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Desde ya les agradezco a todos y pido disculpas si no se agrega la fuente por que muchos correos no la poseen y para no cometer errores no se agrega pero en este pequeño equipo estamos muy agradecidos para con todos. Muchísimas Gracias a todos en general por su valiosa información y por su cordial atención.

Equipo Infinito.



viernes, 8 de octubre de 2010

El Dorado: La Leyenda del Hombre Dorado


A lo largo de toda la historia, el hombre solo ha podido extraer de las entrañas de la tierra unas 500.000 toneladas de oro. El oro es un metal brillante, maleable y estable, lo que, añadiendo su belleza, le han convertido en unidad de valor desde hace milenios. El poeta griego Píndaro, aludiendo al efecto que en los hombres tiene este metal, escribió:
“El oro es hijo de Zeus. Ni la polilla ni el óxido lo devoran, mas él devora la mente humana”. Y este efecto devorador de la mente humana es la que ha provocado la gran cantidad de “fiebres de oro” que se han sucedido durante toda la historia. Son innumerables los delitos, guerras, genocidios y toda clase de barbaridades que se han cometido en su procura.
Son incontables las historias de personas que han dejado todo, inclusive su propia vida, en pos del sueño de poder tenerlo todo, de poder comprarlo todo. Los más grandes conquistadores de la historia iniciaron sus hazañas con esta finalidad.

El comienzo de la leyenda

Desde Cristóbal Colón en adelante, cada una de las sucesivas expediciones europeas tenían como finalidad el hallazgo del tan ansiado oro. No escaparon a esta fiebre ni siquiera los monarcas de la vieja Europa, los que financiaron la mayoría de las expediciones al Nuevo Mundo con esa finalidad. Los registros históricos demuestran que las coronas de España, Portugal, Francia e Inglaterra dieron especial importancia a aquella clase de expediciones.
Debido al enorme riesgo que significaba por aquellos días esa clase de viajes, es evidente que quienes los realizaban eran aventureros cuya única meta era la de enriquecerse fácilmente, y que no repararían en los medios para conseguirlo. Es de esta forma que comienza la exploración del nuevo continente.
En 1530, tan solo 38 años después del descubrimiento de América, las expediciones españolas se adentraron en territorio de la actual Colombia fundando poblaciones y sometiendo a las tribus locales. Gonzalo Jiménez de Quesada y Sebastián de Belalcázar, fundadores de la ciudad de Bogotá, se enteraron de una leyenda local en la que una antigua tribu, probablemente los Chibchas, ungían a su nuevo rey con una ceremonia especial.
Esta ceremonia consistía en revestir al heredero con polvo de oro habiendo revestido su cuerpo previamente con lodo, construir una gran balsa en la que se embarcaba el futuro rey con cuatro de sus principales jefes y una gran cantidad de ofrendas en oro en un lago profundo. Cuando el nuevo rey llegaba al centro del lago, arrojaba al fondo del mismo las ofrendas y se bañaba en él, de forma que el polvo de oro que revestía su cuerpo también fuera ofrendado.
Otra leyenda sobre El Dorado está relacionada con el imperio incaico, el más rico y mejor organizado de América del Sur. Cuando llegaron los conquistadores, ocuparon la capital y apresaron al Inca Atahualpa. Dice la leyenda que, cuando algunos súbditos del Inca se enteraron de la caída de su rey, tomaron la mayor parte del tesoro del imperio y lo arrojaron al fondo de un lago.La búsqueda
El relato de la ceremonia de asunción del nuevo rey habría sido recogido de primera mano, interrogando a indígenas que habrían visto la última ceremonia realizada, por un cronista español en 1536. A partir de allí, el mito indígena se fue transformando en su transmisión oral, hasta llegarse a decir que el rey ungido de esta forma era el gobernante de una ciudad donde todo, hasta los más elementales utensilios, eran fabricados en oro puro.
De allí en más, una gran cantidad de aventureros, acicateados por la sed de oro, se internaron en muchas regiones americanas en busca del mítico reino de oro, el país del Hombre de Oro. Muchos de estos hombres dejaros sus vidas y muchos se arruinaron en la busqueda.
El lago habría sido identificado como el lago Guatavita, un cráter profundo lleno de agua y rodeado de densa selva. En 1580, un comerciante de la recientemente fundada ciudad de Bogotá, habría intentado drenar el lago construyendo un canal con la mano de obra esclava de cientos de indígenas. El intento fracasó al derrumbarse el canal y costar la vida de cientos de trabajadores. De todas formas, algunos metros habrían sido restados a la profundidad del lago, dejando a la vista algunos tesoros, aunque no comparables con los tesoros míticos.

El Dorado incaico y su actual búsqueda

Mas realista y mejor documentada aparece la búsqueda de una ciudad Inca más rica que el propio Cuzco. Documentación recientemente hallada en los archivos del Vaticano hacen referencia a una solicitud hecha por los Jesuitas y aceptada por el Papa, de buscar y convertir a la Santa Fe a una ciudad escondida en la selva peruana llamada por los indígenas Paititi. Dicha ciudad habría sido fundada por Inkari, el mítico fundador del imperio Inca.
Muchos investigadores creen en la existencia de dicha ciudad. Muchos de los secretos incas permanecen ocultos, como Machu-Pichu estuvo oculta por siglos. La inaccesibilidad de la región, con una muy densa selva, llena de caudalosos e intransitables ríos, enormes precipicios e insondables pantanos.
Choquencacha es la última ciudad incaica hacia oriente. Es una ciudad que posee grandes ruinas del imperio de los Incas. Más al oriente de esta ciudad, se encontraría Paititi. Adentrándose en la selva, expedicionarios encontraron una serie de extrañas formaciones piramidales, a las que llamaron “pirámides de Paratoari”, pero no pudieron determinar si se trataba o no de formaciones naturales.
Aún hoy, nuevas expediciones arqueológicas continúan hallando ruinas en la selva que rodea al río Madre de Dios, lo que permite continuar alentando la posibilidad de que Paititi, posiblemente El Dorado, exista en algún rincón de la selva peruana. Algunos exploradores, empleando modernas técnicas, han informado que hallaron un lago con extrañas e intrincadas cavernas sumergidas, donde posiblemente se hallen los tesoros escondidos por los Incas. Pero su exploración es muy difícil, por lo que es posible que pasen varios años antes de que se puedan tener noticias acerca de este posible descubrimiento.
De todas formas, los modernos buscadores de El Dorado continúan la incesante búsqueda que lleva ya quinientos años.

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