Con el tiempo sus extremidades inferiores se transformaron en la cola de un pez, aumento su corpulencia y sus cabellos crecieron cual algas marinas. Los dioses lo felicitaron por su transformación comprendiendo así que se había convertido en un pescado con mucha facha (belleza).
Al cabo de un tiempo diviso a una hermosa doncella en la playa y se enamoro de ella, Escila (asi se llamaba) se asusto al verlo pero con palabras tranquilas logro calmarla y confesarle su amor, mas este no fue correspondido.
Recurrió entonces a la hechicera Circe a quien imploro que la misma transformación que el había sufrido se diera nuevamente en el cuerpo de Escila para poder unirse a ella.
Circe, a quien este bello dios marino había causado una excitación sin precedentes, trato de convencerlo de que debía dar su amor a quien lo correspondiera y ella misma (en el colmo de la putez) se ofreció a remplazar a Escila como objeto de su deseo. Glauco la rechazo olímpicamente alegando que la única mujer que su corazón aceptaría seria a la mina de la playa.
Mis amigos taringueros, nunca desprecien asi a una mujer y menos si es hechicera y encima diosa. Circe descargo toda su cólera en la desdichada Escila. Cuando esta fue a bañarse nuevamente de pronto vio que a su alrededor pululaban gran cantidad de serpientes y monstruos, trato de escapar pero comprendió que aquellos seres formaban parte de su cuerpo. Con el tiempo su personalidad se volvió igual de bestial y solo encontró placer en devorar a cuanto marinero pasara cerca de ella convirtiéndose de esa manera en el terror de los mares como puede leerse en la Odisea.
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