Después de algún tiempo, Make-Make pensó crear a un ser a su imagen, que supiera hablar y pensar como él lo deseaba. Fue así como probó fecundar las aguas del mar, las que se poblaron de peces. Finalmente, fecundó una piedra en la que había tierra colorada, y de ella surgió el hombre. Make-Make se puso muy contento al ver que el hombre estaba formado a su imagen y semejanza, pero como encontró que se veía muy solitario, lo hizo dormir y fecundó una de sus costillas izquierdas, creando así a la mujer.
Se dice que en los tiempos antiguos la tierra de Rapa Nui era muy grande, y que Uoke, el dios devastador, tenía gran poder sobre ella. Podía producir movimientos sísmicos para hundirla o levantarla cuando lo deseaba, usando para ello una palanca. Cierto día, cuando Uoke estaba divirtiéndose levantando parte de Rapa Nui, se le quebró la palanca. De esta manera, Rapa Nui quedó más abajo, y como afloraron solo las cúspides de las montañas, el continente sobresalió. Fue así como se formó esta isla, bautizada con el nombre de Te-Pito-Te-Henua o El Ombligo del Mundo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar