miércoles, 7 de agosto de 2013
Los Verdaderos Cuentos Infantiles
Acostumbrados a oir las narraciones de Charles Perrault, los
hermanos Grimm, Hans Christian Andersen y después a ver las ñoñas versiones de
Walt Disney en el cine, es difícil creer que las versiones originales de los
cuentos infantiles que escuchamos siendo niños y que algunos ya hemos contado a
nuestros hijos, sean en realidad más violentas de lo que podría ser un cuento
infantil.
Originalmente los cuentos infantiles fueron creados para dar
a los niños valiosas lecciones sobre la vida. Y como la vida misma, no había
censura respecto a lo que se debía aprender. Antes la vida era más cruel, la
verdad era más cruda y las lecciones eran más despiadadas. Tal vez fue porque
en aquel entonces la sociedad era más violenta, o porque un error de juicio
podía costarte la vida en aquellos tiempos. Sangre, asesinatos, incesto y otros
asuntos de vital importancia eran relatados a los niños de ese entonces.
La versión original de La Bella durmiente no tiene un final
feliz. En la versión original de la historia, no es el beso de un apuesto
príncipe el que despierta a la Bella Durmiente, sino los tiernos codazos de sus
gemelos recién nacidos. El príncipe al ver dormida a Talía, en vez de
conformarse y despertarla con un solo beso, la viola y se marcha. Nueve meses
después la durmiente Talía da a luz a dos niños Sol y Luna, uno de ellos chupa
el dedo de su madre y logra sacar la astilla que la mantení dormida. Talía y el
príncipe se encuentran de nuevo y reinician su idilio....solo para que vuelva a
abandonarla y regrese con su esposa, quien se entera de la existencia de los
hijos ilegítimos de su esposo, los toma como prisioneros y los entraga a su
cocinero, dándole la orden de degollarlos y preparar con ellos un guiso. Cuando
el príncipe termina de comer, la mujer le grita ¡Te estás comiendo lo que es
tuyo! Pero resulta que el cocinero no mata a los hijos y los abandona en el
bosque. Enfurecida la esposa, ordena aprehender a Talía para arrojarla a un
pozo lleno de animales venenosos, pero es ella quien cae en su trampa y muere.
En La Cenicienta sus orígenes no fueron tan adorables en su
versión original. Toda la crueldad que la pobre Cenicienta tuvo que sufrir en
manos de su dominante madrastra quizás fue bien merecida. En las versiones más
antiguas de la historia, la un poco más siniestra Cenicienta consigue asesinar
a su primera madrastra rompiéndola el cuello para que su padre se case con el
ama de llaves. Por otro lado, no existe el Hada Madrina. A la joven le ayudan
unas palomas que viven en un árbol que creció sobre la tumba de su madre.
Cuando el príncipe va con el zapato, la madrastra obliga a una de sus hijas a
que se corte un dedo del pie para que le cupiera. El príncipe es avisado del
engaño por las palomas y además ve cómo sangra el pie. A la otra hija, le
obliga a que se corte el talón y tampoco consigue engañarlo. Finalmente, en la
boda de Cenicienta, las palomas le sacan un ojo a cada una de las malas
hermanastras a la entrada de la iglesia y el otro a la salida con lo que quedan
ciegas.
Blancanieves Al final de la versión original alemana,
escrita por los hermanos Grimm, la perversa reina es fatalmente castigada por
intentar asesinar a Blancanieves. La heroina se escapa de la manzana envenenada
y se va a casar con el príncipe. La maldita madrastra es invitada a la fiesta
y, como siempre, le pregunta al espejo mágico que quién es la más bella. Este
le responde que Blancanieves. La madrastra no se lo puede creer porque la
piensa muerta. Va a la fiesta y al ver a la joven se queda petrificada;
entonces, ayudándose de tenazas, traen unos zapatos de hierro que habían puesto
al fuego y se los calzan. La malvada reina es entonces obligada a bailar usando
esos zapatos rojo vivo hasta que caer muerta.
En la versión auténtica de Caperucita roja, el lobo aún no
ha terminado de digerir a la abuela cuando se abalanza sobre Caperucita, a la
que descuartiza. Muchos artistas de la época, creyendo que dos muertes
violentas eran demasiado para los chiquillos, se negaron a ilustrar el cuento.
Para que éste resultara más aceptable, un ilustrador introdujo la figura de un
cazador que, en el último instante, mata al lobo, salvando al menos a
Caperucita. Quizá la versión mas sangrienta es la que presenta al lobo
reuniendo la sangre de la abuela en botellas e invitando a Caperucita a beber
de ellas. La versión original de Caperucita Roja relata cómo Caperucita ingiere
la carne y la sangre de su propia abuela, como símbolo del paso de la juventud
a la adultez, al hacer la sabiduría de su anciana abuela parte de ella misma al
comerla.
Ricitos de oro y los tres osos, originalmente narra la
historia de una vieja de unos setenta años, iracunda, hambrienta y sin hogar,
que irrumpe en la confortable morada de los osos en busca de comida y
alojamiento. La evolución de este personaje, desde una arpía de mal carácter y
cabellos hirsutos a una bella mujer de cabellos plateados y, finalmente, a una
muchacha radiante y rubia como el oro, tuvo lugar a lo largo de muchos años y
fue obra de varios escritores. En otras versiones, los indignados osos al ver
asaltada su casa recurren a varias tácticas crueles para librarse de la arpía:
Intentan quemarla y ahogarla e incluso, llega a empalarla en la aguja del
campanario de San Pablo.
La Sirenita en el cuento original de Hans Christian Andersen
solo puede salir a tierra para estar con el apuesto príncipe si bebe una poción
que la hace sentir como si caminara sobre cuchillos todo el tiempo. A pesar de
esto, ella bebe la poción. Tal vez crean que este acto de desprendimiento sería
suficiente para que ella se casara con su príncipe y vivieran felices para
siempre, pero no. El príncipe se casa con otra mujer, y la pequeña sirenita se
lanza al mar, donde su cuerpo se disuelve hasta convertirse en espuma marina.
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