Massachuset, siglo XVIII; una esclava llamada Tituba es vendida a la familia Parris, siendo una de sus funciones, cuidar a la hija, Elisabeth y su prima Abigail. Como son niñas muy inquietas Tituba las entretienen con historias de miedo y pequeños trucos. Poco a poco la actidud de las niñas empieza a cambiar, llantos incomprensibles, bocas paralizadas, etc.
Todo esto es suficiente para crear un escándalo de brujería en una sociedad puritana como era el pueblo de Salem. A partir de este momento se empieza una una gran cacería donde las arrestados son; personas sin recursos, libertinas y personas que a ojos de la sociedad no son normales. Se empiezan a celebrar juicios con argumentos incoherentes como ” El diablo usa a los malos para dañar a los buenos y para defender a sus agentes creaba espectros de ellos, de modo que mientras los malos atacaban, se veían sus imágenes en otras partes efectuando labores inocentes“. Por lo tanto los veredictos distaban mucho de ser imparciales.
En siete meses fueron condenados 7 hombres, 13 mujeres, se arrestaron a 200 personas y 200 más ya habían sido acusadas. Tituba se declaró bruja y se salvó, pero los que no se declararon herejes fueron ejecutados, no quemados como normalmente se cree, sino ahorcados o apedreados.
Dieciocho meses después de esta horrible cacería, que no sólo se produjo en Salem sino que se extendió al resto del mundo, el gobernador perdonó a los sospechosos y exoneró a los muertos.
Por lo tanto todo esto pasó por no creer que las brujas eran simplemente personas sabias, conocedoras y amantes de la madre naturaleza y no confiar en su enorme poder, cuyo único fin era ayudar a los demás.
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