martes, 1 de abril de 2014
El Horrible Déja Vu de la Tumba de Donna McLuhan
Déja vu es un término francés que literalmente significa «ya
visto». Se manifiesta en forma de un intenso sentimiento de familiaridad con
una situación o un lugar no experimentados por la persona con anterioridad.
Muchos expertos dicen que estos incidentes pueden ser
causados por pequeños ataques cerebrales, pero algunos casos van más allá de la
psicología, sugiriendo un fenómeno paranormal.
Un caso fascinante, referido por el parapsicólogo D. Scott
Rogo, es un buen ejemplo de ello.
En 1995, Donna McLuhan, una mujer de Nueva Jersey le
escribió al doctor Rogo sobre un viaje que había hecho a lo largo de la
autopista de peaje en esa localidad.
Mientras iba en el coche, el paisaje le resultaba extrañamente familiar
y la mujer hablando con su compañera de viaje y le dijo:
-Nunca había estado aquí, pero creo que dos kilómetros más
abajo, más o menos, hay una casa en la que he vivido.
Al cabo de aproximadamente cinco kilómetros -según el relato
que escribió la mujer al doctor Rogo-, dije a mi amiga que después de la
próxima curva llegaríamos a una pequeña población situada muy cerca de la
autopista. Le dije que la casa era blanca, de dos pisos, con escaleras en la
entrada y un pequeño jardín con siniestros árboles.
Tenía la impresión de que había vivido allí cuando tenía
unos seis años y de que solía sentarme con mi abuelita en el porche de la
entrada. Los recuerdos me abrumaban y podía recordar que estaba sentada en el
columpio del porche mientras mi abuela me abrochaba las botas.
Cuando las mujeres llegaron al pueblo, reconoció
inmediatamente la casa, cerrada y ruinosa, pero todavía allí. aunque el
columpio del porche ya no estaba.
Recordó también que había caminado dos
manzanas calle abajo hasta un drugstore, donde años atrás había un mostrador de
mármol blanco, y había pedido una limonada.
Al salir las dos amigas del pueblo, la mujer tuvo otra
experiencia de Déja vu
-A unas tres manzanas de aquí, hay una pequeña y ondulada
colina y un cementerio en ella.
Allí es donde me enterraron.
El cementerio estaba allí, pero la amiga de la mujer, presa
ahora de pánico, se negó a detenerse y buscar la tumba.
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