Quien más sufrió en silencio el dolor de la pérdida de Balder fue su padre Odín, que sabía lo que ésta pérdida costó a los Ases. Entonces los dioses se reunieron y Frigga preguntó quien sería el que, ganándose todo su amor y su favor, viajaría al infierno e intentaría encontrar a Balder y rogarle a Hela, la diosa de los muertos, que lo devolviese a Asgard si ella lo permitía. Hermod el vigoroso, hijo de Odín, fue quien se ofreció voluntario, montó el veloz Sleipnir, el caballo de ocho cascos de Odín y partió hacia Hel.
Los Ases mientras tomaron el cadáver de Balder y lo llevaron al mar, junto a su barco Hringhorni, el mejor de todos, que pensaron utilizar como su pira echándolo al mar. pero el barco no se movía. Entonces mandaron mensaje a Jötunheim para que viniera una giganta de nombre Hyrrokin, que llegó cabalgando un lobo y usando como brida una víbora. Saltó de su montura que tuvo que ser sujetada por tres berserker (guerreros/oso poseídos de una furia incontrolable). La giganta echó la nave al agua del primer empujón. Thor empuñó su martillo e intentó matarla, pero los dioses pidieron tregua para ella. Llevaron el cadáver al barco junto con el de su mujer, Nanna hija de Nep, que se quebró de dolor y murió. Entonces se levantó Thor y consagró el fuego con Mjölnir, y ante sus pies salió corriendo un gnomo llamado Litr, y Thor le dio una patada y lo arrojó al fuego y murió. Al funeral acudieron gentes de toda Condición: Odín, con Frigga y las Valquirias y con sus cuervos, Frey con su carro tirado por el jabalí Gullinbursti, Heimdall montando a su caballo Gulltopp, Freya conducida por sus gatos. Odín puso en la pira su anillo de oro, Draupnir, que cada nueve noches goteaban de él ocho anillos de gran peso, y también el caballo de Balder, que fue llevado a la pira con sus arreos.
Hermod cabalgó nueve noches por oscuros valles hasta que llegó al río Gjall y cruzó el puente Gjallarbun, cubierto de oro. Modgud, la doncella que vigila el puente le preguntó por qué cabalgaba hacia el infierno, si el puente no resonaba bajo él, revelando que no estaba muerto. Le indicó que Balder, a quien buscaba, había cruzado el puente y "hacia abajo y hacia el norte va el camino del infierno". Hermod cabalgó hasta las Puertas del infierno, allí desmontó, cinchó al caballo, montó y picó espuelas, y el caballo saltó tan alto por encima de las puertas que no volvió a bajar. Hermod llegó al palacio, desmontó y allí vio sentado en el escaño más alto a su hermano Balder. Pasó allí la noche y por la mañana rogó a Hela que le dejara cabalgar a Balder con él de vuelta, contándole el luto que había levantado. Hela dijo que debía demostrar que Balder era tan querido como contaban; si todas las cosas del cielo, vivas y muertas, lo lloraban, Hela soltaría a Balder, pero si una sola se negaba quedaría en Hel por siempre. Balder despidió a Hermod y le devolvió a Odín a Draupnir, y Nanna envió a Frigga linos y el anillo Fulla.
Enseguida enviaron mensajes los Ases a todas las cosas para que lloraran a Balder, a los hombres y los animales, a piedras y metales, a árboles y plantas; pero de vuelta los mensajeros encontraron en una cueva a una giganta (de nuevo Loki disfrazado) que se negó a llorarlo: Thökk llorará lágrimas secas por la pira de Balder; ni vivo ni muerto me sirvió el hijo del hombre que guarde Hel lo suyo.
Y por eso se dice de Loki que es quien más daño ha causado a los Ases...
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