Un colibrí, un cachalote, una araña o un mono -de tales dimensiones que esnecesario tomar una avioneta para poder observarlos- componen un insólito paisaje arqueológico considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco. ¿Quién hizo estos dibujos? ¿Cuándo? ¿Para qué? Los arqueólogos Johny Isla Cuadrado y Markus Reindel han obtenido las respuestas a estos interrogantes. Los dos científicos encabezan desde 1996 un equipo arqueológico de la Fundación Suiza Liechtenstein para las Investigaciones Arqueológicas en el Exterior.
La primera explicación sobre el significado de estos geoglifos se remonta al siglo XVI. Después de que Cieza de León observara «señales» sobre la llanura desértica, el corregidor Luis Monzón quiso darles un sentido y escribió en 1568 que las líneas eran carreteras. Paul Kosok, el primero en realizar una observación aérea ya en el siglo XX, dijo que se trataba de «rutas rituales». Poco a poco, influido por las ideas de la matemática alemana Maria Reiche, este estudioso publicó en la revista 'Archaeology' que Nazca era un gigantesco calendario astronómico.
Tras las hipótesis de los científicos, más o menos razonables o arriesgadas, llegaron las incursiones inevitables de los escritores sensacionalistas. Erich von Däniken, el hostelero suizo que popularizó la teoría de que la Tierra fue visitada por extraterrestres en un pasado remoto, acogió el enigma arqueológico de Nazca con entusiasmo y lo convirtió en patrimonio de los seguidores de los platillos volantes. Däniken afirmó que las líneas de Nazca eran un recuerdo de sus famosos astronautas del pasado.
Fechar certeramente el momento en que fueron dibujados estos geoglifos ha representado para los arqueólogos un fuerte dolor de cabeza, debido a que por su naturaleza no se les puede aplicar las técnicas tradicionales de datación, como el de medición de Carbono 14. Sin embargo en base a estudios iconográficos (de las formas y detalles en los dibujos) se han identificado a algunos de estos motivos en la cerámica de la cultura Nasca, motivo por el que desde un principio se han ligado estas líneas y figuras con la mencionada nación prehispánica.
La primera referencia a dichas figuras pertenece al conquistador Pedro Cieza de León en 1547.
Toribio Mejia Xesspe redescubre las Líneas para el mundo científico a principios del siglo XX. Mejía Xesspe conjeturaba que se trataba de "Seques" o caminos sagrados. Prosigue sus investigaciones Paul Kosok, quien las considera Centros de Culto y Ceremonia.
La matemática María Reiche influyó en Paul Kosok aventurando la hipótesis de que dichos dibujos tenían un significado astronómico.
El primer estudio de campo serio sobre estos dibujos se debe, tras cinco temporadas de trabajo de campo, al equipo de Reindel e Isla. Dichos arqueólogos han documentado y excavado más de 650 yacimientos y han conseguido trazar la historia de la cultura que generó estos dibujos, además de darles un sentido.
El aprovisionamiento de agua jugó un importante papel en la región. Las excavaciones han sacado a la luz pequeñas cavidades en los geoglifos en las que se han encontrado ofrendas religiosas de productos agrícolas y animales, sobre todo marinos. Los dibujos formaban un paisaje ritual cuyo fin debió ser propiciar la invocación del agua. Además se han encontrado estacas, cordeles y ensayos de figuras. De estos elementos tan simples se sirvieron los antiguos pobladores de Nazca para trazar los dibujos. Además hay que recordar que es una de las zonas más secas del mundo lo que favorece la conservación de los dibujos.
Vistas de cerca, estas líneas se convierten en simples surcos en el suelo. Las características geológicas de la pampa propician que no sea necesario mucho más para obtener un resultado visible. La superficie está compuesta por una capa de guijarros de un color rojizo oscuro causado por la oxidación, que cubre otra de un color amarillento claro. Los nazcas se limitaron a retirar las piedras superiores siguiendo un trazado que previamente habían señalado con estacas, unidas por cordeles, a partir de un modelo a escala menor y unas dosis de geometría. Las piedras eliminadas eran acumuladas en pequeños túmulos que todavía se conservan. El método de trabajo ha sido completamente reconstruido a partir de las pruebas recogidas por las expediciones arqueológicas.
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