viernes, 5 de junio de 2015
Los Cuentos De La Araña
Según la leyenda ashanti (tribu
ghanesa), la araña Anansi se presentó delante de Nyankonpon, dios
del cielo, para comprarle las historias que lo habían hecho famoso.
El dios la miró indiferente y dijo:
"¿Qué te hace pensar que te vaya
a dar mis historias? Son muchos los poderosos y pueblos ricos los que
lo han intentado y ninguno lo ha conseguido."
Pero Anansi no se dejó desanimar y le
preguntó que cuál era el precio de las historias, pues estaba
dispuesto a asumirlo, a lo que Nyankonpon contestó:
"Si quieres mis historias deberás
traerme a Onini, la pitón; a Osebo, el leopardo; a Mmoboro, el
avispón y a Mmoatia el espíritu."
Anansi volvió a su casa convencido de
que podría cumplir el encargo y hacerse así con las preciadas
historias. La araña pidió ayuda a su madre Nsia y a su esposa Aso y
juntos idearon el plan que iban a seguir.
Así, Anansi y Aso fueron a la orilla
del río con una rama de un cocotero y comenzaron a discutir sobre si
aquella rama sería más larga que Onini. La pitón, que lo estaba
escuchando, no pudo resistirse y decidió medirse con la rama pues
estaba convencida de que ella sería más grande. Al subirse a la
rama, Anansi la amarró a ella con unas enredaderas.
Para atrapar a Mmoboro, Anansi vació
una calabaza y la llenó de agua. Después fue en busca del enjambre
y una vez allí simuló que llovía y ofreció al avispón guarecerse
dentro de la calabaza. Cuando Mmoboro estuvo dentro, la araña cerró
la tapa de la calabaza.
Tocaba apresar a Osebo, y para ello Aso
le recomendó cavar un hoyo en el suelo y esperar a que el leopardo
cayera dentro. Situó el hoyo entre el arroyo y la guarida de Osebo y
luego lo cubrió con hojas. A la mañana siguiente el leopardo se
encontraba atrapado e indefenso.
Quedaba atrapar a Mmoatia. Aso y Anansi
tallaron una muñeca y la recubrieron con la goma de un árbol.
Cuando estuvo terminada, la dejaron debajo de un árbol donde solían
ir los espíritus a jugar junto con un plato de pure de ñame. Cuando
el espíritu llegó, preguntó a la muñeca si podía comer un poco
de ñame, pero esta no contestó. Airada, Mmoatia le propinó una
bofetada en la mejilla, quedándosele la mano pegada. Lo intentó con
la otra mano, pero el resultado fue el mismo. El espíritu se había
quedado pegado a la muñeca.
Entones Anansi acudió de nuevo junto
al dios del cielo acompañado de Onini, Mmoboro, Osebo, Mmoatiar y de
su madre. El dios, sorprendido llamó a todos los dioses y exclamó:
"¡Mirad! Grandes reyes han venido
en busca de mis historias pero ninguno ha sido capaz de pagar su
precio. Sin embargo Anansi lo ha logrado e incluso a incluido a su
madre. Así que desde hoy y para siempre entrego mis historias a
Anansi y a partir de ahora se conocerán como los Cuentos de la
Araña."
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