En el viaje astral se experimenta el fenómeno del “desdoblamiento”, cuando el cuerpo sutil se separa del cuerpo físico y se moviliza dentro del plano astral, un mundo paralelo al nuestro. La carne no ejerce ninguna intervención pero sí la mente, que es utilizada para interpretar lo que vivencia el cuerpo sutil. Es una separación que se asemeja al proceso que sobreviene al momento de la muerte, ya que muchas de las personas que han fallecido clínicamente por unos minutos contaron sus experiencias astrales que resultaron similares a las realizadas por otras que no habían pasado por ese trance.
Pero para poder llevar a cabo esta experiencia no es necesario el deceso, sino tener una cuantiosa preparación espiritual y mental aunque muchos no lo logran porque no poseen el grado de crecimiento espiritual necesario. Para poder entender más este concepto debemos primero aclarar los diversos planos que rodean nuestra realidad.
Según los entendidos existen 7 planos: físico (en el que estamos actualmente), astral, mental, búdico, nirvánico, monádico y ádico, cada una de las entidades que los habitan son reales en el mismo sentido que nosotros los somos. El plano astral es el segundo y su visión es mucho más amplia de la que experimentamos los que habitamos el plano físico ya que es superior y diferente al nuestro.
Cuando el cuerpo sutil se separa del cuerpo físico y llega a visitar este plano, permanece unido a ésta por un finísimo “cordón de plata” muy resistente que sólo se rompe al momento de la muerte. Tiene la función de mantener unidos ambos cuerpos y conservar la funcionalidad correcta del corazón mientras la persona realiza su proyección. Muchos afirman que este cordón de plata es creado por nosotros mismos a la hora de proyectarnos como una especie de defensa que otorga seguridad ante los miedos que acarrea la propia separación del cuerpo.
Características del viaje astral
Lo primero que acontece en el viaje astral es la separación de los cuerpos, sutil y físico, durante el viaje la carne queda inmóvil como en un estado de letargo muy profundo.
Las primeras sensaciones que se experimentan son mareos, movimientos ondulantes de los ojos y algunas veces de vértigo o el efecto de un giro de montaña rusa; pero lo más común es el sentir que nos elevamos ya sea como si nos pusiéramos de pie, de cabeza o voláramos.
En cuanto a lo que podemos observar durante la proyección se puede decir que las primeras imágenes corresponden al entorno que rodea el cuerpo físico como a este mismo, lo que puede resultar abrumador para quienes no están preparados. Después el cuerpo sutil comienza a recorrer el entorno, dirigirse a otros sitios físicos o bien elevarse hacia otros planos que van mucho más allá del nuestro.
Puedes conocer un poco más en el siguiente enlace, en el que podrás ver un vídeo sobre viajes o proyecciones astrales.
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