Se cuenta que un fantasma toca el violín todas las noches a las doce en punto, en la habitación más alta de la casa (que termina en una torre a modo de campanario); el sonido del violín es tétrico y llena de terror a los vecinos del sector, que no se atreven a andar a medianoche por el lugar, por temor a cruzarse con el 'violinista', de quien se dice es el propio dueño de la casa, ya fallecido. Aún en la actualidad se escucha el dichoso violín a medianoche (la casona por la noche está vacía, porque como ya se ha comentado antes, la ocupan oficinas comerciales), e inspira temor.
Los vecinos cuentan que allí ocurren cosas extrañas, luces que se encienden en la noche, gritos, golpes... y el sonido del violín a las doce en punto que se escucha cada noche... hasta hoy.
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