jueves, 5 de junio de 2014
La Garita del Diablo
Con un grito de" Alerta" el centinela comenzaba la
jornada militar, Esto se efectuaba frecuentemente para no dormirse y atestiguar
su vigilancia. Misteriosamente, durante una noche oscura, desapareció un
centinela de esta garita, surgiendo así la leyenda de la "Garita del
Diablo".
Los habitantes de la isla de Puerto Rico, eran muy propensos
a los ataques de piratas. Por tal razón tenían que pasarse la vida vigilando.
La ciudad capital estaba rodeada (aún está) por castillos y murallas .
Alrededor de las murallas habían, entre trecho y trecho, unas garitas o
torresitas donde los soldados hacían su guardia día y noche. Por las noches se
sentías las rondas de gritos que los centinelas gritaban para no dormirse.
- ¡Centinela alerta! - le gritaba uno
Y el más cercano respondía:
-¡Alerta está!
Entre todas las garitas, había una, la más distante y
solitaria. Estaba sobre un acantilado profundo en el extremo de la bahía. En el
silencio de la noche, el ruido del mar producía un rumor como si los malos
espíritus estuvieran cuchicheando.
Había un soldado al cual llamaban "Flor de
Azahar". El azahar era una flor muy blanca y como el soldado Sánchez tenía
la piel blanca como el azahar, le llamaban así. Esa noche le tocó a Sánchez
velar en esa garita.
Como de costumbre, los gritos de contraseña de los soldados
se escuchaban de trecho en trecho. Pero, al llegar al de el soldado Sánchez,
nadie contestaba. Solo se escuchaba el viento silbar y el mar con su rumor.
El miedo se apodera de sus compañeros que pasaron la noche
temblando, del solo pensar, que le hubiese pasado a su compañero.
Al salir el sol, todos salieron corriendo hacia la garita a
ver que había pasado en la garita, que se había quedado muda durante la noche.
Encontraron: el fusil, la cartuchera y el uniforme del soldado Sánchez. El
soldado Sánchez, había desaparecido sin dejar rastros.
Los soldados, que eran supersticiosos, comenzaron a decir
que un demonio lo había sorprendido y se lo había llevado por los aires.
Desde ese día, a la garita del desaparecido Sánchez, se le
conoce como "La Garita del Diablo".
Eso fue lo que creyeron los soldados y el resto de la isla.
Pero la verdad.....esa se las contaré yo, ¿quieren saberla?.
Pues aquí les va:
Sánchez (Flor de Azahar) era un soldado andaluz y muy guapo,
que pertenecía al Regimiento de Caballería y tocaba una guitarra muy bella.
Diana, una mestiza, muy hermosa, vivía profundamente
enamorada de Sánchez. Y Sánchez de ella. Se conformaban con mirarse y hablarse
con los ojos. A Sánchez su ordenanza le prohibía acercarse a ella, y a ella, se
lo prohibía su madre de crianza que era más estricta que un sargento.
Flor de Azahar (Sánchez) se comunicaba con ella, a través de
su guitarra. En las noches la tocaba y cantaba. En el canto le comunicaba a
Diana sus mensajes. Una noche le envió un mensaje, el cual solo ella podía
comprender, que decía:
"Mañana cuando anochezca, vete a buscar a tu amor,
porque lejos de tus brazos, se le muere el corazón." La noche siguiente,
Diana se levantó muy calladita y sigilosamente, salió de la casa para buscar a
su amor. Cuando se encontraron, en la garita, se fundieron en besos y palabras
de amor y decidieron huir lejos y vivir juntos para siempre.
Diana le había llevado un traje civil. El dejó en la garita
el fusil, la cartuchera y el uniforme y sin hacer el menor ruido huyeron hacia
la sierra y los bosques de Luquillo.
Allí, a escondidas del resto de la isla, construyeron su
hogar y vivieron el resto de sus días.
Dicen que aún, en la garita, en las noches se escucha el
rasgueo de la guitarra y una risa disuelta en el viento. Queriendo ésto decir
que Diana y Flor de Azahar se burlan de los que inventaron la leyenda de la
Garita del Diablo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario