La Princesa Pirene, hija de Túbal, bisnieta de Noé, asustada fue a esconderse en las altas montañas
Gerión pensó que si no la mataba no podría hacerse respetar como nuevo Rey de Iberia. Así que concibió la idea de pegarle fuego a las montañas, convencido de que la princesa moriría y se fue a Gades (Cádiz).
Las llamas, agrandándose con el viento, se extendían por toda la cordillera derritiendo todo aquello que encontraba a su paso
Por las laderas de la montaña chorreaban ardientes torrentes de lava que achicharraban todo aquello que tuviera vida, extendiendo tras de ellos el horrible mantel de la muerte.
Los pobres bosques chisporroteaban. Corrían despavoridos los osos, los tejones, los jabalís, los lobos... Los pueblos se inundaban de ríos abrasadores, los pájaros se asaban, las nubes de humo negro tapaban el sol. El calor, aún desde lejos, era insoportable.
Héracles, el semidiós que luchaba victorioso contra los gigantes que tenían asustados a los habitantes de Iberia, oyó los gemidos de la princesa y extendiendo sus brazos en aquel mar de fuego, la cogió.Ella todavía tuvo tiempo de contarle su historia.
Héracles puso sobre su cabeza las cenizas de la princesa muerta y le levantó un Mausoleo
Amontonó montaña sobre montaña, haciendo escaleras con estos montones y los Pirineos volvieron a ser magníficos de mar a mar.
He aquí como el Mausoleo de la desafortunada Pirene ha llegado a ser el balcón desde donde podemos ver las tierras de Francia y las de España.
Otra leyenda sobre la creacion de los Pirineos:
Cuenta la leyenda que el Héroe griego Hércules se enamoró de Pirene (una de las pléyades), hija del dios Atlas. Pero Pirene rechazó a Hércules.
El enfado de Hércules fue tal que con un hacha dividió España de África e inundó con el mar Mediterráneo la Atlántida, donde vivía Atlas y Pirene. Pero ella consiguió huir y se escondió en un zona entre España y Francia.
Cuando Hércules iba buscando en todo el mundo y estaba cerca de ella, esta hizo una gran pira y quemó todos los árboles para no ser encontrada. Y lloró, y sus lágrimas crearon los ibones.
Cuando al final la encontró Hércules, vio que Pirene estaba muerta y sonriente de haber burlado a Hércules.
Este, lleno de tristeza la enterró con todas las piedras que encontró creando una gran cordillera que denomino Pirineos en recuerdo a Pirene
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