martes, 3 de junio de 2014
La Ciguapa
Las ciguapas son extrañas mujeres salvajes que habitan en
las montanas y poseen poder mágico. Son de tez morena, de ojos negros y
rasgados, de pelo suave y lustroso, tan largo que es la única vestimenta de su
cuerpo a la intemperie. En algunas regiones los campesinos dicen que son
diminutas y de cuerpo desproporcionado; otros que tienen las piernas largas y
delgadas; algunos afirman que son velludas y unos pocos que están bellamente
emplumadas.
Todos sostienen sin embargo que tienen el rostro hermoso y
que son muy ariscas. Quizás las ciguapas mas que bellas y ariscas, sean
tristes, pues tienen los pies al revés y dejan huellas contrarias al rumbo de
su destino... Estas criaturas son esencialmente nocturnas o prefieren las zonas
oscuras de los bosques; cuando salen lo hacen en busca de frutas, peces o aves
con los cuales se alimentan.
Nunca se ha oído hablar a las ciguapas; afirman que emite
aullidos e hipidos cuando corren por los campos, y cuando saltan o duermen
entre las ramas de los árboles. Cuentan que las ciguapas tienen un corazón
cazador, y que salen por las noches de las serranías en busca de algún
caminante nocturno al que embruja , ama y luego mata. Al decir de las leyendas
las ciguapas tienen malas costumbres; estas salen de sus moradas a robar
manteca y carne cruda de las cocinas, aunque afirman que les gusta el maíz y
otros granos que se siembran en los conucos.
En algunas regiones han visto a las ciguapas cabalgar por
las madrugadas en los llanos de las montanas, y las han descubierto haciendo
trenzas en las crines y las colas de los caballos. Se dice que una ciguapa se
atrapa un día de luna creciente con un perro jíbaro y cinqueño. No obstante, se
añade que es preferible dejarlas en paz, pues es tan grande el dolor que
sienten en cautiverio, que al final mueren de pena. Alguna vez se escucho la
leyenda de un ser de los bosques llamado ciguapo. Era este un gallo vuelto de
espaldas, con el lomo emplumado y el pecho con senos de mujer. Cuentan que su
grito se asemeja al llanto de un niño, y que esperan terribles infortunios a la
persona que se atreve a matar a una de estas aves. Si usted ve a una ciguapa,
nunca la mire a los ojos para que no le embruje con su poder.
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