No es posible ver al Caleuche de día;aparece después que el sol se pone, en medio de una neblina, iluminado intensamente; dicen que su cubierta se realizan grandiosos bailes y es posible escuchar música de fiesta. Son justamente esas melodías las que atraen a los náufragos. Pocos consiguen abandonar el barco y la aventura narrada por quienes lo han logrado es fantástica; dicen que la embarcación se sumergió hasta el fondo del mar, donde se les ofreció parte de algunos tesoros.
Si una nave decide perseguir al Caleuche, este se transformará en una roca, un tronco de árbol o, incluso, un alga.Tampoco es aconsejable empeñarse en conocer sus secretos; el que se detenga a observarlo imprudentemente corre el riesgo de ser castigado; puede quedar con la boca torcida, la cara vuelta hacia la espalda o, peor aún, perder la vida de manera repentina...
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