lunes, 11 de mayo de 2015
Descenso De Innanna Al Inframundo
Inanna, la reina del cielo y de la
tierra decidió un día bajar al inframundo. Siendo consciente del
peligro que implica dicha empresa, incluso para una diosa tan
poderosa como ella, lo prepara todo bien antes de partir. Dejó
instrucciones muy precisas a su visir Ninshubur sobre que hacer si al
cabo de tres días desde su partida, ella no regresaba. Además se
atavió con sus insignias reales y sus amuletos mágicos; los "siete
me":
- El shugurra, una corona de estepa.
- El collar de cuentas de lapislázuli.
- La vestidura real.
- El ungüento de ojos "Que venga
él, que venga él".
- El pectoral "Ven hombre, ven".
- El aro de oro.
- La vara y la cuerda de medir de
lapislázuli.
A las puertas del inframundo, Inanna
pide ser recibida por su hermana Ereshkigal, con la excusa de
organizar el funeral de su cuñado. Cuando el vigilante de la puerta
hace saber a la reina del inframundo esta petición, ésta monta en
cólera y ordena que se cierren las siete puertas con llave y que se
deje pasar a Inanna con la condición de que antes de pasar cada
puerta debe desprenderse de una de las siete insignias.
De esta forma, Inanna se presenta
delante de su hermana desnuda e indefensa, y con sus intentos
desesperados de apoderarse del trono no consigue más que los jueces
del inframundo dicten su condena a muerte y acuerden que su cuerpo
sea colgado de un gancho sujeto a la pared.
Cuando se cumplió en plazo de espera e
Inanna no había regresado, Ninshubur decidió actuar. Realizó
lamentaciones y apeló a otros dioses para que ayudaran a la reina
del cielo y la tierra. Tanto Enlil como Nannar se niegan alegando que
ha sido la ambición de la diosa la que la ha llevado a la situación
en la que se encontraba.
Solo Enki se apiada de ella y decide
ayudarla. De la mugre de sus uñas crea dos seres (sus nombres
reflejan los de oficiantes de cultos o travestidos relacionados con
los rituales de Inanna). Estos seres consiguen ser recibidos por
Ereshkigal fingiendo sentir conmiseración por sus sufrimientos.
Adulada, Ereshkigal decidió ofrecer
una recompensa y éstos, instruidos por Enki, piden el cuerpo de
Inanna, el cual rociaron con el Agua de la Vida que les otorgó el
dios. sin embargo, los jueces del inframundo exigieron que ella
aportara a alguien que la supliera. Una hueste de demonios la
acompañó en su camino de regreso, y al salir a la tierra, detienen
a Ninshubur. Inanna se negó e impidió que ningún dios que hubiera
guardado duelo por ella fuera apresado.
Pero al ver a su esposo Dumuzi ataviado
con esplendorosos ropajes y sentado sobre un gran trono de oro, lo
señala encolerizada y lo entregó a los demonios para que la
supliera en el inframundo. Al final, la hermana de éste, se apiadó
de él y decidieron que cada uno pasaría medio año en el inframundo
y el otro medio en la tierra.
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