Lo que si se sabe es que la cultura de aquellos que construyeran este complejo incluía grandes conocimientos tanto en astronomía como en el arte de construir en piedra. Este sitio, según investigaciones realizadas, es un punto de la geografía del continente americano es, astronomicamente hablando, importante teniendo en cuenta su localización exacta pues todavía hoy en día sirve para determinar, por ejemplo, cuando habrá eclipses de sol o de luna.
Según se ha podido descubrir, tras estudiar las herramientas y restos en general allí descubiertos, este yacimiento arqueológico puede tener entre 3.000 y 4.000 años y, entre los signos que representan un tipo de lenguaje, y que se hallan plasmados sobre estas piedras, se han encontrados caracteres propios de antiguas escrituras de origen fenicio, libio y celta, (con respecto a los celtas aún está por descubrir cómo consiguieron cruzar el océano Atlántico).
Si bien este lugar megalítico recuerda en ciertos aspectos al mítico Stonehenge lo cierto es que éste último se diferencia principalmente en cuanto al orden. Stonehenge compone una estructura ordenada mientras que Mystery Hill presenta cierto caos en cuanto a construcción y organización. Ahora bien, se creen que la función de ambos lugares era la misma, la de servir como lugar de culto, y como observatorio para pronosticar el tiempo y estudiar la evolución astronómica.
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