martes, 7 de abril de 2015
La Laguna del Cobre
Cuenta esta leyenda araucana, que
apenas se atraviesa la Cuesta de la Totora, en Calingasta, dentro
mismo del corazón de la cordillera, a 5.000 metros de altura, se
encuentra la Laguna de Cobre.
Rodeada por los cerros, sus aguas tiene
un color verde intenso con algunos espacios rojos formados por algas.
Aquí, cuenta esta vieja leyenda, hace muchos años un indio araucano
raptó a la hija de un cacique de la región de Calingasta,
escapándose con ella. Hacían camino de noche. De día se ocultaban
en las cuevas de los cerros.
Así llegaron hasta la laguna.
Extenuados después de recorrer una distancia enorme, se durmieron
profundamente. Esto imposibilitó que pudieran oir la llegada furtiva
de un grupo de hombres de guerra enviados por el padre de la joven,
en seguimiento de la pareja. Esta fue sorprendida y el indio que robó
a la joven fue herido gravemente de un flechazo. La muchacha, que se
había enamorado de su captor, comenzó a correr pidiendo a su amado,
que se encontraba herido, que la siguiera.
Pero ese movimiento era
imposible. El araucano se encontraba a merced de los hombres enviados
por el padre de la joven. La laguna era la única salida posible para
la huida. Y mientras el la seguía, cayendo varias veces y volviendo
a levantarse, ella alcanzó la orilla de la laguna y comenzó a
penetrar en el agua, imaginando que podía llegar caminando a la
orilla opuesta. Pero pronto perdió pie y desapareció bajo el agua.
El la llamó infructuosamente desde la playa, pero finalmente cayó
herido de muerte por un sinnúmero de flechas. Los lugareños, que
conocen esta leyenda, advierten que no hay que pasar de noche por la
laguna. Pues allí, en el corazón de la cordillera, anda el alma del
indio que procura vengar a su amada y entonces ocurren toda clase de
calamidades.
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