Para muchos, el gigante verde está lleno de voces, ruidos e imágenes del pasado que simplemente se niegan a morir.
Los camioneros que descargan material evitan hacerlo en las cercanías del antiguo hospital, pues aseguran haber visto un niño que los saludaba desde sus ventanas ya sin vidrios.
Enfermeras y médicos que trabajaron en el mineral dicen haber convivido por años con el pequeño fantasma, que se aparecía especialmente al personal del turno de la noche.
Según Jaime Andrade, un antiguo paramédico conocido como "Jaimito", el niño creció en el hospital afectado de una grave enfermedad respiratoria, y jugó en sus pasillos hasta que una mañana falleció.
Actualmente el edificio está casi cubierto por los ripios, pero hay quienes aseguran que al pasar frente a él, se puede observar una pequeña figura jugando y riendo entre las ruinas.
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