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Equipo Infinito.



martes, 5 de julio de 2011

El Incierto Destino de Juana de Arco ¿Quemaron realmente a la Doncella de Orleáns?



El anuncio de la muerte de Juana de Arco en la hoguera de Ruán, el 30 de mayo de 1431, causó tal horror entre sus seguidores que muchos de ellos no quisieron convencerse del hecho. ¿Tuvieron ellos la razón? Cuatro años más tarde, en 1435, una joven que dice ser Juana es reconocida por la familia y amigos de la virgen guerrera.
El 23 de mayo de 1430, a la cabeza de una pequeña tropa, Juana de Arco intenta en vano levantar el sitio de Compiègne y es capturada por Juan de Luxemburgo, un mercenario al servicio del duque de Beaulieu. Encarcelada en el castillo de Beaulieu, en Vermandois, intenta una fuga desesperada saltando desde una torre, pero es recapturada herida. El duque de Luxemburgo la vende a los ingleses, quienes desean desprestigiar a la heroína que dio a Francia la fuerza para liberarse. La Universidad de París, en manos de los ocupantes, pide que Juana sea juzgada por herética ante un tribunal de la Santa Inquisición. Se constituye una corte especial con asiento en Ruán. La preside el obispo de Beauvais, Pierre Cauchon., quien goza de toda la confianza del duque de Bedford.

La epopeya de la Doncella de Orleáns

Nace en el año 1412, en una familia campesina acomodada en Domrémy. Juana tiene apenas 16 años cuando, en mayo de 1428, se presenta ante el capitán Roberto de Baudricout, asegurándole estar investida de una misión divina: expulsar a los ingleses de Francia. Después de varios meses de vacilación, Baudricout decide enviar a Juana con el rey Carlos en Chinon. En febrero de 1429, ella convence al rey de su misión. En mayo de 1429, convertida en guerrera, participa en la defensa de Orleáns, en la recuperación de Jargeau, de Meung, de Beaugency y en la victoria de Patay, el 18 de julio. Su historia se difunde y se convierte en la heroína del pueblo. El 17 de julio, Juana está al lado de Carlos VII en su coronación en Reims. Es el día de su triunfo. En septiembre, resulta herida durante el sitio de París. Juana aún participa en algunas pequeñas operaciones, pero en mayo de 1430 es capturada por los hombres del duque de Borgoña frente a Compiègne. Su proceso se abre en enero de 1431. El 30 de mayo es quemada en la hoguera en la plaza del mercado viejo de Ruán.

Extraña ejecución
El 9 de enero de 1431, se abre el proceso en Ruán. Después de seis meses de sumario y debates, el 14 de mayo, Juana de Arco es acusada de idólatra, invocadora de demonios, cismática y herética. Le ordenan abjurar públicamente de sus errores y, a cambio, ella salvará su vida. Juana, agotada, acepta el compromiso y abjura, pero tres días después se retracta. En un rápido proceso se la declara relapsa: se levanta la hoguera. En la mañana del 30, una mujer con la cara oculta por un velo y una mitra es conducida a la plaza del mercado de Ruán. Ochocientos soldados ingleses impiden que se acerquen los diez mil espectadores. A las nueve, el verdugo enciende la hoguera. Algunos minutos después, la ajusticiada muere. El verdugo retira las antorchas para que los presentes puedan ver el cuerpo semi-calcinado. Luego enciende otra vez la hoguera y el cadáver se convierte poco a poco en cenizas. Una mujer fue quemada viva pero nada demuestra que se trate de Juana. Se rumorea que la Doncella de Orleáns se escapó y que la ejecución fue sólo un simulacro:
Francia quiere creer que la joven aún vive.

El retorno de Juana
Durante el verano de 1435, una mujer vestida de soldado se presenta en Saint-Privey, en Lorena. Busca a Pedro de Lys y a Juan el Pequeño, los dos hermanos de Juana, quienes constatan con estupor que están, sin duda alguna, frente a su hermana. La sobreviviente cuenta que escapó de su prisión ruanesa y se ocultó posteriormente usando el nombre de Claudia. El relato termina por convencer a los dos hombres. Ella permanece junto a ellos como miembro de la familia. Esta situación no dura mucho. La joven atrae la atención de un señor de Lorena, Roberto des Armoises, quien la desposa en 1436. En ningún momento el esposo pone en duda la identidad de su mujer: para él, ella es Juana de Lys, la Doncella de Orleáns. Cuando Roberto amplía su castillo de Jualny, hace grabar las armas de Juana junto con las suyas. Este reconocimiento privado no es suficiente para la esposa y, a partir de agosto de 1436, comienza a enviar mensajeros para anunciar que sigue con vida, a las ciudades de Orleáns, Blois y Loches, siguiendo los pasos del rey. Luego su hermano Juan acude a Orleáns, donde se le recibe con honores.

Juana des Armoises
Carlos, sin embargo, se abstiene de responder a los mensajes de Juana. Cansada, la joven se dedica a la vida de familia. Después de dar a luz a dos varones decide, en 1439, volver a Orleáns. Ahí es reconocida y aclamada por el pueblo. La municipalidad organiza festines en su honor e, incluso, le concede una asignación de 210 libras por los servicios prestados en la época del sitio. Su amigo de siempre y fiel confidente, Gilles de Rais, viaja para verla. La reconoce sin titubear y pone sus soldados a su disposición.
Pero el rey no le concede ninguna audiencia. En 1440 se dirige a París y, sorpresivamente, sin que ningún obstáculo o desmentido haya puesto en duda sus aseveraciones, la esposa de Des Armoises confiesa que no es la Doncella de Orleáns. Vuelta a ser Claudia, cuenta su verdadera historia ante los magistrados de la capital. Aventurera, viuda de un caballero, cuenta haber combatido por un tiempo en el ejército pontificio. De vuelta a Francia, se le ocurrió hacerse pasar por Juana. Arrepentida, pide perdón por su impostura. Esta historia convence apenas más que la anterior: no explica ni el cambio brusco de Juana a Claudia y menos aún, el hecho que tantos familiares de la Doncella hayan reconocido en la usurpadora a la heroína supuestamente muerta en Ruán. ¿Quién es realmente Claudia, si Juana fue de verdad quemada en la hoguera? ¿Qué originó esta repentina confesión? Estas preguntas permanecen sin respuesta.

Juana la hechicera San Miguel y Santa Catalina.

La misión de Juana empieza en 1428, cuando San Miguel y Santa Catalina se comunican con ella. Las voces le revelan un detalle secreto que deberá convencer a Carlos VII. De hecho, en Chinon, aunque el rey intercambia trajes con un miembro de su corte, Juana, quien no lo ha visto nunca antes, lo reconoce en seguida.
Un arma mágica. En 1429, cuando viste su armadura, ella pide la espada que Catalina le había preparado. En una visión, Juana se entera que la espada está en la capilla de Fierbois, cerca de Tours. Dos escuderos encuentran, enterrada detrás del altar, una espada oxidada. Desde entonces, el arma adquiere fama de mágica. El óxido se desprende fácilmente, mostrando una hoja brillante marcada con un emblema de cinco cruces; se dice que seria el arma de Du Guesclin, de San Luis o de Carlos Martel. Juana libera a Orleáns y se lanza al asalto de París. Al ser capturada, su espada desaparece. Los observadores no dejan de ver en aquello una maldición,
Junto a Juana, Gilles de Rais. mariscal de Francia, brazo derecho de Juana en todas sus batallas, fue el amigo más fiel de la Doncella y, para la historia, uno de los asesinos más monstruosos de todos los tiempos. Después de la muerte de Juana, se retira a su castillo de Tiffauges, en Vendée, donde organiza abominables orgías en las que niños son violados y degollados. Gilles de Rais reconoció más de 150 crímenes y fue quemado en la hoguera, diez años después de Juana
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