Los poltergeists constituyen apenas un 7 a 8% de todas las manifestaciones llamadas "sico" y que se relacionan con la parasicología, pero tienen la ventaja de que pueden ser estudiados debido a su duración. Un caso reciente, ocurrido en Inglaterra, se ha transformado en un "clásico de este género" hasta el punto de que un investigador inglés, Guy Playfair, le ha consagrado un libro muy documentado titulado "Esta casa está encantada "
Testimonio de los policías
Entre los numerosos casos que debió investigar el comandante Tizané hubo algunos en que los policías mismos presenciaron las manifestaciones del tipo "espíritu golpeador”. A continuación se presenta un extracto de un sumario del 24 de noviembre de 1943. El policía Billoi declara que "...una caja metálica que estaba antes sobre la mesa, en medio de la habitación, salió lanzada a unos 50 centímetros de mis pies". También consta en la declaración que "el oficial Folope declaró haber visto claramente un zapato de mujer que desde la repisa en donde se encontraba, a unos dos metros y medio del suelo, cayó sobre la cama (...) también vio un cuchillo clavarse en el piso, bajo la mesa, unas tijeras de podar y un rollo pequeño de alambre, deslizarse y dar botes. Con anterioridad, el mismo policía había constatado que mientras la joven, A. G. estaba sentada en una silla, las cuatro patas de ésta y sus dos pies se levantaron juntos del suelo y la lanzaron fuera del asiento, como si unos enanos invisibles le hubieran quitado la silla".
Primeras manifestaciones de un huésped desconocido
En la ciudad inglesa de Enfield vivía en 1977 la familia Harper, formada por la madre, separada y sus cuatros hijos: Rosa, de 13 años, Janet, de 11, Pedro, de 10 y Jimmy, de 7. En la tarde del 30 de agosto, las camas de Pedro y de Janet, que dormían en la misma habitación, comenzaron a moverse. Al día siguiente en la tarde, la Sra. Harper vio cómo la cómoda de la habitación se movía, desplazándose unos cincuenta centímetros. Hizo venir a sus vecinos, quienes constataron que se escuchaban golpes misteriosos, y luego llamó a la policía. Pero ésta no pudo hacer nada. A la mañana siguiente, casi a la misma hora, los juguetes de los niños fueron arrojados por una mano invisible. Los vecinos llamaron a la prensa y los redactores del diario Daily Mirror se pusieron en contacto con la Sociedad de Investigación Síquica, la que envió a uno de sus miembros, Mauricio Grosse, un renombrado ingeniero consultor.
Unos días más tarde, Guy Playfair llegó a Enfield para ayudar a Grosse. Los lanzamientos y las caídas de objetos prosiguieron en presencia de ellos, a la casa llegó también una mujer médium y, durante un trance, afirmó que el encarnamiento se había centrado en la pequeña Janet y que muchas "entidades" enviaban su energía a las auras de Janet y de su madre. Esta médium las "curó" y las manifestaciones cesaron entonces casi totalmente durante varias semanas.
El caso se complica
A fines de octubre, todo volvió a comenzar esta vez con mayor violencia. Los muebles cambiaban de lugar, los cobertores de las camas eran arrancados, pozas de agua, incluso una con el contorno de una figura humana, aparecieron en el suelo de la cocina, una rejilla de chimenea cayó sobre la almohada de Jimmy, muy cerca de su cabeza, un radiador de gas fue arrancado de un muro.
Grosse y Playfair trataron, por medio de un sistema de ruidos, de comunicarse con la "entidad", que dijo haber vivido durante 30 años en la casa y luego se puso a decir cosas sin ningún sentido.
Más tarde, los niños vieron siluetas y sombras en la casa. Frente a numerosos testigos, la "entidad" zarandeó un poco a las dos niñitas y dejó un mensaje diciendo que rehusaba partir. Pensando que el poltergeist podría ser obra de Rosa y de Janet, la Sociedad de investigación Síquica envió esta vez un equipo de investigadores al lugar de los hechos, pero no lograron encontrar ningún indicio de fraude, de hecho, quedó claro que todo giraba en torno a Janet. Esta presentaba, cada vez más, señales de "posesión" tales como convulsiones, trances, etc. En diciembre, el poltergeist agregó silbidos y ladridos a su panoplia y la entidad, por intermedio de una voz desencarnada, dijo llamarse Joe Watson. A continuación, cambió varias veces de voz y de identidad, insistiendo siempre sobre el hecho de que hablaba por una persona muerta. Sus intervenciones eran, por añadidura a menudo extremadamente groseras.
El poltergeist empezó a mostrar otros talentos y a atacar cada vez con mayor violencia a Janet, tratando de estrangularla con las cortinas y persiguiéndola con un cuchillo que flotaba por el aire, el lugar empezó a tener mal olor, dos incendios estallaron en unos cajones, los dos peces rojos fueron encontrados muertos en su pecera y aparecieron mensajes obscenos en los muros. Otro médium intervino, entonces, para "cuidar" las auras de toda la familia y la calma volvió por algunas semanas.
El fin de la pesadilla
Los encantamientos continuaron de una forma más "banal", con apariciones furtivas de distintos personajes, entre los cuales hubo un doble de Mauricio Grosse. Janet tuvo que quedarse unos días en el hospital y durante ese tiempo la actividad del poltergeist disminuyó considerablemente. En cuanto regresó, sintiéndose mucho mejor de salud, el fenómeno llegó a su fin. Un médium holandés llamado Grneling-Meyling puso fin, en forma definitiva, a las manifestaciones luego de realizar, según dijo, una intervención en el "plano astral". Finalmente, en el mes de abril de 1979, todo terminó.
Cualquiera sea la explicación que pudiera darse acerca de este famoso poltergeist, que registró más de 1.500 incidentes, cabe señalar que, cuando comenzó, existía una fuerte tensión como resultado del reciente divorcio de los padres y también debido a que las niñas se encontraban en una edad cercana a la pubertad, periodo de turbulencias mentales y físicas. La historia de este fenómeno demuestra que éste se presenta a menudo cuando existen estas situaciones.
Los poltergeists
Los primeros relatos precisos, susceptibles de relacionarse con un fenómeno de "poltergeist", se remontan a una fecha cercana al año mil, en Alemania, pero se sabe que el fenómeno era conocido en la Antigüedad. A partir de la Edad Media, la Iglesia ve en ello una manifestación diabólica y atribuye cada acción de tipo poltergeist a un demonio especial. Este punto de vista persiste hasta la aparición del espiritismo. En efecto, Allan Kardec, fundador del movimiento espiritista, ve en ellos a unos espíritus que han permanecido en un estado inferior y que no aceptan la idea de haber muerto. Esta teoría sigue siendo aceptada, puesto que no entra obligatoriamente en contradicción con la del "derroche" incontrolado de manifestaciones sicológicas en torno a adolescentes perturbados o a personas afectadas por distintas neurosis. En este caso se piensa, como lo hicieron los médiums que fueron a Enfield, que son las "victimas" las que, inconscientemente, atraen a los espíritus malintencionados. Por supuesto que los escépticos, como el mago de rnusic-hall norteamericano Jaime "el asombroso" Randi, no ven allí más que alucinaciones o mistificaciones. Randi parte del principio de que toda manifestación llamada "sico" es falsa desde el momento en que él puede reproducirla, raciocinio de rigor dudoso, pero que permite desenmascarar efectivamente algunas "actuaciones".
No hay comentarios:
Publicar un comentario