Atención Por Favor.

Ante todo nos dirigimos y agradecemos a todos por la ayuda que nos dan con este blog ya sean seguidores, oyentes del programa de radio y por sobre todo a todos aquellos propietarios de webs, blogs, libros y todos los lugares donde han obtenidos la información y nos han acercado a nuestro mail para que podamos publicarlas en este humilde blog, para que todas las semanas desde hace ya 7 años podamos compartir en dos emisiones las tantas historias, enigmas y misterios del universo que se van pasando de generación en generación y así reflejar esas viejas leyendas, historias, enigmas y misterios que de niños oímos mas de una vez y que nos asustaban en algunos casos como también en otras nos enseñaban a valorar y respetar esas narraciones.

Desde ya les agradezco a todos y pido disculpas si no se agrega la fuente por que muchos correos no la poseen y para no cometer errores no se agrega pero en este pequeño equipo estamos muy agradecidos para con todos. Muchísimas Gracias a todos en general por su valiosa información y por su cordial atención.

Equipo Infinito.



martes, 5 de octubre de 2010

Apolo, Dios Del Vaticinio y La Música


Apolo es hijo de Zeus y Leto y hermano de la diosa Ártemis. Por tanto, es un dios de segunda generación. Zeus, celosa de Leto, había perseguido a la joven por toda la Tierra. Cansada de escapar de la ira de la esposa de Zeus, Leto buscaba un sitio donde dar a luz a los hijos que llevaba en su seno, pero tenía el problema de que todo la tierra se negaba a acogerla, temiendo la cólera de Hera. Sólo una isla flotante y estéril, llamada Ortigia, o tal vez Asteria, (la Isla de las Codornices), consintió en dar asilo a la desventurada. Fue en este lugar donde nació Apolo. Agradecido, el dios fijó la isla en el centro del mundo griego y le dio el nombre de Delos la "brillante".

Al pie de una palmera, el único árbol en toda la isla, Leto aguardó el parto durante nueve días y nueve noches, pues Hera retenía a su lado a Ilítia, la divinidad que preside los partos felices. Todas las diosas, en especial Atenea, se hallaban junto a Leto, pero nada podían hacer en su favor. No obstante, Iris fue al Olimpo a rogar a Hera el alumbramiento ofreciéndole un collar de oro y ámbar de un espesor de nueve codos. A este precio, Hera consintió a Ilítia que finalmente descendiese del Olimpo y se encargue del parto. Leto dio a luz primero a Ártemis, y después, con ayuda de ésta, a Apolo. En el momento de su nacimiento, unos cisnes sagrados volaron sobre la isla dando siete vueltas a su alrededor -pues era el séptimo del día del mes-.

Después del parto, Zeus envió regalos a su hijo: una mitra de oro, una lira y un carro tirado por cisnes. Luego le ordenó que fuese a Delfos, pero los cisnes lo condujeron primero a su país, en la tierra de los Hiperbóreos, los cuales viven bajo un cielo siempre puro y que han consagrado a Apolo un culto que celebran sin cesar. Pues fue allí donde el dios permaneció durante un año, siendo homenajeado, y regresó después a Grecia, llegando a Delfos en pleno verano, en medio de fiestas y cantos. Incluso la naturaleza lo festeja. De este modo, se celebraba con hecatombes todos los años en Delfos la venida del dios.

Apolo mató en Delfos a Pitón (o Delfine), un dragón encargado de proteger un antiguo oráculo de Temis, pero que se entregaba a toda clase de desmanes en el país (enturbiaba los manantiales y los arroyos, robaba los ganados y los aldeanos, asolaba la fértil llanura de Crisa y asustaba a las Ninfas). En recuerdo de su hazaña, o tal vez para aplacar la cólera del monstruo después de muerto, Apolo fundó en su honor unos juegos fúnebres, los Juegos Píticos, celebrados en Delfos. Después se apoderó del oráculo de Temis y consagró un trípode en el santurario (el trípode es uno de los emblemas de Apolo y la Pitia, sentada sobre él, pronuncia sus oráculos). En honor a la victoria del dios, los habitantes de Delfos cantaron el péan, un himno en honor de Apolo. Pero una vez muerto el dragón, Apolo tuvo que ir hasta el valle de Tempe en Tesalia para purificarse de la mancha de tal muerte. Pues bien, cada ocho años se celebraba en Delfos una solemne fiesta conmemorando el exterminio de Pitón y la purificación de Apolo.

De aspecto hermoso, Apolo tuvo numerosos amoríos con Ninfas y con mortales. Así, amó a la ninfa Dafne, hija del dios-río Peneo, en Tesalia. La ninfa no correspondía a sus dioses y huyó a las montañas. Apolo la perseguía, y cuando estuvo a punto de alcanzarla, Dafne dirigió una plegaria a su padre, suplicándole que la metamorfosease para permitirle escapar de los abrazos del dios. Su padre consintió en ello y la transformó en laurel, el árbol consagrado a Apolo.

El dios tuvo más amoríos: con la ninfa Cirene, que engendró al semidiós Aristeo; con Talía, una de las Musas, obtuvo la paternidad de los Coribantes, que eran demonios del cortejo de Dioniso; con Urania, que engendró a los músicos Lino y Orfeo; otra de sus conocidas aventuras es la que concierne al nacimiento de Asclepio; con Marpesa, hija de Evenno; con Casandra, hija de Príamo; con Hécuba, madre de Casandra y esposa de Príamo, y le dio un hijo, Troilo; etc. Sin embArgo, Apolo no limitó sus amores a mujeres, sino que también amó a muchachos: Hiacinto y Cipáriso, entre los más célebres.

A veces Apolo aparece como pastor por cuenta propia. Sus bueyes le fueron robados por Hermes joven. Apolo recuperó su propiedad en el monte Cileno, pero se dice que el pequeño Hermes había inventado la lira; Apolo quedó tan impresionado con el invento que cedió a Hermes sus rebaños a cambio del instrumento. Al inventar luego la flauta, Apolo se la compró por una vara de oro (el "caduceo" de Hermes) y además le enseñó el arte adivinatorio. De hecho, la flauta interviene en las leyendas apolíneas, como la historia de Marsias, un sátiro que retó a Apolo con la pretensión de que era mejor músico con su flauta que el dios con la lira. Marsias fue vencido y Apolo lo desolló después de colgarlo de un pino.

Como dios de la música y la poesía, era representado en el monte Parnaso donde presidía los concursos de las Musas. Pero aparte de ser dios de la música, poesía, vaticinio, pastoral e íntimamente unido con la vegetación y la Naturaleza, Apolo era además un dios guerrero capaz de enviar, con su arco y sus flechas, una muerte rápida y dulce, como su hermana Ártemis. En la Ilíada lucha en favor de los troyanos contra los griegos, protege a Paris en la batalla, y a su intervención, directa o indirecta, se atribuye la muerte de Aquiles.

Ciertos animales consagrados a Apolo: el lobo, a veces ofrecido en sacrificio y cuya imagen se asocia frecuentemente a la suya en las monedas; el corzo o la cierva, que también figuran en el culto de Ártemis; el cisne, el milano, el buitre y el cuervo, cuyo vuelo daba presagios, entre las aves; el delfín (su nombre es parecido al de Delfos), entre los animales marinos. La planta apolinea por excelencia era la planta -de hecho, la Pitia, en sus trances proféticos, mascaba una hoja de laurel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario