Lo cierto es que existe una magia especial en la pintura y ello se manifiesta de distintas maneras, una de las cuales nos permite apreciar la obra con perspectivas distintas, ya que la Mona Lisa parece verse más alta si es que se le observa desde la derecha.
Al parecer, se trataría de una dama de Florencia llamada Lisa Gherardini que estaba casada con Francesco Bartolomeo del Giocondo –razón que también explicaría el nombre de “La Gioconda”-.
Según los investigadores de la pintura, se cree que ella se encontraba embarazada al momento de ser pintada, lo cual se deduce de las manos hinchadas que se aprecian en la pintura y en la forma en que sus manos reposan sobre su vientre, como brindando protección a su hijo. Esto también podría explicar el misterio de su sonrisa.
Es sabido que Leonardo Da Vinci pertenecía al enigmático Priorato de Sión, el mismo que se ha encargado desde siempre de ocultar muchas verdades relacionadas con la vida de Jesucristo y de sus supuestos descendientes, razón por la que muchos piensan que la pintura -y, sobre todo, su sonrisa- esconde tras ella algún mensaje relacionado con esta orden.
Sin embargo, hay otras cosas mágicas en la sonrisa de la Mona Lisa, pues, según revelan los especialistas, al mirar directamente a los labios de “La Gioconda” el esbozo de su boca desaparece y llega a reaparecer cuando se enfoca la vista nuevamente en otra parte de su cuerpo.
Es una sonrisa que envuelve y que encanta, la cual le ha dado principalmente la fama a este cuadro y lo distingue de otras grandes obras de todas las épocas.
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