Se cuenta que cuando un brujos la necesita para enviar un mensaje, le da de beber un brebaje, mezcla de aceite de lobo marino y zumo del Natri. Así ella, de noche, vomita sus intestinos y los deposita en una lapa, (vasija hecha de madera de Ciruelillo o de Alerce) que posteriormente oculta entre los matorrales. Sólo de esta manera puede completar su transformación en un ave llamada Bauda y estar lista para volar. No usa el “Macuñ”, que es un chaleco hecho de piel humana que usan los brujos para poder volar. Su poder es justamente el transformarse en Bauda y ser el correo especial de los brujos. Curiosamente, no le permiten participar en las ceremonias, puesto que ella, si bien tiene poderes, muchas de las prácticas y secretos del “Arte de los brujos” le están vedados y debe resignarse a su labor de servidumbre.
Al terminar su trabajo, antes de que comiense el día, debe buscar su lapa entre los matorrales y volver a ingerir sus intestinos para convertirse nuevamente en humano. De no hacerlo, estará condenada a seguir como Bauda por el resto de su vida.
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