jueves, 9 de abril de 2015
El Llajtay
Es el hijo de la Pachamama y por
encargo de ella debe cuidar los animales silvestres. Se lo representa
como un hombre viejito de barba larga y cuernos como los de un
carnero. Los que desean cazar deben dejarle ofrendas, de esta manera
aparecerán las aves y la actividad será propicia; dice Coluccio que
antes de salir a cazar se hace una junta de gentes o kachakuna, en el
cual se invoca la protección del Llastay (parecida a la corpachada
de la Pachamama).
El Llastay acepta los pactos y los respeta si uno
no los da a conocer. Antonio Paleari en su Diccionario mágico
jujeño, representa un texto de Juan B. Ambrosetti: "Malos
también son los númenes propicios cuando se los irrita.
La
Pachamama y el Llastay, entidad única en su origen y duplicada más
tarde por la necesidad de antropomorfosear a los dioses, innata en el
género humano, brindan al hombre los frutos de la tierra, pero éste
ha de usarlos con mesura y según las legítimas necesidades, de lo
contrario estas divinidades hacen pagar bien caro el despilfarro".
Según el profesor Félix Coluccio en su imperdible Diccionario
Folklórico Argentino, el Llastay tiene casi la misma importancia que
la Pachamama en las zona.
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