Esta leyenda da cuenta de una enorme culebra y como en todo mito tiene una que otra variante, pero siempre encontraremos en ella claramente la esencia que le caracteriza. En el caso del culebrón la versión más insistente habla de una culebra de un metro sesenta centímetros hasta algunas que podrían alcanzar los dos metros de largo. Su rasgo característico es su grosor y la larga melena de gruesas cerdas a modo de alas, esto es para las versiones del Culebrón en las cercanías de Ovalle. Relatos en otros lugares han descrito que estas cerdas no son más, que un par de alas, ( he aquí su similitud con la legendaria Serpiente Emplumada llamada Quetzalcoalt de las antiguas culturas del actual México.) Sus alas las desplegaría sólo de noche pues es un animal de costumbres nocturnas, en el día se mantendría oculto en profundas cuevas. Posee en el extremo de su cola otra cabeza gemela. Aunque las dos versiones son interesantes, preferí retratar al Culebrón con largas y gruesas cerdas que nacen por sus flancos y semejan verdaderas alas.
Se dice que no provoca daño a los seres humanos, algunas versiones aseguran que habita cerca de los corrales de ovejas y cabras y que se alimenta de la leche de estos animales y que cuando no hay producción de leche, bebería de la sangre de los cabritos recién nacidos. este fenómeno recuerda el accionar de otro antiguo ser mítico, el Chupacabras, cuya leyenda se extiende desde México hasta la Patagonia.
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