En el sur de Inglaterra, en la llanura caliza de Salisbury, en el condado de Wiltshire, fue construido uno sitio sagrado para los antiguos moradores de la gran isla, llamado hoy en día Stonehenge. No fue una construcción llevada a cabo en un corto período de tiempo, sino que se trató de una construcción realizada en tres fases perfectamente diferenciadas y en un período de tiempo de unos 1.500 años. Es posible que durante ese período, los antiguos britanos hayan cambiado mucho sus creencias, pero resulta extraño que mantuvieran el sitio de culto a través de muchas generaciones y que cada una de las fases constructivas, a pesar de estar separadas por cientos de años, hayan seguido los mismos patrones originales, y que se encuentren en tanta concordancia unas con otras.
Una explicación lógica para ello es que las bases religiosas antiguas estaban basadas en las necesidades de los pueblos, como fertilidad, lluvias y estaciones, lo que lleva indefectiblemente al estudio de las ciencias. Tal como parece, este antiguo centro de culto fue construido teniendo en cuenta posiciones astronómicas muy precisas, lo que coincide con muchas otras civilizaciones antiguas, separadas entre si por el tiempo y la distancia.
¿Cuál fue la finalidad para la que fue construido Stonehenge?
Muy poco se sabe de las antiguas culturas británicas, debido principalmente a que no tenían escritura y muy poca evidencia de sus costumbres han llegado hasta nuestros días. Esto sumado a las primeras especulaciones hechas acerca de esta construcción hace unos siglos, han alimentado algunos mitos acerca del lugar.
Los primeros intentos de explicar Stonehenge datan del siglo XVII. En 1620, el rey Jaime I sintió espacial curiosidad por la extraña construcción, por lo que decidió encargar una investigación al arquitecto Iñigo Jones. Éste concluyó que se trataba de un templo romano dedicado al Cielo y que dataría del siglo I d.C. Posteriormente, otras muchas teorías sin fundamentos fueron formuladas hasta que los historiadores y arqueólogos modernos consiguieron una datación precisa, aunque aun hoy no se han podido develar muchos detalles. En la década de 1960, Gerald Hawkins, profesor de astronomía de la Universidad de Boston, afirmó que la ubicación de las piedras coincidía con alineamientos de astros en la época de la construcción, con lo que estableció una teoría que dice que esta construcción habría sido empleada como observatorio astronómico y como calculador de eventos astronómicos, como eclipses. El alineamiento de ciertas piedras con las posiciones del sol en los solsticios es notorio, lo que le da cierta credibilidad a la teoría.
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