martes, 11 de noviembre de 2014
La Hermosa Fravita y El Sol
Al
comienzo de los tiempos, la tierra se encontraba casi despoblada.
Sólo existía una hermosa y encantadora mujer llamada Faravita, en
el Valle de Baganique hoy tierras de Ramiriquí. Todos los días, el
sol con sus rayos dorados, bañaba y tocaba su bellísimo rostro y su
esbelto cuerpo lleno de candor y pureza.
En medio del silencio y de
la naturaleza llena de color, surgío un dulce romance amoroso entre
Faravita y el astro Sol. Protagonizaron un idilio que llenaría los
contornos de la vida. De su unión nacieron varios hijos entre otros:
Hunzama o Hunzahúa y la bellísima Noncetá.
Ya
en la edad adulta, algunos de éstos jóvenes, marcharon hacia otros
territorios para extender sus dominios, formando con su descendencia,
la gran nación Muisca o Chibcha.
El atractivo guerrero Hunzama o
Hunzahúa y su hermana Noncetá, se convirtieron en amantes y
marcharon a Hunza, hoy Tunja, donde fueron actores de la fabulosa
leyenda del “Pozo de Donato”
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