Atención Por Favor.

Ante todo nos dirigimos y agradecemos a todos por la ayuda que nos dan con este blog ya sean seguidores, oyentes del programa de radio y por sobre todo a todos aquellos propietarios de webs, blogs, libros y todos los lugares donde han obtenidos la información y nos han acercado a nuestro mail para que podamos publicarlas en este humilde blog, para que todas las semanas desde hace ya 7 años podamos compartir en dos emisiones las tantas historias, enigmas y misterios del universo que se van pasando de generación en generación y así reflejar esas viejas leyendas, historias, enigmas y misterios que de niños oímos mas de una vez y que nos asustaban en algunos casos como también en otras nos enseñaban a valorar y respetar esas narraciones.

Desde ya les agradezco a todos y pido disculpas si no se agrega la fuente por que muchos correos no la poseen y para no cometer errores no se agrega pero en este pequeño equipo estamos muy agradecidos para con todos. Muchísimas Gracias a todos en general por su valiosa información y por su cordial atención.

Equipo Infinito.



miércoles, 10 de febrero de 2010

Apocalipsis, Así Será El Fin Del Mundo


Amigos, el mundo se acaba. La nuestra es ya una vida póstuma. No vivimos sino los minutos de más que arbitrariamente un todopoderoso árbitro (caray…ahora caemos de la burra: ¡es por eso que los llaman árbitros, porque actúan arbitrariamente!) nos ha dado en el descuento. Un tiempo añadido a punto de extinguirse. Ah, qué lástima. Hay tanto todavía por hacer…

No es hipocondría, este arrebato milenarista. Hace doscientos, trescientos años, nuestros antepasados vivían cómodamente instalados en la inconsciencia absoluta. Nosotros ya nunca recuperaremos tal seguridad. Sabemos que la vida es un milagro precario, amenazado bien por catástrofes naturales, bien por los demonios que nosotros mismos hemos liberado. He aquí las causas más probables de nuestra extinción:

Expansión solar. Es la causa más probable y la que menos miedo nos da. Dentro de millones de años, debido al helio acumulado en el centro solar, nuestra estrella se empezará a hinchar como el vientre de una vaca cósmica, aumentando la temperatura exponencialmente. Es seguro que el sol nos abrasará. No lo es tanto que para entonces siga habiendo vida en el planeta azul. Pelillos a la mar.

Choque de un asteroide. Recuérdese lo que pasó hace 65 millones de años, con aquellos bestias que eran los dinosaurios, extinguidos sin más. Por cierto que, como quien dice cada mañana, nos desayunamos con preocupantes noticias de meteoros que la noche precedente habían rasurado las barbas a nuestra querida Tierra, de tan cerca como pasaron. Tantos ojos escudriñando el universo, y los de la Nasa se dan cuenta a posteriori. Una cosa es cierta: a partir de un diámetro nada inusual en esas piedras que surcan el cielo, su impacto sobre el planeta, caiga donde caiga, anunciará el verdadero Día del Juicio.

Megaerupción volcánica. Ya ha sucedido. Un supervolcán en erupción, con su vomitado en forma de nube de cenizas piroplástica, puede extender un denso manto de oscuridad envolviéndonos en una oscuridad mortífera para la vida. Ojito.

Agujero negro artificial. El hombre es una especie de dios mediocre. Experimenta con la materia sin atender a consecuencias. ¿Audacia o inconsciencia? Sea lo que sea, los nuevos aceleradores de partículas podrían crear por azar un infinitesimal agujerito negro. Una vez creado no habría vuelta atrás. Nos engulliría a todos, y a todo, historia incluida.

Rebelión de los robots. Una situación posible, en versión Terminator o en versión Matrix, en virtud del enorme desarrollo de los últimos años en robótica. Las investigaciones se acercan a la última frontera, pasada la cual los robots dejarán de ser los tontos (matemáticos) ordenadores de nuestros días. No sólo pensarán ‘calculando’, sino que tendrán emociones, afectos y rabietas.

Pandemia. Mundo globalizado, mundo fragilizado. Hace años estaba de moda hablar de virus tropicales, tal como el Ébola. Hoy se habla ( sobre todo las farmacéuticas, je) de un primo esmirriado, la gripe A. En cualquier caso, el riesgo es real y objetivo. El día en que un supervirus aparezca en un aeropuerto o magaciudad, nuestra suerte estará echada.

Éstas podrían ser las causas de nuestra extinción, pero hay otras muchas que ahora dejamos de lado. Manipulación genética, colapso tecnológico, invasión extraterrestre…bueno, os voy a ser sinceros. Exceptuando al cambio climático asociado al calentamiento global, cosa muy seria que merece un artículo para ella solita, el resto parece chirigota y jaimitada ante lo que sí creemos enorme y permanente amenaza, la guerra.

Nunca necesitamos de personajes extraños ni de demonios ex macchina para acabar con nosotros mismos. Reconozcámoslo: seguimos dominados por el cerebro de reptil y nos tenemos ganas. No es que los pueblos se tengan ganas, es que nos tenemos ganas dentro de las comunidades más pequeñas, al compañero, al vecino y, por extensión, a nosotros mismos. Siempre hemos sido unos suicidas. Lo triste es que, la próxima vez, nos llevaremos en nuestra locura al resto de las especies, al planeta mismo. Porque a burros, los primeros.

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