Su leyenda se ha extendido hasta nuestra época y se mantiene muy viva, a pesar que pocos hechos precisos la acrediten. Lo poco que sabemos proviene de los relatos de las hazañas de ciertos héroes mitológicos. Heródoto es sin embargo, uno de los pocos en haber abordado históricamente este tema.
Orígenes divinos
Según la mitología griega, las amazonas descienden de Ares (Marte), dios de la guerra, y de su propia hija, la ninfa Armonía. Sólo viven entre mujeres, se destacan en las artes marciales y crían a sus hijas para que sean cazadoras y luchadoras. Con este fin queman su seno derecho para facilitarles la práctica del tiro con arco.
Debido a esta tradición, las amazonas reciben este nombre, ya que en griego significa las que no tienen seno. Se unen con hombres durante periodos muy cortos y con un fin estrictamente procreativo. Sólo conservan a su lado a los hijos de sexo femenino. Según Heródoto, una niña no se casa antes de haber matado a un enemigo. Algunas envejecen sin haberse casado por no poder cumplir esta misión. (Historias, libro IV).
Heródoto, un historiador discutido
Nacido en el año 484 antes de Cristo, en Halicarnaso, en Asia Menor, Heródoto fue principalmente un gran viajero, cuyos periplos lo llevaron a Europa, África y Asia. Sus Historias, compuestas por nueve volúmenes, relatan el advenimiento del imperio persa y las guerras médicas, donde se enfrentaron los griegos y los persas, Heródoto cree en los dioses y en la fatalidad, y sus escritos contienen numerosas referencias a mitos y leyendas. Además, sus relatos no pueden leerse hoy con una mirada crítica, a pesar que gran parte de sus referencias históricas son exactas. Por la calidad de sus textos y la riqueza de sus informaciones, Heródoto es, efectivamente, el primer verdadero historiador griego y desde la Antigüedad es conocido como el Padre de la Historia.
Encarnizadas adversarias de los héroes griegos
Los primeros hechos de armas conocidos de las amazonas se remontan a la Grecia pre-homérica, les vemos en pugna con Hércules, máximo héroe de la mitología griega, uno de cuyos doce trabajos consiste en apoderarse de la cintura de Kipólita, su reina.
Poco después, Teseo, otro héroe valeroso, vencedor del Minotauro, acude donde las amazonas y rapta a la soberana Antíope, a quien encuentra muy bella, las amazonas dejan entonces su reino y en venganza invaden Ática, pero son finalmente repelidas por el ejército de Teseo. De la unión de Teseo y de Antíope nace un hijo, Hipólito, que su padre adora. Racine lo hace famoso al convertirlo en el héroe de su obra de teatro Fedra.
En La Ilíada, que cuenta los últimos años de la guerra entre los troyanos y los griegos, las amazonas son citadas en tres oportunidades. Según Homero, Príamo, rey de los troyanos, las habría expulsado de Frigia, y Belerofonte, de Licia, por mandato de su rey Iobatés. Sin embargo, los detalles que entrega Homero acerca de las amazonas son tan vagos, que no permiten describirlas con precisión. El mito ya parece haber comenzado a decaer en esa época.
Según el poeta Pausando (siglo II), aunque este episodio no aparece en la Ilíada, después de la muerte de Héctor, la reina amazona Pentesilea y su ejército habrían acudido en ayuda de los troyanos, pero habrían sido vencidas por los griegos. La propia Pentesilea habría sido derrotada por Aquiles, quien luego habría llorado su muerte, entristecido al verla morir tan joven y tan hermosa. La guerra entre los griegos y las amazonas fue inmortalizada por numerosos artistas y este tema se ha asociado generalmente al del combate de los griegos y los centauros.
Las amazonas: ¿mito o realidad?
En diferentes épocas, muchos autores han escrito acerca de las amazonas, pero es difícil situar su país con precisión o afirmar que existieron realmente, tal como lo cuentan las leyendas.
Según la tradición helénica, su reino, con su capital Thémoscyre, se encontraría en Asia Menor, cercano al río Termodonte, pero los griegos, que colonizan tempranamente esta región, no encuentran huellas de ellas. Según Heródoto, las amazonas abandonaron ese territorio para emigrar a Escitia, cerca del actual mar de Azov. Sin embargo, es probable que hayan existido tribus de mujeres, similares a las sociedades de tipo matriarcal de esa época, que tuvieran su propio gobierno o que vivieran apartadas de los hombres y que hayan contribuido al nacimiento del mito de las amazonas que fue adornado más tarde por poetas imaginativos.
El mundo de las amazonas
Bastante después del fin de la Antigüedad y con el inicio de las exploraciones, el mito de las amazonas retorna por algunos siglos una nueva vitalidad.
En el país de las valkirias. En el siglo IX, el rey de Inglaterra Alfredo el Grande habla de un reino, el Magdala, habitado solamente por mujeres y situado al norte de Europa. Asimismo, el viajero árabe lbn Yacoub, en el año 972, y Adam de Brene, en el siglo IX, confirman en sus crónicas la presencia de ese país cerca del mar Báltico.
En Oriente. En Malasia los autóctonos afirman que en la isla de Engano, cerca de Sumatra, habitan mujeres guerreras. Marco Polo describe dos islas situadas cerca del reino de Khesmakoran, en las Indias, de las cuales una está habitada exclusivamente por mujeres y la otra por hombres. Una vez al año, los hombres visitan a las mujeres y luego regresan a su hogar. Al dar a luz, las mujeres conservan a las niñas y envían donde sus padres a los niños cuando éstos han cumplido los doce años.
Guerreras de América del Sur. Cristóbal Colón dijo haber encontrado en las Antillas, durante uno de sus viajes, a mujeres guerreras. En 1510 el tema inspira la novela épica Sergas de Esplandian, escrita por García Rodríguez de Montalvo, que fascina a sus contemporáneos, especialmente por su evocación de Califas, reina de las amazonas. Además, no hay que sorprenderse por el hecho que un compañero del conquistador Francisco de Orellana describa el combate que él y sus compañeros libran en 1541, en Amazonia, contra grandes mujeres blancas de largos cabellos trenzados, amadas con arcos y flechas. Por otra parte, fue Orellana quien bautizó el río Amazonas a partir de la palabra india “amazonas”, que significa “destructor de barcos”.
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