jueves, 7 de agosto de 2014
Fantasmas
Las
leyendas sobre fantasmas son tan antiguas como la historia, no existe
rincón en el mundo en el que no se hayan narrado cuentos y
apariciones de fantasmas. No hablamos sólo de fantasmas de personas,
también se han visto objetos, animales, trenes, barcos y aviones
espectrales.
Podríamos
definir el término FANTASMA como la representación visual, acústica
o táctil del cuerpo no físico de una persona fallecida que, por
diferentes motivos o circunstancias de su transitar como ser humano
por el mundo de la vida, se ve aferrado a la misma bajo otra forma de
existencia no física, manifestándose de diferentes formas ante
seres humanos (familiares o amigos dependiendo del grado de
vinculación entre ellos u otras personas y desconocidas para éste
ente) y en determinados lugares dependiendo de la carga psíquica
existente para ellos y en ellos.
La
palabra fantasma deriva de un verbo griego que significa aparecer o
mostrarse. Por tanto, el fantasma es un fenómeno básicamente
sensorial, y suele provocar reacciones muy traumáticas.
Afortunadamente, algunas personas, en vez de atemorizarse, están
dispuestas incluso a consagrar su vida a la búsqueda activa de
fantasmas.
Los
ruidos fantasmales a menudo son provocados por elementos totalmente
cotidianos, como pueden ser el viento, las tuberías del agua, la
vibración de ventanas o de adornos por efecto del tráfico
callejero, ruidos de animales, etc. en cierta ocasión se dio un caso
en la casa de una familia en la que los fantasmas eran nada menos que
ratas empujando manzanas almacenadas en la cavidad de una pared del
desván. Los fantasmas son rechazados hasta por quienes los han
visto. ¡Lo vi, pero no me lo creo! es una reacción bastante
frecuente, ya que la mente humana rechaza instintivamente las
informaciones que no puede asimilar e interpretar.
¿FANTASMAS
O APARICIONES?
Los
fantasmas adoptan formas diferentes, se presentan en los lugares más
insospechados y se aparecen a toda clase de personas. Pero ¿qué son
exactamente estas apariciones? ¿Qué es lo que las provoca?.
Antes
de que su novela La letra escarlata le hiciera famoso, el escritor
norteamericano Nathaniel Hawthorne era un oficial de aduanas de
Boston. Por aquel entonces, en la década de 1830, iba cada día a la
biblioteca Athenaeum para investigar y escribir durante unas cuantas
horas. Entre los demás clientes asiduos de la biblioteca figuraba el
reverendo doctor Harris, clérigo octogenario que se había sentado
durante años en su silla junto a la chimenea, leyendo el Correo de
Boston.
Hawthorne
nunca había hablado con él, ya que las conversaciones estaban
estrictamente prohibidas en la sala de lectura, pero el doctor Harris
constituía casi un mueble de aquella estancia. El novelista se
sorprendió una noche cuando un amigo le comunicó que el anciano
había muerto hacía algún tiempo. Se quedó todavía más
sorprendido cuando, al día siguiente, encontró al clérigo en su
silla habitual leyendo el periódico. Durante semanas Hawthorne
siguió viendo al doctor Harris con su aspecto de siempre,
perfectamente saludable.
Una
de las cosas que dejaron perplejo a Hawthorne fue el hecho de que
muchos de los otros lectores que frecuentaban el lugar habían sido
amigos íntimos del doctor Harris. Entonces, ¿por qué no le veían?
¿O acaso le veían pero les ocurría como a Hawthorne y no querían
molestarse en admitir su presencia? Otro factor que confundió a
Hawthorne retrospectivamente era el hecho de no sentir el deseo de
tocar la figura o quizá de arrebatarle el periódico de las manos.
¿Acaso tenía miedo de destruir la ilusión y una buena historia de
fantasmas?.
A
veces el caballero parecía mirar a Hawthorne como si esperara que él
entrara en conversación.
Pero...
en la sala de lectura del Athenaeum las conversaciones estaban
estrictamente prohibidas y yo no me podría haber dirigido a la
aparición sin llamar la atención y despertar indignantes miradas. Y
qué absurdo hubiera parecido yo al dirigirme solemnemente a lo que
habría parecido ante los ojos del resto de las personas como una
silla vacía.
Además,
concluye Hawthorne en un último alarde de urbanidad, el doctor
Harris y yo no habíamos sido presentados. Al cabo de algunos meses,
Hawthorne entró en el Athenaeum de nuevo y halló la silla vacía,
tras lo cual no volvió a ver nunca más al doctor Harris.
Unos
500 años antes, en plena Edad Media, un monje benedictino llamado
hermano Jean Goby asumió un caso de investigación psíquica y
registró todos los hechos con escrupuloso cuidado. Aunque a los ojos
modernos el incidente parezca en un principio lo suficientemente
extraño como para ser ignorado, el caso Goby fue tan raro en la
época en que ocurrió que merece ser estudiado.
En
diciembre de 1323 murió un comerciante de Alais, localidad del sur
de Francia. Su nombre era Guy de Torno, y se decía que días después
de su muerte había vuelto para aparecerse a su viuda en forma de voz
de espíritu. La noticia sobre este persistente fantasma se esparció
por la ciudad de Avignon, a 65 kilómetros del lugar, donde el Papa
Juan XXII tenía entonces su residencia. El Papa se impresionó por
este hecho y nombró al hermano Jean Goby, prior de la abadía
benedictina de Alais, para que investigara.
Acompañado
por tres de sus hermanos benedictinos y por cerca de cien de los
ciudadanos más respetados del pueblo, el hermano Jean examinó la
casa y los jardines por si había alguna trampa escondida o efectos
de sonido anormales. Después situó a un vigilante alrededor del
lugar para mantener alejados a los visitantes. El foco de las
manifestaciones fantasmales era el dormitorio. Goby pidió a la viuda
que se acostara en la cama junto a una respetable anciana, mientras
los cuatro monjes se sentaban cada uno en una esquina.
Los
monjes recitaron entonces el oficio de difuntos y pronto empezaron a
percibir en el aire un sonido parecido al que produciría una escoba
rígida arrastrándose por el suelo. La viuda gritó llena de terror.
Goby preguntó en voz alta si el sonido procedía del difunto y una
voz contestó: Sí. Soy él.
En
ese momento se dejó entrar a algunos de los ciudadanos en la
habitación como testigos y se situaron formando un círculo
alrededor de la cama. La voz les aseguró que no era un emisario del
diablo, suposición corriente en la época medieval, sino el espíritu
terrenal de Guy de Torno, condenado a rondar su vieja casa por los
pecados que había cometido allí. Añadió que tenía esperanzas de
subir al cielo una vez acabado su período de purgatorio. También
dijo al hermano Jean que sabía que llevaba la Eucaristía escondida
bajo su hábito. Este detalle sólo lo conocía Goby. El espíritu
continuó diciendo que su principal pecado había sido el adulterio,
que en aquellos tiempos era castigado con la excomunión del
Sacramento. Entonces el espíritu suspiró y partió.
El
hermano Jean redactó su informe y lo envió al Papa de Avignon. A
pesar del rigor con el que se llevó a cabo la investigación, queda
en pie el hecho de que el ruido y el suspiro podían haber sido
provocados por el mistral, viento que sopla por aquella parte de
Francia en invierno. La misma voz podría haber sido producida por
ventriloquía por parte de la viuda, consciente o inconscientemente,
sobre todo si sospechaba la infidelidad de su marido y quería
desacreditar su memoria.
TIPOS
DE FANTASMAS
GRUPO
A
Fantasmas
de origen y naturaleza humana, manifestaciones del subconsciente y de
los deseos de la persona. Fantasmas, en suma, de creación psíquica
humana y otros fenómenos relacionados con el subconsciente más que
con la propia muerte.
Estas
tres categorías de fantasmas estarían claramente encuadradas dentro
de un conjunto de fantasmas creados de forma voluntaria o
involuntaria por personas que bajo determinadas circunstancias
,estados alterados o trances tienen la facultad de desdoblar su
cuerpo o proyectarlo hacía otros lugares o dimensiones.
LOS
FANTASMAS COTIDIANOS.Son simples reflejos deformados de los deseos
insatisfechos de los hombres. Este tipo de fantasmas pueden ser
conscientes e inconscientes, pero más que pertenecer al campo del
más allá, pertenecen al campo de la psicología y de la
psiquiatría.
FANTASMAS
MENTALES. Estos fantasmas mentales podrían tener algo en común con
la telepatía, pero no operan de la misma forma, ya que en lugar de
teletransportar imágenes, palabras o ideas, transportan un reflejo
vivido por el propio emisor. Este efecto fantasmal se basaría en la
capacidad de las personas de proyectar su imagen voluntaria o
involuntariamente a diversos sitios o lugares.
PROYECCIONES
MENTALES Y ASTRALES. No hay que confundir éste fenómeno con los
fantasmas. Las proyecciones mentales o astrales las realizan las
personas de forma voluntaria o involuntaria, en trance o
espontáneamente. La proyección mental estaría más en la línea de
los fantasmas, mientras las proyecciones astrales estarían más en
una línea liberadora del espíritu por sus implicaciones religiosas
o espirituales. En este tipo de proyecciones no hay una manifestación
visible o fantasmal apreciables por otras personas. Curiosamente, y
quizá para apoyar inconscientemente las teorías de Carl Gustav
Jung, los lugares más comunes a todos los viajeros astrales son las
dimensiones mitológicas e imaginarias.
GRUPO
B
Errores
de Percepción y fraudes.
ERRORES
DE PERCEPCIÓN. En la mayoría de las ocasiones es el mismo ser
humano el que presa de su miedo le lleva a confundir una situación
perfectamente natural y coherente para convertirla en algo
sobrenatural y fantasmal. Todo ello ocurre debido a que el ser humano
se siente atraído por lo paranormal y sobrenatural pero a su vez
tiene un miedo sobre medido y visceral a todo éste fenómeno y aún
más a todo aquello relacionado con la muerte... Los errores
perceptivos son parte de toda investigación y actividad paranormal y
los investigadores de lo paranormal ya estamos acostumbrados a vivir
con el error y con el miedo de los implicados en un caso paranormal,
fantasmal o ufológico.
FRAUDES.
Lamentablemente el fraude es un fenómeno demasiado habitual en el
mundo paranormal. A medida que el hombre ha crecido intelectualmente
y tecnológicamente se ha progresado en la rama investigativa de
estos fenómenos y también se ha crecido en la posibilidad de crear
fraudes con diferentes fines para su creador. Es fraude es una estafa
latente en el mundo paranormal que ocupa desde inteligentes montajes
"fantasmales" con imágenes y sonido hasta las ya populares
y trucadas fotografías de espíritus, fantasmas y otros seres con
añoranza vital. Los fantasmas fotografiados, cuando no se trata de
trucos ni de fallos de la cámara, han resultado ser impresiones
lumínicas nitrogenadas, es decir, que más que fantasmas con vida e
independencia de movimientos, vienen a ser una especie de fotografías
que se han quedado marcadas no en un papel ni en una película, sino
en el ambiente húmedo y poco ventilado: un trozo de atmósfera,
pared o cortina, que ha recogido la impresión adrenalínica que dejó
ahí una persona viva, y no un muerto...
Las
psicofonías (grabación de las supuestas voces del más allá en una
cinta magnetofónica) han llegado a grabar verdaderas conversaciones
de fantasmas y del más allá, pero en la mayoría de los casos las
tomadas en un mismo lugar no hacen otra cosa que repetirse. En muchos
casos, los esfuerzos de los auténticos investigadores psicofónicos
y los dedicados a la Transcomunicación Instrumental ven arruinados
sus esfuerzos debido, en gran parte, al daño ocasionado por todas
estas actividades fraudulentas que imitan los resultados de las
verdaderas experiencias transcomunicativas y que al final se descubre
su naturaleza.
Ante
el ánimo de los creyentes, los científicos se han encargado de
aguar la fiesta diciendo que las ondas sonoras, precisamente, son las
que más permanecen atadas a la Tierra, y que sus psicofonías no son
nada si se comparan con las primeras emisiones de radio, cuyas ondas
originales siguen rebotando en la atmósfera de este planeta... Las
psicoimágenes (grabación de rostros e imágenes del más allá bajo
soporte visual) son imágenes curiosas en la pantalla de un televisor
que está siendo grabada en su emisión de canal libre por una cámara
de vídeo bajo unas determinadas circunstancias y condiciones, hay
que reconocer que dichas imágenes son demasiado estáticas,
generalmente casuales, manipuladas o verdaderos fantasmas de las
ondas de radio y televisión que se estaban emitiendo a la hora de
realizar la experiencia.
Evidentemente
la tecnología ha crecido y ha progresado para ayudar al investigador
a desenmascarar los perjudiciales, para el mundo paranormal y
ufológico, fraudes y montajes. Pero cuidado, igual que nos ayuda en
nuestra ardua tarea de desenmarañar esos fraudes, ayuda a otros a
crearlos con la misma perfección y virtuosismo.
GRUPO
C
Fantasmas.
Manifestaciones de los fallecidos.
LOS
TRANSLÚCIDOS. Estos espíritus son voladores y se puede ver,
prácticamente, a través de ellos. Unos son feos y desagradables,
mientras que otros tienen hermosas facciones y voz dulce. En este
grupo se encuadran aquellos que metamorfean su carácter en un
instante, pasando de ser bondadosos a malhumorados y viceversa. Son
muy pesados e insistentes así como burlones y traviesos. Se
manifiestan principalmente en cementerios, casas viejas, museos,
bibliotecas, castillos y en lugares retirados como casa de campo o
viejos caseríos rurales. No suelen mostrar el tren inferior de su
cuerpo y no se les debe tener miedo. Tienen algo que comunicarnos y
por ello se nos manifiestan, no son muy dados a entrar en contacto
con los seres humanos pero el contenido de su mensaje así lo
requiere.
DE
APARIENCIA SÓLIDA Y HUMANA O SEMIHUMANA. Este tipo de fantasmas
tienen una apariencia totalmente humana o casi humana a no ser por
deslizarse en lugar de caminar y atravesar los objetos sólidos. A
este tipo de fantasmas les gusta la notoriedad y el virtuosismo
lingüístico. Le gustan las ropas vaporosas y ser reconocidos como
seres superiores (a veces confundidos con ángeles pero que esconden
ocultas y malas intenciones). Se manifiestan o aparecen en iglesias,
manantiales y lugares bucólicos y playas. Los de apariencia
semihumana no suelen aparecerse muy a menudo. Son serios y
contundentes en sus manifestaciones.
SOMBRAS.
Tienen la particularidad de cambiar la temperatura el lugar donde se
aparecen. Se alimentan del miedo humano. Son prácticamente una
silueta o un recorte fotográfico o de papel. Rara vez muestran sus
facciones o rostro y suelen ir en grupos. Se aparecen en lugares
donde la muerte está cercana y frecuentemente recuerdan a familiares
fallecidos o de la persona que va a morir. Su presencia es notada por
los animales domésticos que reaccionan llorosos y asustados. Las
sombras tienen la virtud de enturbiar el ambiente y, aunque la gente
no las vea, es muy raro que no las sienta o que no las presienta.
INVISIBLES.
Se manifiestan por medio de la voz o el tacto y no quieren ser vistos
ya que recurren a la invisibilidad para comunicarse. Son espíritus
benéficos y quieren ayudar desinteresadamente a los hombres. Se
comunican con claridad y su voz es sosegada e inspira confianza. Su
presencia se nota por una caricia de escalofrío. También se
comunican con nosotros a través del teléfono, radio, televisión o
en vivo y de la nada.
DE
APARIENCIA SÓLIDA ANIMAL O MITOLÓGICA. Son espíritus burlones y
traviesos. Sus manifestaciones van desde seres entrañables y
bondadosos hasta seres malvados y diabólicos. Son prácticamente
físicos y en algún caso les daña la luz.
HUELLAS
DE OTROS MUNDOS
Los
fantasmas muchas veces son sólo imágenes holográficas de personas
que dejaron impregnado el ambiente con su imagen y sus actividades.
Los investigadores más osados han logrado descubrir medios
tecnológicos para contactarse con ellos, mediante las psicofonías y
las psicoimágenes que son captadas por equipos de radio, televisión
e incluso computadoras.
Menos
común es la existencia de entes y fantasmas que no son sólo
imágenes, ya que se manifiestan atacando y dañando a los testigos
indefensos. A veces, jugar con el Más Allá puede tener sus peligros
ya que se está expuesto a fuerzas desconocidas.
La
muerte parece no ser el final para algunas personas y gracias a la
tecnología de este último siglo se han conseguido imágenes y
pruebas de algo poco creíble para muchos. Tal vez, mientras usted
lee esto, en alguna parte oscura de su hogar alguien fuera de este
mundo puede estar observándolo.
LA
SANTA COMPAÑA: LA PEREGRINACIÓN DE LOS MUERTOS
Miles
de testimonios aseguran haber visto una procesión de figuras con
sudario, que avalarían la existencia del mito gallego de la Santa
Compaña. ¿Qué hay de cierto?. Veamos las hipótesis más
sugestivas y los relatos de algunos testigos.
El
doctor Pereira regresaba a casa al filo de las dos de la madrugada
tras atender un parto difícil en una aldea vecina. Al doblar un
recodo del camino se encontró con La Compaña. Era un grupo de unas
ocho tétricas figuras vestidas de blanco y cubiertas con sendas
capuchas comandado por un pálido individuo que portaba una gran cruz
de madera. La fantasmal comitiva se movía en el más absoluto
silencio, mientras un fuerte olor a cera quemada lo inundaba todo. De
repente, el grupo se detuvo frente a la casa de Manolo, el de la
ferretería. El pánico dominó al doctor Pereira que salió
disparado, como alma que lleva el diablo, para refugiarse en su
vivienda, al otro lado del pueblo. Atrás quedaba el mito imposible
que había visto con sus propios ojos: La Santa Compaña. Cuatro días
después Manolo el ferretero moría de un infarto en la tasca del
pueblo.
Este
es uno de los casos típicos y tópicos que el folklore y la cultura
popular gallega amontona entre los relatos de los viejos lugareños
de cualquiera de sus aldeas. Y es que resulta muy difícil, aún en
los años noventa, encontrar una aldea o pueblo gallego en el que no
exista, al menos, un testigo de estas insólitas apariciones.
Muchos
han sido los literatos e intelectuales gallegos que han elegido La
Santa Compaña como el argumento base de sus fábulas, y muchos
también los antropólogos y sociólogos que han pretendido estudiar
y comprender el mito. Pero todos los intentos de cuadricular esta
tradición han sido pobres en resultados, ya que el mito de La
Compaña ha sido asimilado de tal forma por la cultura rural gallega
que sus variantes y matices son demasiados para ser clasificados
alegremente. Cada pequeña localidad posee una Santa Compaña con
personalidad propia.
Naturalmente
existen casos abundantes para apoyar cualquiera de las creencias
populares sobre ánimas, a pesar de que con el estudio serio y
científico que algunos investigadores han hecho del mito, éste
comienza a perder su aureola sobrenatural para encontrar, en muchos
casos, una serie de respuestas posibles más lógicas y terrenales.
Según
el estudio de algunos antropólogos o investigadores que se han
ocupado del tema, en muchas ocasiones las apariciones de La Compaña
se daban en lugares de características similares: terreno irregular,
poca luz, un solo testigo y a altas horas de la noche... Algunos
estudiosos, tras analizar casos concretos, llegaron a la conclusión
de que en muchas ocasiones una pandilla de contrabandistas de tabaco,
tan habituales en Galicia, o una partida de mariscadores, bien
podrían haber sido tomados en la penumbra de la noche y por unos
testigos pre-condicionados culturalmente, por una procesión de
ánimas en pena. Y no les falta razón.
LOS
NOMBRES DEL FENÓMENO
Ya
en 1946, Vicente Risco publicaba un extenso artículo en el que
citaba una decena de nombres con que se conocía a la Santa Compaña
en distintas poblaciones gallegas.
Procesión
de las ánimas: Aplicado especialmente en el sur de Galicia, sobre
todo en Orense.
Santa
Compaña: Aplicado mayoritariamente en Galicia Norte.
Hoste
o Hueste: Aplicado en algunos lugares al formar la comitiva una
especie de hueste o mesnada.
Hostilla:
Del latín enemigo, aunque probablemente contaminada en la evolución
de la tradición de las ánimas.
Estatinga
o estadinga: Considerada una derivación de hostia antiga o Nemigo
antigo.
Estadea:
Derivación probable de «estadal», la vela usada para iluminar a
los difuntos.
Antaruxada:
Uno de los nombres menos frecuentes.
Hoste
o Hueste: En opinión de Vicente Risco, fusión de los términos
Pantasma y Espantallo.
Visión:
En este caso sinónimo de aparición.
Visita:
En clara referencia a la intencionalidad de la aparición.
MOTIVOS
DE LAS PROCESIONES
Respecto
a esa intencionalidad del fenómeno existen numerosas versiones,
aunque las más compartidas por los testigos, se dan las siguientes:
Para
pedir misas por su salvación a los familiares vivos.
Para
reprochar a los vivos pecados o falsas cometidas.
Para
reclamar el alma de un pecador que morirá tiempo después de la
aparición.
Para
cumplir una pena infringida por alguna autoridad del más allá a
fallecidos en pecado
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