y una escuadra. Y en esa época donde las escaleras era toscas y simples. Casualmente tenía 33 escalones. Casualmente vino justamente el noveno día de rezo. Casualmente desapareció y no cobró su trabajo ni nadie le dio de comer. Casualmente este maravilloso trabajo no tiene ni clavos ni pegamentos, como se trabajaba hace 2000 años. Casualmente, apareció el único carpintero que había en el mundo que podía hacer este tipo de escalera en el momento justo en el lugar adecuado.

Muchas coincidencias o... un verdadero milagro... ¿hubo alguna fuerza que influyó en todo esto? 

El Misterio Baile De La Muerte

Así pudo sentirse Frau Troffea: Imagina que un día sales a la calle, y te empiezas a sentir raro. Se te tensa la mandíbula y se te cierran lo puños... algo dentro de ti, desde la profundidad de tu pecho clama por salir. Se te nubla la vista, y te resulta difícil articular una simple frase como "ayúdame, algo me pasa", poco a poco el miedo se transforma en pánico y empiezas a perder el sentido de la realidad. Sin distinguir muy bien la realidad de las ensoñaciones, sientes que tu cuerpo empieza a moverse... no sabes muy bien por qué, pero te ves impulsado a hacerlo. Pero no son movimientos calmados y armónicos, sientes dolores y sufrimiento creciente ,y los movimientos son impulsivos, retorcidos, violentos y casi antinaturales... más parecen impulsos para escapar de una idea que te aterra pero que se empieza a gestar en tu cabeza: será imposible soportar este dolor y la locura es la única salida para aguantarlo. No sabes que te esta sucediendo, pero tienes la sensación de que algo siniestro se ha apoderado de ti.

La presión del pecho te empieza a inundar y te llega a la cabeza una asfixiante ansiedad; desesperación y terror se apoderan de ti, y tú, intentando huir de tal infierno, te mueves, deliras, chillas, ríes nerviosos, lloras y tiras espuma por la boca. No puedes comunicarte con nadie, como si estuvieras encerrado en un cuerpo que no es el tuyo, que no puedes controlar. Pasa el tiempo, y el infierno interno no termina, de hecho cada vez es más y más intenso, quieres que termine ya... y ante tal intensidad, no puedes evitar moverte... moverte más frenéticamente... eres consciente de que estas perdiendo el juicio. Intentas escapar hacia donde sea, y aunque no encuentres la salida, te mueves, luchas, hasta que al final, simplemente..... mueres. Tu cuerpo no ha soportado este sufrimiento desgarrador y ha decidido terminar con todo, con el sufrimiento insoportable y con tu vida. Durante todo el tiempo, la gente te ha mirado de forma incomprensiva, no se ha acercado a ti por miedo, y si alguien lo ha hecho y te ha preguntado si estabas bien, lo único que ha podido entender eran balbuceos sin sentido... no te extrañe que alguno te dijera que estabas poseído.... y de hecho lo estabas. Poseído dentro de un cuerpo extraño que ya no es el tuyo y viendo el exterior como desde el interior de un túnel profundo donde la realidad aparece alejada e inaccesible, desde el interior de un cuerpo que te mantiene aislado. Este pequeño infierno que has sufrido antes de fallecer te ha parecido interminable, insoportable, y de hecho quizá lo ha sido... no ha durado unas horas o días... sino semanas y meses.

En 1518, en la ciudad de Estrasburgo, en Francia, sucedió un hecho que se le conoce como la epidemia más rara de la historia y que hasta la fecha aun sigue sin encontrarse una explicación.

Era una época dura: calamidades, hambrunas, misticismo extremista, miedo e ignorancia creaban un clima verdaderamente asfixiante. Un día de Julio, la señora Frau Troffea, salió a la calle y empezó a bailar. Encontrar un chalado en esta época no era raro, ya se cansaría pensaron los vecinos y las autoridades de la época, así que decidieron no actuar. Pero la señora Frau Troffea no se cansó, siguió bailando y bailando. Según las fuentes de la época, los bailes no eran bailes armoniosos. Eran más bien como impulsos nerviosos, alocados y antinaturales, impulsos violentos acompañado de gritos, lloros y risas nerviosas. 

¿Qué podría pasarle a la señora Frau Troffea? Quizá se debía al baile del San Vito. Una enfermedad que se acompaña de movimientos espasmódicos de los músculos, alucinaciones o visiones. Una enfermedad que ahora se sabe que es algo hereditario, algo degenerativo y progresivo. Pero en aquella época, la información era escasa, y ante la rareza de ver bailar a una mujer durante más de 24 horas de forma compulsica, decidieron no hacer nada al respecto y achacarlo al Baile del San Vito... por el momento. Y señalo por el momento porque en una semana ya se habían unido a la señora Frau Troffea otros 34 desgraciados. Fue entonces cuando las autoridades decidieron ponerles música para estimular esos "bailes", pensando que aquello sería beneficioso de alguna manera. Ante tal ingeniosa e ineficaz medida, el problema no solo no terminó, sino que aumentó, llegando a más de 400 bailarines locos. 400 bailarines que no paraban, que estaban día y noche bailando. Quizá alguno caía desmayado pero en el momento se podía levantar, lo hacía y continuaba moviéndose aun con su cuerpo exhausto. 
De esos 400, muchos murieron: agotamiento nerviosos, ataques al corazón, derrames cerebrales, envenenamiento metabólico, etc...

Las autoridades los llevaron a capillas y templos religiosos, donde se les intentó ayudar a través de la inspiración que estos lugares tan cercanos a la presencia de Dios podrían ofrecer. Pero fue en vano, ningún beneficio consiguieron. A los 2 meses, la gente que sobrevivió (según he podido descubrir un poco más de 200 personas) empezó a dejar de bailar, y tras recuperarse física y mentalmente, volvieron a su "vida normal".

Este caso no es el único, se repitieron varios veces a lo largo de la historia. Por citar algunos ejemplos:
En 1374 el Rin se desbordó provocando inundaciones y hambrunas a las poblaciones de la región. Cientos de personas salieron a las calles y al igual que las Estrasburgo bailaron como poseídos y se retorcieron como locos durante días y días.
En 1634 en Loudun varias monjas fueron "endemoniadas". Algunas corrían como animales y otras bailaban de forma compulsiva.

¿Cuales fueron las causas de este baile de la muerte?

Son varias las explicaciones que se dan a estos hechos tan macabros y desconcertantes. Desde posesiones demoniacas en masa, hasta afectados como conejillos de indias por pruebas desde los gobiernos para mantener el control de la población. Pero las dos explicaciones quizá más sencillas son dos:

1ª  La hipotesis de la intoxicación por un hongo. El cornezuelo o ergo es un hongo que puede encontrarse en varias plantas y que a través de estas, pueden pasar al cuerpo humano. La intoxicación por este hongo puede producir alucinaciones y un "fuergo interno". Este hongo se adhiere especialmente al trigo y al centeno. Dos alimentos que son utilizados para la elaboración de pan. Incluso la biblia habla de este hongo y su cuadro sintomático es denominado ergotismo o, popularmente, «fuego del infierno».

2ª La hipotesis de la histeria colectiva. Es probablemente la explicación más aceptada. Una combinación de temor, de hambruna, de superstición religiosa muy vinculada al demonio, de ignorancia, junto con una presión social, deja un preparado social que estallará de una forma u otra. Son muchos los casos documentados de grupos de personas que han visto las mismas alucinaciones, que han sentido las mismas realidades imposibles. Este podría ser el caso, o uno de ellos.

El caso del baile de la muerte o de los 400  bailarines de Estrasburgo, es el más conocido, decenas de documentos tanto religiosos como oficiosos de la época renombran este hecho. La ciencia aun sigue sin poder saber exactamente que sucedió. No sabe muy bien que les pasó por la cabeza a esas pobres gentes, muchos de ellos murieron, quizá incluso prefirieron morir antes que seguir así. Algo en sus cabezas pudo desconectarse, y en ese momento, el hombre dejó de serlo para convertirse en un mundo de ensoñaciones sin sentido alguno. 

El Misterio Del Sol Hueco

Quizá, los antiguos, tenían que luchar y resistir la presión de las mentes más cerradas (al igual que ahora). En algunos casos, estos fueron torturados, denigrados, tachados como locos, y en algunos casos asesinados solo por decir, que esto que sabíamos era erróneo. Por ejemplo, el concepto de la Tierra esférica, del hecho de que la Tierra tuviera una forma redonda, creó un maremoto conceptual que no se pudo asimilar hasta los viajes de Magallanes o Colón. Miles de años, aquellos que proponían la redondez de nuestro planeta, era simplemente tachado de loco.

Pues probablemente, nos enfrentemos a un hecho tan importante como el que se dio cuando a los primeros griegos se les ocurrió que la Tierra era redonda. Abrid bien los ojos porque esto es importante: El SOL ESTÁ HUECO.
Desde la infancia, nos ilustraban los libros, los trabajos que teníamos para estudiar con la forma del Sol. Reacciones nucleares  que se producían en el núcleo y que tardaban años en llegar a la fotosfera esa energía en forma de llamaradas, gases y radiaciones. Explicados así, con dibujitos como los de arriba y fórmulas y suposiciones, todo queda bien explicadito y fácil de entender.... ¿por qué cambiar el concepto del Sol? Pues porque esta concepción no cuadra.

Últimamente estoy leyendo una teoría muy peculiar. La Teoría del Sol Hueco. Dado que se ha escrito mucho sobre esto, con muchas teorías, con muchas posibles explicaciones, algunas que son verdaderamente inclreíbles; únicamente, voy a citar la fuente que considero más científica: Eric Dollard así como otras hipótesis que lo explicarían y que parecen más sensatas.

En esta teoría, el Sol sería hueco, sería una corona  de reacciones nucleares de hidrógeno "vacía" por dentro. Eric, nos dice que el Sol está hueco y trabaja como una lámpara de Tesla (o bola de plasma). 

 Aunque haya muchas variaciones en su forma, una lámpara de plasma es por lo general una esfera de cristal transparente, llena de una mezcla de varios gases a baja presión, y conducida por corriente alterna de alta frecuencia y alto voltaje, generada por un transformador de alta tensión o una bobina de Tesla en miniatura. Un orbe más pequeño en su centro sirve como un electrodo. Emite "serpientes de luz ultravioleta" (en realidad, gas ionizado) que se extienden desde el electrodo interior hasta las paredes de la esfera de cristal, dando una apariencia similar a múltiples y constantes relámpagos coloreados (wikipedia).

Seguramente, ya habéis visto esta lámpara en algún lado. En la lámpara, se produce una corriente de alto voltaje y alta frecuencia que viaja a través del gas hasta que choca con una superficie ionizada extendiéndose por el cristal. En el Sol, sucedería algo parecido. La corona de fuego y gas que vemos en la superficie del Sol, y que percibimos como luz y calor aquí en la Tierra, correspondería al cristal de la lámpara. Y la superficie del Sol, sería el "reflejo" de la energía transportada desde el centro de la lámpara, donde encontramos un electrodo altamente cargado de energía. ¿Pero de donde sale la energía central del Sol? ¿Esa energía que se irradia hasta la superficie de nuestro astro? Según Eric Dollard, esta energía proviene de "quizá" otra dimensión, otra característica energética que aún desconocemos y únicamente intuimos. Por tanto, el Sol, trabajaría como un transformador, convirtiendo la energía primaria en otra que podemos observar, medir, y sentir. No obstante, él asegura que aunque ya se sabe que el Sol es hueco, lo que no se sabe es qué hay dentro... y aquí se despliegan varias hipótesis que no voy a nombrar por no hacer el post muy largo y complicado para mi.

Otro punto que parece apoyar la teoría del "Sol hueco" es la existencia de las manchas solares.

Las manchas que encontramos en el Sol, que pueden llegar a 100 veces el tamaño de la Tierra son, simplificando su definición, tubos de flujo que salen de la fotoesfera y se enfrían. Los partidarios del Sol hueco, opinan que estas manchas que se observan, son sencillamente roturas de la superficie solar que nos permite ver el interior oscuro y hueco del Sol. Respondiendo a esto, los expertos dicen que estas manchas, se deben a los filtros de las cámaras y telescopios que observan el Sol. Unos filtros que eliminan hasta un 99% de la luz del Sol. Pero a esta contestación, los partidarios del Sol hueco, tienen un argumento muy razonable: Las manchas del Sol, se ven sin filtros. Por tanto, los filtros no explican el oscurecimiento de la superficie. Y en efecto, así es, se pueden observar a simple vista. Mirad la imagen inferior.
En efecto, esto ya hace dudar bastante, parece que el motivo de las manchas solares no son los filtros. Además, si estas manchas son eyección de plasma hipercaliente de unos 5000 K, ¿no deberían ser visibles, incluso más? Para esto, no hay explicación.

Investigando por ahí, he podido ver un hecho muuuuuuuy curioso. Supongamos que un enorme cometa va hacia el Sol... ¿qué pasaría? Existen dos opciones:

1º- Si el Sol tiene un núcleo lleno de magma y reacciones supernucleares, el meteorito se zambulliría en la estrella y desaparecería.

2º- Si el Sol está hueco y únicamente se trata de una capa de luz, magma, radiaciones, etc... un meteorito lo suficientemente grande podría pasar por la campa externa, atravesar el centro y salir por de nuevo atravesando la envoltura externa.

Pues bien, este es un vídeo de la Nasa, donde se muestra un meteorito escapando del interior del Sol.

Sacad vuestras conclusiones.

Por última, otro hecho asombroso que parece indicar que todo aquello que aprendimos en la escuela sobre el Sol es únicamente conjeturas, es la velocidad de rotación sobre su eje.

La velocidad de rotación de la Marte: 866 Km/h
La velocidad de rotación de la Tierra: 1.674 Km/h
La velocidad de rotación de la Saturno: 36.840 Km/h
La velocidad de rotación de la Jupiter: 45.583 Km/h

Bien, como observamos, la velocidad de rotación de un cuerpo celeste (de diferentes características), aumenta al aumentar el tamaño. Júpiter por ejemplo, gira sobre su eje a una velocidad 30 veces más rápida que la Tierra. Por tanto el Sol, mucho más grande que Júpiter, debería rotar a una velocidad mucho mayor. En cambio, la velocidad de rotación del Sol es de unos 3400 Km/h. Unas 10 veces menos que Júpiter!!!!!

Otro punto que hay que tener en cuenta es la GRAVEDAD.

Para explicar esto, los partidarios de la teoría del Sol Hueco, afirman que la gravedad es probablemente diferente a como la conocemos. La gravedad en este caso sería inducida por el Sol, por su movimiento. La analogía sería la de un líquido que gira en torno a un remolino. No obstante, esta explicación aun está estudiándose y mejorándose, por tanto, aun queda tiempo hasta que se pueda tomar más en serio.

miércoles, 9 de agosto de 2017

¿Cómo se lleva a cabo un Ritual Vudú?

África fue la cuna del vudú. Su expansión al resto del mundo llegó en forma de venganza indirecta por parte de los esclavos africanos, ya que fueron éstos los que, vendidos en América y Europa como mercancía, comenzaron a llevar a cabo estas prácticas en ambos continentes.  Vamos a explicaros como se llevaría a cabo una sesión de vudú.

Lo primero de todo es contextualizar el tema. El universo de las deidades del vudú siempre ha estado presidido por Legba. Esta divinidad funciona como balanza entre los hombres y los espíritus mayores o menores. Dentro de los espíritus mayores, también conocidos como loa, se encuentra el dios serpiente Damballah, que preside la virilidad y la fuerza. Es a esta deidad a quien se le formulan los deseos de acrecentar o disminuir la salud y potencia de una persona. Si hablamos del sentimiento más poderoso del ser humano, el amor y todo lo relacionado con él, es controlado por la diosa Erzulle, tanto para hacer el bien, como hacer el mal. Con estos conocimientos, podemos comenzar con la explicación.

Llevar a cabo una sesión de Vudú es sencillo y sangriento a la vez: Lo primero que se debe hacer es invocar a los loa a través de un baile frenético al son de tambores y cánticos, a la espera de que algún espíritu menor posea a los asistentes. Estos bailes de deben hacer en sitios sagrados en relación con esta práctica y siempre habrá presente un sacerdote o sacerdotisa vudú. Ellos son los encargados de dibujar en el suelo los veves o símbolos mágicos y de iniciar la sesión. Todo el ritual del vudú se encamina a ganar el favor de los loa, quienes se dignarán a poseer a los fieles y concederles deseo de prosperidad, cura o destrucción de los enemigos.

Todo ritual finaliza con una muerte. En su mayoría los sacrificados son gallinas o cabritos. Se ha acusado a los practicantes de realizar sacrificios humanos, pero nunca se ha demostrado. Si un loa ha oído nuestras plegarias, poseerá al participante de dicho ruego, que comenzará a bailar frenéticamente, balbucear y gritar.

Sabemos que todos esperabais el tipo de vudú de muñeco de trapo y pinchazo en el culo, y aquí os dejamos explicada esa variante. Este estilo de magia negra se llama Bokor, se utiliza una estatuilla de cera, un muñeco de trapo, una fotografía o dibujo de aquello que se quiere dañar. El precio a pagar es muy caro, en dinero o especias, y el resultado puede llegar a ser permanente.

Descubre el Misterio de las Danzas Orientales

¿Tienes algo de coordinación y no te gusta matarte a sudar en el gimnasio porque no concibes el ejercicio sin diversión? Apostamos a que la danza es lo tuyo. Si no la has probado (más allá de la discoteca de los sábados), te recomendamos que te animes. ¡Quemarás calorías sin apenas enterarte!

Una de las modalidades más exóticas que puedes probar son las danzas orientales. Muchas oímos hablar de la danza del vientre por primera vez gracias a Shakira. La colombiana incorpora algunos movimientos básicos a sus actuaciones, aunque no hay que olvidar que ella es cantante y no bailarina profesional. Pero lo que sí es indudable es que ayudó a popularizar este estilo.

Si te gusta bailar, ya no tendrás mil excusas para no hacer ejercicio. Además, la danza tiene muchos beneficios. Si te apuntas a clase –hay que tomárselo en serio para notar resultados– mejoras la flexibilidad, fortaleces el corazón, sociabilizas con gente nueva que también está ahí para aprender y divertirse, notas un aumento de la autoestima al dominar las coreografías, reduces el nivel de estrés y depresión y mejoras la memoria.

De todas las danzas orientales, la más conocida es la del vientre pero hay más versiones.
Danza del velo. El velo es uno de los elementos más llamativos y vistosos. Se utiliza a veces en la danza del vientre.

Danza del puñal. Se representa la muerte, la transformación y el sexo. Es un baile misterioso y generalmente la bailarina comienza la actuación ocultando la daga.

Danza con bastón. Es un baile tradicional egipcio. En el pasado, los hombres utilizaban un bastón para reunir el rebaño y defenderse. Al terminar la jornada de trabajo, bailaban con él ritmos alegres. Después, las mujeres les comenzaron a imitar.

Danza de la serpiente. Es una de las más sorprendentes por contar con una cobra viva. Antes, se rendía culto a las serpientes en zonas como Australia, India, Grecia y África.
Te dejamos con un vídeo de Bozenca, una de las mejores bailarinas de danza del vientre del mundo. Hipnotiza, ¿verdad?

El Misterio de las Geishas

Las Geishas han despertado siempre nuestra curiosidad. Algunas personas las consideran misteriosas mujeres "acompañantes" otras creen que son prostitutas y otras que son simplemente una tradición japonesa que se mantiene para los turistas... ¿Pero quiénes son realmente las Geishas?

Su origen

En japonés, geisha significa “persona de las artes”, es un experto en artes tradicionales como la música, la danza, el canto y la ceremonia del té.
Antiguamente las geishas eran hombres, (kabuki odori) que tenían una finalidad muy similar a los juglares medievales, pero a través del tiempo las mujeres se hicieron cargo de tal actividad. En el año 1779, las geishas fueron reconocidas como artistas y se adoptó el sistema “Kenban” para supervisar a las geishas de la zona. Se restringió entonces su número por debajo de 100 artistas, protegiendo así a las geishas de que cayeran en la prostitución. El kenban permanece aún hoy en día funcionando como una especie de sindicato de las geishas.

¿Son prostitutas?

Una visión popular de la geisha es que eran o son prostitutas. En su origen las prostitutas se hacían pasar por geishas con el fin de atraer a los hombres, pero una geisha verdadera rara vez participaba en relaciones sexuales con sus clientes.
Por esa razón, no es cierto que se dediquen a ello, pueden "tontear" con los hombres pero nunca hay sexo entre sus actividades. Eso sí, pueden mantener relaciones sexuales con un cliente si ellas así lo desean.

¿A qué se dedican las geishas?

En la actualidad, las mujeres que deciden ser geishas lo hacen por libre elección, las niñas no son vendidas y lo hacen por mantener la tradición de su país.  Muchas son estudiantes, lo cual les permite obtener un dinero para sus estudios, hablan varios idiomas y estudian las mismas artes de las geishas en la antigüedad (tocar el shamisen o la flauta, la danza, la ceremonia del té, etc.), otras están incluso casadas y compaginan sus actividades de amas de casa con las de ser geishas.

Las geishas son contratadas para asistir a fiestas y encuentros, tradicionalmente en casas de té o restaurantes japoneses. Su tiempo es medido según lo que se demora en consumir un palo de incienso o gyokudai. El cliente hace el convenio a través del sindicato de geishas que mantiene el horario de cada una de ellas y hace sus citas de entretenimiento.

lunes, 7 de agosto de 2017

El Mayab, La Tierra Del Faisán y Del Venado

Hace mucho, pero mucho tiempo, el señor Itzamná decidió crear una tierra que fuera tan hermosa que todo aquél que la conociera quisiera vivir allí, enamorado de su belleza. Entonces creó El Mayab, la tierra de los elegidos, y sembró en ella las más bellas flores que adornaran los caminos, creó enormes cenotes cuyas aguas cristalinas reflejaran la luz del sol y también profundas cavernas llenas de misterio. Después, Itzamná le entregó la nueva tierra a los mayas y escogió tres animales para que vivieran por siempre en El Mayab y quien pensara en ellos lo recordara de inmediato. Los elegidos por Itzamná fueron el faisán, el venado y la serpiente de cascabel. Los mayas vivieron felices y se encargaron de construir palacios y ciudades de piedra. Mientras, los animales que escogió Itzamná no se cansaban de recorrer El Mayab. El faisán volaba hasta los árboles más altos y su grito era tan poderoso que podían escucharle todos los habitantes de esa tierra. El venado corría ligero como el viento y
la serpiente movía sus cascabeles para producir música a su paso.

Así era la vida en El Mayab, hasta que un día, los chilam, o sea los adivinos mayas, vieron en el futuro algo que les causó gran tristeza. Entonces, llamaron a todos los habitantes, para anunciar lo siguiente: ?Tenemos que dar noticias que les causarán mucha pena. Pronto nos invadirán hombres venidos de muy lejos; traerán armas y pelearán contra nosotros para quitarnos nuestra tierra. Tal vez no podamos defender El Mayab y lo perderemos.

Al oír las palabras de los chilam, el faisán huyó de inmediato a la selva y se escondió entre las yerbas, pues prefirió dejar de volar para que los invasores no lo encontraran.

Cuando el venado supo que perdería su tierra, sintió una gran tristeza; entonces lloró tanto, que sus lágrimas formaron muchas aguadas. A partir de ese momento, al venado le quedaron los ojos muy húmedos, como si estuviera triste siempre.

Sin duda, quien más se enojó al saber de la conquista fue la serpiente de cascabel; ella decidió olvidar su música y luchar con los enemigos; así que creó un nuevo sonido que produce al mover la cola y que ahora usa antes de atacar.

Como dijeron los chilam, los extranjeros conquistaron El Mayab. Pero aún así, un famoso adivino maya anunció que los tres animales elegidos por Itzamná cumplirán una importante misión en su tierra. Los mayas aún recuerdan las palabras que una vez dijo:

?Mientras las ceibas estén en pie y las cavernas de El Mayab sigan abiertas, habrá esperanza. Llegará el día en que recobraremos nuestra tierra, entonces los mayas deberán reunirse y combatir. Sabrán que la fecha ha llegado cuando reciban tres señales. La primera será del faisán, quien volará sobre los árboles más altos y su sombra podrá verse en todo El Mayab. La segunda señal la traerá el venado, pues atravesará esta tierra de un solo salto. La tercera mensajera será la serpiente de cascabel, que producirá música de nuevo y ésta se oirá por todas partes. Con estas tres señales, los animales avisarán a los mayas que es tiempo de recuperar la tierra que les quitaron.


Ése fue el anuncio del adivino, pero el día aún no llega. Mientras tanto, los tres animales se preparan para estar listos. Así, el faisán alisa sus alas, el venado afila sus pezuñas y la serpiente frota sus cascabeles. Sólo esperan el momento de ser los mensajeros que reúnan a los mayas para recobrar El Mayab.

El Diluvio Huichol

Una vez un huichol quiso roturar un pedazo de tierra para sembrar en él; pero los árboles que cortaba cada día aparecían crecidos de nuevo a la mañana siguiente.

Al quinto día quiso descubrir a qué se debía tan extraño suceso, y después de haber cortado algunos cuantos árboles, esperó. Al poco rato salió de la tierra una viejecita con un bordón en la mano, que, apuntando coa su vara a los cuatro puntos cardinales, hizo que nacieran de nuevo todos los árboles cortados. Era la anciana Nacahue, la diosa de la tierra, que hace brotar la vegetación. Después se dirigió al huichol y le habló; le dijo que su trabajo era inútil, pues antes de cinco días tendría lugar un gran diluvio, cuya aproximación se adivinaría por un viento fuerte que ie haría toser. Le aconsejó que se fabricase una caja de madera, que guardase en su interior cinco granos de maíz de cada color; cinco semillas de fríjol, también de distintos colores; cinco sarmientos de calabaza, para alimentar el fuego, y una perra prieta, y que se encerrase después en ella con todo. Así lo hizo el indio y la propia vieja cerró la tapa, sentándose después encima con una guacamaya en el hombro.

Todo sucedió como Nacahue había anunciado. Durante cinco años la caja flotó sobre el agua en todas direcciones y al sexto comenzó a descender, deteniéndose sobre una montaña, cerca de Santa Catalina, donde puede verse todavía.

Cuando el huichol salió de la caja la tierra seguía cubierta de agua; pero las guacamayas la separaron con sus picos en cinco mares. El suelo pudo secarse y de nuevo se cubrió de vegetación.


Nacahue regresó al cielo y el huichol siguió viviendo en la tierra, acompañado sólo de la perra. Cuando por las noches regresaba de su trabajo, encontraba siempre preparadas unas tortillas en su gruta. Un día se quedó acechando, para descubrir el misterio, y pudo ver cómo la perra se quitaba la piel, se convertía en una mujer y se disponía a hacer la comida. Entonces el huichol se apoderó de la piel y la arrojó a la lumbre, y sin hacer caso de los gritos de la mujer, la refrescó con el agua del nixtamal. Desde entonces no volvió a tomar forma perruna, vivió con él y los numerosos hijos que tuvieron poblaron la tierra.

Del Por Qué La Calle Del Puente del Cuervo Se Llama Así

Vivía en la ciudad de Méjico un extraño personaje llamado don Santiago Amándola, a quien todo el mundo achacaba tratos con el diablo.

Este viejo avaro tuvo un oscuro acabar. Su vida fue muy extraña. Transcurrieron sus años en una elegante mansión, servido por muchos criados y rodeado de amigos, casi siempre gentes maleantes. Ordinariamente iba vestido con harapos, ufanándose de ir sucio y de presentarse inmundo en todas partes. Su cuerpo despedía un repugnante olor y su aliento infectaba el aire en cualquier lugar donde se hallase.

Los mejores ratos los pasaba en su casa, con sus amigos, bebiendo y jugando. Los gritos, risas y blasfemias de estas reuniones atronaban la calle. El tiempo libre que le dejaban estas algazaras lo pasaba don Santiago con un pajarraco negro: un cuervo, que vivía en su casa y era su confidente. Mantenían ambos largos ratos de conversación. Don Santiago contaba al cuervo sus intimidades y éste graznaba repetidas veces para darle a entender sus respuestas. Inclinaba el cuervo la cabeza cuando asentía; la levantaba cuando quería escuchar con mejor atención, y la ladeaba para demostrar su duda. Algunas veces, para negar algo, sacudía las alas con fuerza, y en seguida lanzaba sus prolongados graznidos. A menudo en estos coloquios el amo estallaba en enormes risotadas, como si las contestaciones del cuervo fueran graciosas, mientras que otras veces gritaba desaforado y le reprendía, dándole puñetazos.

De esta manera, y por medio de este cuervo, decía don Santiago que el Señor le arrojaba sus inspiraciones y le revelaba sus secretos. En todo esto, claro está, no había más que burla y engaño; pero el señor Améndola tenía a todo el mundo embaucado con estas extrañas pláticas, que se iban divulgando por todo el barrio, con gran admiración de las gentes.

Don Santiago llamaba a su cuervo Diablo. El nombre de Diablo sonaba a todas horas en la casa. Si los criados o los amigos rompían o estropeaban algo, con achacarle el estropicio al Diablo desaparecía el coraje de don Santiago y mostraba un increíble contento. «Si lo hizo el Diablo, bien hecho está», decía. Y con mano cariñosa le alisaba el negro plumaje.

Un buen día la casa de Améndola apareció vacía. Su dueño y el cuervo, su consejero, habían desaparecido. Los amigos y gentes que frecuentaban la casa los buscaron afanosamente por la ciudad; pero todas sus pesquisas fueron en balde. Don Santiago y su cuervo no aparecían. Después de registrar cuidadosamente todo el caserón, dieron con una habitación cerrada. La llave de esta habitación la había guardado siempre don Santiago, no consintiendo jamás que nadie entrara en ella. Después de mucho forcejeo, lograron abrirla, y cuál sería su asombro al encontrar en ella un gran crucifijo, unos azotes y algunas plumas negras de cuervo! Todos pensaron que don Santiago debía de haber empleado aquellos látigos para azotar al crucifijo. Efectivamente, examinado todo aquello-minuciosamente, aparecieron manchas de sangre en el suelo y en la cruz. Se trataba, sin duda, de un gran sacrilegio. Unos clérigos que examinaron el caso afirmaron esta conjetura.

Con la desaparición del señor Améndola, y con este extraño suceso, todos quedaron amedrentados. La casa fue abandonada y pronto quedó convertida en ruinas. Las gentes que pasaban junto a ella sentían un estremecimiento de terror y durante la noche algunos vieron salir una trémula luz azulada por los balcones y cuartea-duras del edificio en ruinas.

Pasados dos años, los vecinos de la calle del Puente, que se extendía por detrás del colegio de los jesuítas de San Pedro y San Pablo, se vieron desvelados por los graznidos de un cuervo que se posaba en la baranda del puente cercano. Al principio no repararon en él; pero como los persistentes ruidos se repetían todas las. noches, se llegaron a preguntar de dónde habría salido aquel animal cuyo graznido no cesaba hasta que se oían las doce campanadas del reloj,, que le hacían levantar el vuelo.

Se difundió el rumor por la ciudad y se pensó en el diabólico cuervo de don Santiago Améndola. Esta sospecha se vio confirmada al observar que todas las noches, a las doce, un cuervo se posaba en uno de los balcones del viejo caserón, acicalaba sus plumas, lanzaba unos graznidos y acababa por introducirse entre las-ruinas de la casa.

Todos los días, cuando empezaba a oscurecer, el cuervo salía de las ruinas y se iba a posar sobre la baranda del viejo puente, de donde lo espantaba la primera de las campana-nadas de las doce.


Viendo aquel extraño pájaro, que parecía escapado del infierno, las buenas gentes se santiguaban y decían jaculatorias para alejarlo.

sábado, 5 de agosto de 2017

El Puente del Clérigo

Allá por el año de 1649 en que ocurre esta verídica historia que los años trasformaron en macabra leyenda, el sitio en que tuvieron lugar estos hechos consignados en las antiguas crónicas eran simplemente unos llanos en los que se levantaban unas cuantas casucas formando parte de la antigua parcialidad de Santiago Tlatelolco; sin embargo cruzando apenas la acequia llamada de Texontlali, cuyas aguas zarcas iban a desembocar a la laguna (junto al mercado de La Lagunilla siglos después), había unas casas de muy buena factura en una de las cuales y cruzando el puente que sobre la dicha acequia existía fabricado de mampostería con un arco de medio punto y alta balaustrada, vivía un religioso llamado don Juan de Nava, que oficiaba en el templo de Santa Catarina. Este sacerdote tenía una sobrina a su cuidado, muy linda, muy de buen ver y en edad en que se sueña con un marido, llamada doña Margarita Jáuregui.

El tercer personaje de esta increíble, pero verídica historia que aparece a fojas 231 de las memorias de Fray Marcos López y Rueda, que fuera obispo de Yucatán y Virrey provisional de la Nueva España, lo fue un caballero y portugués de muy buena presencia y malas maneras llamado don Duarte de Zarraza.

Por decirse de familia ilustre el galán portugués asistía a los saraos y fiestas virreinales y como doña Margarita Jáuregui, por haber sido hija de afortunado caballero también tenía acceso a los salones palaciegos, cierta vez se conocieron en una de esas fiestas.

Conocer a tan hermosa dama y comenzar a enamorarla fue todo uno para el enamoradizo portugués, que indagó y fue hasta la casa del fraile situada al cruzar el puente de la acequia antes mencionada. Sus requiebros, su presencia frecuente, sus regalos y sus cartas encendidas pronto inflamaron el pecho de doña Margarita Jáuregui que estaba en el mero punto de edad para el casorio, por lo que pronto accedió a los requerimientos amorosos del portugués.

Pero don Fray Juan de Nava también indagó muchas cosas de don Duarte de Zarraza y supo que allá en su tierra además de haber dejado muchas deudas, también abandonó a dos mujeres con sus respectivos vástagos, que aquí en la capital de la Nueva España llevaba una vida disipada y silenciosa y que vivía en la casa gaya y se exhibía con las descocadas barraganas. Además tenía varias queridas en encontrados rumbos de la ciudad y andaba en amoríos con diez doncellas.

Por todos estos motivos, el cura Juan de Nava prohibió terminantemente a su sobrina que aceptara los amores del porfiado portugués, pero ni doña Margarita ni don Duarte hicieron caso de las advertencias del clérigo y continuaron con sus amoríos a espaldas del ensotanado tío.

Dos veces el cura Juan de Nava habló con el llamado Duarte de Zarraza ya en tono violento prohibiéndole que se acercara tan solo a su casa o al puente de la acequia de Tezontlali, pero en contestación recibió una blasfemia, burlas y altanería de parte del de Portugal.

Y tanto se opuso el sacerdote a esos amores y tantas veces reprendió a la sobrina y a Zarraza, que este decidió quitar del medio al clérigo, porque según dijo, nadie podía oponerse a sus deseos.

Siguiendo al pie de la letra añejas y desleídas crónicas, sabemos que el perverso portugués decidió matar al clérigo precisamente el 3 de abril de ese año de 1649 y al efecto se fue a decirle a doña Margarita Jáuregui, que ya que su tío-tutor no los dejaría casarse, deberían huir para desposarse en La Puebla de los Angeles. La bella mujer convino en seguir al galán burlando la voluntad del cura.

El día señalado estaba conversando por la ventana de la casa a eso de la caída de la tarde, cuando Duarte de Zarraza vio venir al cura, acercarse al puente sobre la acequia de Texontlali y sin decirle nada a Margarita, se alejó del balcón y corrió hacia el puente.

No se sabe lo que dijeron, mejor dicho discutieron clérigo y portugués, pero de pronto, Duarte de Zarraza sacó un puñal en cuyo pomo aparecía grabado el escudo de su casa portuguesa y clavó de un golpe furioso en el cráneo al cura

El cura cayó herido de muerte y el portugués lo arrastró unos cuantos pasos y lo arrojó a las aguas lodosas de la acequia por encima de la balaustrada del puente.

Como era de muchos conocida la oposición del clérigo a sus amoríos con Margarita su sobrina, Duarte de Zarraza decidió ocultarse primero y después huir a Veracruz, en donde permaneció cerca de un año.

Pasado ese tiempo, el portugués regresó a la capital de la Nueva españa y decidió ir a ver a Margarita Jáuregui, para pedirle que huyera con él, ya que estaba muerto el cura su tío.

Esperó la noche y se encaminó hacia el rumbo norte, por el lado de Tlatelolco…

Llegó al puente de la acequia, pero no pudo pasarlo, de hecho jamás llegó a cruzarlo vivo. Al día siguiente viandantes mañaneros lo descubrieron muerto, horriblemente desfigurado el rostro por una mueca de espanto, como espanto sufrieron los descubridores, ya que don Duarte de Zarraza yacía estrangulado por un horrible esqueleto cubierto por una sotana hecha jirones, manchada de limo, de lodo y agua pestilente. Las manos descarnadas de aquél muerto, en el cual se identificó en el acto al clérigo don Juan de Nava, estaban pegadas al cuello de Zarraza, mientras brillaba a los primeros rayos del sol de la mañana, la hoja de un puñal que estaba hendiendo su mondo cráneo y en cuyo pomo aparecía el escudo de la casa de Zarraza.

No había duda, el clérigo había salido de su tumba pantanosa en la que permaneció todo el tiempo que el portugués estuvo ausente y al volver a la ciudad emergió para vengarse.


Esto dicen las crónicas, esto contó años más tarde la leyenda y por eso, al puente sin nombre y a la calle que se formó andando el tiempo, se le conoció por muchos años, como la calle del Puente del Clérigo, hoy conocida por 7a., y 8a., de Allende dando como referencia el antiguo callejón del Carrizo.

El Alacrán De Fray Anselmo

Don Lorenzo de Baena, hombre bondadoso y sencillo, poseía una considerable fortuna. Pero ocurrió que un día la mala suerte entró en su casa, y desde entonces las calamidades se sucedieron en una serie ininterrumpida. Uno de sus barcos, que regresaba con telas de China, fue apresado por los piratas; naufragó una nave cargada con mercancías, que don Lorenzo había comprado; envió un convoy de plata a las provincias de Occidente y los indios lo asaltaron… Pero no fue esto lo peor: el único hijo de don Lorenzo iba en el convoy y fue escalpelado por los indios, y su esposa, agotada por el dolor, murió algún tiempo después.

Don Lorenzo sufría todo con cristiana resignación. Cuando su ruina fue completa, sus amigos le abandonaron y tuvo que vender su casa y hasta sus muebles. Aun en la más absoluta miseria, don Lorenzo no se desanimaba y esperaba una ocasión para rehacer su fortuna.

Un día se dirigió al convento de San Diego. Vivía en él un santo padre llamado fray Anselmo, siempre dispuesto a ayudar a quien a él acudiera, caritativo y desprendido hasta la exageración. Su celda era la más pobre del convento y sus hábitos estaban hechos jirones. Todo lo que tenía lo daba, y ya ni hasta un hábito nuevo le querían entregar los hermanos, porque sabían que se desharía de él al momento para socorrer alguna necesidad.

Don Lorenzo le contó todas sus miserias. Sabía que un barco cargado con sedas y porcelanas de la China estaba próximo a llegar. Si alguien le prestaba quinientos pesos, podría comerciar con estas, mercancías y salir de su angustiosa situación. Fray Anselmo estaba muy apenado, porque ya no le quedaba con que poder ayudar a tan buen hombre. Entonces un alacrán comenzó a ascender lentamente por la pared, y el fraile lo recogió cuidadosamente, lo envolvió en un trapo y se lo dio a don Lorenzo, diciendo:

—Es lo único que tengo, hermano. Llévalo al Monte de Piedad, a ver cuánto te dan por ello.

Don Lorenzo hizo lo que el fraile le había indicado. Se presentó en el Monte de Piedad, temeroso y avergonzado, y entregó el envoltorio. Y cuando esperaban que lo despidiesen rudamente, tomando su acción por una burla, se vio sorprendido por la exclamación de admiración que el dependiente lanzó al deshacer el paquete. En su interior había un alacrán de filigrana de oro, adornado con esmeraldas, rubíes y diamantes.

Recibió por él tres mil pesos y salió para San Diego de Acapulco, donde acababa de anclar la nave esperada. Volvió a Méjico con las mercancías y las revendió rápidamente. Esto le sirvió de base para reanudar sus negocios y pronto pudo recuperar su antiguo capital.

Don Lorenzo volvió a ser un hombre inmensamente rico. La fortuna le acompañaba en todos los negocios, y volvieron a llover los halagos de los amigos. Pero no olvidaba que todo se lo debía al humilde fraile, y un día, queriendo recompensarlo, fue al Monte de Piedad, sacó el maravillo so alacrán, lo envolvió cuidadosamente y se lo llevó. Fray Anselmo recibió el regalo con tranquilidad, desenvolvió el paquete, cogió amorosamente el alacrán y, poniéndolo en la pared, en el mismo sitio de donde lo había tomado el día que se lo dio a don Lorenzo, le dijo:

— Sigue tu camino, criaturita de Dios.


Y el precioso animal, convertido de nuevo en un vulgar alacrán, comenzó a caminar lentamente.

La Leyenda De Doña Beatriz

Vivía en la ciudad de Méjico una hermosa joven, Doña Beatriz, de tan extraordinaria belleza, que era imposible verla sin quedar rendido a sus encantos.

Se contában entre sus muchos admiradores la mayor parte de la nobleza mejicana, y los más ricos potentados de Nueva España; pero el corazón de la bella latía frío e indiferente ante los requerimientos y asiduidades amorosas de sus tenaces amantes. Y así pasaba el tiempo; pero, como todo tiene un término en la vida, llegó el momento en que el helado corazón de Doña Beatriz se incendió en amores.

Ello fue en un fastuoso baile que daba la embajada de Italia.

Allí conoció Doña Beatriz a un joven italiano, Don Martín Scípoli, de esclarecida y noble estirpe.

La indiferencia de Doña Beatriz fundióse entonces como la nieve bajo de la caricia de los rayos solares, y se sintió la hermosa poseída de un nuevo sentimiento, en tanto que el joven por su parte, se había también enamorado profundamente.

Poco tiempo después, Don Martín se mostró excesivamente celoso de todos los demás adoradores de la hermosa Doña Beatriz, promoviendo continuas reyertas y desafiándose con aquellos que él suponía pretendían arrebatarle sus amores. Y tan frecuentes eran estas querellas, que Doña Beatriz estaba afligida, y en su corazón comenzó a arrai­gar el temor de que Don Martín sólo se Había enamorado de su hermosura, de modo que, cuando ésta se marchitara, moriría el amor que ahora le profesaba.

Esta preocupación embargó su mente y amargó su vida en forma tal, que decidió tomar una resolución terrible, poniendo a prueba el amor de su galán. Y al efecto, en el deseo de saber si Don Martín la quería sólo por su belleza, un día en que su padre se hallaba de viaje, con un pretexto despidió a todos sus criados para quedar sola en su casa.

Encendió el brasero que tenía en su habitación, colocando en frente la imagen de Santa Lucía, y ante la cual rezó fervorosamente para pedirle le concediera fuerza y valor con que poner por obra su propósito. Después, atándose ante los ojos un pañuelo mojado, se inclinó sobre el brasero, y soplando avivó el fuego hasta que las llamas rozaron sus mejillas. Luego metió su hermosa cara entre las ascuas.


Terminada esta terrible operación, cubrió su rostro con un tenue velo blanco y mandó llamar a Don Martín. Una vez en su presencia, apartó lentamente el velo que le cubría el rostro, mostrándoselo al galán desfigurado por el fuego; solamente brillaban en todo su esplendor sus hermosos ojos relucientes como las estrellas. Por un momento su amante quedó horrorizado contemplándola. Luego la estrechó en sus brazos amorosamente. La prueba había dado un resultado feliz, y durante todos los años de su dichoso matri­monio, Doña Beatriz no volvió a sentir el temor de que Don Martin sólo la amara por su hermosura.

jueves, 3 de agosto de 2017

El Diablo De Puente De Piedra

Cuenta la leyenda que una madrugada un hombre y su carreta, tratando de cruzar un río, invocó al diablo y ofreció su alma a cambio de que le construyera un puente.

Apareció el diablo y le dijo: acepto… A lo que el hombre contestó: pero debera estar terminado antes de que cante el gallo.

Y con velocidad escalofriante el diablo comenzó a construir el puente… Y viendo el hombre que el diablo se apretaba para poner despaciosamente la última piedra con cara burlona, se fue a su carreta, rebuscó en ella y sacando unos gallos los tomó a puntapiés y justo en el límite del tiempo, uno de ellos cantó.

Con prisa cargó de nuevo la carreta y ya sobre el puente dijo adiós al diablo.


* El cantón de Grecia tiene un distrito llamado Puente de Piedra, su nombre se refiere a un puente de piedra que, visto por debajo, se ve que falta una piedra justo donde cierra el arco. De ahí nació esta leyenda.

La Piedra de Aserrí y la Bruja Zárate

Había una vez una pintoresca ciudad llamada Aserrí ubicada a 11 km al sur de San José y gobernada por un español ilustre y bien parecido, de quien la Bruja Zárate se enamoró perdidamente. El la despreció y entonces ella juró vengar aquel desaire que le hizo el español. Días después amanecía la aldea convertida en una enorme piedra, los habitantes en animales de la montaña y el orgulloso español Pérez Colma pasaba a la categorfa de pavo real.

La Zárate era una mujer blanca, gorda, pequeña, de ojos grandes y negros, mirada maliciosa, usaba peinado con dos trenzas, dueña de sí misma, solía curar a sus enfermos y cuando le consultaban casos tristes, les obsequiaba frutas que al llegar a sus casas estas se convertían en piedras preciosas y monedas de oro.

Cierto día, un señor llamado Diógenes Olmedo fue a visitar a la famosa Zárate, para ver si le daba suerte y fortuna. Después de caminar cerca de seis horas, llegó al anochecer a la piedra y cansado de dar vueltas alrededor de ella sin encontrar un medio para poder hablar con la Bruja Zárate, resolvió recostarse en la piedra y esperar. Esperó tanto que el cansancio lo dominó y se quedó dormido. Horas después deliraba, mirando a su lado un árbol en cuyas ramas se posaron unas blancas palomas diciéndole con voz humana: “Si quieres hablar con la encantadora Zárate, da tres golpes a la piedra y dí las siguientes palabras: -Busco en vano mi ideal… años caminando y siempre en pie, linda Zárate escucha y ábreme por el amor al pavo real”. Seguidamente las palomas retomaron el vuelo dejando caer pétalos blancos.

Diógenes despertó… Ya era medianoche, levantándose dió tres golpes a la piedra y al mismo tiempo repitió las palabras que le habían dicho las palomas. En ese instante la piedra se iluminó, apareció la Zárate con un chal tinto cruzado por los hombros, en sus dedos un cigarrillo encendido y en la otra sujetaba con una cadena un lindo pavo real. Se dirigió con amabilidad al pobre hombre que temblaba de pavor diciéndole: ¿Qué de mi, buen hombre. En que puedo complacerte? Diógenes, tomando valor se acercó, la saludó inclinándose y luego le contó su doliente historia, su viudez, sus hijos enfermos y hambrientos. La Bruja Zárate. como si recordara algo y pensativa le preguntó: ¿Cuánto tiempo hace que murió tu esposa y cómo se llamaba? El pobre hombre le respondió: -Ella no murió… hace dos años salieron ella y unas amigas a bañarse a un río en la montaña… nunca más se supo de ella ni de sus amigas, desaparecieron misteriosamente… su nombre era Lupita Olmedo. La Zárate movió sus cejas, aspiró el humo de su cigarrillo y con una carcajada estripitosa enfrió la sangre del pobre hombre y le dijo: “Conmovida por tu amargo sufrir y porque me has pedido por el amor de mi ave favorita, el pavo real, te voy a dar lo que necesitas”. Caminaron una hora montaña arriba y por fin llegaron a una planicie en donde una hermosa laguna rodeada de bambues, toronjas y limones emergían de ese bello lugar, la bruja tomó varias toronjas y le dijo: Toma, aquí tienes el alimento de tus hijos”. Diógenes llenó su alforja con los frutos, en ese instante doce palomas blancas se posaron sobre los bambues y la bruja Zárate le dijo: “Puedes marcharte ya, esas palomas te serán de guía”.


Regresaba el pobre hombre pensativo y desilusionado, llevando en los hombros aquel cargamento de toronjas y en el alma la promesa de una mujer coqueta y repugnante. ¿Para qué tanta fruta y tantas palabras vanas?… Llegando a la mitad del camino y sintiendo aquella pesada carga decidió aliviarla, y arrojó seis toronjas por un precipicio hasta llegar a un río y desaparecer. Más aliviado prosiguió su camino, sus hijos lo divisaron y echaron a correr hacia el preguntándole que les había mandado la señora Zárate. Diógenes fingiendo alegría, les contó que ella les mandaba unas hermosas toronjas y que al día siguiente llegarían doce palomas blancas a darles una sorpresa. Los niños se durmieron esa noche, esperando el día siguiente para atrapar las palomitas y divertirse con las toronjas. Al día siguiente las toronjas amanecieron convertidas en oro puro, y más tarde Diógenes y los niños percibieron el ladrido de los perros y pisadas de caballos, cuál sería la sorpresa al ver que regresaban las doce paseantes que una mañana, felices fueron a la montaña y no regresaron. Lupita Olmedo venía adelante galopando para estrechar a sus hijos y su inconsolable esposo. Y contaban que la bruja Zárate, al verlas bañandose en el río tuvo la ocurrencia de convertirlas en palomas blancas y que formarían así su corte de honor. En cuanto al pavo real, le prometió que tan pronto consienta en ser su esposo, le devuelve su forma primitiva, pero el honorable español conservará su abolengo, es preciso resignarse a ser pavo real prisionero, antes que esposo de la hechicera en libertad.

El Misterio De La Piedra Blanca

Tuto Yoyo era el mote de aquel Escazuceño valeroso que tuvo el ánimo de subir solo una noche a la montaña donde moran las brujas, los duendes y los fantasmas, y llegar, sin miedo, hasta los predios mismos donde campea la bruja Zarate. Fue este valiente hombre el que estuvo a punto de develar el misterio que está escondido en la gran Piedra Blanca de Escazú. Contaba don Tuto, uno de los parroquianos más viejos de este lugar, que para los días martes y viernes, cuando eran de luna llena, las brujas, montadas en sus escobas de norte a sur Escazú sobrevolaban y por los techos de las casas pasaban, en las calles chiroteaban para terminar en la cúpula de la iglesia bien sentadas.

Una noche en que don Tuto tuvo que levantarse presuroso para hacer una necesidad en el cerco de su casa que retrete no tenía, dio la casualidad que quedó de cuclillas mirando de frente la imponente montaña que se levanta al sur y… cuál sería su sorpresa y asombro cuando en la lejana penumbra divisa cómo, por un boquete de la roca montañosa, centenares de brujas entraban y salían entre bandadas de cuervos y murciélagos que lo mismo hacían.

Don Tuto., hombre valiente y arriesgado, dos veces no lo pensó y ciñéndose bien los pantalones, ponerse en camino a esas horas no le importó. Y fascinado por aquella negra boca que tantas brujas tragaba y escupía, hasta ahí se dirigió. Cuchillo y cubierta en faja metió; un poco de tabaco en su bolso echó, mirando al cielo se hincó, una oración rezó y, santiguándose, cuesta arriba en camino se puso.

Y sin quitar la vista a aquella ventana de las tinieblas y sin detenerse un momento subió y subió nuestro aventurero hasta jadeando llegar. Por el oscuro boquete quiso entrar, pero en ese preciso momento, un duende se le aparece para esta pregunta lanzar:

-¿Adonde caminas forastero noctámbulo?

-Quiero ver que hay en esa cueva de las brujas tan negra y profunda, -contestó don Tuto-.

-No es una cueva -dijo el duende-. Es un encanto. Y las brujas que en tropel veis entrar y salir son las hadas mensajeras de Zarate, la reina de las brujas. Y esta inmensa roca que miráis, del tamaño de toda esta montaña, es la Piedra Blanca,, es pura piedra viva, que con el tiempo se cubrió de musgo y el musgo se convirtió en un frondoso bosque por donde trepa, como parásita, el bejo de yazú. Y en el centro y en lo profundo de esta gran piedra lo único que hay es un encanto, el encanto donde está encantada la Tule Vieja por obra de la bruja Zarate que la hechizó.

-¿Y quién es la Tule Vieja? -le preguntó don Tuto-.

-La Tule Vieja-contestó el duende- fue, en Escazú, la doncella más bella, que una noche se escapó de la casa gimiendo, gritando y llorando como loca porque, su prometido se le había ido. Y era ya avanzada la madrugada cuando, cansada de tanto gritar y llorar, la encontró la bruja Zarate quien, con la promesa de llevarla donde estaba su amor perdido, en el encanto de la Piedra Blanca terminó. Y ahí, sin poder salir nunca más, encantada está la que más bella fue.

-Mientes muy mal, duendecillo infernal -replicó don Tuto-. ¿Acaso no sabes que esa doncella bella es María del Rosario que de mise enamoró y después me traicionó? Mándala a llamar que me la quiero llevar. Y se metió el duende a lo más profundo del encanto para con el espanto pronto regresar. ¡Pero ya no era la bella María del Rosario! Ahora era la Tule Vieja fea que salía de ese mundo de los aparecidos y con una vigorosidad tan bestial y brutal que ni la fuerza de veinte caballos juntos la podían sosegar. Pero este espanto de las tinieblas no amedrantó a don Tuto quien, acordándose del mágico bejuco de yazú que por esos montes abundaba, en un santiamén uno cortó y con el mismo a (a Tule amarró. Y fue así como este espantoso ser perdió su diabólico poder. La Tule, con el bejuco de yazú, amarrada quedó. Don Tuto de la montaña mansita la bajó, a su casa la llevó y hasta en la iglesia la metió.

Los serenos, que en la noche el espectro vieron, dijeron por un ventanal verlos entrar y cerca del altar mayor un ritual celebrar. Era ya 29 de septiembre, día del santo patrono de Escazú, san Miguel Arcángel. Y al ser las doce horas en punto de ese día de fiesta patronal era cuando entonces sí se oían las bombas de doble trueno tronar al tiempo que un cachiflín anunciaba que ya salía, por la sacristía, la mascarada bailando al son de la filarmonía, y bailando también don Tuto con la Tule Vieja que mansa la conducía.

Era el Escazú mágico de antaño que tanto cantara este viejo trovador. Era el Escazú alegre y pintoresco, tan lleno de color y sabor alrededor de su plaza, su escuela, su cabildo y su iglesia.

Reseña histórica

Quienes tuvimos la dicha de conocerá don Tuto el juglar y de su boca sus hazañas contar, esta es la imagen que de él pudimos grabar: sobre su cabeza, un raído sombrero de pelo; un buen bigote le adornaba y la cachimba que no le faltaba; un viejo saco que siempre le abrigaba y el bastón en que se apoyaba cuando la reuma lo aquejaba. Y de la Piedra Blanca y su oscura cueva, en el misterio nos dejó; del bejuco de yazú, su magia y su virtud nos enseñó y, de la Tule Vieja, el ánima en pena de quien en vida María del Rosario se llamó.


Este relato, recogido en vivo de los labios de don Liborio Constantino de Jesús Fernández Delgado (Tuto Yoyo), en el año de mil novecientos sesenta y tantos, combina la historia de, su persona, de su visita a la Piedra Blanca y del bejuco que ahí nace, con el folclore, la tradición, la leyenda y el mundo imaginario de don Tuto. Separar estos elementos, separar estos géneros, sería desnaturalizar y falsificar lo que tienen de ciertos unos hechos y lo que tiene de maravilloso la fábula. Debemos cuidar, con celo, el regalo de este hombre que nació en Escazú el 22 de julio del año 1888 y murió en el mismo lugar el 12 de octubre de 1987.

martes, 1 de agosto de 2017

Las Cuatro Piedras Malditas De Cartago

Cuando se fundó la ciudad de Cartago en su sitio actual, en la cuadra donde hoy se levanta el edificio de los Tribunales de Justicia, vivió un mayoral encomendero que tenía muchos indígenas a su cargo. Entre estos indios se encontraba un brujo de una tribu dominada que siempre rechazó la pérdida de su libertad, religión y posesiones ante la llegada de los hispanos.

Por tal razón su capataz decidió mantenerlo en casa del encomendero, haciendo los peores trabajos de la casa, pero siempre bien vigilado para que no se escapara. En el solar de la casa sobresalían del suelo cuatro piedras que las indias encargadas de lavar utilizaban para tender ropa.

Harto de tanto sufrimiento, el brujo reunió todos los ingredientes de la peor de sus hechicerías y en medio de las cuatro piedras, durante el equinoccio de la primavera a media noche, llamó al dios de las tinieblas para que se lo llevara al mundo de la oscuridad en busca de su libertad y apagar sus odios, soltando el corcel de la venganza contra el hombre blanco.

Esa noche, Los vecinos de Cartago escucharon un retumbo seguido de un grito largo que rasgó el silencio de la noche. Al día siguiente, las lavanderas de la casa, asustadas, fueron en busca de sus amos.
Las cuatro piedras estaban desenterradas, como si algo las hubiera levantado, pues no había herramientas por ningún lado. Esto obligó al encomendero a notificar al alcalde de la ciudad, creyendo que el indio rebelde se había fugado, pero jamás se tuvo noticias de su paradero.

La esposa del mayoral llamó al cura de la ciudad, quien bendijo todas las esquinas de la propiedad para apaciguar el terror de la dama.

A partir del aquel día, una mala racha cayó sobre quien viviera en la propiedad.

El encomendero perdió sus indios en una epidemia de influenza y al verse arruinado, vendió la propiedad. Los nuevos inquilinos corrieron igual suerte, hasta que una propietaria decidió donar parte de la propiedad con el fin de levantar una iglesia en honor de la Virgen de la Soledad.

Los constructores de la iglesia, al conocer la historia, enterraron las piedras debajo del altar de la nueva edificación, en línea recta, para apaciguar el espíritu del mal, ya que María majó la cabeza del demonio. Antes de enterrarlas, bautizaron las piedras con los nombres de Sagua, Gona, Petrona y Vilva, sin dar razones del porqué de esos nombres.

Después de construida la iglesia, los habitantes de Cartago olvidaron el oscuro episodio, hasta que la edificación fue destruida por el terremoto de 1910, quedando las piedras enterradas. La propiedad se utilizó para construir, por un tiempo, el Hospital de Cartago, pero fue necesario cambiarlo a otro lugar. Más adelante, la propiedad se convirtió en la famosa plaza de la Soledad, donde se celebraron las fiestas agostinas y otras actividades durante muchos años.

Al construirse los actuales Tribunales de Justicia, los constructores desenterraron las piedras y decidieron colocarlas en la esquina sur-este del cuadrante, como detalle decorativo del jardín que rodea el edificio de los Tribunales.

La maldición cambia toda acción que se haga en medio y cerca de las piedras hacia el lado negativo, pero nunca algo negativo se convertirá en positivo. Si una pareja de novios se besa tocando alguna de estas piedras, jamás llegarán a algo formal y bueno. Si es cosa de negocios, no hay capital resistente porque la inversión será desastrosa.

El brujo se dio cuenta de la ambición y débil amistad del hombre blanco. Por lo tanto, clavó su puñal de venganza que ha llegado hasta nuestros días.


Se rumora que vecinos cercanos a las piedras se han quejado de malas vibraciones, pero esto es muy difícil de probar. Hasta aquí la historia de las cuatro piedras malditas de Cartago.

La Negrita

Por los años de 1635, la Puebla de los Pardos era un barrio segregado de la ciudad de Cartago, compuesto exclusivamente de mestizos. Era costumbre en casi toda la América española segregar a los mestizos de los blancos, obligandolos a vivir separados, hasta la fuerza de la Ley llegaba en ocasiones a prohibir el matrimonio entre ellos.

Por esta época existía allí un breñal a donde solían ir los pobres de Cartago a recoger leñna para cocinar, en las inmediaciones del breñal vivía una pobre y sencilla mujer que en la mañana del 2 de agosto se encaminó como de costumbre a recoger su carga de leña al breñal, y esta vez encontró sobre una piedra una imagen que representaba a la Santísima Virgen con el Niño en sus brazos, de un tamaño no mayor a una cuarta y tallada en piedra, la recogió y al llegar a su humilde casa la guardó en una cajita de madera.


Cuando ya se acercaba el mediodía, la mujer volvió al breñal por más leña y, llena de admiración, encontró la imagen sobre la misma piedra. La tomó creyendo que era otra imagen y se la llevó a su casa. Cuando abrió la caja para guardarla junto a la otra, llena de estupefacción notó que la otra imagen ya no estaba. Su estupefacción creció a tal punto y casi de espanto, cuando por tercera vez, al volver al breñal encontró la imagen sobre la misma piedra. Sin embargo, la tomó en sus manos y la llevó a su casa, a donde pudo constatar que se había escapado de la caja, y que encontró vacia. La buena y humilde mujer se alarmó muchísimo, corrió a la casa del cura del pueblo, se la entregó y le contó los extraños sucesos que había experimentado momentos antes. El cura, que según cuentan era don Alonso Sandoval, tomó la pequeña imagen y la depositó en un cofre con el fin de examinarla después detenidamente. Al día siguiente cuando el señor cura decidió examinar la imagen, se dió cuenta que ya no estaba en donde la había puesto, y cuando la pobre mujer que anteriormente había descubierto la imagen, decidió volver al breñal a recoger la leña matinal, con asombro encontró la imagen sobre la misma piedra en que tantas veces la había hallado. Corrió la mujer donde el señor cura, este con otras personas del lugar llegaron al breñal y en solemne procesión la llevaron hacia la iglesia parroquial depositándola en el Sagrario. Al día siguiente cuando quisieron examinarla, ya no estaba en el lugar, corrieron todos a la ya conocida piedra en el breñal y allí estaba, sobre la misma piedra. Era la quinta vez que en esta forma se manifestaba la Santísima Virgen, comprendiendo asi que quería tener su casa allí mismo, se dieron inmediatamente a la ardua tarea de levantarle una ermita, mientras podían construirle un templo digno de ella la celestial Señora, “La Virgen de los Angeles”.