viernes, 3 de enero de 2014
¿La Luna de Júpiter que puede albergar vida en su interior?
Una información dada a conocer este
jueves por The Daily Mail informa que los científicos del Instituto
Tecnológico de California (Caltech), en colaboración con el
Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, han encontrado
la mayor evidencia hallada hasta ahora de que el agua salada del
vasto océano subterráneo de la luna de Júpiter, Europa, no está
aislado, sino que está en contacto con la superficie helada e,
incluso, intercambian productos químicos.
La composición de Europa es parecida a
la de los planetas interiores del Sistema Solar. Está compuesta
principalmente por rocas silíceas y tiene una capa externa de agua
de unos 100 kilómetros de espesor, parte como hielo en la corteza,
parte en forma de océano líquido bajo el hielo. Las nuevas
tecnologías han identificado de manera definitiva una característica
espectroscópica en la superficie de la luna que indica la presencia
de una sal de sulfato de magnesio, un mineral llamado epsomita, que
sólo podría originarse en el océano. "El magnesio no debe
estar en la superficie de Europa, a menos que llegue desde el océano,
lo que quiere decir que el agua del océano sube a la superficie y
los elementos de la superficie, presumiblemente acaban en el agua del
océano", ha explicado uno de los autores del trabajo, Mike
Brown.
El científico ha indicado que "este
hallazgo significa que la energía que podría estar pasando al
océano, lo cual es importante en términos de las posibilidades de
vida allí". "La superficie de hielo de Europa supone ahora
una ventana a un océano potencialmente habitable", ha
insistido. En este sentido, ha apuntado que significa que si "se
quiere saber lo que hay en el océano, se puede ir a la superficie y
raspar un poco". Los resultados, publicados en The Astronomical
Journal, se obtuvieron a partir de una espectroscopia del
Observatorio Keck (Hawai), que opera con los telescopios más grandes
y científicamente más productivos del planeta.
Tiene diez metros y está equipado con
óptica adaptativa (AO) para ajustar el efecto borroso de la
atmósfera terrestre, así como el Espectrógrafo Infrarrojo de Campo
Integral (OSIRIS), que, según han explicado los expertos, capta
detalles que no fueron capaces de alcanzar los telescopios de la
misión Galileo de la NASA, que fue enviada a estudiar Júpiter y sus
lunas entre 1989-2003.Desde los días de la misión Galileo, cuando
la nave espacial mostró que Europa estaba cubierta de una capa de
hielo, los científicos han debatido sobre la composición de la
superficie de Europa. El espectrómetro de infrarrojos a bordo de
Galileo no fue capaz de proporcionar la precisión necesaria para
identificar definitivamente algunos de los materiales presentes en la
superficie.
Si bien debido a los recortes
presupuestales, la NASA no tiene previsto visitar el satélite en un
futuro cercano, bien podría participar de la misión de la Agencia
espacial europea (ESA) hacia Júpiter y sus lunas, bautizada “Jupiter
Icy Moon Explorer” , adonde deberían llegar hacia 2030. Si existe
vida en el fondo de los océanos de la Tierra la cual se desarrolla
en condiciones extremas, imposible para el ser humano, ¿porque no
puede ocurrir lo mismo en Europa del cual se sabe que tiene un
inmenso lago subterráneo? Venga ya, me parece que en vez de destinar
miles de millones en la fabricación de armas de destrucción masiva,
bien podría ser derivada a la investigación científica con el
objetivo de descubrir los secretos que esconde nuestro universo.
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