¿Realmente existían y existen los vampiros?
Curiosamente la ciencia también se ha adentrado en el papel de la investigación para estudiar y dar veracidad a todas esas habladurías de si eran reales esos seres creados hace tantos siglos y que son conocidos como vampiros.
Y quizás sorprenda a muchos que las características fundamentales que debe poseer un vampiro como el odio a los ajos, la necesidad de sangre, colmillos afilados, manos y dedos largos y puntiagudos, protegerse del sol, etc.… si que son ciertos.
Algunas mentes escépticas del campo de la ciencia, han encontrando una explicación lógica y razonable que se acercaría mucho a lo que se creía que sufría el ser mitológico. Hablamos de la Porfiria, una enfermedad autoinmune.
Esta enfermedad genética y hereditaria es conocida con este nombre ya que las personas que la padecen viven en un cuerpo que no es capaz de sintetizar las porfirias, sustancias que junto con ciertos metales ayudan al metabolismo del organismo y a la hemoglobina. Debido a este motivo, distintos compuestos químicos se van acumulando en dientes, huesos y piel, y por la acción de la luz sufren reacciones químicas dando el resultado de la destrucción del tejido o material que se encuentra alrededor.
En un próximo artículo veremos más detalladamente los síntomas de esta extraña enfermedad.
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