Atención Por Favor.

Ante todo nos dirigimos y agradecemos a todos por la ayuda que nos dan con este blog ya sean seguidores, oyentes del programa de radio y por sobre todo a todos aquellos propietarios de webs, blogs, libros y todos los lugares donde han obtenidos la información y nos han acercado a nuestro mail para que podamos publicarlas en este humilde blog, para que todas las semanas desde hace ya 7 años podamos compartir en dos emisiones las tantas historias, enigmas y misterios del universo que se van pasando de generación en generación y así reflejar esas viejas leyendas, historias, enigmas y misterios que de niños oímos mas de una vez y que nos asustaban en algunos casos como también en otras nos enseñaban a valorar y respetar esas narraciones.

Desde ya les agradezco a todos y pido disculpas si no se agrega la fuente por que muchos correos no la poseen y para no cometer errores no se agrega pero en este pequeño equipo estamos muy agradecidos para con todos. Muchísimas Gracias a todos en general por su valiosa información y por su cordial atención.

Equipo Infinito.



jueves, 7 de julio de 2011

El último vuelo de Nungesser, La extraña desaparición de dos aviadores



En los años 20, el gran desafío para todos los aviadores del mundo es la travesía del Atlántico. Más allá de la hazaña que esto constituye, cada uno de ellos piensa en los futuros vuelos comerciales transatlánticos.
Como tantos otros, Carlos Nungesser está consciente de lo que está en juego. ¿Acaso no había escrito ya en 1924 que abriría "una ruta que trastornaría la faz del universo" y que trazaría "una ruta que, en diez, veinte o treinta años, surcarían miles de aviones"?

Los héroes de la aviación
Los récordes de 1926, todos logrados por franceses, marcaron el fin de los trágicos intentos de cruce del Atlántico norte. Costes y Rignault lograron, en octubre de 1926, un nuevo récord de distancia al recorrer 5.396 km sin escala entre París y Diask, en el golfo de Omán. La cifra fatídica de 6.000 km que separan a Nueva York de Paris casi se alcanzó. Desde fines de 1926, circula el rumor que una nueva tripulación francesa va a intentar la travesía en el sentido este-oeste.
Pronto, los nombres de los aviadores son conocidos por todos. Se trata de dos héroes de la Primera Guerra Mundial, Francisco Cotí y Carlos Nungesser. Este último tiene fama de as de caza, puesto que derribó 43 aviones enemigos. Coli participó en 1919 en el primer cruce de ida y vuelta del mar Mediterráneo. En cuanto al avión, es un biplano Levasseur derivado de un modelo de tres plazas que ha sido probado por la Marina y se llama Pájaro Blanco. El fuselaje inmaculado del aparato lleva la marca de guerra de Nungesser, un corazón oscuro que encierra una calavera. Algunos vieron ahí, a posteriori, un presagio siniestro. El avión pesa cinco toneladas con plena carga y su fuselaje especial está diseñado para flotar en el agua, como un barco, en caso de un amerizaje forzoso. En principio, todo está dispuesto para la hazaña, la fecha de partida se fija en la madrugada del domingo 8 de mayo de 1927, desde el aeropuerto de Le Bourget.

Nungesser y Coli antes de su despegue
Los últimos momentos antes del vuelo, según un testimonio citado por C. Dollfus y H. Bouché en su Historia de la Aeronáutica, fueron así: "Nungesser está tranquilo, pero visiblemente emocionado, habla poco y permanece tendido en una de las camas. Coli parece también tranquilo, más reservado que de costumbre y sus preparativos son precisos. Una casaca y un pantalón caqui completan con bizarría su fisonomía enérgica, cuya expresión parece más acentuada que de costumbre, un poco extraña con su legendario monóculo negro, que cubre el ojo que perdió como aviador durante la guerra... Por instinto, todos hablan bajo... Yo no puedo dejar de observar a los dos hombres, tan conscientes del peligro, tan nobles, como distanciados de la vida común y que nos dominan a todos."

El gran día
A las 5:14 de la mañana, el Pájaro Blanco sale del hangar y, siete minutos más tarde, Nungesaer y Coli levantan vuelo con toda facilidad y dejan caer el tren de aterrizaje especial para economizar peso y reducir la resistencia al aire del aparato. Acompañados por algunos aviones, fijan rumbo en dirección al Canal de la Mancha, siguiendo el curso del Sena. Alcanzan la costa a las 6:04, a la altura de Etretat, y luego sobrevuelan el cabo de Antifer a las 6:45, donde su aparato es visto por última vez.
La ruta de los dos aviadores debe llevarles primero hacia el extremo sur de Irlanda. Enseguida, deben virar directamente hacia el oeste y realizar el gran salto hasta Terranova, antes de dirigirse oblicuamente hacia el sur, hacia Nueva York, donde todo el mundo los espera. Las horas pasan. El Pájaro Blanco no es avistado sobre Irlanda, pero, hacia el mediodía del lunes 9 de mayo, llegan a Francia las primeras noticias, que anuncian que Nungesser y Coli han sido vistos sobre Terranova. Ahora su triunfo está asegurado.

Un increíble malentendido.
Las noticias siguen fluyendo desde Norteamérica. El Pájaro Blanco fue visto a la altura de Halifax, luego en Boston. Finalmente, se anuncia que amarizarán a las 16:50 en la rada de Nueva York. La odisea de los dos aviadores está en todos los titulares de la prensa francesa de la tarde. Uno de los diarios llega incluso a publicar una entrevista a Nungesser... El 10 de mayo, Match lleva en portada la foto de los héroes. Pero, a medida que pasan los días, comienza el desencanto. En efecto, por increíble que pudiera parecer, dada la amplitud de la cobertura de los medios que anunciaban la llegada de los dos franceses, la noticia era falsa. Ello no impide al diario La Libertad encabezar la edición del domingo 15 de mayo: "Nungesser y Coli en Nueva York".
Pero estas buenas noticias proceden únicamente de una ilusión colectiva, como lo señala el ministro francés de Aeronáutica. Las búsquedas que se emprenden entonces no entregan ningún dato y, hasta hoy, nadie sabe dónde y cuándo desapareció el Pájaro Blanco. Algunos piensan que realmente sobrevoló Terranova y que se perdió inmediatamente después, entre Terranova y Nueva York, es decir, casi al final de su viaje.

Aunque esto pueda explicar en parte el origen del rumor insensato que Nungesser y Coli amarizaron en Nueva York, es difícil comprender hoy día cómo esa falsa noticia pudo durar tanto tiempo, cuando bastaban algunos minutos para saber, por cable, lo que sucedía en Norteamérica. Francia deseaba sin duda demasiado que uno de los suyos venciera el Atlántico.
Pero, cuando apenas unos días más tarde, el 21 de mayo, Carlos Lindberg se posó en Le Bourget, al cabo de un vuelo de 33 horas y 27 minutos, supo recibirle con la acogida triunfal que había previsto para Nungesser y Coli.

Dos tragedias misteriosas de la aviación
La muerte de Roald Amundsen. El 24 de mayo de 1928, el dirigible Italia, comandado por el general italiano Nobile, sobrevuela el Polo Norte y luego se dirige hacia Spitzberg, desde donde había partido. A las 10 horas del día 25 se pierde contacto con él. Pero el 9 de junio, un mensaje de radio anuncia que Nobile y ocho de sus hombres están vivos. Sobrecargado por el hielo, el dirigible Italia se estrelló contra un témpano y la barquilla principal se salió con el choque. Alivianado, el dirigible se aleja con siete hombres prisioneros en la barquilla secundaria, de quienes nunca más se supo. Una operación internacional de rescate se organiza entonces con aviones italianos, suecos y rusos. Se les une un gran hidroavión francés Latham, pilotado por el comandante Guilbaud y llevando a bordo al explorador noruego Amundsen, vencedor del Polo Sur en 1911. El 19 de junio, el Latham levanta vuelo desde Tromsö, Noruega, hacia Spitzberg, adonde no llegará nunca. Muchas semanas después, el descubrimiento de un flotador del ala y de dos estanques confirma lo que todos temían; Amundsen y sus compañeros murieron al querer salvar a otros náufragos del cielo. ¿Cómo se produjo el accidente? Nadie lo sabrá jamás.
La desaparición de Amelia Earhardt. Primera mujer en atravesar el Atlántico en 1928 y luego primera en hacerlo sola en 1932, la norteamericana Amelia Earhardt, acompañada por el mecánico Fred Noonan, parte de California para realizar un vuelo alrededor del mundo en un bimotor Lockheed Electra, el 20 de mayo de 1937. Cruza América del Sur, África, India y, finalmente, hace escala en Lae, Nueva Guinea. El 2 de julio, el avión despega de Lae para dirigirse a la isla de Howland, a 4.000 km hacia el este, y entonces desaparece. La Marina de los Estados Unidos se moviliza para buscarla, pero todo resulta en vano. Para todos, Amelia Earhardt y Fred Noonan se han perdido en el mar. Pero en 1966, el norteamericano Fred Goerner demuestra, de manera casi segura, que ellos tenían, bajo la cobertura de una hazaña deportiva, una misión secreta de reconocimiento de las bases japonesas en la isla de Truk, en las Carolinas. Después de esta misión, los aviadores se habrían perdido y estrellado sobre el atolón de Mill, en las islas Marshall, entonces bajo el dominio japonés. Habrían sido capturados allí y luego llevados al cuartel general japonés en Saipan, donde habrían muerto. Cuatro años antes de comenzar, la guerra del Pacifico habría tenido dos víctimas norteamericanas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario